Partida Rol por web

Tu crítica mirada sobre la ladrona inescrupulosa te arroja un solo resultado: Está mirando detenidamente si hay algo de suficiente valor como para hacerse con él...O al menos eso parece.

Mientras Lorethel se paseaba 'casualmente' por entre los cadáveres, la enana no le quitaba un ojo de encima. Se percató de que, lejos de examinar el campo de batalla, estaba echando un vistazo a ver si veía algo de valor para hacerse con él. Discretamente, Durbara, llamó la atención de sus compañeros sobre la pantomima que estaba ejecutando la semielfa. Si se decidía a robar algo de los cadáveres, serían los ojos del todo el grupo los que lo vieran esta vez. 

Por los frutos se conocía al árbol. Si rapiñaba entre los muertos, ¿por qué no iba a robarle la bolsa al paladín?

Me quedé pensativa por un instante, no entendía bien el idioma de la elfa pero no porque no lo supiera sino porque siempre parecía ir un paso más allá en la suspicacia.

-Bueno, no siempre somos unos inútiles-sonreí con malicia y me sujeté el cabello largo y rojo.-¿Qué es lo que buscas, Arethel?

No quería desconfiar de ella, en realidad no me gustaba desconfiar de nadie pero bueno, tenía que hacer el intento porque ya se veía que los demás si desconfiaban.

-¿Quieres ver si los dejamos bien muertos?-una nueva broma.-A mí me da la impresión de que si...

Las palabras de Arshade me llegaron como desde lejos... estaba demasiado concentrada buscando algo que nos pudiera servir para la excursion a la cueva, ya que si no estabamos lo suficientemente preparados las cosas podian ponerse feas.

Mis pasos me llevan hacia el imponente semi-orco, que segun lo contado por Arshade y Crotar, casi le da muerte a Hugash. Algo en el cuerpo del guerrero me llama la atencion, una correa atada a su cuello... quizas algun trofeo de batalla o simbolo tribal, o tal vez pueda ser algo que nos sea de utilidad en nuestra excursion a la caverna de los trasgos. Si mal no recordaba la gran piedra parecia abrirse desde adentro... o quizas tambien pudiera abrirse con alguna especie de talisman o llave magica desde el exterior.

Con probar no perdia nada, y despues de todo el semi-orco no lo necesitaria... asi que sin mas me agache para buscar alrededor de su cuello que es lo que portaba en la correa de cuero.

Al jalar de la correa, es una tosca llave de hierro lo que sale colgando de la misma... Se ve (salvo por la sangre que la mancha) impoluta. Lo cual te indica a todas luces que ha sido utilizada muy recientemente.

Ven como la mujer se agacha hasta tomar del cuello del difunto una correa, mas no ven qué es lo que saca cuando se hace con la misma... Lo evidente, es que no intenta esconder sus intenciones o acciones.

Veo la dantesca escena, repleta de cadáveres, y me sorprende que ellos 3 salieran con vida. Era obvio que los trasgos les prepararon una buena encerrona (como ya comenté anteriormente cuando ellos 3 se largaron detrás de ese trasgo).

Observo con interés el objeto que sostiene Lorethel y me acerco para analizarlo de cerca, llevando instintivamente mi mano a la bolsa con el poco dinero que me quedaba. Aunque no tenía pruebas, desconfiaba de Lorethel. Por un lado era lógico, pues se trataba de una pícara, y por otro me hacía sentir un poco mal, pues estaba acusándola sin pruebas. Dejando al lado ese asunto, volví a centrarme en lo que la semielfa sostenía en sus manos.

- ¿Qué hace esa correa en el cuello de ese semiorco?

Pero también me intrigaba otra cosa. Una encerrona así no me parecía obra de un trasgo, tendría que haber alguien más inteligente detrás de ellos... o al menos eso creía yo.

No me preocupó lo que mis compañeros pensaran, tampoco las palabras de Arshade, yo tenía una corazonada y estaba segura de lo que hacia. Al ver lo que habia detras de esa correa, escondido en el pecho boca-abajo del semiorco, no pude disimular una leve sonrisa.

Bingo!!

Le quite la correa al semiorco, con cuidado de mancharme lo menos posible con su sangre putrefacta. Cuando me gire hacia mis compañeros y mostre lo que colgaba de aquella cinta de cuero mis ojos se centraron en el clerigo, nuestro lider. Del colgante hecho de piel trabajada pendia una llave de hierro, por sus rasgos y estado podia decirse que habia sido utilizada recientemente. Preferi contestar la pregunta del paladin con una simple frase.

-Creo que esto nos sera de utilidad a la hora de entrar en la cueva.

Luego de exponer mi hallazgo ante el grupo camine despacio y directamente hacia Magnus, sin desviar la mirada hacia nadie, delicadamente tendi la llave hacia él para que la tomara y una vez hecho lo propio me retire hacia un costado. Descolgue de mi equipaje la cantimplora donde llevaba el agua, y con ella me limpie la sangre de semi-orco con la que me habia manchado recuperando la llave. Una vez limpia volvi a guardar mi cantimplora en su lugar.

-Ahora si... si el lider esta de acuerdo, creo que podemos proseguir.

Mi mirada era neutra, mi expresion sencilla... como si solo hubiera ido a hacer las compras antes de partir.

Al parecer en semejante masacre Lorethel encontró una especie de llave. La tenía el semiorco. Magnus dudaba de que fuese para entrar en la cueva, pero quizás sí que la utilizaran para alguna habitación que hubiesen construido dentro.

Si el semiorco era el jefe o no ya no quedaba tan claro, pero deberían ir con la premisa de que no era así. Por si acaso. De cualquier manera, allí ya no tenía sentido demorarse más.

Bueno. Será mejor que vayamos a la cueva esa.
Lorethel, tú y Hugahs deberíais ir un poco más adelantados ya que haceis menos ruido que el resto. Así, si hay guardias no nos escucharan y podreis avisar.

Veo con sorpresa que lo que colgaba de esa cuerda era una llave. ¿Para qué diablos será? Lo ignoro, pero considero que es otro motivo más para adentrarnos en esa guarida. Al escuchar las instrucciones de Magnus siento con la cabeza, de acuerdo con su planteamiento, aunque me pregunto si Hugash se encuentra totalmente repuesto de sus heridas.

Da igual, si Magnus confía en él será porque se encuentra en condiciones. Además, es mejor no abrir la boca, no vaya a ser que el clérigo se lo tome como una duda a sus aptitudes curativas o a su criterio y se ofenda. Así que me limito a estar callado, esperando a ir a la guarida.