Partida Rol por web

Mientras Karestya seguía dale que te pego con el maltrecho robot de Wickelkind, Almander y Mik’Ango se reunieron con el grupo. Los dos batrácidos se quedaron sorprendidos al ver a Bronan completamente recuperado.

—Vaya… ¿cómo lo has hecho?—preguntó boquiabierto el curandero— No puede ser un poder como el de Zardón, tus heridas no se curaron cuanto te encontramos.

—¿Ves esa cosa metálica que lleva?—le dijo Karestya—. Es una medicina milagrosa. La inventó nuestro bebé parlante.
 

Almander se quedó un buen rato boquiabierto.

—¡Oh!—exclamó todavía más sorprendido, al rato le preguntó a Karestya—¿Y tú no te curas?

—No, claro que no—negó con rotundidad​​​​​​​—. ¿Sabes la pasta que voy a sacar por esa cosa cuando la venda?

Almander miró a Karestya sin saber qué era la pasta a la que se refería la híbrido, pero no dijo nada porque en ese momento hablo Mik’Ango.

—Hemos empezado con los preparativos para realizar el ascenso cuanto antes. Va a ser algo más complicado por vuestro esqueleto de metal pero creemos que si lo atamos a dos pterodactylos podremos subirlo sin problemas. El único problema puede ser para el aterrizaje.

El tortúguido se iba a marchar cuando añadió.

—No sólo habéis sido de gran ayuda para la aldea sino que posiblemente yo hubiera muerto si no hubieseis estado ahí. Estoy entero, así que lucharé con vosotros contra esos piratas.

El doctor se irguió cuando Bronan se inyectó su maravilloso invento, ver lo que producía en la gente era algo que le encantaba, le llenaba de orgullo, por eso cuando llegaron las alabanzas de bárbaro subió la barbilla haciéndose el interesante. No es para tanto. Dijo restándole importancia al asunto. ¡O si! Rectificó, empezando a reírse como un científico loco a lo que hubo que sumarle la desagradable voz de pito que se le había quedado al transformarse en bebé.

El bebé miró asombrado el debate sobre como funcionaba el Regenesix, pero calló, no iba a desvelar ni un pequeño dato. Tan sólo cambió la pose cuando Almander nombró a Zardón, pues no pudo evitar reír entre dientes. ¿Tendrían algo que ver los reptiles en la fórmula?

Las intenciones de la pata de seis brazos no le gustaron lo más mínimo, aunque tampoco le sorprendió, pues desde el primer momento había dejado patente su afición por el dinero. A pesar de no gustarle que quisiera venderlo, no le dijo nada, pues ahora las reparaciones del mecha estaban en sus manos, una pena haberse separado de Alumi. 

Si Karestya es capaz de reparar algo el robot, un aterrizaje complicado puede no ser un problema, sino es capaz, la batalla contra los piratas me va a resultar más complicada. El Doctor se encogió de hombros. Tampoco podía hacer nada, ni una cosa ni la otra estaba en sus manos.

Antes de marcharnos quería pediros una última cosa. Añadió Wickelkind. No sabía que habían estado haciendo sus compañeros, pero dudaba que Barako hubiera tenido la oportunidad de estar tan cerca de Pterodactylos y menos amaestrados, así que por él debía intentarlo. ¿Es posible que nos regaléis un huevo de Pterodactylo? Preguntó con una pícara sonrisa. 

Almander puso cara de circunstancias.

—Eso va a ser complicado—explicó el batrácido—. Nosotros no criamos exactamente a los pterodáctylos sino que nos los llevamos de sus nidos cuando son crías. Y sólo a los machos. Así podemos asegurar que la población se mantenga constante.

El sanador miró a un lado a otro como si estuviear contrariado por no satisfacer los deseos del doctor.

—Lo lamento mucho—se disculpó con sinceridad.

—Vendré a buscaros cuando esté todo listo—dijo Mik'Ango—. Os dejaremos que curéis a vuestro hombre de metal.

Los dos batrácidos se fueron. Karestya siguió trasteando con el mecha de Wickelkind y llegado el momento, el hybórico y la piloto tuvieron la oportunidad de degustar la carne de gusano de fuego. Wickelkind por suerte tenía su cargamento de biberones. La carne de la ardiente criatura tenía un sabor muy fuerte, quizás con sal y especias estaría más sabrosa, no era agradable para comer. Pero tenían que alimentarse, sobretodo  para estar listo para el ascenso y la posterior lucha.

Un par de horas más tarde, todo estaba listo para partir y el robot, aunque lleno de abolladuras y rayones, presentaba una mejor funcionalidad. La cima de Rushán les esperaba.

El Dr. Wickelkind recupera 6 puntos de daño.

Bronan y el Dr. Wickelkind continúan aquí.