Partida Rol por web

Lyara suspiró fijándose en el gesto del hombre, tratando de discernir si en efecto, les estaba tomando el pelo como también parecía sospechar Courier o si su escaso dominio del idioma era real. En todo caso supuso que si evitaba ese asunto frente ellas, también lo habría hecho con la clientela por tal de salvaguardar su negocio. No le parecía especialmente sospechoso ni quería apretarle más de la cuenta.

Asintió de manera casi imperceptible hacia su compañera.

—Bueno... no importa. Debemos irnos, que tenga un buen día. Si recordara algo relacionado con el asesinato, le estaríamos agradecidas —expresó de manera cordial inclinando ligeramente la cabeza a modo de despedida.

—Nos queda la licorería. Y bueno... los vecinos. Pero algo me dice que eso no sería trabajo de un día —comentó a Jeaninne cuando ya no se encontraban cerca del dependiente.

Esta parte del trabajo se le estaba haciendo cuesta arriba a la agente Courier, se estaba impacientando. Es cierto que habían conseguido un video, pero no tenía muchas esperanzas de que pudieran sacar mucho de él.

- Venga, vamos ya, tenemos que terminar con esto cuanto antes. Vamos a la licorería. Y luego si no conseguimos ningún dato útil, pidamos permiso para ir a revisar el video.

De tanto hablar con vecinos, comerciantes y forenses, Jeaninne estaba extrañando sus días de perseguir pandilleros. Pero este era un trabajo más importante, es cierto que más tedioso, pero sin duda más importante.

- Te he contado que le he partido el trasero a Ryan en un combate mano a mano? – dijo para amenizar la tarea. – Deberias haber visto su cara, no podía comprender como había perdido contra una chica. – Jeaninne le sonrió y siguió caminando.

Ojala podamos sacar algo positivo de la licorería, pensó.

Sin haber sacado nada de utilidad del establecimiento de Shawarmas, aduvieron entre peatones agenos a todo aquello hasta la tienda de licores.

Sus ojos acostumbrados enseguida distinguieron que aquel escaparate no era común y corriente sinó que estaba provisto de un cristal blindado, al igual que la puerta de la tienda.

al entrar a la misma pudieron leer un cartel de papel colgado junto a la misma

Cita:

Al fijarse un poco más pudieron ver como al lado de la puerta había una especie de ventanilla de banco que daba al exterior y que sin duda servía para atender a los clientes que acudiesen a horas intempestivas sin tener que exponer demasiado al dependiente.

Su entrada al local fué anunciada por una campanilla electrónica que provocó que un enano surgiese casi como un resorte desde detrás del mostrador.

-En que puedo ayudarles. preguntó sin demasiado interés aquel barbudo dependinte.

-Por suerte sí, señor -dijo Jefferson, con orgullo-. El indigente me ha contado que escuchó a Polvo Lunar preguntarle al asesino si iba a poder aguantar el subidón. No llegó a verlo, pero dice que llevaba una gabardina y... Lo más importante: nuestro testigo oyó el sonido de un coche arrancando para alejarse de la escena del crimen a los pocos segundos y, por lo que ha dicho, el sonido de ese motor sólo pudo producirlo un GMC Terrain o un Lambda, e incluso ha especificado que tuvo que ser el modelo de 320 CV. Parece que se pasó bastantes años trabajando para la General Motors, por lo que sabe reconocer cómo suenan los motores. Creo que podemos fiarnos de su palabra.

- Un enano en una licorería, estamos seguras de que no es Don, no? – dijo sonriendo.

Luego cambió su expresión, a Jeaninne le pareció oportuno encarar al enano de forma franca.

- Sentimos molestarlo, somos de la NYPD. No queremos robarle mucho tiempo. Yo soy la agente Courier. – le dijo al tiempo que le mostraba la placa. – Me acompaña la gente Woods, posiblemente nos haya visto en los medios. – agregó mientras depositaba el periódico donde aparecían en primer plano la agente Woods.  

- Estamos investigando el asesinato del elfo que fue atacado aquí en el callejón. Seguramente ya lo habrán molestado por este tema. Pero le agradeceríamos si pudiese contarnos lo que pueda llegar a saber al respecto. 

