Partida Rol por web

Hicieron caso a Maverick y le dieron armas y algo de munición. Aquel valiente hombre se disponía a enfrentarse a toda una ciudad encolerizada el solo por salvar a una pequeña, de la cual desconocía si estaba viva o muerta.

Mientras los demás se disponían a volver al bunker, donde Toki les esperaba.

-Espere, espere un momento -le digo a Joseph antes de que se vaya. Luego suspiro como si hubiera tomado una decisión-. No puede enfrentarse usted solo a todos esos monstruos. Además, ¿sabe dónde se encuentra la pequeña? Sargento. Usted y la mitad de sus hombres acompañarán al grupo que va al bunker. Lleve a la niña que encontramos con usted, el agente Kerenksy está al tanto de su "situación". El resto vendrá conmigo, acompañaremos al agente Joseph.

Miro a mis hombres con seriedad, para que sepan que no bromeo.

-Las cosas han cambiado, caballeros. La situación es peor de lo que pensábamos. Aún así, las órdenes siguen siendo las mismas. Proteger a la población civil, eliminar a todos los infectados que podamos. Así que ya tienen sus instrucciones, rompan filas.

Preparo mis armas, llevando munición suficiente de todo lo que tenga.

Miro al grupo de hombres que se va a ir a por la niña y no puedo evitar sentirme culpable...pero las doctoras han de volver la laboratorio de donde tal vez no tenían que haber salido y tenemos que llevar a los dos posibles infectados, ademas del agente herido. No podemos cargar con todos ellos por la ciudad.

Nosotros regresaremos a la base. Me acerco al teniente y le tiendo una tarjeta con mi numero de móvil.Si tiene un móvil, me podrá localizar en este numero.

Acepto la tarjeta y la guardo en mi uniforme.

-No tengo móvil, lo siento. Sólo las radios de onda corta que llevamos todos. Imagino que dentro del búnker no funcionarán. Además, es un bunker, los móviles no funcionarían.

Me detengo cuando el teniente me insta a esperar un momento, y se ofrece a acompañarme...

-No, no se donde está la niña. Iré a la guarderia y de ahí investigaré dónde puede estar. No sé siquiera si esta viva, pero tengo que encontrarla, es mi ahijada. Teniente, le agradezco que me acompañe.- Le comento con sinceridad poniendo una mano en su hombro con camaraderia.

Miro a Tracy y a Luke... dudando.

Mi obligación sería volver con Tracy y con los heridos al refugio, mirar a ver qué ha averiguado el chico del laboratorio y comprobar si la muchachca está infectada.

Pero Luke... ¿qué va a hacer? Quizás sienta que su deber es acompañar a Stevenson...

- Tracy, Luke, deberíasmo volver con lo que tenemos para analizar. Señalo a la chica inconsciente y miro a Luke, preocupada, esperando su respuesta.

Pendergast está apoyado sobre un coche, con la mirada perdida, y no parece enterarse de nada en absoluto.

Observando la situación no puedo evitar sentirme mal por volver al búnker, pero mi obligación es hacer lo que pueda por obtener un remedio... por débil que sea, y analizar a los posibles infectados.

Dios...me avergüenza pensar que me alegra tener que volver al búnker. Pero ese hombre, y esos soldados... Qué será de ellos...

A los pocos segundos, escucho a Ainhoa y su miedo a alejarse de Lucas. No puedo evitar comprenderla, ha sido un apoyo para ella y realmente le necesita ahora, así que no dudo en alentar su silenciosa petición diciendo:

- Sí, y cuanto antes nos movamos mejor. Lucas, Ainhoa, ¿Vamos?

De repente me fijo en el callado Pendergast. Le toco suavemente en un brazo y le pregunto:

- ¿Te encuentras bien? Nos movemos...

Pendergast despierta bruscamente, y cae al suelo. No sabía que se había dormido.

¿Yo? ¿Qu..? Eee... Sí, me estaba moviendo. -Responde con extrañeza. Me estaba moviendo hacia la cremallera gigante...

Bueno...miro alrededor al decir esto. Aun tenemos pendiente el tema del transporte. Quizás les podamos acompañar un trecho mientras buscamos un vehículo que podamos usar..no creéis?.

-Hagan lo que crean conveniente pero háganlo rápido -digo con firmeza-. No podemos seguir perdiendo el tiempo aquí parados. Si nos atacan, esta posición no es defendible, hay demasiados puntos ciegos.

Tras ir junto a los militares un cacho al fin encontraron un monovolumen que parecía estar en buen estado. No tenía ningún golpe y se encontraba perfectamente aparcado.

Pendergast no tiene ninguuuna gana de moverse de ahí. Siente una calma que nunca antes había sentido, y teme que sea como la cobertura o el suelo calentito. Pero bueno, Pendergast no es el único en el mundo y lo sabe, así que va en el... buf, el coche está siendo asediado por cinco personas (contando inconscientes), así que va con los militares. Además, así les hace compañía.