Ficha disponible.
Y sí, sabes que la única entrada y salida del templo es por la puerta que tienes delante. Eso sí, hay dos salidas más en el sótano hacia una laberíntica red de túneles del subsuelo pero no conoces el camino que pueda llevar de vuelta a la superficie y nadie las usa.
La puerta se abre y del interior salen dos individuos. El hombre avanza con paso autoritario y por sus indumentarias deduces que se trata de un puesto importante, un oficial de alto rango de Guarnicionería. La otra la conoces como una soldado Valeria Vípera es su nombre. Ambos pasan a tu lado, pisan el charco de sangre y continúan andando dejando sus huellas hasta unos pasos más allá.
La escena reviste extrañeza en su totalidad ya que han pasado sin deparar en ti. Ni siquiera parecen haber visto el cadáver.
De pronto, sientes una presenca. Como si una divinidad atendiera tus palabras y quisiera escuchar la razón de estos actos y el fervor religioso creciente en tu alma.
Tras llegar a la salida abrí la puerta, sabía que Valeria no intentaría escapar, al menos no ahora, incluso si lo hacía, no podría ir muy lejos, o eso les haríamos creer, una vez fuera, le escolté hacia los edificios de la guarnicionería, había mucho de que hablar, pero la noche ya había sido larga, además tenía que entregar el informe de una ejecución...
Efectivamente. La mujer caminó a tu lado sin necesidad de grilletes. Cumplía tus órdenes sin objeción alguna. Caminásteis en la noche entre las calles de Arkhania en dirección al atajo que os llevaría a Guarnicionería: El Puente Miradera.
Continuamos en El Puente Miradera
La puerta del templo se abrió y, en ese instante, Rose y su víctima desaparecieron de la vista. No es que se movieran. Sino que fueron el objetivo de algún tipo de conjuro de ocultación (invisibilidad mayor).
Aegón Drakaris, general del Gremio de Espadachines y, por extensión, de Guarnición. Salió del templo en compañía de Valeria completamente restablecida (pese a que en esa misma tarde una flecha le atravesara el abdomen). Ambos bajaron las escaleras y se alejaron en dirección al Puete Miradera1
1Estamos en la Barriada del Fin del Mundo y se dirigen a la presa.
El Puente Miradera es lo que había antes de la Mansión Gliargae. ;)
Justo en el momento en que me disponía a dirigirme a una de las entradas secretas del Séquito para infiltrarme en el templo, sucedió un acontecimiento inesperado, Valeria estaba saliendo por la puerta principal, escoltada por un hombre con aspecto de pertenecer a la guarnicionería.
Con un profundo y detenido vistazo, caigo en la cuenta de que se trata del General del Gremio de Espadachines, gracias al libro. Tenía entendido, que Valeria estaba malherida, pero veo que puede caminar y sostenerse por ella misma, totalmente recuperada, ello me hace sospechar en lo mas profundo de mi ser1.
1-. Analizar Analizo si es realmente la verdadera Valeria, sus gestos, tick, forma de andar, su aura, etc.
¿En que estado se encuentra Valeria?, quiero decir, ¿Va encadenada?, ¿bajo influencia mágica?, o va por su propio pie, andando al lado, del general, como si de un paseo matutino se tratara.
Rose sin duda es un hombre de recursos, pero no podía perder tiempo en el, mi objetivo, Valeria, acababa de abandonar el edificio del que iba a rescatarla por su propio pie, acompañada del general. - ¿Qué significa esto?, no veo más guardias o escoltas, y van a plena vista, además ella no está encadenada...¿Ambos trabajan para el magnate?¿Qué debería hacer?- Sin perderlos de vista comencé a caminar tras ellos manteniendo una distancia prudencial -No se han percatado de mi presencia- Continuaron su paso con direccion al Puente Miradera, el silencio era incomodo, no había conversación entre ambos, tan solo caminaban sin dilación.
Me adelanté hasta ponerme a la altura de Valeria, la tomé de la mano y le di un apretón fuerte, para que no se sobresaltara demasiado, y no se pusiera en guardia, luego afloje el apretón, y comencé a comunicarme por morse - DISIMULA. SOY YURIK. ¿SITUACION?. QUIERO AYUDARTE.-
El análisis sobre Valiria te desveló mucho más sobre ella de lo que sin duda le gustaría. Su áura humana está diluida, pálida, relegada a un segundo plano por la sustancia que corre por sus venas. Su sangre evoca en ti una magia de betas rojizas sobre un fondo negro, todo cubierto de un halo de palidez. No es el vigor rojo de un magus de sangre. Por otro lado, sobre ella existe varios efectos latentes ocultos en sus brazaletes y sus armas. Poderes arcanos que se desencadenan en el momento de asestar un único golpe definitivo y mortal.
