Partida Rol por web

Con provisiones para el camino y los objetos preparados para el viaje, el grupo viajó hacia las tierras del clan del Oso, hacia el Norte por el camino que unía los asentamientos del Zorro, el Oso, la Serpiente y otros pueblos y granjas.

La travesía podría variar, en principio el camino por el que iban era una buena opción, rápido y fiable. Pero se podía ir por ciertos lugares campo a través, acortando algo de tiempo pero con el peligro de internarse en bosques y poder llegar a perderse.

Todo era decisión del grupo, aparte de los ritmos de marcha y si se separaba o no para realizar varias tareas.

Estaban a dos semanas de alcanzar el invierno, la escarcha y el suelo cubierto de nieve ya era algo muy presente y se intensificaría junto a las tormentas que acompañan a la llegada de la dura y fría estación, no solo luchaban contra el tiempo de realizar la misión, también lo hacían contra la naturaleza, que de alcanzarles, les dejaría atrapados...

Hrafnkell se abraza a si mismo mientras silba un potente agudo.  Adoraba ver el aspecto que tenia todo bajo un manto nevado sobre todo cercano a un buen fuego calido. Mantenia el paso como podia, mirando con recelo los caballos y curioso de las chanzas que quedaban delante de ellos. Pero algo le rondaba la cabeza.

- ¡Fiiiiuuuuuh...! Se acerca el invierno... no creo que nos interese perdernos, más con la misiva que portamos. Más vale llegar a tiempo que no llegar, eso creo. ¿Qué pensáis los demás? Sería una catástrofe si nuestros hermanos tuviesen que mandar otra expedicion tardía.

¿Y se hacía llamar guerrero? ¿Es que no sabe que si no regreamos, lo primero que pensarán es que nos han hecho algo y entonces no sería una misión diplomática lo que se mandaría? Estos brutos que sólo piensan en pelar, beber y el Valhalla.

Tenía cara de decepcionada.

Si tardamos demasiado en el viaje, nos congelaremos de todas maneras. He visitado estos bosques un par de veces, y algo los conozco. Con tiempo y demás puedo encontrar cualquier ruta, y así ganaremos tiempo y no nos atropellará el helado toque y nos mandará a los salones con su gélido abrazo. Era una guerrera y no tenía demasiado tiempo para el combate. Incluso empezaba a pensar que su vida había estado demasido encaminada a ello y que tenía que ser más inteligente. Pensar más con la cabeza y no dejar que los sentimientos...como solía pasar... fueran lo que gobernasen sus impulsos o acciones. - Así menos frio pasaremos y menos raciones del viaje gastaremos, cosa que nos pueden hacer falta para el regreso, sobre todo si es ... demasiado apresurado. 

Voto, dice mirando al hijo del líder, ir por el camino más corto, que en el peor de los casos nos hará tardar lo mismo y no tengo miedo a las alimañas que nos salgan al camino. - Y entonces cayó en la cuenta. - Claro, este lo que tiene es miedo de encontrar un oso o algo así. Y miró a Hrafnkell Toveson con desprecio al empezar a considerarlo un cobarde. Se notaba en su mirada que despreciaba la virilidad de ese hombre al haber perdido todo el prestigio que pudiera tener ante sus ojos, por lo menos ... durante unos instantes.

Miro a Hrafnell con desprecio pero mas con decepcion a sus palabras..., no queria que los animos de este grupo llegasen al suelo... era hora de imponer el orgullo y mantener la moral de los hombres arriba....

- ¿Maldita sea Hrafnkell ya estas pensando en la derrota? ¡Para esto vienes con nosotros! Maldita sea somos los representantes del clan Zorro, ¿esa es la imagen que queréis dar? Va por todos. Maldita sea, esta expedicción va con los mejores hombres y mujeres del clan, la derrota no esta en nuestro vocabulario... Mi obligación como guerrero es combatir y proteger a mis compañeros hasta el final y así lo haré... La hermosa Astrid se encargara de buscar la mejor ruta y espero que nadie la juzgue porque sea una mujer, pues ha demostrado con creces que su habilidad con el arco y su intuición en el campo nos sacara de cualquier sitio... y sobre todo tenemos con nosotros a mi amigo ¡Eyvind! Es el líder de la expedicción y nuestro mayor representante, para eso es el hijo de nuestro jefe. Por supuesto le ayudaré en todo lo que sea necesario... es como un hermano para mi y sabe que no le fallaré, ni a vosotros... ¡Por la grandeza de Odínn! ¡Levantad esas cabezas y caminad según las indicaciones de Astrid!

Hrafknell miro sorprendido a sus compañeros de viaje ante lo que sus palabras decian de él,cosas que en otras circunstancias harian que su hacha acabase manchada de rojo. Pero no era el momento ni el lugar, tenian una mision muy importante.

