Partida Rol por web

Asesinato en Puerta de Baldur

Aventura | 2. Aishël y Aldafein

Cargando editor
28/09/2016, 03:12
La Canción Élfica

El borracho no se te interpone ni se molesta, aunque te observa mientras entras en el local. La Canción Élfica es un edificio de dos pisos, grande y de elegante construcción, aunque algo deteriorado y bastante antiguo. La planta baja es una gran sala con un mostrador sencillo, bastantes mesas y varios reservados en la pared del fondo. El mobiliario es de madera recia, con innumerables cortes y tajos. Linternas de cristal azul iluminan el interior con una luz del mismo color. Varias escaleras estrechas y sinuosas suben hasta la planta alta, pero no parece que sea una zona muy frecuentada a estas horas. Por lo demás, llama la atención un pequeño y extraño monstruo disecado que cuelga sobre la barra: una bola carnosa con tentáculos, boca dentada y un gran ojo (de cristal) en el centro.

A estas horas, y para tu disgusto quizás, el salón ya tiene bastante concurrencia. Los clientes parecen gente que sabe cuidarse las espaldas, pues la mayoría lleva armas encima, y no puedes asegurar que todos estén en el lado correcto de la ley. Algunos te observan durante unos segundos y cuchichean entre ellos antes de volver a lo suyo. Unos parecen marinos, otros aventureros, y otros viajeros de diverso pelaje. En general, hay más varones que hembras, y más humanos que otra cosa. Sí ves un par de enanos y otros tantos halflings, pero ningún elfo. No hay música ni espectáculo de ningún tipo, ni parece que vaya a haberlo.

Tras la barra, a la que te acercas, un hombre atractivo y saludable, pero de pelo parcialmente encanecido, discute con dos clientes. El tema es la actualidad política: ¿qué pasará con el asiento del duque Adrian en el «Consejo de los Cuatro», ahora que ha muerto? Un par de camareros le quitan el trabajo, yendo de aquí a allá por la sala. Tras una primera mirada rápida, el individuo vuelve inmediatamente a fijarse en ti, como intrigado. Entonces, se disculpa con sus interlocutores y se te acerca.

Buenas noches, میری عورت * —te saluda. Su élfico no es perfecto, pero sí fluido—. ¿Qué desea tomar? O quizás puedo ayudarla de algún otro modo —se ofrece con una sonrisa agradable y aparentemente inocente, aunque no sin cierta curiosidad.

Cuando le preguntas por un lugar donde alojarte, su recomendación es un hostal cercano llamado «La Espada y las Estrellas», calle arriba (es decir: en la dirección en la que ibas).

Notas de juego

*«Mi señora» en élfico.

Puedes pedir (y asumir que te sirven) lo que quieras. Los precios:
Bebidas: cerveza (2 pc/jarra); cerveza negra (4 pc/jarra); vino (5 pc/vaso); rodarrón (un ron especiado, a 1 pp/jarra), no alcohólicas comunes (1-2 pc/jarra).
​- Comidas: estofado de la casa (1 pp/ración [cuenco], +2 pc/extra); otros (2 pp/ración, 1 pp/media-ración). Especialidad: bocadillos de queso derretido (opcionalmente, especiado), pepinillos y grandes trozos de arenque ahumado.

Cargando editor
28/09/2016, 03:13
Aishël
Sólo para el director

Sin duda no era un lugar demasiado recomendable para "damas" aunque dudaba que nadie se metiese con ella y si lo hacían, en fin, pobre del desgraciado que lo hiciese, pero parecía que por suerte todos estaban a lo suyo, solo causo un poco de que hablar cuando entro, luego todo volvió a su cauce, lo cual le parecía genial, ya que no le gustaba destacar.

Se acerco a la barra donde estaba aquel horrible engendro, no sabía si estaba allí para atraer clientela, pero desde luego con ella no daba ese efecto, era realmente repugnante. Cuando el tabernero acudió a  su encuentro dejo de mirar al bichejo. Le sorprendió un poco que ese hombre si quiera supiese tres palabras en elfico, inclino la cabeza -Buenas noches- asintió agradeciendo la información sobre la posada a la que más tarde iría. Le pareció tan buen sitio como otro, ya que nadie la miraba, para tomar algo tranquilamente, antes de irse a buscar habitación en la posada. Pidió un bocadillo de queso fundido ya que era la especialidad, no se fiaba mucho de la comida de allí, así que mejor algo en lo que tuviesen algo de experiencia y lo sirviesen mucho y algo de vino. Pago y tranquilamente sentada en la barra, fue cenando. 

