Debido a la diferencia de altura no logras ver con claridad el interior del campamento. Memorizas lo necesario para lograr alcanzar la muralla y desde allí inspeccionar el lugar.
No parece haber mas patrullas que los vigías del perímetro, puede que se hayan confiado tras un tiempo de inactividad.
No tardas en localizar los objetivos, la artillería forma una linea que te facilitará colocar las cargas. Los morteros no serán un problema, sin embargo los nidos de ametralladora están ocupados. Hay dos hombres por nido y sorprenderlos será difícil.
Frente a la artillería hay varias tiendas, en la puerta de una de ellas hay dos hombres conversando. Ni siquiera vigilan, pero están de frente a los cañones y podrían verte al pasar de uno a otro.
Ni rastro del hombre al mando, deduces cual es su tienda por el soldado que monta guardia en la puerta. Lo mismo ocurre con el deposito de municiones, es el único protegido por sacos de arena.
Completar todos los objetivos no será nada fácil, una voz de alarma y todos los hombres te buscarán. La huida a través del desierto tampoco será sencilla, sin coberturas serás una sombra visible en mitad de la nada.
Tú decides cuanto te quieres arriesgar. Ve indicando para qué objetivo es la tirada y, si no fallas, en qué momento te marchas.
Todas las tiradas son de Sigilo.
Artillería 4 tiradas a dificultad 10
Morteros 4 tiradas a dificultad 12
Nidos 4 tiradas a dificultad 15 (incluye la eliminación de los dos hombres por nido)
Depósito de munición 1 tirada a dificultad 20
Hombre al mando 1 tirada a dificultad 25
Si fallas voz de alarma y se acabó el sigilo.
Mis manos se deslizaron por mi chaleco comprobando la ubicación y el perfecto estado de mis armas. Abrí cada pistola y me aseguré de que sus mecanismos funcionaran a la perfección, a pesar del polvo, la arena y el calor. Mantuve los forros de los cuchillos a distancia de mano y los estuches de las pistolas libres de todo disturbio.
Ingresé silenciosamente (al menos de momento) en el campamento. Luego de analizar la situación había llegado a ciertas conclusiones: la más importante era que no iba a poder cumplir con todo en un solo movimiento. Tenía que elegir cuál era la acción más rentable y eficiente a la hora de cumplir la misión sin tomar riesgos totalmente innecesarios. Teniendo en cuenta que neutralizar aquel puesto era una mera misión secundaria, un punto de conexión con la misión principal, que era el colarme en las fuerzas de Omertia.
Preparé los explosivos y me movilicé entre los cañones del puesto. Arrastrándome como un lagarto del desierto logré colocar los explosivos en las cuatro piezas. Ahora podía simplemente marcharme y volar la artillería o tomar algún riesgo extra e intentar también eliminar los morteros. Si lo hacía, la mayor capacidad ofensiva del campamento sería neutralizada, y su peligrosidad reducida a un radio muy pequeño, tan solo la distancia de disparo de sus ametralladoras. Era tentador y era un riesgo que quería tomar.
¡Maldición! ¡Llamé la atención en uno de los morteros! No atiné a otra cosa salvo eliminar a quién me haya visto. Si no podía hacerlo a tiempo, arrojaría los explosivos restantes al suelo o algún sitio donde hicieran daño y trataría de ser perdido entre las carpas y el caos que provocaría la explosión de todo lo que había plantado.
Cañones, morteros, y todo lo que alcancen los explosivos restantes, volando por los aires, serían suficientes como para evitar ser el centro de atención y ocultarme. Al menos, detrás de alguna piedra del pueblo destruido o incluso en alguna carpa del mismo campamento.
Motivo: Artillería (explosivos - sigilo)
Tirada: 4d20
Dificultad: 10+
Resultado: 19(+7)=26, 11(+7)=18, 18(+7)=25, 18(+7)=25 (Suma: 94)
Exitos: 4
Motivo: Morteros (explosivos - sigilo)
Tirada: 4d20
Dificultad: 12+
Resultado: 4(+7)=11, 13(+7)=20, 14(+7)=21, 16(+7)=23 (Suma: 75)
Exitos: 3
Espero que tengas piedad porque fallé solo por 1. Supongo que sería suficiente como para que me de tiempo de hacer algo y no tener que luchar contra 40 soldados............... ¿¿Eeeeeehhhhh?? jajajja
En total silencio colocas cargas en cada una de las piezas de artillería. Te aseguras de que, en caso de no destruirlas, el daño sea el mayor posible.
