Mis pensamientos no se quedan atrás cuando cruzo el velo, los deseos de riquezas y buena vida llenan de imágienes coloridas mi cerebro hasta que de repente mis ojos me hacen partícipe de lo que me rodea, no esperaba tanta gente agrupada ante la mujer sátiro, nunca hubiese esperado a alguien recibiendo a aquellos que cruzan, por lo que dejo atrás mis pensamientos y centro mi mente en aquello que me rodea. Alzo mi mano enguantada y cubro mi rostro todo lo que puedo con la capucha, mi voz entrenada durante años, no indica nada, ni alegría, ni entusiasmo, ni muy alta ni muy baja, neutra - " Hola a todos los aquí reunidos, aventureros varios, soy Bast y mi especialidad es infiltrarme allí donde sea necesario. " - Tras ello, observo con atención a los posibles compañeros, algunos muy vistosos, otros muy habladores, en fin, ya veremos cuantos de ellos aguantan la primera aventura. Doy unos pasos en dirección a nuestra anfitriona y hago una pequeña genuflexión - " Señorita Chara, su apodo es totalmente cierto, su voz suena dulce y reconfortante para mis oídos. Es un placer conocerla y será un placer contactar con la señora Setitán, estoy impaciente con empezar, mi bolsa está vacía de monedas y mi estómago ruge de hambre, por lo que ha llegado el momento de llenar ambos huecos, ¿ no creé ? " - Ahora me aparto un poco cerca del muro más cercano, lo que me otorga dos cosas, la primera tener siempre la espalda cubierta y la segunda, poder observar a todos los allí reunidos, sus expresiones, sus posturas, sus movimientos. El mundo es una academia en sí misma, cada día una lección, y de ello depende mi supervivencia.
El minotauro no podía evitar mirar con una mirada sonriente y amable a aquel jovencito que apenas había aprendido a andar. El no era mucho mayor, pero ya había vivido un poco como para haber perdido parte de esa inocencia. Le puso la mano sobre la cabeza y le despeino un poco, como se le hace a un niño.
-Minotauro muchacho, soy un minotauro, no un titan. Seititan es, según la palabras de la dulce dama del pelo de fuego-dije dedicandole una sonrisa mas picara a Chara-, la líder de los garra de dragón, aunque no se si será una titánide. Y Chipchip es el pequeño ratón del muchacho, compañero alado. Y si, pequeña-dije mirando ahora muy hacia abajo mientras mantenía la sonrisa-, puedo hacer la aplastación de cabezas, aunque si un problema puede arreglarse con un poco de amor, no veo necesario tener que sacar a Primera Vista-aclaré mientras daba unos golpes a la maza que colgaba del cinto.
Al escuchar las palabras de Azkua, Arael posó una tierna mirada en la muchacha mientras se agachaba lentamente para estar a la altura de la goblin, y sonriendo le contestó con un tono maternal -. Fuego… -. Comenzó a delatar a la vez que el dorado brillo sobrenatural de sus ojos, característico de su raza, se intensificó de forma armoniosa-. Con el fuego he venido a purificar, en la hoguera, las almas de paganos e impíos arrepentidos y, con el acero, para aquellos que, al negar la verdad, siguen en las sendas oscuras y solo les espera una ejecución piadosa -. A pesar de sus escalofriantes palabras, su tono de voz era como si estuviese hablando con un grupo de monaguillos del templo sobre la homilía diaria y de la empatía necesaria para cambiar al mundo, con un tono sereno y lleno de un amor familiar.
Al ver el símbolo del Dios elemental del fuego, la sonrisa de la paladín se amplío un poco más, como si entendiera en parte las intenciones de la muchacha -. Pero el fuego divino escapa de mis dominios y solo puedo evocar las mundanas hogueras, algo que puede comprometer la salvación de los arrepentidos y la purificación de la tierra al destruir ídolos nauseabundos -. Habló con gran pesar mientras volvía estar erguida, observando, entre tanto, su alrededor para contemplar con alegría el animado y amistoso ambiente generado por la interacción de las diferentes razas-. No sé a qué ha venido a esta tierra señorita Azkua, pero si buscas limpiar del mal este lugar esto podría ser parte de las predestinaciones preparadas de nuestros Señores-. Declaró de forma relajada a la vez que respondía la sonrisa del minotauro con un leve, pero agradable saludo con sus ojos, pensando, al mismo tiempo, si una rata podría ser deliciosa como plato si se le agrega miel -. Habrá que intentarlo... La miel es algo bastante tentador-. Susurró con sinceridad para luego dirigir, con curiosidad, sus brillantes pupilas a la mascota del joven que se hacía llamar Atreyu para luego decantar en Lyra.