Cargando editor
28/09/2016, 03:14
La Canción Élfica

El lugar no es apropiado para las damas, ciertamente, pero... ¿Eres una dama? Ya hace muchos años que dejaste la casa de tu padre: tu educación fue buena, y conservas tus modales, pero ahora eres una elfa curtida e independiente. Quizás por eso sólo ese borracho se ha atrevido a intentar algo. Por lo demás, no se te escapa alguna que otra furtiva mirada de los presentes: tu aspecto no es fácil de ocultar.

Tu pedido no tarda en salir de las cocinas. El vino, negro bajo aquella luz, humea en el cuenco: perfecto para un día gris y húmedo como este. No es de los mejores que has probado, pero tiene cuerpo y lleva una buena selección de especias. En cuanto al emparedado, todo parece fresco, y los trozos de arenque son grandes como puños de halfling. Por lo demás, es bastante salado: para animarte a beber, sin duda.

Estás en la barra, comiendo y pensando en tus cosas, cuando algo extraño ocurre: de pronto, el barullo de la taberna comienza a acallarse rápidamente. Te giras para ver qué está pasando, pero sólo ves como los parroquianos van enmudeciendo, absortos, sus miradas perdidas en el techo, en el suelo, en cualquier sitio. Sólo unos pocos preguntan qué sucede, pero son silenciados al momento por las miradas furibundas y los gestos de los demás. Un silencio ritual. Cuando los demás ruidos se han esfumado, lo escuchas: alguien está cantando. El cantar no suena tan alto como para interrumpir nada, pero es claro y llega de todas partes: una hermosa voz de elfa, una canción en élfico antiguo que llora la pérdida de un amado en la mar. La melodía, la letra, la voz, el sentimiento... Todo es tan hermoso y triste que incluso tú te sientes aturdida y sientes ganas de llorar.

Notas de juego

TS Carisma vs 15* para evitar llorar: si tienes éxito, te controlas; si no, no puedes contener las lágrimas.

* Una TS (tirada de salvación) es como una tirada normal de esa característica (es decir, usas el modificador), salvo que tengas competencia en esa TS. Tú tienes competencia en TS de Fuerza o Destreza, pero no de Carisma.

Cargando editor
28/09/2016, 03:15
Aishël
Sólo para el director

Sin duda no era tan mala la comida como esperaba, esperaba que todo fuese mucho peor, pero no estaba tan mal, después de tofo se iría con una buena cena de allí.

Se sorprendió al ver que todo se revolucionaba y callaba en tan escasos minutos.  Más tarde descubrió el motivo de tal alboroto, ya sabia porque el nombre de la taberna, había una elfa cantando en ese lugar.... no habría esperado aquel espectáculo. Tenía una voz hermosa, que le recordaba mucho a su hogar y habría soltado alguna lágrima, si la canción hubiese tratado sobre su ciudad o sobre sus orígenes, pero un amor perdido, no, no era su caso. Siguió sentada a pesar de haber terminado ya su comida, disfrutando de aquella canción que aunque no la haría llorar, si le gustaba y le recordaba su hogar, pocas cosas, o ninguna, lo hacía allí.

Cargando editor
28/09/2016, 03:15
Director
Sólo para el director

Notas de juego

La tirada se perdió al mover estos mensajes de escena, pero, efectivamente, Aishël sacó un 16.

Cargando editor
28/09/2016, 03:17
La Canción Élfica

Durante el rato que dura la canción, te deleitas escuchándola y examinas la sala en busca de la cantante, sin encontrarla. La mirada de cada cliente va a lo suyo: es como si la voz llegase de todas partes y de ninguna. Por lo demás, ninguna lágrima aflora a tu rostro, y no sólo por el tema de la canción -que evidentemente no te toca-, sino por pura fuerza voluntad: la canción es realmente emotiva. Es sólo que tú eres una tía muy dura. Por lo que ves, otros no tienen tu aguante.