Repites la operación con los morteros pero accidentalmente tiras unos prismáticos que había a su lado. El ruido alerta a uno de los hombres que hay en la puerta de la tienda. Mientras te ocultas ves como se levanta y avisa a su compañero.
- ¿Has oído eso? En el mortero.
- Será cualquier animal, no es la primera vez que se cuela algo.
- Sí, puede ser, pero ninguno busca comida en las armas.
A medida que se acerca su compañero se levantan también. Viendo su comportamiento uno de los hombres del muro emite un silbido, la respuesta es un gesto señalando los ojos y después al mortero.
La base no está en estado de alarma, has logrado esconderte pero continuar el sabotaje ahora es mucho mas arriesgado. Ves una salida viable a través del muro, todavía no has sido descubierto.
Si el hombre continúa avanzando hacia el mortero puede que encuentre la carga, la oscuridad juega a tu favor.
Venga, te lo paso. Pero a partir de ahora tienes +5 de dificultad para sabotear el resto.
Ahora cualquier intento sería muy arriesgado. Estaría asegurando el ser descubierto y no era algo muy agradable. Decidí abandonar el campamento tranquilamente ahora que podía y así detonar los explosivos desde la distancia. En silencio me moví hasta el punto de escape y me aparté hasta algún escondrijo en la distancia desde donde poder hacer saltar la artillería en pedazos.
Mi escondrijo debería estar preferentemente hacia el lado de Omertia, donde fuese fácil huir en caso de que patrullas abandonaran el campamento.
Con la mayoría de soldados buscando en el interior del campamento tu huida resulta sencilla. Aprovechas los ángulos ciegos que se forman con las ruinas y te alejas hasta un lugar seguro.
Sin alejarte demasiado, por si la señal de radio no llega a las cargas, haces detonar todos los explosivos.
En la oscura y silenciosa noche la sucesión de explosiones parece un espectáculo de fuegos artificiales. Ves que se ha provocado un incendio y como hay mucho mas movimiento en el campamento. Un par de patrullas salen a rastrear los alrededores, hora de irse.
Te adentras en las montañas hacia territorio rebelde, no te perseguirán en esa dirección. Amanece y el panorama no mejora mucho, el paisaje sigue estando formado por montañas desérticas y escasa vegetación.
A lo lejos ves una columna de humo, es pequeña pero se trata del único atisbo de civilización de la zona.
Con sumo cuidado te acercas y tomas una posición elevada. Ves la hoguera apagándose y un par de niños que no tendrán mas de diez años vigilando un desfiladero situado varios metros mas abajo.
Ambos portan viejos rifles y junto a uno de ellos descansa una granada.
Había encontrado algo interesante. Pero no podía estar seguro de que aquellos niños-guerrilleros fuesen parte de los rebeldes, aunque fuera muy probable. Atenerme a mis tradicionales recaudaciones de información parecía ser nuevamente la mejor opción. Por lo que los observé, a ellos y a todo alrededor durante unas buenas horas. Me fijé en sus movimientos, alguna conversación si es que fuera capaz de oírla claramente, e incluso su equipo, no quería llevarme ninguna sorpresa.
Si determinaba que eran confiables o por lo menos que no fuesen capaces de causar daños irreparables a la misión, como volarme la cabeza, me aproximaría amistosamente, buscando hablar con ellos. Claro, no procedería sin antes colocar algúna pequeña cantidad de explosivo que sirviera como distracción en caso de que la situación se fuera al demonio.
Los dos niños permanecen durante mucho tiempo en la misma posición. Hablan entre ellos pero desde tu posición no eres capaz de entender nada. A veces ríen pero normalmente pasan largos ratos en silencio.
Se limitan a vigilar la zona que hay debajo de ellos, un paso que posiblemente nazca cerca de la colina de artillería y lleve a las cercanías del territorio rebelde.
En vista de la inactividad decides descender hasta ellos e intentar iniciar un dialogo. Es evidente que no son miembros del ejercito imperial y que no están allí por voluntad propia, alguien les ha encomendado la misión y los ha equipado.
Al girarse sus rostros reflejan sorpresa, aunque no miedo. Te observan mientras sujetan con fuerza sus armas, supones que están pensando que no eres enemigo, pues siguen vivos, pero tampoco te reconocen como enemigo. Su sorpresa debe está justificada pues nada parecer moverse en kilómetros a la redonda.
Ninguno dice nada, solo te miran y apuntan sin aparente intención de disparar.
