Partida Rol por web

-Do-ro-vi-e. Dorovie. - corregi entonces a Fenix, asintiendo, aprobadora, ante sus reiterados intentos por aprender algo mas de ruso. Eso, sin duda, era algo que valoraba positivamente. - Perro tu prronunciancion ha mejorrado. -. le reconoci, asintiendo de nuevo, alzando una ceja cuando hablo de "el mejor piloto de la nave"- Y clarro que estoy dispuesta a enfrrentarrme a lo que sea. Grracias. - le segui la broma a mi manera, manteniendo una ceja en alto como unico gesto de humor.

Entonces Kane hablo sobre el "ambiente lleno de humo" de la Nostromo y, con un gesto neutro, tendi el paquete de tabaco en direccion a Samantha, ya de pie, justo antes de guardarlo- Pues ya sabe, señorrita Taylor. Si no puede con el enemigo... uniase a el... - le dije, con cierto aire de sorna oculto tras mi imperturbable seriedad.

Pero justo entonces me vi interrumpida por la llegada del médico del que tan solo habian estado hablando hacia unos instantes. Eso hizo que mi atencion se desviara, mas por curiosidad que por otra cosa, hacia el hombre al que ahora ponia rostro. Fenix se apresuro a presentarnos, añadiendo algunos de sus habituales adornos a su presentacion, algo que hizo que una ligera curvatura apareciera en mis labios. -Ochen priyatna, doktor. - dije, cabeceando, cuando me saludo en ruso. -O en su idioma, encantada de conocerrle. - apunté, cuando dijo que no sabia decir nada mas en mi idioma.

Escuche entonces en silencio el relato de Bas y el doctor sobre cómo se conocian y qué estaba haciendo alli el doctor. Y, cuando termino y ofrecio aquel brindis, tome un vaso, llenandolo y alzandolo de nuevo, a pesar de que estabamos a punto de marcharnos- En mi tierra, suele serr una buena costumbrre contarr una historria antes de brrindarr. Y la suya ha sido una historria buena. - dije, mirando entonces el brazo de Price, asintiendo, antes de vaciar mi vaso- Yo tambien se lo agrradezco. - dije, con un semblante ligeramente ensombrecido al decir aquello.

Entonces apuré mi vaso, volviendo a golpearlo sobre la mesa, dispuesta ahora si a marcharme, mientras escuchaba de fondo a la niña de papá volver a decir una sarta de cosas sin sentido.

Asi pues, me dirigi hacia la salida, deteniendome tras haber abandonado la mesa, observandola un instante- Señorrita Taylor... ¿Que experriencia tiene usted en el espacio exterrior? Simple curriosidad. - pregunte, observandola, con gesto neutro, esperando su respuesta para despedirme de los demas. 

- Soy de las mejores en mi campo.- respondio Taylor bastante aspera.- En lugar donde tenga que ejercer mi profesion no varia mis habilidades, asi que mejor preocupese de hacerle esa pregunta al piloto.

Estabais hablando cuando os llama la atención la televisión interplanetaria. Era uno de los nuevos anuncios de la Tyrel Corp. Especializada en la creación de Replicantes humanos para trabajos en las colonias.

Tanto la Weyland Yutani como la Tyrel pugnaban por conseguir la mayor cuota de ventas de sus productos. Aunque ofrecían diferentes soluciones a los mismos problemas. Mientras que la Tyrel ofrecía replicantes diseñados para ser superiores a los humanos pero con componentes 100% orgánicos. La Weyland seguía vendiendo androides fabricados con material industrial.

Nueva serie de combate Nexus AS1 . Fuertes , duros y confiables.

Mucho mejores que los androides de otras Corporaciones. Adaptables a funciones de protección de sus seres queridos. Estos no notaran que están con un guardián. Lo verán como su mejor amigo.

¿Usted se fiaría de esto para proteger a sus seres queridos? Donde todas sus caras son iguales.

No. ¿Verdad? Pues no pierda tiempo y encarge un Nexus AS1 ahora mismo y disfrute de una promocion exclusiva un 10% de descuento si entrega un Androide de Weylan Yutani.

Bas, se quedó mirando embobado el anuncio comercial que estaban echando por la televisión....

Madre mía.... a donde vamos a ir a parar !!! Cualquier día alguna tostadora de esas acabará incluso siendo gobernador... ya lo veréis...

En fin... me dirigí a Samantha... Sam, será mejor que cojamos las cosas y vayamos al muelle, deberíamos comenzar a volcar los datos del ordenador central para tener los cálculos listos, en dos horas el capitán querrá hacer el Checklist.