Cuando la voz enmudece, los parroquianos esperan unos momentos más en silencio, como animándola a continuar. Pero no: se ha ido, así que vuelven a sus asuntos. Cuando te das la vuelta, te encuentras con que no sólo han recogido tu plato vacío, sino que frente a ti hay ahora una vieja y estrecha copa tallada. Reconoces el color rubí del licor, su olor frutal y dulce, las motas de luz dorada en suspensión... ¡Pero no puede ser! Para comprobar tus sospechas, pronuncias las palabras que ya sabes, y al momento las motas se concentran en trece puntos de luz: la constelación de Correlian. No das crédito: ¡elverquisst auténtico! Caro, y más raro aún. En tu antiguo hogar y en otras tierras élficas incluso existe un ritual para beberlo. Cuando miras al camarero, éste alza sonriente un vaso de vino hacia ti, como brindando, y se te acerca desde el otro extremo de la barra.

¡Invita la casa! —saluda. Al ver tu expresión, decide explicarse.— Es tradición de mi familia: cada vez que ella canta, los clientes elfos se les invita a una copa. Hoy tú eres la única, así que... —Alza de nuevo su vaso.— ¡Alabado sea el Seldarine!

Notas de juego

Escríbeme tu post y además explícame un poco lo que quieres hacer con el resto de la noche: terminar tu velada, ir a donde quieras a dormir, etc.

Cargando editor
28/09/2016, 03:18
Aishël
Sólo para el director

Se sorprendió realmente cuando vio esa copa, ese color intenso, esas motas doradas, ese olor.... todo le transportaba mentalmente al salón donde su padre hacia banquetes y fiestas, donde aquel licor corría por todas las copas, cuando aun era feliz, cuando aun vivía en su hogar con los suyos. Escucha lo que el camarero le cuenta sobre aquella tradición -Pues... gracias- y alza la copa para corresponderle al brindis. Lo tomo tranquilamente saboreandolo lentamente, hacia mucho, muchisimo, que no lo tomaba y era algo que nunca olvidaría, ese sabor....

Se levanto y directamente se dirigió hacia la puerta, ya era hora de pedir una habitación en la posada y aun tenia que llegar, no estaba muy lejos por lo que le habían indicado, así que tomo la calle a buen paso hacia allí, si quería levantarse con las primeras luces para no perder tiempo, necesitaba descansar ya, había sido un día largo, muy largo incluso para su gusto.

Cargando editor
28/09/2016, 03:19
Ciudad Baja, día

Después del episodio en La Canción Élfica, no ocurre nada más de interés. De este modo, al cabo de un rato te diriges a esa posada de la que te han hablado, La Espada y las Estrellas, donde coges la última habitación libre. Antes de recluirte en tu cuarto para meditar -o como llaméis los elfos a esa cosa que hacéis en lugar de dormir-, escuchas a dos huéspedes comentar que, al parecer, el paso franco a la ciudad se mantendrá un día más; además, el duque Adrian tendrá un funeral al día siguiente en «la Gran Casa de las Maravillas» y luego será enterrado en «el Gran Salón». (Si preguntas, descubrirás que son dos lugares importantes de la Ciudad Alta: el principal templo -al dios Gond- y la sede del gobierno -es decir, del «Parlamento de los Pares» y del «Consejo de los Cuatro»-.) La posada resulta limpia y con un buen precio, y el servicio, amable.

A la mañana siguiente, abandonas la ciudad temprano para resolver los asuntos que tienes pendientes en el Bosque de la Capa. No sales por la misma puerta por la que entraste -la norte, la que llaman «del Dragón Negro»- sino por la oriental, llamada «del Basilisco», un camino más directo a tu destino. El paisaje por ese camino consiste en interminables arrabales, llenos de inmigrantes, pobreza y desorden, pero también de bullicio, actividad y vida.