Por otro lado, su indumentaria posee un efecto de ocultación que bien podría repartir entre la indetectabilidad y la invisibilidad pero que, como sus dones ofensivos, están latentes.
Adviertes que en su cuerpo hay otra peculiaridad. El áura de la sustancia que la mantiene logévamente joven es mixta. No sabrías decir (hasta analizar una muestra de su sangre) cuántos vampiros han contribuído pero, sin duda, ha sido más de uno.
Caminando junto a mi general de pronto me puse tensa pero pronto me relajé -Yurik- pensé. -Todo está bien- le transmití usando el mismo código, pero me pregunto qué motivos llevan al recién llegado a preocuparse de alguien que conoció registrando su cuarto. Tan sólo nos conocemos de un día... -El general es mi protector. Ya he sido rescatada- le dije para que se sintiera tranquilo.
El miedo le atenazo. Su mano, manchada con la sangre del sacerdote, voló para recuperar la daga que ya había guardado, dispuesto a atacar antes de que aquellos que salían del templo se dieran cuenta siquiera de lo que estaba ocurriendo. Agazapado como una serpiente, se preparó para el salto contra aquellos necios que habían aparecido en el peor momento. Pero no pasó nada. No quedaron sorprendidos, no se fijaron en él, ni siquiera vacilaron al caminar con calma mientras continuaban su camino ajenos a él y al charco de sangre que regaba el suelo manando de Greeves.
¿Qué está ocurriendo? Pensó para sus adentros, mientras volvía a guardar, indeciso, el puñal. Sentía algo extraño a su alrededor, semejante a la presencia del Don del Tiempo en su sala pero de una manera más tenue, más velada, aunque no por ello menos cercana.
- ¿Quién eres? - Preguntó en voz baja, prácticamente un susurro para sí mismo que, sin embargo, no dudaba estaba siendo escuchado. Una parte de él suponía quien era quien respondería. Dionisio.
Un fervor desconocido hasta ahora, uno cuya semilla se había instaurado en su mente junto a los recuerdos, pensamientos y deseos de Fender, le recorrió como un escalofrío. La lujuria, la ambición y el desenfreno se mezclaron con los sentimietos de Langdom, creando una confusa vorágine que le mareó.
Tuvo que cerrar los ojos, respirar hondo y luego abrirlos para calmarse. Luego sonrió. Estaba jugando con fuego, metiéndose en las mismas llamas al intentar controlar voluntades tan dispares como las que ahora había hecho suyas. Pero aquél descontrol, aquél desenfreno, empezaba a gustarle. Sus apetitos iban más allá de los de aquél infame clérigo que con tan poco se había conformado. Él podría llevar aquellos placeres a nuevos niveles, unos que el dos veces nacido sabría apreciar. ¿Pero qué podía ofrecerle a él la deidad del vino? La pregunta no había sido formulada, pero si atendida. Eso estaba seguro, y aguardaba una respuesta.
El viento sopla trayendo susurros al tiempo que te parece ver una silueta frente a ti. Prestas atención a las palabras ininteligibles mientras el entorno se oscurece y, poco a poco va desapareciendo. Te adentras en tu subconsciente, en tu mente, a medida que profundizas te parece comprender más esas palabras.
-Dionisos, Hades, Cyrik, Loki, ...- Extrañamente cuando la pronunciación es clara adviertes que se trata de una lista de dioses que aflora en tu interior. Sabes que ahondando aún más la voz será más clara y así, en la oscuridad de tu subconsciente ves la figura de Dionisos que se gira hacia ti.
-Bienvenido de nuevo, viejo amigo- te dice al tiempo que distingues a alguien familiar -Soy Dionisos- comenta con una sonrisa. Extiende una mano y en ella aparece una copa de vino que te ofrece -Tú me has llamado-
Cojas o no la copa él la soltará y se girará mientras habla pero sus palabras comienzan a sonar distantes mientras sientes otra presencia, más contundente. Es entonces cuando Dionisos se detiene y su cuerpo se hincha como una masa bulbosa...
