Partida Rol por web

Claire se lanza como loca contra Roberto, pero cuando su ira finaliza y observa a su victima, no se trata de Roberto sino de Pablo Santos, que yace muerto en el suelo. Ha dado su vida por salvar la de su amigo.

¡Nooooooooooooooooooooooooooooooooooo! - estalla en gritos Esther y acto seguido, ya que su corazón no puede soportar semejante dolor, se desploma, muerta, contra el suelo.

Patrick intenta disparar a Claire pero antes de hacerlo, es como si esta le convenciera, como si le hiciese ver que no ha hecho algo tan malo, y entonces se detiene y guarda su arma.

Un torrente de lágrimas corre por mis hijos al ver lo que he hecho, a la persona que he matado. Leo me sostiene, el único pilar que hace que no caiga sin más, que no me pierda en las brumas de la locura.

En ese momento Patrick me apunta dispuesto a matarme pero logro convencerle con un par de palabras de que no lo haga.

Me dejo llevar por Leo, como una autómata, y dejo que me tumbe en una camilla. Demasiadas cosas por analizar y digerir. No se si podré soportarlo.

Cuando Claire alza su arma contra él no puede más que levantar los brazos para protegerse. Sus ojos estaban cerrados, y a pesar de oír los golpes no sentía dolor alguno. Los gritos de Pablo despertaron a Roberto de la parálisis y al abrir los ojos vió cómo el cuerpo de su amigo caía al suelo y su hermana se llenaba de sangre al abrazarlo.

Sorprendido y, por un momento acobardado, cayó hacia atrás para aterrizar sentado sobre su mochila...
Y algo se le clavaba en la espalda.

Lo agarró con las manos sudorosas y encalladas. Volvió a soltarlo en un momento de duda, aquel arma no había quitado ninguna vida. Al menos hasta ahora - Pensó, asiendo la madera de nuevo.

Veo a Roberto abalanzarse contra mí y, al menos por un instante, siento el deseo de dejar que acabe con mi vida por lo que le he hecho a Pablo. Pero sólo dura un momento.

Con una rapidez inesperada esquivo el ataque de Roberto, dando un par de pasos hacia un lado y, con un rápido giro de cadera, lanzo mi palo de golf contra su cabeza -Elena, la que tu decías que era la asesina, ha demostrado su inocencia. Tu eres uno de esos psicópatas aunque ahora ataques a la luz del día.

Nunca he acusado a nadie, zorra. Tú has matado a mi amigo...

¡Y te has atrevido a robarle después!

Interpone su arma para rechazar su ataque y lanza una nueva arremetida con su palo de madera. Mientras, una especie de pasta negra salpica en todas direcciones.

Leo saca la pistola de su cintura y apunta a Roberto - "¡Basta ya!" -replica para a continuación gritar - "¡¡¡MIERDAAA QUE HAY UN NIÑO CON NOSOTROS!!!" - al borde de la histeria advierte a Roberto - "No quisiera tener que usar esto contra ninguno de ustedes" - dice, sin dejar de apuntar a Roberto - "Pero si no me dejas otra alternativa..." - quita el seguro del arma - "O nos calmamos todos, o no saldremos de esta puta ciudad con vida"

Roberto golpea con todas sus fuerza a Claire con el palo, haciendo que esta se desplome y se golpee la cabeza con fuerza contra el suelo, mientras el arma de Roberto estalla en mil pedazos.

Roberto jadeante contempla la escena, parece que ha sido el final de la muchacha. Pero en ese momento, podéis escuchar una respiración entrecortada y Claire se pone de nuevo en pie. Esta muchacha es mas dura de lo que parece...

Escupo sangre, malherida, cansada, fatigada y muy, muy cabreada -¡Cabrón! No soy tan fácil de matar, maldito -le grito mientras me levanto apoyada en el palo de golf -no te dejaré vivir, mataste a Lucas y a más gente. Si tu palabra fuera verdad Elena sería la asesina pero ella está aquí y es de fiar. Y para más inri soñé contigo y con otras dos personas y estoy seguro de que uno de ellos era el asesino. Y pondría mi vida en manos de las otras dos personas. Se, sin lugar a dudas, que tu eres un asesino y voy a matarte, aquí y ahora. No dejaré que le hagas daño a nadie y mucho menos a mí y a las personas que quiero -concluyo mirando rápidamente a Carlos, Leo, Calen, Elena y Esteban. Acto seguido cargo hacia él dispuesto a acabar lo empezado -los demás no os ensuciaréis las manos pero no os dejaré dormir junto a un psicópata.

Claire se tira como una loca a por Roberto, con su arma aún en la mano, dispuesta a matarle.