-¿quién quiere oír la historia de un hombre que perdió un ojo y que así ganó visión?
Por su tono de voz, o por la reacción de los otros niños, deduje que aquélla era una pregunta puramente retórica.
-Muy bien, Lanre y la Guerra de la Creación. Una historia muy antigua. -Paseó la mirada por el grupo de niños-. Sentaos y prestad atención, pues voy a hablaros de cómo era la ciudad reluciente hace muchos años, a muchos kilómetros de aquí...
Patrick Rothfuss - El Nombre del Viento
La tripulación trabajó durante toda la tarde, pero los daños eran tantos que apenas se notaba progreso. Podían izar una de las velas, la mesana, pero les era imposible controlarla para ponerla a favor del viento, y tampoco podían dirigir el barco en el rumbo deseado.
Así estaban las cosas cuando Catti-brie dio la alarma desde la atalaya. Deudermont y Drizzt corrieron hacia la batayola para mirar en la dirección señalada, temiendo que se tratara de un barco pirata. En tal caso, averiado como estaba y sin contar con Robillard, era posible que el Duende del Mar tuviera que rendirse sin siquiera prestar batalla.
R.A. Salvatore. Luz en las Tinieblas