-Dionisos, Hades, Cyrik, Loki, ...- Repito la lista de deidades de nuevo -Mortales que rezan a dioses pero ¿qué hay por encima de ellos?- pregunto mientras mis múltiples bocas esbozan una sonrisa -Los Dones.-
-Dionisos- Pronuncio su nombre con placentero gusto -Es uno de los grandes, Rosencrantz. Sí, lo sabes, siempre hemos estado conectados aunque ya no lo recuerdas. Era cuestión de tiempo que volviéramos a vernos.-
Fue a coger la copa que Dionisios le tendía cuando aquello ocurrió. La revelación de aquél ser inmortal le hizo dejar caer el vaso, derramando el vino a sus pies, mientras observaba frente a él al Don del Caos. No le recordaba, pero eso no quería decir que no dijera la verdad. La cuestión era porque. ¿Qué había en su olvidado pasado que les uniera? ¿Acaso el Don del Tiempo le había arrancado de manos de aquél otro ser? No tendría respuestas para eso, ni las tendría por mucho que se esforzara, pero allí había, al fin, un resquicio del que aprovecharse para librarse de su patrón.
Pero no debía subestimar a los dones, no podía permitirse ese desliz. Su mecenas no era todopoderoso, pero no era estúpido. Si daba un paso en falso podía ser su fin. Sonrió. No, él no acabaría ahí. Algo le decía que bajo el manto del Caos estaba, por el momento, a salvo. Hasta que punto y por cuanto era lo que debía averiguar.
- No.., no te recuerdo. - Sentenció tras un instante de reflexión. - Pero eso ya lo sabes. ¿Qué más sabes? - Preguntó directamente, mientras miraba a su alrededor -. ¿Qué ocurrirá si quien me ha mandado aquí descubre que estoy hablando contigo?
Notaba la conciencia de Leisle llamándome desde la habitación del tiempo. Si tardaba mucho en responder, posiblemente, el Don descubriría que algo ocurría. Debía darse prisa, y luego actuar en consecuencia. Entrecerrando los ojos, miró al mismo avatar del Caos, y aguardó sus respuestas, tanto a las preguntas hechas en voz alta como a las que no había puesto voz.
Me tienes bloqueado hablar con los otros pjs? jaja
Jajajaja, fallo mío. Te creé el personaje pero no puse los permisos en esta escena. Ya está corregido. ;)
-Tú eres Rosencranz del Nido de Ratas. Viviste en el albergue de huérfanos de Arkhania bajo la protección de la familia Ucelli, dentro de varios cientos de años, hasta que decidiste usar tus dones. Saliste, conseguiste seguidores, una banda, y durante mucho tiempo pusiste en jaque a varios altos cargos de la ciudad. Te convertiste en uno de los más buscados- Mis bocas vuelven a sonreir -me divertí mucho contigo- pronuncio desde múltiples puntos utilizando el pasado pues, aquella línea temporal desaparecerá con los acontecimientos de ésta -Las amenazas de la ciudad fueron varias a lo largo de su historia. Tú y tu banda. La organización secreta llamada "El Séquito de Airat", los drow de la infraosucuridad, que en este tiempo aún no han llegado... y la peor de todas, con diferencia: el ser al que todos querían aliarse. Daxherina Ir'van, la súcubo que destronó gobernantes, destruyo al ejército de la ciudad separándolo y corrompiéndolo desde dentro... una delicia. Daxherina Ir'van es la abuela de Leisle. Leisle Ir'van es su nombre.- Le revelo con un divertimento abrumador -Para cuando tú conseguiste tu banda Daxherina ya había sido derrotada. Pero su descendencia se mantenía oculta. Te acercaste a Leisle y algo surgió entre vosotros.-
Hago una pausa y me extiendo rodeándolo -Leisle, se convirtió en más que una aliada y murió asesinada cayendo en las redes del Don del Tiempo.- Le digo y muestro una mueca de aflicción. Mis formas pululan y vuelven a cambiar. -¿Quién la mató? Te preguntarás...- Una de mis partes le roza, desbloqueando su memoria emotiva, sus sentimientos, el dolor que le produjo la pérdida. -Ésto será un incentivo contundente. Además, su mente sabrá que fue él, Rosencrantz, quien la buscó y descubrió dónde se encontraba, fue él quien me rechazó, me abandonó, se vendió al don del Tiempo por encontrarla con la noble intención de "rescatarla".-
-Sí, me dejaste para salvarla y lo olvidaste todo.- Le digo ahora con visible molestia y un tono ineludible de amenaza.
-Su asesino también mató al hermano del elfo explorador que os acompaña y, adivina, está en la misma habitación. Es uno de tus compañeros.-
Dejo que mis palabras corrompan la poca lealtad que pueda tener hacia el Don del Tiempo.