-Qué tal. Mi nombre es Tomel, pero pueden llamarme Tom. ¿Acaso tienen un poco de agua? He tenido algunos... inconvenientes. Con ciertos personajes de por aquí y no tuve otra opción que encarar para este lado. ¿Les molesta si les hago compañía? Será solo por un rato, nada muy serio en realidad.
Me senté en una roca, no quería mostrarme amenazante, por lo que en ningún momento hice alarde alguno de mis armas. Aquellos niños seguramente tuvieran supervisores o algún soldado que viniera a vigilarlos cada cierto tiempo, por lo que tendría que estar alerta para no llevarme un tiro sorpresa que me volara la cara.
-¿Cuales son sus nombres?
Por lo que veía tenía dos opciones, o bien aguardaba con ellos a que apareciera algún soldado rebelde, o bien les caía tan bien que me indicarían la dirección de un campamento más grande. En todo caso, primero debía agradarles y digamos que mis habilidades sociales con pequeños no eran precisamente las mejores.
Los dos muchachos se limitan a seguir observándote sin alejar los puntos de mira de sus armas de ti. Independientemente de que seas amigo o enemigo la sorpresa parece ser que estés allí, en mitad de la nada.
Cuando te presentas y te sientas en una piedra ambos se miran, entonces optan por lo que todo niño hace cuando tiene un problema: Llamar a un adulto.
Uno de ellos lleva sus dedos a la boca y emite un potente silbido, al cabo de unos segundos se oye una respuesta procedente de algún punto indeterminado entre las montañas cercanas.
Quince minutos después, en los que ni siquiera te han respondido a la pregunta sobre sus nombres, aparecen un par de hombres. Visten desgastados uniformes imperiales modificados con brazaletes rojos que los identifica como independentistas. Sus rifles no tardan en apuntarte, algo que parece obligatorio en todo trato con este grupo.
- Extranjero, suelta tus armas. Sabemos lo que ha ocurrido en la colina, nadie se arriesgaría sin un motivo importante y no todo el mundo puede conseguir explosivos ni sabe usarlos. ¿Donde está el resto de tu grupo? ¿Para quién trabajas?
Abandoné mis pistolas en el suelo, pero no rehusé de mis puñales. Quizá no rebuscarían y lograría mantenerlos en mi poder. En todo caso, me incorporé y hablé ante el que parecía ser el que estaba al mando en aquel sitio.
-Me temo que estoy solo en estos momentos tan complicados. Lamentablemente, no tengo compañeros que me asistan, pero espero que esa suerte cambie próximamente -dije, tampoco quería dar demasiada información al comienzo porque sería igualmente sospechoso.
-¿Estoy hablando con las personas correctas, cierto? Quisiera poder entrevistar a alguien que pueda tomar decisiones importantes, es urgente.
Les dí un espacio de tiempo para que pudieran interpretar que se trataba de algo importante y que necesitaba hablar con sus superiores.
-Si los hace sentir más cómodos, no tengo problemas en viajar vendado -concluí-. No deben temer, el mal que pretendo causar es a sus enemigos, no a ustedes.
Mi idea era jugar a ser un agente de inteligencia extranjero, probablemente de Geld, para evitar problemas con el acento, que pretendía por orden de su agencia el asistir a los independentistas. Una situación absolutamente probable y que seguro ellos aceptarían con gusto.
Si la estoy pifiando con la actuación, avísame! XDD
Sin dejar de apuntarte con sus armas todos esperan a que termines de hablar. El hombre hace un gesto a los niños para que se queden allí y señalando con su rifle te invita a avanzar.
Tras descender por un pequeño camino escarpado llegáis hasta una pequeña camioneta, allí hay dos hombres mas. No tardan en ponerte una bolsa en la cabeza, te registran a conciencia y requisan todo lo que llevas encima.
Calculas que el viaje ha durado aproximadamente una hora y media, sucesivos giros, ascensos y descensos imposibilitan establecer una ruta clara desde la posición inicial.
Cuando te quitan la bolsa de la cabeza compruebas que estás en una especie de bunker de reducidas dimensiones. Apenas es una habitación de hormigón con una abertura y una puerta, lo cual puede significar que era un antiguo puesto de artillería o de ametralladora.
No oyes nada procedente del exterior, ni siquiera cuando se abre la puerta y entran un par de hombres. No los has visto antes, pero visten igual que los tipos que te han traído a este lugar.
