Por supuesto que sí. - dice Alonso mientras deja unas cuantas monedas sobre la mesa para no tener problemas - Vayamos a por esos malnacidos.
PNJ
Todos os preparáis para una inminente confrontación en pleno día y en las calles de Madrid, cosa sin duda arriesgada, pero en muchas ocasiones ineludibles.
Salís con paso firme de la taberna, llegando a la calle que no estaba muy transitada. Entre los transeúntes que habían en la calle no se encontraban los matones que buscáis.
- ¿Seguro que no os ha engañado la vista, maese Bruno? No se les vé entre el gentío. Hay tanta gente buscandoos siempre que bien podriais haberos confundido.
Julián mira a todas partes, buscando a los individuos con los que ya habian discutido anteriormente.
Bruno se atusa el bigotillo.
- Me sorprendería mucho que estuvieran aún por aquí. Quizá hayan ido a por más, dudo haberles dado esquinazo tan rápido...
Echa un par de vistazos por las callejuelas de alrededor del Rincón de Armando, y se vuelve hacia sus compañeros.
- Como he dicho, señores, quizá vengan más tarde, quizá no... Recomiendo ir a hacer nuestro trabajo y asegurarnos de que no nos siguen. Esto me huele muy mal, y no sólo porque estas calles sean de mal ver y peor oler. La próxima taberna la elijo yo.
Pasa medio minuto, y cuando ya pensabais entrar a la taberna para seguir bebiendo. Aparecen dos siluetas negras al final de la calle.
Estas se giran, y os ven. En ese momento salen corriendo en dirección opuesta a la vuestra.
Bruno lanza un bufido de desaprobación.
- No, simplemente, eran lentos y estúpidos. Caballeros, no incurramos en los mismos pecados y marchemos hacia la casa. Estoy ansioso por terminar este negocio. ¿No lo están vuestras mercedes?
Se aleja un tanto del grupo, como partiendo ya para allá.
Julián ve alejarse a aquél par, y se prepara para ir tras ellos cuando las palabras de Bruno le frenan. El "achispado" ya se aleja en dirección a la casa, y Julián no puede evitar fruncir ligeramente el ceño, mientras masculla entre dientes para los demás:
- Voto a Dios, que este hombre si sabe por qué le siguen y nos lo oculta...
Con un ligero bufido decide seguirlo, haciendo un gesto con la cabeza a los demás para que les sigan también, aunque a él se le ve más resignado que conforme.
- Opino igual que vos, Don Julián... y voto a tal que no estoy nada contento con ello. De momento, confiemos en nuestro socio, más tarde le pediremos explicaciones... en mal asunto nos metemos si andamos con los enemigos del Achispado a nuestras espaldas...
Con actitud más calmada pero con el ceño fruncido, Alejandro siguió de mala gana a Bruno, acompañando a Don Julián y al resto.