Levantando las manos hacia el cielo como si le hablase al mismisimo Thor habla alto para que todos le escuchen bien. A veces es importante dejar las cosas claras a tiempo.

No soy ningun derrotista... hermano. Nuestro Clan no puede permitirse que este nuestro viaje falle. Solo eso. Si quereis ir por los caminos mas escarpados y bailando desnudos asi lo hare, pues no soy ducho en las correrias campestres. Dara para un buen relato, eso no lo niego.  Con respecto a Astrid... creo que como buena mujer libre sabe manejarse bien sola... ¿o me equivoco?

Toma el regalo del saqueo que el Bondi le otorgo y lo hace sonar ligeramente. 

Tengo mucho que practicar.

Astrid ignoraba las discursiones de los hombres. Estaba demasiado concentrada en buscar la ruta. Tirar de sus recuerdos en las veces que había viajado por esos sitio y además buscar otros indicios como ver el curso de las nuves, la orientación del curso del viento todo tipo de pistas que en el futuro le pudieran ayudar a orientarse. Incluso el musgo en que lado estaba del árbol o en el que las ramas crecían menos.

Da un par de palmadas al puño de su arma mientras tintinean los eslabones de sus protecciones. - Si, algo se, si. contesta complaciente a los hombre, para que fuera su voz tranquilizadora la que reorientase los impulsos de estos, antes que bravuconadas terminasen en sangre sobre la nieve. Siguió con lo que hacía. De la misma manera y en una sola frase contestaba a ambos, a si sabía defenderse y a si encontraría el camino por el bosque. ... y precisamente para ello se estaba preparando. En ello trabajaba, en defenderse y en, sobre todo, encontrar el camino correcto hasta su destino.

No le molestaba el viento, la discursión o el ruido que salía de aquel instrumento. Estaba tan concentrada que si viene un oso rugiendo igual le tendrían que avisar porque seguro que tropieza con él y piensa que era un tronco o una piedra.

Caminando algo más aventajado al grupo Bjarni oía las réplicas de los demás a Hrafnkell por sus quejas. Cuando llegaron a una zona con más follaje se unió al grupo para no perderse entre la nieve la cual apartaba de su hombrera a la altura de alcanzarlos. Miró al enorme guerrero que gritaba en nombre de Odinn y para cuando acabó le saltó sobre la espalda y lo rodeó con su brazo el cuello del grandullón y dijo "Va va... es solo que hace algo de frio nada más todos conocemos a los Toveson y sabemos de lo que son capaces por un buen trozo de carne- dijo con algo de burla- pero lo más importante - dijo dejando ya al guerrero para situarse entre Kort, Astrid y Eyvind- debemos ser cautelosos a partir de aqui si pensamos entrar entre los árboles. Puede que no seamos los únicos con ésta misión y estariamos en desventaja si nos encuentran primero.- caminó hasta Astrid y posó su mano sobre el hombro de la mujer colocándose detrás- Seguiremos el camino que ella nos guie pero con discrepción."

Cuando Astrid se volteó Bjarni le devolvió un guiño.

Eyvind escucha con paciencia a todos cuando intervienen y sonríe en el intercambio de ánimos y bromas. Desde luego la falta de compañerismo y amistad en el grupo no va a ser un problema. Se pone serio luego al ver que la mayoría de ellos opinan que es mejor atajar por el bosque, en especial porque está de acuerdo con Hrafnkell en que el tiempo en esa época del año les puede jugar una mala pasada. Observa a Astrid, que conoce bien esas tierras y sabría acortar el camino, y se da cuenta de que aunque no puede imponer su decisión, su misión como hijo del bóndi es también ayudarles a que ésta sea la más acertada posible.

-Amigos, me temo que lo importante no es solo el llegar rápido, sino tener en cuenta que si no llegamos a tiempo tendremos que alcanzar la comitiva real en el camino. Por eso propongo que vayamos por los caminos que tan bien conocemos, que sin duda serán los que tomen también ellos. Además, quiero correr el mínimo riesgo posible de inicio, y aunque confío plenamente en tus capacidades, Astrid - la miro firmemente, dándole a entender que mientras lidere yo la comitiva va a tener igual voz y voto que cualquiera - debemos tener en cuenta los peligros que acompañan los bosques esta época del año. Esta misión no necesita un desempeño heroico y temerario, necesita tener éxito y correr los menores riesgos posibles, pues se avecina una posible guerra y no querría perder ninguna de vuestras hachas antes de su comienzo.

Eyvind Flölvarsson guarda silencio, esperando que sus compañeros mediten con cuidado la propuesta que les acaba de expresar.

