Partida Rol por web

Perry refunfuñó, parecía que habíais dado con la tecla sobre cómo obtener la información necesaria. "Tan solo" había que hacerle ver que él formaría parte de vuestra misión.

- La dinamita… oh... hay tanta que lo hará saltar por los aires… - rió

- Por mucho que lo intentéis no llegaréis a tiempo, necesitaréis mi ayuda… prepararán el asalto a la altura de High Water, eso está bastante lejos de aquí ¿no creéis? Yo si fuese ustedes iría allí ahora mismo… igual tenéis una mínima posibilidad de detenerlos… aunque igual morís ¿qué pena, verdad? Jijiji – después intentó mirar a través de la pequeña ventana que había en la celda.

- Es el tren de las doce... tic tac tic tac - volvió a reír.

Sabiendo que era una oportunidad de oro para sacar a la luz vuestras capacidades, decidisteis que ir hasta aquel punto y resolver la situación podría ser justo lo que el programa esperaba de ustedes, además el Sheriff os había dejado a solas, ni siquiera estaba por allí. El problema fue Perry, el cual esperó que lo liberaseis sin éxito alguno.

Raudos y veloces salisteis de allí y os montasteis en unos caballos que reposaban tranquilamente en el pesebre. Con un golpe seco y poniendo a prueba vuestra adaptabilidad a la situación cabalgasteis a gran velocidad siguiendo las vías para llegar al punto que Perry advirtió: High Water.

Aquel caballo le estaba destrozando las pelotas, pero nada detendría a la pareja de agentes que surcaban el desierto, el tal Perry les maldijo hasta que sus oidos fueron capaces de escuchar sus insultos por no sacarlo de la celda, sin duda tendría ganas de matarlos si es que sobrevivian a aquella locura.

Con unas pocas indicaciones y siguiendo la linea del tren esperaban llegar al lugar y momento correcto otra cosa era lo que podrían hacer al llegar a parte de morir pero Alexander no dejaría de intentar aquella proeza aun a riesgo de perder las pelotas.

La información que les dio Perry era toda la que necesitaban... peeeero para que le iba a decir algo con lo que pudieran sentarse a debatir un plan de acción y planear las cosas como Dios manda... "¡PA QUÉ!" lo chulo era salir como almas que llevaba el diablo dejando de música de fondo las maldiciones gitanas del Tuerto...

Así pues tanto Alex como ella encontraron un par de caballos que pastaban por ahí, sin cadena ni nada y por tanto sin dueño, que le resultaron de lo más oportuno, dada la premura Isabel escogió el caballo más cercano, uno negro... al montarlo se dió cuenta de que le combinaba con el sombrero... por tanto ideal y sin pensarlo más azuzó al caballo al grito de

- ¡ALLIUHHH SILVER!- lanzándose a la carrera junto a su compañero que tenía cara de circunstancia como si le escocieran los "bebes" por lo que Isabel no pudo evitar sonrojarse con una divertida sonrisa dibujada en los labios y cara de velocidad.

Siguiendo las vías durante casi veinte minutos llegasteis hasta una zona rodeada por montañas que resultaba el sitio perfecto para realizar una emboscada. Afinasteis vuestros sentidos para comprobar si había alguien más allí y acertasteis de pleno al comprobar que cerca de dicha vía había un grupo de tres personas que estaban preparando algo.

Dejando atrás vuestros caballos y accediendo a pie a aquel paso montañoso, observasteis con claridad que aquellos tres hombres estaban preparando un cargamento de dinamita que habían transportado con una mula de carga.

Aprovechando la cobertura de las rocas ellos consiguieron pasar desapercibidos ante ojos no entrenados, pero ustedes sabíais que allí se cocía algo y teníais que entrar en acción.

La información parecía buena después de todo como demostraba la presencia de aquellos tres hombres, que con explosivos en la mano y la manera furtiva de moverse no cabía duda de que eran los que estaban buscando.

Al parecer solo eran 3 hombres, un numero que resultaba escaso para atacar todo un tren por lo que Alexander enseguida pensó de que aquellos hombres solo se trataban de una de las piezas de un plan mayor. Podían esperar a tener una mejor oportunidad pero quizá esperando solo daban la oportunidad de que recibieran refuerzos así que el agente saco su colt dispuesto a intervenir.

El que golpea primero golepa dos veces, no tendremos la situación más a favor. Vamos a por ellos.

Isabel, después de su mala experiencia como pirata de la mar salada... había aprendido que el arrojo no era sinónimo de éxito y que dejarse llevar por la adrenalina podía ser... contraproducente para la integridad física y moral, joder... ¡Es que no quería volver a acabar como el tropezón de una sopa de verduras!