Cargando editor
28/09/2016, 03:22
Paso del Draco, día

Han pasado cuatro días desde la mañana en que partiste. Tus asuntos en el bosque han quedado resueltos y estás llegando de nuevo a Puerta de Baldur. Lo que oyes comentar a la gente que te cruzas por el camino corrobora la teoría de Aldafein de una ciudad al borde de la revuelta: durante el funeral público del duque Adrian, que fue el día que te fuiste, hubo serios altercados con docenas muertos. Parece ser que el malestar de la ciudad ha seguido creciendo. El sentir general es de dolor por la muerte del duque Adrian, de la que cada grupo social culpa a los demás: los patricios ven el asesinato de Adrian como un ataque al gobierno, mientras que los burgueses y la gente del arrabal creen que ha sido una conspiración aristocrática quien ha acabado con su adalid. Aún así, es obvio que una especie de normalidad va volviendo lentamente a la ciudad.

Hace una hora o así que ha amanecido y el bullicio es creciente: campesinos con sus productos, mercaderes de lugares lejanos, viajeros solitarios, peregrinos... Todos quieren entrar en la Puerta. Frente a ti, un largo puente lleno de casas cruza el río Chiontar a gran altura. Lo reconoces de otras ocasiones, la más reciente, cuatro día atrás: es Cruce del Draco, la entrada a la ciudad por la carretera de Calimshan. Un gran peñasco fortificado se alza en medio del río, dividiendo el gran puente en dos tramos y permitiendo a su guarnición controlar el paso.

Eh, tú —oyes que alguien (un varón) dice muy cerca de ti, a tu derecha. La gente a tu alrededor se vuelve asustada hacia la voz, para luego mirarte a ti: eres tú a quien se está dirigiendo—. Acércate, viajera.

¿Un control rutinario?

Cargando editor
28/09/2016, 03:23
Aishël
Sólo para el director

Alzo una plateada ceja, se referían a ella, ¿era la hora de dejar de pasar desapercibida? viajera... no era del todo cierto, miro al hombre de arriba abajo, esperando que algo le facilitase el saber quien era.

Se volvió hacia el hombre -¿si?- dijo suavemente acercándose. 

Cargando editor
28/09/2016, 03:23
Paso del Draco, día

El «hombre» resulta no ser un hombre... técnicamente: es un halfling de llamativas patillas morenas y vestido con un tabardo rojo, a su vez adornado con un puño en llamas bordado en el pecho. Ya lo has visto antes: el Puño Ardiente, la guardia mercenaria de la ciudad. Está subido a una mesa, tiene los brazos en jarras y le flanquean dos soldados humanos. Cuando te giras, revelando parte de tu rostro de color atípico, los tres varones se tensan y uno de los humanos se lleva las manos al arma, por instinto, pero sin llegar a desenvainar.

¡E-es una drow, señor! —oyes que tartamudea entre dientes.

La gente se separa de ti asustada y comienza a murmurar mientras observa la escena.

Cállate, imbécil —contesta el halfling, sonando seguramente menos seguro de lo que querría. Luego, se dirige a ti.— Los drow no pueden entrar en la ciudad.

No tuviste este problema cuando accediste a la ciudad por el norte, hace cuatro días. Quizás los guardias con los que te topaste entonces habían visto más mundo. Quizás no se fijaron en ti. Este parece que no te lo va a poner tan fácil.

Cargando editor
01/10/2016, 02:10
Aishël

 Miro a sus tres interlocutores, uno a uno -Sin duda, no conocen bien a los drows, si fuese una drow, ya habrían dejado de hablar, pues no tendrían lengua o en su defecto cabeza, esa es la primera diferencia, la segunda es que mi pelo no seria plateado, si no blanco, mis ojos no serian azules, si no rojos y mi piel no seria grisácea, si no negra o purpura- los miro duramente -de hecho soy una alta elfa de Silvanesti, supongo que les suena tal cuidad reino- con un simple gesto, saco el colgante que era el anillo de su casa, con algo de suerte lo reconocerían, obviamente no vio necesidad de airear su amistad con Aldafein, si es que se podía llamar amistad a lo que tenia con un drow.

Cargando editor
01/10/2016, 03:49
Ölve

Tus palabras iniciales parecen intimidarles, pero también ponerles bastante nerviosos, y por un momento te preguntas si habrás calculado mal y estarás provocando una reacción violenta por su parte. Tu anillo, en cambio, parece confundirles.