Tardaron dos días, todo un logro para la misiva, pues el mensaje llegaba rápido y sin problemas.

El transcurso del viaje fue silencioso, en las paradas a descansar y dormir solo se hablaba de temas triviales y poco, puesto que aunque fueran jóvenes y capaces, doce horas al día de marcha rápida dejaban sin ánimo a hablar y con muchas ganas de descansar.

El paisaje apenas cambio, durante la marcha no hubo nevada y las pocas plantas que adornaban el camino se mantenían escarchadas y crujientes al paso.

Apenas a unas decenas de metros de la gran encina que marcaba el comienzo de las tierras del clan del Oso, el grupo se sorprendió por algo que sucedía a plena vista.

¡Un combate se estaba librando! Unos diez hombres peleaban en medio del camino, los caballos de los jinetes que eran derribados huían al galope por el camino o se adentraban aterrorizados en el bosque. Los cuerpos de moribundos y muertos se repartían por el suelo, la sangre decoraba las plantas como la nieve.

Parecía que todavía no habían visto al grupo, pero estaban en medio del camino.

¡Por todos los dioses! susurra Hrafnkell mientras toma su arco y prepara una flecha sin entender aun que diablos estaba pasando. La emocion del combate le entraba por cada uno de sus poros, inundando todo su ser. ¿Acaso podia complicarse mas la mision?

¿Alguno entendeis algo? ¿veis algo? No logro discernir quien es quien en esta escaramuza... en cuanto nos vean nos tomaran por amigos o enemigos y no se hasta que punto nos interesa esto... 

Trata de buscar algun sitio donde ocultarse en el caso de que todos sus compañeros opinen igual que él.

*Me pongo al lao de Eyvind a observar el panorama que nos habiamos encontrado de bruces en el camino..., no creo que tengamos tiempo de evitarlo, agarre fuerte la empuñadura del martillo, y apoye la parte de arriba de la madera en el hombro para descansar hay el peso de la cabeza..., entonces respire hondo y le dije...

Eyvind que hacemos..., si nos atacan atacamos y si vienen hablar... pues hablemos lo que si hay que estar preparados para un combate... no nos pueden cojer desprevenidos..., al menos que quieras atacar directamente... que por lo que te conozco tienes mucho mas temple que yo y querras intentar hablar con ellos primero...

La luchadora mira en derredor buscando un sitio donde ocultarse y poder disparar sus flechas. Precisamente saca una y toca con la punta al líder del grupo, y señala con ella hacia donde se va a esconder. - Siempre era una buena idea tener un arma más que hacer presión o sorpresa, y si sale una flecha en medio de un momento puntual, se sabe que hay arqueros, pero no se sabe cuantos. 

Espera que le den el asentimiento y mientras descuelga el arco para poder moverse cómoda mientras se oculta en ese puesto de batida para cazas ... incautos.

Aliviado por ver que apenas quedaba una hora de marcha para llegar a las tierras del Clan del Oso sin contratiempos, en el fondo Eyvind se sintió aliviado, y eso le hizo dejar de estar tan alerta. Un estado de alerta que tardó el tiempo que tarda una Valkiria en matar a un hombre en recuperar cuando vio la escaramuza que se estaba produciendo sin que ninguno de los bandos se apercibiera de la llegada de la comitiva del Clan del Zorro.

Al no ver nada en principio como Hrafnkell, ser preguntado por Kort e instado por Astrid a hacer algo decidió hacer caso a esta última:

-Venga, nos esconderemos en los arbustos, los que tengáis arco, junto con Astrid y conmigo prepararéis una flecha, pero no disparéis hasta ser atacados. No quiero herir por equivocación a la escolta real... Los que no, intentad distinguir a los contendientes, igual reconocéis a alguno de los hombres por historias que hayáis oído, o incluso un blasón o un escudo - manteniendo un tono de voz bajo, Eyvind quiso asegurarse de que todos los demás entendían lo que proponía. Esperó que todos siguiesen a la mujer tras los arbustos, ya que bien era cierto que no sabían ni quién luchaba.

Siguieron las órdenes de Eyvind y fueron a esconderse entre los arbustos, Astrid parecía dudar al ver los arbustos y comenzó a ojearlos todos, hasta que por fin encontró un lugar en el cual eran altos y densos, los señaló y fue hacia ellos a esconderse. Los demás le siguieron, pero solo Hrafnkell y Bjarni parecieron sentirse cómodos allí, ya que se ocultaron bastante bien en el lugar. Los demás, algo más torpes e incómodos, sin darse cuenta dejaban a la vista alguna pierna o asomaban en exceso el arco.

Cuando estuvieron allí aprovecharon para otear el pequeño campo de batalla, logrando atisbar algunas signos que le servirían a identificar a los combatientes.

