Julián se rie al ver sentarse a Bruno, y sólo para de comer un momento:
- Todos coincidiamos en que alguien como vos comprendería que la comida es sagrada, Bruno. Además, no creo que tenga problemas en ponerse a nuestra altura rapidamente. En cuanto vuestro estómago se calme cuéntenos esa negociación sin cuartel que nos ofrece, y de dónde ha salido ese sombrero, ya que estamos.
Vuelve a atacar su plato de comida con decisión.
Con gesto presumido, Bruno enseña a su vez el nuevo herreruelo, echándose la capa hacia atrás con gesto melodramático.
- Para hacer negocios con hidalgos de alta alcurnia es preciso procurarse de cuanto haga falta para estar bien galano -se nota que le cuesta no hablar de forma llana y soez, aunque de siempre haya sido un buen fingidor. La comida llega a la mesa, y Bruno lanza un guiño a la Lebrijana-. Pero de eso ya hablaré. Primero la pitanza, que negociar me abre un agujero en el buche, y más aún el corretear por las calles huyendo de un par de mastuerzos -añade, volviendo a las viejas costumbres-.
Las miradas inquisitivas de sus compañeros sólo se ven contestadas con un arqueamiento de cejas y una sonrisa socarrona, que no interrumpe ni para comer.
-Jajaja- ríe complaciente ante la broma de Alejandro -Ya sabéis que si dijésemos de que jaula o isla viene cada canario durarían poco los pobres.-
-Vamos Bruno, siéntate con nosotros y disculpa el que hayamos comenzado- dice relamiéndose. -Creí que nuestro trabajo iba a ser ir a buscarte por el no aparecer, pero es sin duda una buena noticia que aparezcas contándonos lo que dices- pausa la voz para dar un trago al vino y a continuación continuar -Sigamos llenando el estómago, pero cuenta detalles, así aprovechamos-
Ya habeis dado buena cuenta de la comida cuando Caridad retira los platos de la mesa, que no la bebida.
Parece que ha sido de su agrado, me alegro. - dice con una sonrisa -
Por cierto, son 3 reales y 15 blancas (cada uno), cosa que ya sabeis. (lo digo porque ella no os lo ha dicho, siempre os cobra lo mismo)
Marcos sonrió a la tabernera:
- Como todo lo que probamos en esta taberna buena Caridad - Tras alisarse el bigote - Siempre es un placer gozar de tan buena compañía: nuestros viejos amigos y una dama tan encantadora como vos. Tomad la justa paga por tan buena comida, y espero que disfrutemos vuestras mercedes y yo de más dias como estos...
Editado: Que me he descontado el dinero pero no lo puse en la escena. Arreglado eso, siento el desajustillo.
- Y eso sin mencionar la gran calidad de vuestros guisos. - sonrio golpeando mi barriga con satisfacción - Lebrijana, vos si sabeis encandilar a un hombre. - digo señalando mi barriga y guiñando un ojo - Aqui teneis hermosa. - vuelvo a sonreir sacando el dinero bien merecido por tan grata comida - Ahora, - digo cambiando el rostro por uno más serio - cuentanos sobre esa tarea... - termino chasqueando la lengua mirando a Bruno.
Saca el dinero de su bolsa, y con un guiño se lo entraga a La Lebrijana.
- Aquí tienes, preciosa.
Me vuelvo hacia Bruno:
- Bien, ya estamos todos, y con la panza llena, y la garganta remojada. ¿Qué nos tienes que contar Bruno? Nos tienes en ascuas.
Bruno ignora las preguntas de los hidalgos mientras mete rápidamente la mano en su bolsa.
- Toma, ¡guapetona! -grita descaradamente, mientras le lanza una sonrisa que desmonta-. Tan sabroso como siempre...
Mientras la Lebrijana se aleja, su semblante cambia de alegre a sombrío, y es entonces cuando se dirige a sus compañeros de mesa, bajando la voz progresivamente.
- Don Dinero me ha ofrecido 150 ducados por levantarle una simple misiva al barón de Pinto. Reynaldo Severiano, para aquellos de vosotros que gozáis de bendita ignorancia -mientras sonríe enseñando todos sus dientes. Todos los allí presentes sabían que, de no haber sido informado para el trabajillo en cuestión, Bruno no sabría ni qué rey gobernaba su España de bolsillos vacíos, mancebías y mancebas (y poco más)-. Pero la Dama Fortuna nos sonríe hoy, puesto que el gentilhombre en cuestión se marcha esta misma noche, y seguramente se la deje en su villa. Guarda tal carta en su casa, y podemos poner nuestras zarpas en ella después -pronuncia delicadamente esta última palabra- de que tome las de Villadiego.