¿Silvaqué? —pregunta burlón el halfling.

Silvanesti, teniente —dice una voz junto a ti, cortando al miembro del Puño.

Un elfo de pelo dorado y piel clara y broncínea se te acerca. ¡Un elfo solar! Viste una túnica larga de color gris claro y adornos (amuletos, diadema, pulseras) plateados. Lleva un zurrón, pero no parece ser un viajero.

Es el nombre que los elfos de Tethyr dan a su reino —comenta para el soldado. Con un breve «Disculpa», se pega a ti y examina tu anillo—. Sí… Esta artesanía... —Y volviéndose hacia los mirones, proclama:— Si esta dama no es una elfa silvana de Tethyr... ¡Que la Doncella Lunar me retire sus bendiciones!

No sabes si es por el solemne testimonio de aquel individuo, por la pereza del halfling o por ambas cosas, pero finalmente los guardias te dejan en paz.

Llevo décadas aquí, pero aún reconozco un acento tethyrita cuando lo oigo —te explica el elfo, sonriente, cuando estáis a solas. Avanzáis por Paso del Draco, el barrio que está sobre el puente, en dirección a la ciudad.— Y sólo vosotros llamáis «Silvanesti» al Wealdath. —Se presenta: se llama Ölve y es siervo de Selûne, diosa de la luna.— Oye... ¿Dónde encontraste ese anillo?

Cargando editor
05/10/2016, 22:41
Aishël

Agradeció con un gesto de cabeza que la dejasen pasar y la "ayuda" de Ölve. Realmente hacia mucho que no veía elfos solares, no eran muy comunes en Silvanesti sin duda.

Suspiro -Me alegra ver que hay gente que aun conoce Silvanesti, o como vos decís, Wealdath- luego sonrió débilmente por la pregunta de él -Este anillo... lleva en mi familia generaciones, me lo dio mi padre- se mordió el labio inferior al recordar a su padre, pues no sabía el destino que este había corrido por su culpa.

-¿Vos sois de aquí? Sin duda sabréis que ha pasado con el Duque - no esperaba que la reconociese como la "heroína" que acabo con el monstruo, de hecho solo quería información, no reconocimiento.

Cargando editor
06/10/2016, 01:11
Ölve

Ves que Ölve te mira con cierta sorpresa cuando le cuentas que el anillo es de tu familia.

¿El duque? ¿Adrian? —pregunta ahora—. ¡Claro! Uno tendría que ser sordo para no haber oído mil veces la historia en estos últimos días —comenta, claramente cansado de escuchar el relato de los hechos—. Pero tú no, claro, que acabas de llegar a la ciudad... —reconoce, mientras seguís caminando.

No has conocido a muchos elfos dorados a lo largo de tu vida (a algún miembro de las contadas familias que quedan en el Wealdath, y de vista tan solo), pero su fama de engreídos es universal y les precede. Claramente, Ölve es diferente.

Hay varias versiones —te explica con amabilidad—, pero según la Boca de Baldur, el Día del Retorno unos asesinos entraron disfrazados en el Amplio y atacaron al duque mientras daba un discurso, y también atacaron a la gente. Un grupo de viajeros (un mago, una elfa, un sacerdote de Torm...) les hicieron frente y salvaron a muchos, pero no lograron evitar que los rufianes convirtieran al duque en un monstruo... Hubo que abatirlo. —Niega con la cabeza, entristecido. Señala a la gente que se mueve a vuestro alrededor.— Aquí toda la gente quería a Adrian. Él era el único duque que se preocupaba por nosotros.

Charlando, llegáis al final del barrio del Cruce del Draco, el barrio sobre el puente.

Canciones Gemelas —dice, refiriéndose sin duda a la zona, y se detiene, extendiéndote su mano—. Aquí debemos despedirnos... eh... —No te has presentado.— En fin: si necesitas algo y puedo ayudarte, suelo estar por la capilla de Selûne. —Señala en una dirección: el susodicho templo parece estar en este mismo barrio.— ¡Ah! Y, por cierto: en la Puerta, la mayoría de la gente ha oído hablar Silvanesti, sólo que no por ese hombre. Tenlo en cuenta en tu próximo... encontronazo, aunque... ¡La Doncella no permita otro!

