-¡Empieza el baile otra vez, señores! ¡Gómez, de la vuelta a la furgoneta! Hagamos como la otra vez.
Después cojo a Tara en brazos y la pongo en mi asiento.
-Quédate aquí, cariño, y tápate los oídos.
Abro la puerta de la furgoneta y bajo. Usando el vehículo como cobertura, abro fuego contra los infectados que acosan a los civiles.
Los soldados comenzaron a disparar y la primera fila de infectados se fue al suelo como fichas de un domino. Una segunda rafaga hizo caer a otro grupo y el resto comenzó a huir como si aquellos demonios de pronto hubieran recordado el miedo a la muerte. Se olvidaron del grupo al que atacaban y en cuestión de segundos los dejaron solos.
Un hombre de aquel grupo de cinco bajó su arma y gritó:
¡¡FBI...no abran fuego. No estamos infectados.!!
Cambio de escena: De la sarten al fuego
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-¡Alto el fuego, muchachos, alto el fuego! -ordeno levantando el brazo. Hago un gesto al sargento para que me acompañe y me acerco, rifle en mano aún, a aquel que se ha identificado como agente federal. Los chicos se quedan en el vehículo vigilando a la niña y tomándose un respiro. Esto empezaba a ponerse cada vez más interesante ¿El FBI aquí? ¿Qué se les habría perdido?