Partida Rol por web

Una vez en el mar Karestya puso en marcha la vaina, fue activando o desactivando indicadores (tener cuatro brazos era muy útil para estas cosas) y siguió las indicaciones del instrumentaje, puso el navío rumbo a su destino. Rushán, la misteriosa isla con forma de cilindro dónde se encontraban Ox y sus piratas. ¿Qué les esperaría allí? Más allá de gusanos de fuegos, pterodactylos y una lucha a muerte con una tripulación pirata, por supuesto. Este tipo de aventuras siempre acarreaba algún tipo de sorpresas.

La híbrida se recostó en su asiento y puso todos sus brazos sobre su nuca acomodándose.

—Estos vehículos tan avanzados son demasiado aburridos de pilotar. ¿Os importa si charlamos un poco?—preguntó— No quiero quedarme dormida. No me gusta cometer ese tipo de imprudencias.

A ojos del doctor, Karestya era un rara avis. Verla mover los cuatro brazos con semejante habilidad le dio una envidia descomunal. ¿Porqué no pondría cuatro brazos al robot? Pensó decepcionado.

Pero como tan solo es un robot y siempre se puede modificar, el bebé se quitó el chupete y miró a Alumi. ¿Tú sabes de inventos no? ¿Me pondrás dos brazos más algún día? Quiero ser como ella. Preguntó señalando a la pata. El bebé se inclinó hacia delante hasta apoyarse en el borde la cabina y puso cara tierna y los ojos como platos, al igual que un gato de una de sus películas de dibujos preferidas.

Me relajé en mi asiento cuando todo pasó, una suave travesia nos llevaría a nuestro destino. Me bajé los cascos.

-Claro! Charlemos un rato, así nos sentiremos un poco mas tristes si alguno no regresa- bromee algo morbidamente.

Saqué un pañuelo y se lo di al bebé casi sin mirarle.

-No pidas favores mientras aún te cuelgan los mocos del lanzamiento, además, no ves que la pobre tambien esta afectada... a los novatos se los ve a la legua.

Con una sonrisa me giré hacia aquel fornido guerrero con una sonrisa.

-Creo que no recuerdo tu nombre... pero parecias saber mucho de alimañas, sabes si se puede... hipoteticamente hablando... criar a un Pterosaurio de esos？

Me giro a mirar al oír a alguien que parece hablar en mi dirección. Es el hombre que porta ese extraño traje. Por lo que oí, y entendí, ese traje le da sus habilidades y es parte de él, no una armadura o una vestimenta. No le había visto gran cosa en la isla, lo cual no me parecía mal. Cuando había que verle era en las operaciones.

Bronan- contesté a la pregunta implícita. Supongo que podrías intentarlo. Los niños en mi aldea suelen... solían- hay una pausa pequeña pero perceptible entre esas dos palabras-  intentar criar aves que cazan. Por lo general, mueren a los pocos días. Si han creado vínculo con la madre y los cortas, la mayoría simplemente se muere aunque se les alimente y les cuide.  Aunque pudieses mantenerla con vida, si no tiene a nadie de su especie que le enseñe, nunca sabrá volar. Los humanos no estamos hechos para volar, así que no podemos enseñarles. Y un ave que no vuela para lo único que le aprovecha a nadie es para servir de comida. Y esos bichos son muy correosos para hacer buen asado.

Quizás con alguna máquina de estas como el fortín que pudiese volar sería posible... pero a verdad, se me ocurren muchos otros usos que podría darle a algo así. Aprender a domesticar pterodáctilos estaría muy abajo en la lista.

Si lo coges al poco de salir del huevo, puede que te llegue a considerar como su madre. Pero seguiría siendo necio confiar en él. Esos bichos tienen cabeza de reptil. No piensan como nosotros o como los otros sög-ter, los animales peludos. Aunque fueras su madre, se te comería igual si tiene hambre o está acorralado. Ese tipo de cosas no significa nada para ellos.

En todos mis años en Hybórica, nunca conocí a nadie que hubiese tenido éxito domesticando a uno. Pero si realmente estás decidido a inentarlo, puede ser algo interesante de ver.

Mientras no tengamos que limpiar el estropicio luego, al menos...

Por fin estábamos en la vaina, había soñado tanto con aquel día... pero el esfuerzo había dado sus frutos y allí estaba junto a mis compañeros, rumbo a nuestra primera misión, no podía estar más feliz.

Suspiré y miré de reojo a Karestya, verla pilotar con todos aquellos brazos era algo... curioso, lo hacía más que bien y yo estaba segura de que con ella al mando de la vaina, nunca tendríamos problemas.