Pss... pssss... susurra Hrafnkell a sus compañeros mientras señala a algunos combatientes aquellos de alli van muy bien pertrechados, casi parecieran ser de algun clan mayor o incluso... ¿del Rey?  ¿Que pensais Bjarni? ¿lo habeis visto tambien?

No separa la flecha del arco sabedor de que en algun momento entraran en combate.

¿Que demonios esta pasando aqui?

*Miro a Eyvind y resoplo con resignacion..., me coloco en cuclillas en la posicion que dijo el heredero de zorros y saque mi arco y apunte a la zona donde estaban los extraños combatientes que habiamos visto..., entonces miro a Eyvind y le digo...

Maldita sea amigo... en serio... escondernos?? tu has visto mi constitucion?? por la barba de Odin, es imposible que me pueda esconder... por si no cabe la deshonra que me ocasiona..., tu mandas pero por dios piensa en la habilidades que tenemos cada uno..., yo soy un luchador no una rata que se esconde...

*El ultimo comentario lo hice en plan broma..., Eyvind ya conocia mi humor negro en estas situaciones..., aunque tambien sabia que no le gustaba nada en absoluto el hecho de esconderse... aunque le seguiria hasta al final por amistad a el y lealtad al clan...

Tras intentar movilizar a sus compañeros, Eyvind resbaló al meterse entre los árboles y pese a no caerse quedó al descubierto unos segundos. Una vez en los árboles extrajo una flecha de su carcaj y la coloco de forma adecuada en su arco, atento a lo que pudiera pasar.

-No puedo deciros que ataquéis a nadie todavía, si alguno encuentra algún signo reconocible en los combatientes que nos lo señale - decide ignorar el comentario de Kort, sabiendo que trata de hacer lo correcto.

La pelea continúa parece que todos los contendientes de un bando han caído ya que el grupo de siete hombres que queda forma un corro con uno de ellos en su interior, que espada en mano va dando vueltas mirándolos a todos.

Uno del círculo sale corriendo y trata de golpearle, el combatiente del centro desvía el ataque y desenvainando una daga que llevaba enfundada el atacante, da un giro y la clava en el cuello de su oponente mientras mira al resto.

Dos más corren a por el combatiente central, uno de ellos es repelido con un feo corte en la cara, pero el otro aprovecha que el oponente central está entretenido con su compañero y lo atraviesa con una lanza. El guerrero, que parecía haber empezado con buen pie, hinca una rodilla en la tierra y mientras sostiene la lanza para evitar que pueda ser manejada por su enemigo, lanza una estocada hacia éste que le alcanza en pleno cuello, llevándose su vida con un sonoro e inútil intento por respirar.

Los cuatro oponentes que seguían observando mientras daban vueltas en círculo se alejan en dirección contraria a la vuestra, sin apenas hablar o mediar palabra, el del corte en la cara coge el arco de un compañero y mientras los demás le observan con cara rara, este último, a unos 10 metros, apunta contra el moribundo guerrero y dispara, acertando en el pecho.

Mientras el último combatiente cae al suelo definitivamente, el grupo se aleja a paso rápido, el "caracortada" va de nuevo hacia el guerrero, le patea y le cachea. El moribundo trata con una temblorosa mano de alejarlo, el bandido le arrebata una bolsa ensangrentada, la espada y le desabrocha la capa la cual también arrastra con él y se marcha por donde lo hicieron sus compañeros.

Todo queda en silencio y calma, solo el trote de algún caballo y algún relincho se escucha, el guerrero con la mano alzada, deja la misma caer al suelo e inclina la cabeza hacia un lado.

La guerrera se sentía mal consigo misma. Habían perdido la oportunidad de una pelea. De una batalla que hubieran ganado, pero no sabía ni a que precio ni las repercusiones que eso tendría. Ellos habían de cumplir una misión. Tenían un comentido y el responsable del grupo seguro que tenía más información que Astrid.

Ahora mismo eran libre, y como tal podían denunciar a los asesinos de aquel habilidoso y valiente guerrero que ahora reía en los Grandes Salones por la ayuda de las Valks.

Tal vez debieramos acercarnos con cuidado ... no me gusta como se torna esto compañeros... no pinta nada bien dice Hrafnkell sin soltar el arco y la flecha apresta. Tal vez tendriamos que habernos involucrado aunque... ¿a favor de quien? El escaldo no pierde de vista la ruta de huida de los asaltantes y por poco se abalanza para tratar de alcanzar al rufian que se lleva las pertenencias del caido.

Solo esperaba que los intereses del Clan no estuvieran en juego con los recientes acontecimientos. No podria perdonarselo aunque fuera tan dificil decantarse por una u otra decision.