Partida Rol por web

Crow vuelve a sonreír, pero ahora su sonrisa parecía triste. 

- Si ver las cosas así te ayuda a motivarte a hacer lo que te pido, adelante. Pero creo que ya fui bastante claro sobre las condiciones de nuestro trato. Si, te voy a obligar a hacer un par de recados, pero iba en serio cuando dije que después me plantearía una alianza. - Suspira. - Pero de nuevo tendré que ser más claro y dejar mis deseos a un lado. - Se expresión se vuelve totalmente sería. Levanta una mano, enseñando tres dedos. - Tres misiones. Tres misiones y tendrás un nombre y serás libre de hacer lo que te apetezca. - Sus palabras eran frías cómo el hielo. - Desapareceré para siempre de tú vida o te unirás a mí causa, la decisión será tuya y sólo tuya. - Ahora su mirada se vuelve amenazadora. - Pero dejarás de darle vueltas al tema a partir de ahora. A su tiempo aprenderás que yo nunca miento, y si te digo que a ninguno nos conviene que sepas quien es ahora, es la verdad. - Se pasea hasta delante de las puertas que daban al balcón mientras sigue hablando. - Ten claro que durante estas tres misiones trabajas para mí, así que te tocará obedecer sin rechistar. - Ahora vuelve a sonreír con sorna. - Y así podrás ir diciendo por ahí que realmente eres una herramienta.

Comienza a abrir los pestillos de las puertas.  

Al escuchar que Crow se iba abre los ojos sorprendida y levanta la cabeza. Se acerca a paso ligero y le coge suavemente de la manga de la camisa.

- No.. Espera... - Le dice algo apresurada mientras le mira. - No me has entendido... Bueno si... pero...

-Agh... - Se pasa una mano por la frente, exhasperada. - Por qué tiene que ser todo tan complicado contigo..

Coge aire suavemente y le mira, aún sin soltarle.- Lo que quería decir... Es que... - Hace una pausa sin saber como expresarse.

- Se la gravedad de lo que hice... Aunque tu me investigases a mi también.. Pero lo que digo.. es que... me gustaría que me tratases... como a.. álguien... Empiezo a ver lo que eres y me asusta... Pero aún así quiero ayudarte... aunque no tubieses esas tres misiones para mi las haría igual si con ello te ayudase. - Dice con sinceridad.

- Por eso.. quiero que puedas verme como a una compañera.. o una ayudante... aunque haya hecho lo que hice. Y que si fallo no caiga sobre mi tu ira... Porque haré todo lo que pueda y si no lo logro a la primera lo intentaré a la segunda. - Le mira a los ojos con cierta prudéncia, pero era evidente la verdad en sus palabras.

- No quiero tenerte miedo... No quiero trabajar con miedo... Ya me asusta suficiente lo que sería de mi si lo que hago se conociese... Si ademas cargo con tu odio encima.. Me destroza..

Crow había estado escuchando a Undine en silencio, de espaldas a ella. Cuando la misma termina, la mira durante unos segundos por encima del hombro y sonríe. Entonces abre la ventana dejando que el aire del exterior entre por ella. Camina hacía el borde, se da la vuelta y se sienta. 

- Destrozar es una palabra horrible, Alaris... Pero supongo que es el precio a pagar por relacionarme con artistas, tener que aguantar el dramatismo propio del espectáculo. - Aquello parecía divertir a Crow. - ¿Por qué no me acompañas a ver las vistas, Alaris? - Dice al tiempo que hace un gesto con la cabeza para que se acerque. 

Undine le mira unos segundos y entonces sale al balcón. La brisa nocturna hacía ondear su dorado cabello y la falda de tela vaporosa que llevaba. Se acerca a Crow con cierta inseguridad, ya que no sabía que iba a hacer. Parándose apoyando suavemente las manos sobre la barandilla, mira las vistas y luego le mira a él.

Crow observa la ciudad en silencio durante unos segundos antes de devolver su atención a Undine. Busca algo dentro de caqueta y saca un pequeño dispositivo. 

- Antes de que se me olvide. Quedate con esto. - Se lo extienda a Undine. Parecía un auricular pero sus elementos le dejaban claro a Undine que había algo más. a juzgar por la lente que había en la superficie del mismo seguramente sería también una cámara. - Para que lo uses después del espectáculo, durante la misión, así podré ofrecerte soporte si lo necesitas. Lleva cámara, micrófono y altavoz, tú sólo debes preocuparte por activarlo. 

Undine lo mira sorprendida.- Oh. De acuerdo..- Dice aún un poco descolocada por ese gesto. Lo guarda cuidadosamente entre sus manos y vuelve a mirar a Crow, por si tenía algo más que decirle.

Crow vuelve a mirar la ciudad después de darle el aparto a Undine. Mientras lo hace pregunta.

- ¿Te sientes capaz de cantar esta noche?

Undine abre los ojos sorprendida. No esperaba aquello. 

- Por supuesto.- Dice con dulzura, acompañada de una leve sonrisa. Se mantenía calmada pero era evidente en su voz y en su mirada que aquella petición indirecta la había alegrado. - El día que no pueda cantar significará mi muerte. - Dice algo más animada por primera vez desde su encuentro.

- Aunque lamento decirte que no tengo Bourbon para que puedas acompañar mi canción.- Dice aún con su dulce sonrisa, parecía mentira todo lo que hacía una simple petición.

- No será necesario. - Dice Crow con tranquilidad. 

- Está bien.

Entra un momento y sale con el dispositivo que tenía para recrear canciones. Lo enciende y la música empieza a sonar mientras ella se apoya de espaldas a la barandilla y empieza a cantar. Crow miraba a la ciudad, pero ella cantaba con los ojos cerrados y cada cierto tiempo los abría mirando las estrellas.

Mientras que cantaba Undine no puede evitar echarle también ojeadas a Crow. Cómo siempre, cerraba los ojos mientras que la escuchaba y parecía más relajado en ese momento. Parecía mentira que la conversación se hubiera vuelto tan tensa hacía unos momentos... ¿Por qué no podía ser siempre así?

Y entonces Undine termina la canción y abre los ojos. Crow ya no estaba ahí, y no había rastro de él en los alrededores ni bajo su balcón. Había desaparecido sin dejar rastro.

Al ver que no está mira sorprendida a su alrededor. Luego se queda parada con una mueca de fastidio en los labios. 
De acuerdo, era más molesto que se fuese mientras cantaba a que se durmiese...

Suspira. No entendía como había salido de allí. Coge su dispositivo y entra, cerrando con pestillo. Dudaba que hubiese saltado por el balcón. Ahora miraba su casa con cierta inseguridad.

Va pasando por las habitaciones y mirando en lugares donde pudiese esconderse una persona, para quedarse tranquila.

Una vez está registrada la casa se dirige al baño, ahora ya algo más calmada, estaba agotada. Así que ese baño le viene de perlas. Dejando relajar su cuerpo por el agua y el vapor. Casi que se queda dormida dentro. Pero consigue salir medio somnolienta. Tras secarse el cuerpo se pone un yukata de tela suave que usaba de bata y se dirige a su cama, dejándose caer en ella como un peso muerto.
En su mesita de noche había dejado el dispositivo, esperaba que no se pudiese ver a través de él aunque estubiese apagado...

Pensando en aquello cae dormida.

[FIN DEL INTERLUDIO]