En aquella situación, Lyara trató de no interrumpir demasiado a su compañera pues creía que había expuesto a la perfección qué motivos las llevaban a aquel lugar. Asintió ligeramente cuando Jeaninne las presentó, inclinando la cabeza en un gesto cordial hacia el enano, tal vez en agradecimiento de que por lo menos las hubiera recibido.

Parecía que aquel establecimiento tenía buenas medidas de protección, eso podía ser un arma de doble filo: o los trabajadores se encontraban demasiado aislados del exterior como para haber visto u oído nada, o por lo contrario, tenían cierto control de lo que acaecía en la calle para evitar encontrarse clientes demasiado problemáticos.

El enano se mesó la barba, mirando con atención a las dos agentes de policía.

Hum... pensaba que ya habían acabado por aquí, hace días que no veo policías merondeando por el barrio y haciendo preguntas...

Echó un vistazo al periódico sin demasiado interés.

-Como ya dije a sus compañeros, poco puedo aportar a este turbio asunto... El orejas picudas alguna vez entró en busca de algo que bajarse por la garganta... Peppermint si no recuerdo mal. Supongo que entre cliente y cliente le entraría sed se encogió de hombros. -Y si, claro que se a lo que se dedicaba... como todo el barrio y supongo que como la brigada de información de su policía, pero supongo que a los orejas picudas se les concede salvoconducto especial... En cuanto hubo repetido por segunda vez aquel apelativo faltón hacia los elfos, pareció reparar en que estab frente a una miembro de aquella raza y carraspeó. -Sin pretender faltar a la señorita aquí presente, por supuesto...
Se frotó la nuca. _lo cierto es que no se muy bien en que puedo ayudarlas, pero si se les ocurre algo, símplemente díganlo

-Bueno... no es mucho pero ya es más que lo que sacaron los de la brigada de homicidios. ¡Buen trabajo, Jefferson!dijo en un tono que reflejaba total sinceridad.

-Puede parecer poco, pero ya nos da un hilo del que tirar... Nuestra próxima prioridad es la de conseguir información acerca de ese vehículo... tratar de reducir el cerco de algún modo...Se pinzó el mentón en pose pensativa.

-Espero que las chicas hayan conseguido algo también, eso sería magníficodijo para sí en voz alta.
-Lo mejor será que las esperemos en el coche, a no ser que tengas algo diferente en mente.

-Gracias, señor -dijo Jefferson, agradeciendo que su superior le diera la enorabuena por sus resultados-. No nos será muy difícil encontrar al propietario de ese vehículo, no debe haber muchos coches de ese mismo modelo en la ciudad. Al menos, nos servirá para reducir el número de sospechosos.

-Creo que podríamos esperar a las chicas en el coche, o acercarnos para ver cómo les va. Como usted prefiera, señor.

Lyara se rascó la diestra con la mano opuesta mientras escuchaba al enano. Realmente no se tomó a mano su mención peyorativa al colectivo elfo, a fin de cuentas era normal que los de su especie se hubieran ganado aquel resentimiento por parte de las demás razas.

—Uh, entiendo. Imagino que no disponía de visibilidad del exterior ni vió nada fuera de lo normal —expuso haciendo una pequeña pausa tratando de leer la expresión del enano, por si le daba alguna pista. Tras una breve pausa, reanudó sus palabras— ¿Recuerda si en la noche de su muerte vino a comprarle algo? ¿Algún dato significativo acerca de esa última compra? —ladeó ligeramente la cabeza, expectante.

hum...refunfuñó mesándose la barba a la vez que sus pupilas se desplazaban hacia la izquierda.
No...la noche de los hechos no se pasó por aquí... diría que la última vez que vino fué hace ya dos semanas... a por su peppermint de rigor...- Señaló una parte de la estantería que había detrás del mostrador, donde se podían ver varias botellas alineadas con el contenido color verde hoja.