- El Imperio ha intentado tantas cosas para acabar con nosotros que no serías el primer falso desertor, agente doble o presunto voluntario que viene a nosotros para unirse a la lucha. Podemos presumir de haber detectado a todos, incluso a aquellos a los que no hemos descubierto aún y permitimos estar entre nosotros.
El otro hombre se limita a apoyarse en la pared y cruzar las manos por delante, ves que sujeta una pistola pese a que estás sentado y atado a una silla.
- Nos han informado de fuegos artificiales en uno de los puestos de artillería del Imperio. Eso requiere unas habilidades, conocimientos y equipo poco usuales. Será mejor que nos digas quién eres realmente y cual es tu propósito en este lugar. Y será mejor que seas convincente, no tenemos miedo a ningún incidente diplomático.
Son rebeldes independentistas, no se fían ni de su madre.
-La guerra se acerca, señores -dije, haciendo gala de mis habilidades oratorias-. Y cada nación tendrá su participación en este enfrentamiento. No sabemos cuando se desatará ni porqué, solo sabemos que no podemos detener algo que está en el aire, algo que se siente y es palpable. El ambiente propicio para la guerra está instaurado desde hace meses, y el mundo va en esa dirección. Sospechamos que la magnitud de esta guerra puede alcanzar proporciones que no habíamos visto hasta ahora, y que una sola nación pueda cambiar el rumbo del mundo.
Espero que me comprendan, porque para las personas para las cuales trabajo, esto es extremadamente importante y es vital. Estamos hablando no de intereses económicos. Estamos hablando de la supervivencia de países enteros. Por ello, todas las piezas de este complicado tablero de ajedrez deben jugar su papel a la perfección. Y ustedes son una de esas fichas.
El gobierno de Geld, y especialmente el Servicio de Inteligencia, están interesados en el éxito de esta empresa. La existencia de "rebeldes" o me atrevo a decir, naciones independientes con el valor de plantar cara al Imperio, serán esenciales para el futuro y para el orden del mundo del mañana. En otras palabras, USTEDES son esenciales.
Estoy bajo el mando del General Yfgard -nombre de un general en activo del SIG, pero no muy conocido- y estoy cumpliendo una misión de asistencia para el SIG. Mi nombre es Alexis -buscando que sea un nombre también creíble- y soy un agente y técnico gelder. Mi objetivo era contactar con ustedes para prepararlos para el asalto imperial, ya que hemos recibido información al respecto.
Pueden comprobar mi identidad y me apresuraría a ello. Hay muchas cosas que tenemos que ver inmediatamente.
Mis intenciones son utilizar la respuesta del Imperio ante el ataque del campamento de artillería para hacerles creer a los rebeldes que es un asalto contra ellos.
Luego indicar que sería necesario trabajar con los científicos de ellos para poder desarrollar alguna tecnología como radares o sensores de alguna clase.
Allí extraer la información sobre la bomba y luego marcharme.
Te comento mi plan para que me des tu opinión sobre su viabilidad, ¡no para que me los frustres!
Los hombres se miran sin contagiarse un ápice de tu alarmismo. Parecen valientes y orgullosos, algo típico del Imperio, pero ves que en el fondo desconfían de las acciones inmediatas de su enemigo.
- El Imperio no ha atacado en años, avanzan posiciones cuando pierden otras pero mantienen el frente fijo. Podrían enviar a todo su ejercito e intentar barrernos, pero lo único que hacen en bombardearnos cuando detectan algún punto clave. No quieren esta tierra, aquí no hay nada de valor que ya no tengan. Somos un colchón entre otras naciones y ellos, los demás se sienten mas tranquilos y el Imperio no tiene que lidiar con las preocupaciones de otras naciones.
Realmente no ha dicho nada que no sepa cualquier persona medianamente informada. Omertia reduce las fronteras con otros países que ya han sufrido en el pasado el acoso del Imperio, la región sirve de muro de contención para futuras invasiones. Por ello los separatistas reciben el apoyo internacional, al fin y al cabo es una inversión en seguridad.
- Pero si Geld envía ayuda no la rechazaremos. Dinos, Alexis ¿qué puedes aportar a Omertia? Ya tenemos equipos trabajando en ingeniería militar ¿Qué puede hacer un solo hombre de Geld por nosotros?
Si dices que eres técnico tarde o temprano acabarás coincidiendo con los científicos imperiales, la mayor dificultad está en ganarse su confianza. Ten en cuenta que podrías ser un espía imperial enviado para acabar con los testigos del proyecto Khan.