Undine se queda algo preocupada. - Pequeño... De verdad, todo está bien. - Dice con la voz más suave y cálida que puede pronunciar, intentando consolarle. - No voy a odiarte.
Undine suspira y vuelve a tirar la cabeza para atrás, apoyándola en el banco mientras mira la luz pasar a traves de las hojas. No iba a insistirle más, también podía ser que se hubiese ido, no sería raro.
Algo había hecho ese chico que le tenía totalmente traumatizado.
Al final cierra los ojos y intenta buscar la calma al fin en ese silencio.
Y silencio es todo lo que obtiene Undine, al menos hasta que la voz del Administrador interrumpe sus pensamientos.
- La hora del descanso ha terminado, señorita Undine. - Dice con cierta urgencia. - Va a tener que aplazar la investigación sobre Smith para otro momento. - Pequeña pausa. - Me tomé la libertad de acceder a la cuenta de correo de Frank Terryson, no podía arriesgarme a que denunciara su altercado, y acabo de interceptar una comunicación dirigida a él. Se ha planificado una incursión a uno de las residencias de los reclutas cerca de aquí. El objetivo es el carnicero.
[CONTINÚA EN LA SIGUIENTE ESCENA]