Nady continúa tomando notas, concentrada al punto de perserse parte de las conversaciones que iban y venían en torno a un ratón que parecía ser tan buen compañero de unos como nutritivos para otros. La idea de comerlo con miel le da un poco de asco pero no rechaza la idea, es una opción nutritiva y tal vez sabrosa.
La paz y el amor del elegido de Sune contrasta con la severidad y sed de llamas de la enviada de Tyr, que es muy distinta a la que la pequeña seguidora de Kossuth imagina. Lo que si parece ser similar es la sonrisa que logran sacare a la sacerdotisa humana tanto Azkua como Atreyu, hay una combinación de ingenuidad e inocencia que logra divertir a la erudita.
Esa ventisca de buen humor tiene favorables consecuencias para todos. La mano azulada y traslúcida rebusca entre sus pertenencias y termina sacando de la mochila un carcaj con virotes - Transmutemos esto en un buen almuerzo, estan todos invitados - dice Nady, deseosa de cambiar esas armas inútiles por algo de alimento en dónde sea que la sátira le indique.
Además de los elegidos de los dioses y de los amigos de los seres alados, sea abejas o pájaros, los tres encapuchados también logran llamar su atención. Ocuparse de lo que otro no se atreve a hacer, infiltrarse dónde sea necesario y explorar cada rincón al otro lado de La Herida, son actividades muy funcionales y útiles para lo que Nady tiene en mente. - Atreyu, a ti que te gusta explorar, por qué no lo haces dentro de Abrazo de Dragón y nos guias hacia una taberna? -
Lyra observa perpleja las extrañas conversaciones de los presentes. Una leve carcajada escapa de sus labios ante los comentarios sobre devorar al pequeño roedor, y a continuación saca de su macuto algo envuelto en un fino trapo blanco. -Estoy de acuerdo con Nadynell, pongámonos en marcha antes de que acaben con el acompañante del muchacho. Por si no podéis esperar, aún tengo algunos restos de mi viaje, pero señoras Arael, Urtwii y Azkua, me temo que tendréis que compartir. Al tiempo que habla termina de desatar el nudo que cerraba el paño, y se acerca a aquellos que dubitan sobre hincarle el diente a Chipchip para mostrarles lo que había en el interior: Dos gominolas doradas como el sol. -Probadlas, estás son de miel, y nadie las echará en falta jajaja una dulce risotada de complicidad corona la frase.
El joven Atreyu respondió con presteza a la extraña maga que hacía aparecer manos azules en el aire. Sin duda ese era un gran truco, y por otra parte, le alegró de que la atención se desviara de que alguien tratase de comerse a su mascota (Estás a salvo por ahora, Chipchip XD).
-por supuesto, encontraré una en un periquete!- dijo con una amplia sonrisa -Ah, pero la señorita Chara dijo que había alguien esperándonos, ¿no? ¿No se enfadará ese señor Seititán si llegamos tarde? Además, parece que más de uno de los presentes (yo incluido) tiene su bolsa vacía.
Al mismo tiempo, Atreyu sentía un poco de confusión y curiosidad por como alguien podría considerar que unos virotes podrían ser comestibles.
Con el rasgo de huérfano "secretos de la ciudad" a Atreyu no le costaría mucho encontrar una buena taberna.
¡Oh! El ratón es un compañero, los compañeros no se comen... como la líder de nuestro gremio, una Haregon, no, ella no es comida, sin importar cuan apetitosa se vea, tampoco el ratón, esperemos que en la taberna tengan cosas apetitosas, como conejo o paloma.
Los bolsillos vacíos son malos, necesitan conseguir un trabajo... dudo que alguien que luce como una piedra de buenas pagas, aunque si paga con minerales especiales puede ser muy valioso, además acordamos con Chara ir a ver a la titán.
Se quedó observando a la sátiro, esperando su respuesta y que los guiase.
—Uhhh, ¿amigo? —Azkua levantó una de sus cejas a la par intrigada que decepcionada cuando escuchó que el ratón no estaba allí como aperitivo, ¡si tan nutritivos que son! —¿Verdad que sí? —incluso le dijo al hombre con plumas que parecía tener gustos culinarios similares.
En cualquier caso pronto se probó que el hambre era un tema más generalizado de lo que parecía y eso fue suficiente para que los ánimos de la goblin se vieran impulsados todavía más allá, al punto de que cuanto el elegido por de Sune contestó su duda, Azkua exclamó —¡El fuego es amor!, ¡amor quemoso!