Al oír mi nombre me giro hacia el bebé.

- ¿Qué? Ah, bueno, supongo que podría intentarlo a nuestro regreso, a un módico precio claro, lo estudiaré, ¡si alguien puede ponerte bracitos esa soy yo! 

Oír hablar de domesticar a uno de aquellos bichos me dio risa, suponía que era una broma, pero cuanto más hablaban y por la cara que ponía Eddie, no lo era, debía estar loco si pretendía hacerlo y traerlo con nosotros a la vuelta.

- No creo que a Karestya le haga mucha gracia meter a una de esas criaturas en la vaina...

Mientras los chicos hablaban de domesticar pajaritos, y el bebé sobre añadirse nuevos brazos a su impresionante máquinaria, yo solté un bostezo enorme. Ninguna de las dos conversaciones me llamaba demasiado la atención... lo mío eran las peleas y la acción.

Sin embargo, hice por integrarme un poco y... tras el bostezo, me incorporé un poco y les miré a todos ellos.

—¿Qué os parece si nos presentamos? —dije—. Ya sabéis, en modo terapia de grupo y esas cosas. Ya que vamos a ser compañeros de aventuras, qué menos que conocernos, ¿no?

Sonreí orgullosa de mi idea. Era verdad que no tenía esperanza de que aquella misión se nos resistiera demasiado, por lo que a lo mejor todo esto de conocernos era una tontería, peeeeeero bueno...

—Yo me llamo Yolei Bowels, pero todo el mundo me conoce como Yo-Yo. Se me da bien pelear y correr mucho, así que no os preocupéis... que yo os salvaré el culo de esos ptedolsaurios... ¡o cómo se llamen! —sí, me había vuelto a trabajar con el nombre de esos bichos...—. ¡Espero que nos llevemos bien!

Sonreí y miré al que tenía a mi lado, animándole a que no fuera un soso y tomara la palabra para presentarse un poco.

En que momento se me ocurriría insistirte en que te unieras... Contestó a Eddie girando la cabeza y cambiando por tan solo unos segundos su cara tierna por una de desaprobación. Era un buen luchador, pero el doctor nunca entendió que tuviera que ser tan arisco y presuntuoso.

En seguida volvió a girarse a Alumi y su cara volvió a ser tan tierna como un corderito. La respuesta agradó al bebé, que sonrió contento. El precio no es un problema querida. Le dijo volviendo a una posición cómoda en su asiento y moviendo una de sus palancas para que uno de los brazos de su robot le tendiera la mano para cerrar el trato.

A Wickelkind le hizo gracia el juego de Yo-yo, aunque más o menos ya se conocían y él no es que necesitara presentación, pues era mundialmente conocido. Se irguió todo lo que pudo en su asiento y se puso serio. Mi nombre es Dr. Wickelkind y soy mundialmente conocido por haberme convertido en bebé en un experimento de uno de mis inventos. Del invento no hace falta que os cuente nada, pues ya os puso al día el jefe. Su aguda y chirriante voz resultaba algo molesta, verlo dar una conferencia científica debía ser todo un espectáculo. Sin embargo, su humildad era encomiable, pues que le diera más importancia a haberse convertido en bebé que a su mayor obra científica era digno de destacar.

Tras su presentación giró su chupete en su dedo como si de un revolver se tratara y se lo volvió a meter a la boca orgulloso.

Sonrío al oír al bebé.

- Encantada de hacer tratos contigo, estoy segura de que podré hacer lo que me pides - la verdad es que cuando ponía aquellos ojitos, parecía hasta tierno, pero cuando abría la boca solía estropearlo. 

No entendía porqué Yo-Yo quería que volviésemos a presentarnos, quizás era una chica olvidadiza y no recordaba nuestros nombres, o a saber, el caso es que preferí seguirle el juego que preguntar.

- Yo, como ya sabéis, soy Alumi, ¡inventora y aventurera de profesión! Actualmente emocionada por vivir nuestra primera misión.

Asi que los niños de su tribu intentaban domesticar reptiles. Sus palabras me desalentaron un poco al decir que no podría volar o que quizá me comia.

-Quiza si que sea un poco absurdo intentar educarlo... aunque si logramos rescatar un huevo... no me importaría intentarlo, seguro que con tus conocimientos y mucho amor logramos que vuele... y sino... pues tendremos una mascota terrestre!

Le di unas palmadas en el hombro a Bronan mientras le mostraba una sonrisa amistosa, la primera que había mostrado a aquel grupo. Me caia bien aquel guerrero, era directo pero no parecia tener malas ontenciones en sus palabras.