Parece dispuesto a separarse de ti. Quizás aún puedas sacarle algo más de información.

Notas de juego

¿Te parece bien si después de este encuentro vamos al palacio ducal? Para pedir esa audiencia que me comentaste, digo. Eso me servirá para conectarte con los demás.

Cargando editor
06/10/2016, 01:27
Aishël

Sonrió -Aishël, Aishël Dordienh- hizo una pequeña inclinación con la cabeza -perdonad que insista, pero el tema me tiene más que intrigada ¿que se le puede dar a un hombre para convertirse en tal aberración? más un hombre que según decís era intachable- espero que pudiese darle mas información de la que había conseguido.

Luego involuntariamente acaricio su anillo -¿acaso conocéis este anillo? ¿o a mi casa? tendré en cuenta con que nombre os referís aquí a mi reino, sin embargo, espero que no me vuelvan a confundir con un drow- sonrió

Notas de juego

Si, vamos al palacio ducal XD ¡¡a darle caña!!

Cargando editor
10/10/2016, 01:22
Ölve

A Ölve le choca tu pregunta sobre la transformación de Adrian, pero quiere ayudarte y te responde igualmente.

Una maldición, magia… Un conjuro... ¿Qué si no? —Titubea, inseguro quizás de si era posible que sea alguna otra cosa.— Un experto del Arte o un cultista poderoso pueden transformar los cuerpos y trastornar las mentes —explica, aunque eso ya lo sabes—. Pero, ¿qué sabemos, en realidad, de lo que pasó? Sin haber estado allí… —niega con la cabeza, contrariado y resignado.

Respecto a tu anillo, él dice no haberlo visto antes -ni la joya, ni el sello- ni saber nada de tu familia. Simplemente ve que tienes en tus manos una joya silvanestí de calidad.

Cargando editor
10/10/2016, 01:24
Extramuros, día

No tardáis en despediros: Ölve debe atender sus asuntos en Canciones Gemelas y tú quieres visitar el palacio ducal, que está -según te indica un mercader- en el distrito de Templos, el centro religioso y político de la Puerta, en la Ciudad Alta. El viaje hasta allí te supone cruzar prácticamente toda la ciudad: primero, los arrabales de extramuros, con su ajetreo, sus olores fuertes y sus ruidos, sus animales y carromatos, su pobreza y sus masas de gente…

Cargando editor
10/10/2016, 01:25
Ciudad Baja, día

A continuación, y tras pagar dos mecos* para cruzar la Puerta del Basilisco -un portazgo que ha de pagar todo el mundo, ¡incluso aquellos como tú, que no traen mercancía!-, la Ciudad Baja: calles estrechas y empedradas, negocios y talleres, su febril actividad comercial… Aquí están la taberna La Canción Élfica, donde escuchaste a esa fantasmal cantante, y la posada La Espada y las Estrellas, donde dormiste.

Notas de juego

Los mecos son las piezas de cobre locales. Puedes verlo en tu ficha, en el apartado del dinero.

Cargando editor
10/10/2016, 01:26
Ciudad Alta, día

Finalmente, y tras pagar otros dos mecos para pasar por la vieja puerta -la que da nombre a la ciudad, la más antigua, pero claramente la más modesta y más deteriorada-, vuelves a pisar la Ciudad Alta, que no veías desde que te separaste de Aldafein. Las calles aquí son amplias y limpias; los negocios, de primera clase, y los transeúntes, de condición más acomodada. Aún así, sigue habiendo mucha gente y mucha actividad. Algunas personas te miran raro, quizás más por tus ropas rústicas que por el color de tu piel, pero la mayoría simplemente te ignora. La ley aquí no es el Puño Ardiente, como en el resto de la Puerta, sino la Guardia -a la que pertenece aquella mujer que os dio las gracias en el Amplio-. El palacio ducal te espera.

Notas de juego

Te anoto -4 pc por cruzar dos puertas de la ciudad.

Fin del capítulo 2: te unes al capítulo 3. ¡Hurra!