Iba colocado como siempre y no ví en el nada fuera de lo normal... bueno, de lo que era normal en él, si ustedes me entienden.completó aquella frase a la vez que se señalaba la nariz.
-Miren, no se muy bien cual es la línea de investigación que están barajando los suyos, pero puedo asegurarle que no es ningún tema de ajustes de cuentas como he llegado a leer en prensa... negó con el dedo índice con el que había hecho alusión al consumo de drogas hacía unos segundos.
-Desde aquí uno se entera de casi cualquier cosa que pase por el barrio y el asesinato de POlvo Lunar cogió por sorpresa a todos... a clientes habituales, a amigos e incluso a rivales por el territorio, por lo que, bajo mi manera de verlo, lo del ajuste de cuentas son poco más que paparruchas.
Se cruzó de brazos

—Entiendo. Entonces dice que no se le conoce ningún conflicto momentos o días atrás antes de los hechos, ¿verdad? —preguntó con cierto interés. Realmente no esperaba poder rascar demasiado de aquello: por lo que sabían el asesino seleccionaba las víctimas siguiendo un criterio definido, y las víctimas no tenían lazos personales entre ellas, sólo compartían el hecho de mostrar la presunta decadencia de la raza élfica.

Se frotó la mejilla, dando algunos momentos al enano por si quería expresar alguna cosa.

—Si no recuerda haber visto u oído nada relacionado con él ni su muerte, poco más puedo hacer que darle las gracias por haber colaborado con nosotras —mostró una ténue sonrisa. Por lo menos se había tomado su tiempo en recibirlas, y aunque aquella información no fuera novedosa por lo menos apoyaba la versión que hasta el momento sopesaban.

Tras despedirse cordialmente echaría un último vistazo a la calle, fijándose en si algún edificio en particular que no hubiera visitado ya tenía una buena imagen del lugar del crimen. De lo contrario volvería sobre sus pasos para reunirse con sus compañeros.

Ningún otro edificio llamó la atención de las agentes de policía, por lo que decidieron reunirse nuevamente con Peter y con Frank donde habían estacionado el coche camuflado de la policía.

En cuanto hubieron puesto al día a los dos varones, Johnson se tomó unos segundos para procesar aquella información que habían logrado recabar.
-Seguro que algo podremos sacar de las grabaciones... por otra parte no me acaba de gustar demasiado lo de que los focos mediáticos se hayan centrado tanto en Vaamar y en ti... es algo que deberemos tener en cuenta. Lo mejor que podemos hacer es reunirnos con el equipo bravo y mirar que tienen ellos...
Dicho esto se montaron en el vehículo y encaminaron dirección a la comisaría

—Bueno... era de esperar. Era cuestión de tiempo que los medios pusieran algunas dificultades —expuso aquello con cierta despreocupación. Quizás aún esperaba poder usar aquello en su ventaja si es que el asesino quería dar un paso en aquel sentido— En cuanto a las grabaciones, me gustará revisarlas si nadie en concreto va a hacerse cargo.

Por lo demás se insertó en el vehículo tras asentir hacia sus compañeros.

-Como dice la compañera, era de esperar que los medios empezasen a poner dificultades y a vertir basura sobre algunos de nosotros -dijo Jefferson, con un ligero suspiro-. Viendo que, de momento, esas noticias sólo van contra la agente Woods y la agente Vaamar, no descartaría que ese elfo remilgado de esta mañana haya podido tener algo que ver. Siendo candidato a la alcaldía, es probable que haya comprado algunos medios de comunicación.

—Uh... no lo descartaría. Pero creo que es cosa de los "buenos". El artículo nos trata prácticamente como heroinas, o así lo interpreto. Claro que para el asesino no será algo tan positivo —comentó aquello frotándose la mejilla, no del todo convencida acerca de todo aquello— Está claro que independientemente de las motivaciones que pueda haber detrás, la situación es la que es. Si he de ser sincera, no sé si se mostrará tan atrevido como para buscar atacarnos, pero deberíamos utilizar esa posibilidad en nuestro favor.

-Si el asesino busca notoriedad no deberíamos descartar que os pudiese tener entre sus objetivos... pero es, cuanto menos, una posibilidad muy remota. El joven detective conducía de forma calmada, prestando tanta atención a la carretera como a la conversación.
-Sea como sea, lo mejor es que lo pongamos todo en común en cuanto nos reunamos todos.

Sin más sobresaltos llegaron hasta la comisaría central de la ciudad de Nueva York.
Tras haber enseñado su placa al policía que custodiaba el aparcamiento de vehículos oficiales, la barrera se levantó automáticamente y accedieron al edificio.

Peter entregó las llaves en la garita correspondiente y tras firmar en la hoja de registro sacó su teléfono del bolsillo.

-Vayamos al despacho. Convocaré a todos allí.