El grupo estaba haciendo una ronda de presentaciones, lo caul me resultaba inecesario, pero ya que todos lo hacían habriabque hacerlo bien.

-Mi nombre es Eddie y soy guerrero.
Aunque por mis rimas, podria ser rapero.
Yo-yo corre, Bronan los destroza y Eddie los derrota.
En esta mision un huevo voy a redcatar.
Y Alumi me construia una incubadora para poderlo criar!

Tras aquella rima improvisada hice una pose de malote forzada y mire al grupo por encima de las gafas.

-Espero que os haya gustado ppr que no pienso repetirlo-

Me limito a encogerme de hombros ante la sugerencia. La verdad es que no tenía muy claro para qué tener una bestia reptiliana que somo sabe comer y matar como mascota, teniedno aparatos voladores que te pueden llevar a los sitios sin intentar comerte los hígados. Pero tampoco es asunto mío.

No se hasta qué punto seré de ayuda. Mi especialidad es matar, no criar. Lo digo sin ningún tono o intención en especial. Es la verdad. Otros se encargaban de criar cosas, ganado sobre todo. Yo me encangaba de matar. En cualquier poblado tenía que haber de los dos para que sobreviviese. Simplemente, es lo que yo soy.

Tampoco comento nada ante la presentación de mi compañero. Lo cierto es que no tengo muy claro qué ha sido. Es... ¿se suponía que era una oda? No era hablado, tampoco era cantado exactamente. ¿Es algún tipo de ritual de presentación de su gente? Quizás tendría que preguntarle más tarde.

Definitivamente, la gente civilizada era rara...

Yo soy Bronan. Era cazador en mi tierra, ahora soy cazador aquí. Cazo piratas en vez bestias. Ellos tienen mejores armas, y ahora yo también las tengo. Se me da bien cazar, leer la tierra y pelear. También saltar, gracias a estas-  doy un par de golpes al suelo con el tacón de mis botas para indicar a qué me refiero.

No considero que haga falta extenderse más. Lo que ya he dicho contiene todo lo que es importante saber sobre mí. Lo demás irá llegando a medida que se necesite, si se necesita.

Karestya hizo girar su asiento para mirar al resto de sus compañeros.

—Karestya—dijo señalándose con cuatro dedos—. ¿Qué puedo deciros de mí? Soy la vástago de un romance prohibido. Un ser único en este mundo. Una tipa dura. Y sobre todo soy la velocidad. Tanto la alta como...—la híbrido empezó a hablar como si hablara a camara lenta— la baja. Así es como sonáis, es muy divertido. Bueno, más o menos.

La pata-pulpo se volvió a los mandos y giró la cabeza para mirar a Eddie con una sonrisa pícara.

—Si quieres meter un bicharraco de esos en mi nave, tendrás que darme un pellizco de tu comisión—dijo mientras se frotaba los dedos de su mano derecha superior.

Asentí a las palabras de Bronan sin perder la sonrisa. -Vamos！Vos！ No te quites meritos, seguro que eres un criador nato！

Luego me giré hacia la pato-pulpo simulando un corazón con mis manos -Me encantan las historias de amor prohibido, pero podias ser un poco más flexible con eso de la comisión. Seguro que ni te enteras que somos uno mas a bordo. Lo cual me recuerda-

Me levante de mi asiento para dejarme caer al lado de Alumi y ponerme muy cerca de ella -Novata, tu eres buena con los inventos no？Seguro que puedes construir una incubadora portatil verdad？Quiero decir, si tienes el talento que todos dicen que tienes... no te será muy complicado no？ni siquiera deberías cobrar con ello... a no ser que no seas capaz claro...

Doy un pequeño respingo al notar la presencia de Eddie a mi lado, ¿ese chico era hiperactivo o qué? Según va diciendo cosas empiezo a molestarme ¿no sabe con quién está hablando o qué? 

- Pues claro que podría, con las herramientas adecuadas claro está - sentía que estaba intentando timarme, pero la verdad es que hacer una incubadora para aquellos bichos llamaba mi atención, quizás... - podría intentarlo, y lo del precio... podríamos hablarlo, primero consigue un huevo, convence a Karestya, y luego déjame a mí el resto.

Sonrio al ver que medio me había salido con la mia y volví a mi asiento.

-Parece que al final nos saldremos con la nuestra Yo-Yo, conseguiremos una mascota para la nave como querias- declaro metiendola en medio del fregado de forma improvisada.

-Cambiando de tema... falta mucho？- dije con impaciencia.

