Una pequeña capa de hielo cubría todas las superficies del interior de la lanzadera, como parte de los protocolos de ahorro energético el ordenado de abordo había desactivado la calefacción. Pero a pesar de las bajas temperaturas había cuatro supervivientes vivos dentro de la pequeña lanzadera Draco 02. Los cuatro, dos hombres y dos mujeres, se encontraban aletargados por las drogas, con sus funciones vitales en mínimos cercanos a la muerte pero en todo momento controladas por la capsula de hipersueño.
Pero un polizonte se había colado dentro de la nave. En el interior del más joven de los cuatro supervivientes, el sargento Ibáñez, un parasito se desarrollaba lentamente. El joven militar casi no se acordaba del momento en que fue infectado. El incidente se produjo durante su primera escaramuza cuando una especie de “araña” marrón con una cola muy larga le salto a la cara. No recuerda nada más. Solo recuerda que quedo inconsciente durante varios minutos y al despertar la “araña” había desaparecido. Como parte de su entrenamiento militar, temiendo que hubiera sido herido, se administró un autoinyectable que contenía un coctel de antibióticos, calmantes y coagulantes. Este coctel había adormilado al parasito que ya habitaba en su interior. Pero una vez pasado el efecto, el parasito se volvía a desarrollar lentamente en el interior de su huésped, esperando el momento oportuno de emerger e infectar a más huéspedes.
La Orden WY9757HI había sido ejecutada correctamente, el organismo seguía vivo, camino de la tierra para su estudio.