Se había estado encorvando sobre la mesa nerviosamente, en parte para poder hablar más bajo, y se vuelve a recostar con un resoplido sobre el respaldo de su silla. Cierra sus ojos, como rumiando.
- Como la tiene en un baúl, sólo tenemos que entrar y recogerla. Pero seguro que estará bien vigilada -dice abriendo un solo ojo a don Alejandro-, lo digo por si pensábais que esto era coser y cantar, un cruce de aceros y vivir la vida padre... ¡Para qué avisaros si era así, ya habéis visto la recompensa! ¡Ah -dice, casi como ocurrencia de última hora-, nada de canarios, sólo los que estamos!
- Um, ¿una misiva dices? ¿Qué puede haber tan importante en ella para que paguen tanto?- Se encoge de hombros después de pensar un rato.- Por mi no hay problemas. ¿Para qué necesitamos a nadie más? Por difícil que sea, somos suficientes para llevar a cabo una tarea, que por otro lado, se me antoja bastante simple.
Marcos parecía pensativo:
- Y digo yo que deberemos pensar bien nuestros movimientos... Pero no, Don Julian lleva razón, no necesitamos a nadie más, - Comenzó a reir - y menos a un canario. El golpe es simple, pero las consecuencias pueden ser catastróficas si no lo manejamos bien. Y digo yo que podríamos hablar de esto en un lugar más despejado como mi desván... A menos oidos, menos tramos de soga cerca de nuestras cabezas caballeros, ¿No creen?
La cosa pinta bien :P
Asiento al comentario de Don Marcos, me he inclinado hasta casi tocar con la barbilla la mesa, cerciorandome de lo dicho por Marcos y por los otros, sonrio de manera un tanto inquietante y me reclino cogiendo mi vaso y volviendo a beber. - Pues no hablemos mas por el momento. - sentencio tras tragar.
- Amén a eso, compañeros. Terminemos la jarra, y marchemos cuando decidan.
Pese a que se ha lanzado como un tiburón a devorar la pitanza, Bruno aún no había acabado con todo. Al oír a sus compañeros, acelera aún más su "traganza". Y ninguna palabra mejor, pese a que no exista, ya que empieza a engullir como un pato, sin masticar. Una vez ha dado buena cuenta de todo, se golpea levemente el pecho y deja escapar un eructo.
- Don Alonso, usted todavía no ha contestado -dice con tono enigmático-. ¿Qué le parece?
Tras poner el dinero de mala gana sobre la mesa haciendo alguna mueca de dolor, Alonso intenta escuchar y prestar atención a sus compañeros mientras se echa para atrás intentando reposar un poco la comida mientras se balancea ligeramente sobre las patas traseras de su silla.
Tras escuchar lo añadido por los compañeros, contesta a las palabras de Bruno. -Coincido con vosotros, ¿para qué repartir aún más esos...?¿150 ducados has dicho?- dice intentando vencer el dolor de cabeza -Hoy no es mi mejor día, pero esto que nos cuentas es una buena nueva, un buen... trabajo. Hablémoslo en un lugar más tranquilo, pertrechemonos y a por la misiva, ya que esconda lo que esconda en su interior, ha de pasar a nuestras manos para que la podamos canjear por esos maravillosos ducados a los que daremos cuenta como buenamente podamos.-
Dinero descontado ;)
La aventura continua en una nueva escena (mañana la creo).
Ahora realizar todos una tirada de espíritu.
Tirada: 3d6
Motivo: Espiritu
Dificultad: 11-
Resultado: 10 (Exito)
Exito creo
Bruno presiente/percibe/espirutea algo...
Tirada: 3d6
Motivo: Error3E10F: No se conoce motivo. Se presume asesino por la espalda. En caso de problemas, llamar a los corchetes.
Dificultad: 13-
Resultados: 3, 2, 2
Exitos: 3
Tirada: 3d6
Motivo: Espiritu
Resultados: 3, 4, 6
Tirada: 3d6
Motivo: Tirada de espíritu
Dificultad: 11-
Resultados: 5, 1, 1
Exitos: 3
Maldita sea anoche no podía abrir la ficha y no me acordaba cuanto tenía xD
Se supone que he sacado menos de 11 en total así que la tirada es satisfactoria no? Además con dos "críticos" :P
Tirada: 3d6
Motivo: espíritu
Dificultad: 11-
Resultados: 1, 1, 1
Exitos: 3
Uau. Perdón por la tardanza.