Partida Rol por web

- ¡Qué bueno veros por aquí, Don Alonso! ya os creía en los brazos del de abajo - dijo Alejandro saludando efusivamente a su compañero. A continuación se giró al resto y añadió - Estoy con ustedes, camaradas. Démosles su merecido y salgamos de aquí como alma que lleva al diablo.

El único matón que quedaba al servicio del barón había abierto la puerta trasera de la mansión y se acababa de subir a un carruaje que conducía un sirviente.

Mientras corríais hacia él os miró con cara desafiante, para un segundo más tarde empezar a burlarse.

Jajajaja, sois unos perdedores.

Bruno jadea mientras corre con todas sus fuerzas. Pero parece tan lejano...

Marcos sale corriendo tras el carruaje con todas sus fuerzas:

- Hideputas sin honor, ¡Vengan!... - Debia de poder engancharse al carruaje, si solo pudiera correr algo más.

Tan sólo me da tiempo de mirar un momento a Alonso, cuando el carruaje sale.... Mis compañeros ya corrern tras él.

Sin pensar en lo que hago, y sin una palabra salgo corriendo también hacia el carruaje.

El carro termina por salir de la mansión sin que lo alcancéis, y ahora empieza a tomar velocidad, por lo que la tarea de alcanzarlo corriendo es tarea casi imposible.

Alonso os sigue de lejos, apenas puede correr, y de hecho le cuesta mucho esfuerzo.

Pero por fortuna Bruno se percata de que en el establo, que tiene la puerta abierta totalmente, queda otro carro preparado, con los caballos listos. Y además se ve una preciosa pistola de silla.

El carro ha salido a toda prisa de la mansión, y lo has perdido de vista. Tu cuerpo no se mueve, el último esfuerzo que has realizado ha sido demasiado para ti.

Te encuentras tumbado en la tierra, rodeado de cuerpos inertes y las plantas del jardín del barón. Lo que es seguro es que en unos minutos la ronda estará por allí también.