Peeeero, su compañero parecía contrario a la prudencia y la observación, lanzándose a pecho descubierto contra los forajidos, así pues la joven Turner pese a su cara de besugo inicial terminó por respirar profundo y lanzarse ella también con su melena al viento contra los malotes.

- ¡A por ellos!- secundó a Alexander

En el momento que los hombres os vieron llegar con el arma en mano no dudaron en desenfundar también sus armas. Uno de ellos disparó sin preguntar, errando el tiro, y buscó cobertura al igual que el resto. Sin comerlo ni beberlo os habíais metido en mitad de un tiroteo.

Sabíais que aquello iba a ser una batalla campal y que al igual que ellos han demostrado que disparaban a matar, no  quedaría más remedio que responder al fuego con fuego.

Encontrasteis rápidamente cobertura entre las rocas y comenzó el intercambio de disparos ¿quedará algún superviviente?

Isabel vio las balas venir como a cámara lenta, con la adrenalina a mil por hora y la certeza de que los forajidos estaban tirando a matar, los dos agentes sólo tenían dos opciones esquivar las balas... o esquivarlas, así pues la rubia avanzó utilizando toda la cobertura que le era posible... bien un seto, un matorral... un pedrusco hermoso o un incluso un cactus para ir fintando al más puro estilo matrix, mientras descargaba todo el plomo que le era posible, ignorando el polvazo del desierto que levantaba con cada zancada y que a ese paso hasta le podía servir de camuflaje.

Los revolveres comenzaron su peculiar conversación y por lo que parecía las pistolas de Alexander e Isabel hablaban más alto que los de sus rivales. Las balas surcaron el viento del desierto con la precisión de dos tiradores experimentados que junto con el factor sorpresa hacían del equipo de agentes un caballo ganador.

Alexander apoyo una rodilla en el suelo para ganar algo de estabilidad y apretó el gatillo como si no hubiera un mañana siempre con el ojo en el blanco que pronto suplicaría por su vida.

La última bala abatió al bandido que quedaba en pié y os dejó vía libre para averiguar que estaba pasando allí.

Todos ellos parecían tipos jóvenes, bien armados desde luego pero lo que más llamaba la atención es como uno de ellos tenía en su poder una especie de “guía” sobre cómo colocar los explosivos. Rápidamente os dirigisteis a las vías para comprobar como allí había suficiente dinamita como para hacer volar el tren por los aires ¡había que impedirlo!

Teníais que conseguir quitar aquella dinamita de las vías antes de que el tren pasase y eso implica disponer de menos tiempo del deseado. Os quitasteis los guantes para tener mejor tacto y metisteis las manos “en la masa”. Aquella dinamita no parecía corresponder a la época que estabais viviendo, era demasiado compleja como si fuese un híbrido entre tecnología antigua y actual… ¿formará parte de la prueba del programa? No había tiempo que perder, en el horizonte se podía observar el humo del tren que avanzaba a gran velocidad…

Isabel miró la bomba con manos sudorosas, le temblaba el cuerpo de arriba a abajo, aquel juego sólo tenía dos finales uno que era el bueno y el otro que acababa en BOOM, con lo poco que le gustaban a ella las estridencias y las contaminaciones acústicas...

Miró a Alexander con mucha aprehensión mientras recordaba una escena de 007 donde Sean Connery, después de haberle dado una buena zurra a un chino gigante con un bombín cortacabezas, se ponía en al tesitura de tener que desconectar una bomba eligiendo entre varios cables sin haberse leído primero el manual de instrucciones... en el caso del agente británico uno de la CIA vino a tiempo de salvarle su británico trasero, pero ellos... se los tendrían que salvar solicos que por mucha guía de bandidos que habían adquirido para Isabel sólo había dos cosas que le acaparaban su atención.

- ¿Cortamos el rojo o el amarillo?- dijo refiriéndose a los dos cables que sobresalían del artefacto.

Alexander miró a Isabel, su mirada indicaba claramente que no tenía ni la menor idea de que cable debían cortar, el tiempo se acababa probablemente ya no quedaba ni el suficiente para ponerse a cubierto, así que sin pensarlo más Alexander cogió el cable amarillo y tras lanzar una última mirada a su compañera tiró de él con todas su fuerzas hasta arrancarlo...

Y entonces un gesto demasiado brusco provocó que el detonador hiciese explotar toda la carga explosiva. El zumbido fue tan frenético que se escuchó en más de un kilómetro.

El terreno quedó devastado, incluida la vía, y vuestros cuerpos quedaron realmente reducidos a cenizas.

Sin saber cómo, sentisteis de nuevo nauseas…

Aparecisteis de nuevo en la sala principal con vuestros respectivos uniformes de Imperum. ¿Significaba que vuestro paso por el Oeste Americano había terminado? Parecía que sí, pero no por ello vuestro papel en esta misión tan importante.