Los ojos en blanco de la simiesca criatura, una última exalación, y el decadente murmurar de la bolsa, te hacen saber que cualquier resquicio de vida ha desaparecido del trasgo...
Su cuerpo queda rígido un instante para luego desplomarse sin más, como una bolsa de huesos rotos.
Si... Alimentame buen Tycho... Alimentame y busquemos la llave a tu poder, oh poderoso nigromante!
Murmura dentro de tu cabeza, y sabes con total plenitud que la ironía impregna sus palabras... Casi, como una sentencia...
Duermes? Buscas al grupúsculo para aniquilar a la semielfa y hacerte con la llave? Tu dirás.