Por suerte aquella pequeña explosión de furor se vio contenida unos instantes después por la intervención de Arael. A la espada de Tyr, Azkua la escuchó con casi toda su atención, pues mientras la alta hablaba, la más pequeña no pudo evitar ir imaginándose lo que describía la paladina.
—Quiero hacer la limpiación del mal, sí. De todos los impíos y de los nauseabundos y… y… las predesti… ¡eso! —como era de esperarse no tardó en responder para reafirmar su convicción, aunque quizás la forma de hablar tan solemne de Arael fue demasiado para su peculiar vocabulario.
Lo que sí comprendió mejor fue lo de la miel, a lo cual respondió relamiéndose el morro con una lengua particularmente larga para su tamaño.
Nadynell por otro lado la sorprendió al sugerir utilizar los virotes como comida. —Pero esos son duros, ¿no? Yo que tú los remojacionaría antes —no hace falta decir que la parte de transmutar fue algo que no tomó en cuenta porque no sabía lo que era, pero al parecer aquella no sería la primera vez que la seguidora de Kossuth intentaría comer saetas.
—Ooooh, son como de esos bichos lúcidos, ¿de verdad puedo? —más adelante preguntó a Lyra en referencia a su ofrecimiento, sin embargo la goblin todavía no terminaba de hablar cuando ya tenía en la boca un trozo de gominola.
—¡Dulze! ¡Me gusta! —gritó. —¿Qué clase de magia usaste, Lyra?
Mientras esperaba la respuesta sus muy curiosas orejas alcanzaron a escuchar las palabras de Atreyu, mismas que le recordaron qué estaban haciendo allí en primer lugar. —Cierto, cierto, la titán —dijo entonces. —Hay que trabajar para llevar la palabra de Kossuth a los nauseabundos y tener dineros, ¡así podremos comprar más ratas y miel para comer! —su tren de pensamiento era algo caótico pero al menos tenía sus prioridades claras, así que Azkua se acomodó la mantilla que cubría su cabeza, se puso en puntas y miró a la que se parecía un poco a Thou pero en versión cabra buscando respuestas a las dudas que habían sido dichas.
- Abrazo de Dragón? Esos huesos no son de brazos, más bien parecen de costillas... debieron bautizarlo Alimento de Dragón -
Chara escucha la animada conversación. Cuando una pregunta o comentario parece ir dirigido a ella, responde y comenta al respecto. - Creo que las paredes de esta caverna natural eran las alas extendidas del dragón, como si estuviese dando un abrazo, - comenta.
Ssoy UrtwiI ARTe-ssano, prtenecienTee al gremió de LA AntIIguA foRJAA, calmo sus sonidos para sonar más "natural" para aquellos que le escuchaban, ¿Hay una sucursal del gremio al que pertenezco aquí? Quizá yo pueda abrir una sucursal si no la hay, armas de gran calidad, lo aseguró a todos.
- Hay varias tiendas de armas, armaduras y herreria en general, pero no creo que haya un gremio, - responde a las palabras de Aaracokra, - aunque no estoy muy segura... no llevo mucho tiempo aquí tampoco -
¿Setitán has dicho? Por cierto, un placer conoceros a todos.
- Si, Sétitan, lider de las Garras... - responde, aunque no esta muy segura de si la pregunta iba para ella.
La primera en presentarse fue la tal Chara, parecía ser de aquí y que les esperaba. Normalmente, su belleza y su hermosa melena del color del fuego habría sido lo primero en llamarle la atención, pero... -Tus piernas! son como las de una cabra-
Chara se sonroja levemente, pero lo oculta muy bien tras una sonrisa, - Si, soy una sátiro, al final de cuentas. -
El grupo empieza a caminar mientras se despide de la sátiro y empiezan a hablar de comida, e incluso, a comer. Las calles están ocupadas por personajes variopintos, hay principalmente humanos, kobolds y enanos, pero también ves un par de gnomos, tres goliaths que pasan cargando sacos de avena e incluso un kenku que pasa apurado. Hay algo más que te llama la atención, una niebla, que repta por entre las piernas de los transeúntes, que se cuela por los callejones, y que parece ocupar cada espacio vacío que deja la ciudad.
Siguiendo por la calle principal llegan a un edificio grande de piedra blanca. Sobre la pesada puerta de madera abierta de par en par reposa un cartel circular de un dragón con una garra en primer plano.
Dirijanse a la escena - Abrazo del Dragón - Sede de Las Garras de Dragón - por favor :)