-Víctor Vargas- pronuncio su nombre con deleite. -¡Oh! Pero, amigo mío. Aún hay más...- Acentúo la oscuridad y me diluyo en ella desapareciendo a su vista para revelarle mis verdaderas intenciones. -Debes volver a ganarte mi confianza- y mientras me desvanezco le revelo la suculenta realidad:
-Dhaxerina Ir'van...
...llegará...
...en esta época-
-Entiendo, aunque os seguiré de cerca sólo para asegurarme, no quisiera perderme aquello que me ibas a enseñar, no creas que lo he olvidado.- Tras la conversación en morse, me separé unos metros y los seguí en las sombras.
Los sigues en la distancia camino de Guarnicionería
Continuamos en Puente Miradera
El dolor era aún más que una simple molestia cuando aquél oscuro ser se desvaneció, desapareciendo de su vista y dejándole sólo con sus pensamientos, con sus recuerdos. El corazón le bombeaba demasiado fuerte, demasiado rápido. ¿Podía ser verdad aquello? ¿Podía fiarse? Tenía sentido, ¿pero acaso no lo tenían las mejores mentiras? Suspiró, temblando de repente en la noche, aunque no sentía frío. Acababa de meterse en un lío del que podría ser que no saliera, pero acababa de tirar de un hilo que le daría respuestas, que le haría recordar, por muy duro que fuera. Si de esa manera servía al Don del Caos y traicionaba al Tiempo, que así fuera. Si ambos se oponían a él, si ambos intentaban utilizarle, manipularle, lucharía contra ellos. Una sonrisa taimada apareció en su rostro. No podía confiar en nadie. En nadie, excepto en ella. Leisle estaba cerca, lo presentía. Tenía que verla.
Con pasos decididos, transformado ahora en el sacerdote al que acababa de asesinar. Esperó a las puertas del Templo mientras extendía su mente a la casa de los Transformadores y avisaba de su presencia.
No sé muy bien que ha pasado con el cuerpo del verdadero Fender. ¿El Don del Caos se lo ha llevado librándome del cadáver? ¿O sigue ahí y ahora que la magia se ha desvanecido ya no está oculto?
Al regresar te das cuenta que el Don del Caos no es famoso por sus cuidados. El cuerpo de Fender Greeves se materializa a tus pies en la postura grotesca en que quedó después de tu ataque. Si bien, al fijarte, adviertes complacido que su rostro es irreconocible. No es que esté rajado o deteriorado, no. Su semblante es deforme y sus vestiduras parecen haber envejecido cien años.
Ves también el charco de sangre y las huellas de la pareja que acababa de salir de allí. Valeria y el General de la Guardia, Aegón Drakaris.
Empiezas a entender la forma de operar de Caos. Cuando este cuerpo sea hallado (que no tardará ya que son muchos los acólitos que acuden al templo de madrugada para prepararse) todas las pistas se alejan de la persona que encarnas, apartando de ti (sólo en apariencia) toda culpa.
Así, accedes al templo en busca de Leisle. Sabes, por los recuerdos de Fender, que se encuentra con la enfermera y sabes donde encontrarla. Tras recorrer el templo con paso firme llegas a los sótanos (donde tienen a los enfermos) y de ahí a su alcoba. Leisle descansa. Duerme profundamente mientras Ann hace el turno de noche.
Te sientes completamente agotado por lo que es mejor ir a dormir por hoy. Mañana podrás hablar con Leisle. Además, la alcoba de Fender (tu alcoba) no está lejos.
Te he hecho visibles los turnos que Leisle compartió con Fender Greeves para que queden en tu recuerdo.
Así mismo, continuaremos en ese tema: Templo del Fin del Mundo.
Antes os tenía divididos en dos temas pese a que toda la acción se desarrollara en el mismo edificio (o sus cercanías) porque erais muchos personajes y así tenía un orden. Ahora no tendremos ese problema. Hemos quedado sólo los mejores XD
Te he hecho visibles los turnos que Leisle compartió con Fender Greeves para que queden en tu recuerdo.
Así mismo, continuaremos en ese tema: Templo del Fin del Mundo.
Antes os tenía divididos en dos temas pese a que toda la acción se desarrollara en el mismo edificio (o sus cercanías) porque erais muchos personajes y así tenía un orden. Ahora no tendremos ese problema. Hemos quedado sólo los mejores XD
Voy a leer, que tendré para un rato jaja
Y joer, de verdad, no entiendo como te pueden abandonar. De los máster que conozco, los hay malos, los hay regulares, los hay buenos, y luego estás tú. He visto quienes se esfuerzan, pero es que tú llevas un control de todo que es impresionante ^^