Cita:
Otia...te juro por Snoopy que no la había visto hasta que lo has mencionado ahora...en serio. Perdona xD
Asiento a la solicitud de Ainhoa y me agacho para sacar mi arma de repuesto de la funda del tobillo. Por su tamaño y peso este pequeño revolver de seis tiros es ideal para una rápida defensa.
Me giro y se lo tiendo a Ainhoa cuando salimos del coche, aunque antes de dárselo me intereso por una cuestión.
Supongo que esta de mas preguntarlo...pero sabes manejarlo?.
Durante unos instantes no se escuchó nada, después se escuchó un zumbido y las puertas del almacen quedó abierta, Toki la empujó y accedieron a una pequeña sala donde solo había la puerta de un ascensor. Era una puerta metálica y bien pulida que contrastaba con el aspecto viejo y ruinoso de todo lo demás.
Un sonido agudo resonó en sus oidos y la puerta del ascensor se deslizó sin hacer ruido a un lado, dejando ver el interior moderno y pulcro del interior, y su reflejo en las paredes del ascensor, que eran un espejo.
Por toda respuesta a Luc, le doy un beso en la mejilla, y me dirijo hacia donde los demás. Cuando veo el interior del ascencor, me vuelvo hacia Pendergast.
- ¿Sabe algo sobre esto? Quiero decir, si le han dado instrucciones- le hablo suavemente, tratando de que no se vuelva a molestar, y miro a los demás, a ver cómo reaccionan ante el ascensor.
Me quedo sorprendido un instante ante el gesto de Ainhoa, pero luego me apresuro a seguir al resto al ver que todos entran en el almacén.
El que no veamos a nadie desde un comienzo me da mala espina. Así como el espejo del ascensor...demasiado teatralmente colocado para no ser lo que parece...o no?.
Me coloco en el ascensor, cerca de las dos doctoras y preparado para lo peor. Así soy de optimista yo...
Sorprendido, Toki, se apresura a entrar dentro de lo que será el ascensor.
Señores, no se lo que nos espera qui, es más creo que todos estámos deseando saber de que va todo ésto, asi que démonos prisa en averiguar de que va, solucionarlo, si es posible cuánto antes, pñara que todo el mundo pueda volver a su " rutinaria " vida.
Seco, cómo siempre, y cómo había demostrado, Toki seguía su propio instinto, yse aventuró sin pensarselo dos veces dentro del improvisado asecensor que les llevaría a las respuestas que estaban buscando.
Emy entró al ascensor tras Toki.
Vamos, Toki tiene razón, aquí estan las respuestas.
Me encojo de hombros mirando a Luc y a Tracy, entrando en el ascensor resignada.
- Pues vamos, si todos están de acuerdo.
Pendergast no dice nada durante un rato, pero asiente a las palabras de los demás.
¿Por qué tenemos que estar parándonos a cada mínima decisión? Anda, vamos.
¡¿Hay alguien ahí?! -Pregunta, acercándose a una puerta.
Entro siguendo al resto del grupo. No me gusta nada la situación, todo está impregnado de una atmosfera conspiratoria que no me gusta nada.
Bueno...espero que esto no nos lleve al infierno...seguro que allí se alegran de verme otra vez...
El ambiente no era muy cómodo, aún así Bender quería saber que estaba pasando, después de tanta gilipollez sería absurdo que no llegará alfinal del asunto.
Cruzado de brazos se mantiene en segundo plano pensativo y se mete en el ascensor a la espera de cualquier encuentro.
Me mantengo alerta y en silencio en mitad del ascensor. No me siento cómodo aquí dentro, encerrado sin obtener ninguna respuesta a las preguntas que nos han traído aquí.
Me parece un poco chocante, que después de todo los que nos intentaron traer no tengan ahora prisa por dejarse ver.
Esta muriendo gente, y siguen con sus juegos con nosotros.
Cuando el utlimo del grupo entró en el ascensor las puertas de este se cerraron y el ascensor comenzó a descender. Durante unos segundos el ascensor bajaba sin cesar, alguno de ellos llegó a temer lo peor, pero finalmente el ascensor se fue frenando con suavidad y abrió sus puertas para dejar a la vista una sala enorme, muy moderna, nada que ver con lo que aparentaba desde fuera.
Llena de pequeños cubículos donde había gente trabajando en ordenadores, atendiendo teléfonos y cosas similares. A Lucas le recordó la oficina central del FBI. Algunos de aquellos tipos estaban armados y todos vestían trajeados, de negro y camisa blanca. Nadie pareció percatarse de su presencia hasta que una joven asiatica se acercó a ellos.
Señores, por favor siganme si son tan amables.
Bordearon la sala, caminando durante un rato, la asiatica se negó a responder a nada de lo que le preguntaron y tan solo se limitó a decirles que el señor Stevenson les respondería con gusto.
Al fin llegaron a una puerta en el otro extremo de la gran sala central. La mujer se despidió en aquel lugar y les invitó a entrar.
Pasad a la nueva escena:
La agencia