Señores, ha sido un placer, pero ahora debemos ponernos manos a la obra... nos veremos supongo en unas horas. Bas se levanta y abandona la cantina.

La respuesta de la rubia no me pillo por sorpresa- Lo que suponia. - fue lo unico que dije, dedicando a Price una mirada llena de significado, sin ni siquiera mirar a la mujer. Una respuesta como aquella dejaba claro cual era su experiencia real: ninguna.

Y, me giré, dispuesta ahora si, a marcharme de alli- Cuando vea al piloto le prreguntarre, descuide. - comenté simplemente, ocultando una diminuta sonrisa en mis labios, al tiempo que negaba, divertida incluso.

Fue entonces cuando aquel anuncio aparecio en la pantalla, captando mi interes durante apenas unos segundos. No hice comentario alguno, y mis pensamientos al respecto continuaron siendo precisamente eso, mios.

-Hasta mas tarrde. - me despedi de los presentes, caminando, ahora si, hacia la puerta.

- Por fin una idea sensata.- dijo la mujer terminando el batido de un trago y poniendose en marcha.

Las palabras de la joven rubia me dejan completamente atónito.

¿De verdad me ha respondido eso? ¿Es una broma? Miro a los demás, por si sus miradas me dan alguna pista de que su comentario no ha estado, de hecho, completamente fuera de tono. Fénix se ha quedado muy serio de repente, y es el capitán Price quien rompe la tensión, haciendo observaciones acerca de mi relato. Incluso la curtida Pétrova parece sorprendida por el desatino, haciéndole a la susodicha, una tal Taylor, una pregunta que ella responde sin asomo de humildad. No puedo evitar que se me escape una seca carcajada de incredulidad.

—Señorita Taylor —empiezo mi analogía, procurando no alterarme—, imagine el supuesto de que usted tuviera hijos. Si alguien los secuestrara, dudo mucho que usted se limitara a tener más hijos para solucionarlo. —Me termino mi vaso de agua, y lo dejo sobre la mesa—. A veces no está mal tener algo de experiencia sobre un asunto antes de opinar acerca de él. Y dado que no somos islas en el universo, aprender a tener un poco de tacto, ya que estamos.

Podría haber dicho muchas más cosas. Podría haber dado muchas más explicaciones acerca de las circunstancias concretas, acerca de cómo la precaria situación económica de Capitol anula cualquier posibilidad que no sea recuperar lo que es mío a la mayor prontitud posible, pero intuyo que sería un malgasto de esfuerzo. Decido que ya hablaré con la señorita Taylor cuando los ánimos se hayan calmado, si es que lo estimo necesario. Hay una cosa que ha dicho en la que sí que estoy de acuerdo con ella: no es necesario intentar ser amigo de todo el mundo, a cualquier precio.

Entonces, un anuncio en las pantallas del comedor me llama la atención. Este solo es una muestra más de la encarnizada competencia que tiene lugar entre Tyrell y Weyland-Yutani, dos pesos pesados de la manufactura de androides. Sacudo la cabeza. Sebastian hace un comentario en voz alta que creo que refleja lo que todos estamos pensando, y conmina a la simpática rubia, a la que se refiere como Sam, a abandonar el lugar. Poco a poco, todos se marchan del comedor de la colonia y, dado que no tengo nada más que hacer en este preciso momento, yo también hago lo propio. Me despido cordialmente de mis futuros acompañantes y me retiro, con la intención de descansar un poco en mi dormitorio antes de reunirme con Price y los otros en la Nostromo dentro de dos horas, como él ha sugerido.

La falta de observación por parte de la supuesta ingeniera técnica preocupó al capitán. Se había repetido hasta en tres ocasiones quien eran los pilotos, y aun así no parecía ser capaz de hubicarlos. Si era así haciendolo todo, solo quedaba esperar el momento en el cual los motores fallaran y el pozo de gravedad de alguna estrella se los llevara por delante. Mandaría a Bas a revisar con especial atención y en solitario la nave auxiliar.

Tras despedirse de los demás, y viendo la respuesta de la rubia a la pregunta de Illanka, no pudo evitar temerse lo peor, tal y como su piloto había demostrado públicamente. Sin recibir respuesta del doctor, quien se marchaba y habiendo despedido a los demás, salió hacia el despacho de Trace.

Bien dicho Doc! Dijo al escuchar sus palabras, luego poco a poco todos empezaron a abandonar la cantina por diversos motivos. Mientras Apagaba el cigarro volvió a ver otro anuncio de esos malditos replicantes Bah! Y salio para afuera con el capitán e Illanka.