—Oh sí, falta bastante. Lo suficiente como para que te dé tiempo a decidir si me vas a dar el 30% de tu comisión por dejar que metas un bicho en mi vaina—respondió Karestya—. Te recuerdo que también tenemos que meter a toda una tripulación pirata. Vamos a ir bien apretaditos.

La híbrida recondujo el rumbo de la nave.

—Pero oye podría ser peor. Podría hacer que este viaje durase dos o tres veces más. Aunque sólo me enteraría yo.

Entonces comenzó a reírse de su propia ocurrencia.

El doctor se quedó muy contento con la respuesta de Alumi. Tan contento, que se le cerraron los ojos pensando en su mecha mejorado de cuatro brazos y se quedo dormido como lo que precisamente era, un bebé.

Tras unos minutos de dulces sueños en los que de poder verlo en lo alto del robot hubiera despertado la ternura hasta de Bronan, apareció de un respingo tras un giro realizado por la piloto. Frotándose los ojos preguntó. ¿Me he perdido algo? Para el bebé era como si hubiera dormido un par de horas por lo menos.

Cuando escuché las palabras de Eddie, sonreí y alcé el pulgar. Tener una mascotita a la que acariciar molaría mucho, ehm... siempre y cuando no intentara comerte en el proceso, claro...

—Si tenemos uno, deberíamos ponerle un nombre —dije, toda concentrada ya—. Pterodalcín, o Cuchi-cuchi, o Bocaditos... ¿qué os parece? ¡Bocaditos mola!

Sí, mejor que no me dejarán a mí como encargada de los nombres...

En cuanto a lo de ir apretaditos...

—Si cogemos un huevo, no ocupará mucho, ¿no? —miré a Bronan—. Bron, ¿cuánto suelen medir? ¿Así?

Y abrí mis brazos a una distancia de un par de metros aproximados, calculando a ojo cuál podría ser el tamaño de los huevos de esos bichos... (no me seáis pervertidos, sabéis bien a qué huevos me refiero, así que nada de bromitas ¬¬ )

Pues parece que de hecho están pensando realmente en traerse uno de esos bichos. Sinceramente, no se me ocurre por qué. Mi experiencia con ellos es que son la peor combinación posible. Listos y traicioneros como todos los reptiles, con un apetito feroz que no se calma nunca y sin ningún valor como mascotas o animales productivos.

Bueno, a mí mientras no me endosen cuidarlo, por mi como si quieren intentar enseñar a un haifek a comer verdura y respirar aire. Si el bicho se sale de madre, sé lo que hay que hacer.

Aunque por otra parte, si fuese una hembra y eventualmente pudiese poner huevos... siempre he sido parcial a los huevos de pterodáctilo. Tienen un regusto fuerte que te raspa el paladar un buen rato después de haberlo terminado, y al fermentarlos y meterlos en un anfora cerrada con centeno y los hongos que recogemos a las afueras, dan una cosa espesa y dulzona que entra como si fuese agua y te cocea el cráneo como si fuese una jodida vaca.  Eso no estaría tan mal...

Me doy cuenta de que la chica guerrera me está hablando. Reconozco que la idea de llamar a un bicho de esos "Bocaditos" me hace gracia.
No pienso admitirlo en publico, pero es así.

No, en realidad, de media, son como un humano adulto o algo más altos. La mayor parte de su tamaño es engaño, la envergadura de las alas les hace parecer más grandes. Un huevo sería como... calcula, si estuvieses preñada y llevases al crío por fuera, unos centímetros más de diámetro. Más o menos es el tamaño de un huevo de esos.

-Bocaditos... Bocaditos Mola！- Afirmo entusiasmado ante mi nueva aliadra pro mascotas reptilianas.

Luego Bronan suelta el monologo mas directo y poco sensible del mundo, conozco algunos planetas donde te cuelgan por menos.

Jajajaja！- no puedo evitar soltar una carcajada -Te lo imaginas no Yo-Yo？Lo visualizas bien？claramente en tu tripa？ jajaja

no puedo evitar burlarme de la situación.

—¡¿EHHHHH...?!

Cuando Bronan hizo la comparación, mi cara se puso pálida y mi mirada fue... directa a la barriga imaginándome aquello... y...

¡GLUPS!

No pude evitar tragar saliva con cierta dificultad, mientras un escalofrío recorría mi cuerpo entero... Además, las carcajadas de Eddie, y su comentario posterior, tampoco ayudaban...

—¡Deja! ¡Deja! —exclamé, negando rotundamente con la cabeza—. ¡Ni se os ocurra visualizarlo! ¬¬