Partida Rol por web

Debido a su oficio de piloto, Gaheris era consciente de que el causante de aquel caos no era un cinturón de asteroides. Los cinturones de asteroides golpeaban las naves lateralmente, dentro del plano eclítpico. Aquel modo de retumbar de la nave significaba que estaban disparando contra ella desde arriba.

En cualquier caso, la puerta del ascensor se había cerrado, y también la puerta del módulo N-1. La única posibilidad que le quedaba era seguir a la azafata...

¡BROOOOOOOOOM!

El nuevo temblor de la nave les cogió mientras bajaban en las escaleras mecánicas. Al instante, estaban en el aire. En ese momento, la energía falló. Se apagaron las luces, y el débil ronroneo de los escalones deslizándose cesó. Aquello solo significaba que no iban a ver contra qué se caían y que los gritos vagarían en un silencio total.

¡Aaaaaaah!

Jisoo iba bajando por las escaleras como los demás, estaba un poco nerviosa, pero no excesivamente asustada, cosa que cambio cuando se produjo aquel estruendo, aquel sonido no solo fue lo que le asusto, sino que también lo que paso después, aquel movimiento bruso y que la energía se cortara. La menuda chica sintió como sus pies y su cuerpo se separaban de la escalera, como estaba siendo lanzada por los aires, no pudo evitar gritar:

¡¡¡Ahh, socorro!!

Estaba asustada, no se imaginaba que aquel viaje que iba a ser el inicio de su nueva vida y una gran aventura iba a convertirse en algo como eso, realmente asustada no podía dejar de moverse tratando de aferrarse a algo en la oscuridad aunque sabía que no lo lograría casi con total seguridad

Jonas simplemente miró a la extraña pareja que formaban Dido y Danaón, tras golpear al hincha de los bucaneros e ir con aquel hombre de aspecto peligroso como si no pasara nada estaba claro que la muchacha tenía muchos arrestos.
Junto al resto del grupo siguió a la azafata y comenzó a bajar las escaleras mecánicas que los llevarían a su destino actual donde podrían sentarse y asegurarse a unas sillas en previsión de otro nuevo golpe de meteorito. Era evidente el nerviosismo y a Jonas le hubiera gustado bajar algo más deprisa pero siguió en la posición que ocupaba junto a sus compañeros hasta que otro temblor hizo retumbar toda la nave.

-¡Hostia puta!

Fue entonces cuando sintió que su deseo de bajar mucho más rápido iba a hacerse realidad pues había salido catapultado del golpe y al apagarse las luces no tenía ninguna referencia para agarrarse o para ver donde iba a caer, intentó protegerse lo mejor posible.
El golpe fue grande, aunque por suerte no parecía haberse lesionado nada, quizás algo más fuerte de los que había recibido jugando a pirámide, intentó ponerse en pie no sin antes palpar a su alrededor y ver que estaba sobre una superficie plana. Había escuchado gritos durante la confusión y no sabía si todos habían tenido su suerte.

-¿Estáis bien? Menudo golpe...

Se quedó expectante restregándose las zonas doloridas por los golpes de la caída y mientras miraba alrededor sin ver nada más que oscuridad. Entonces buscó en su bolsillo, esperaba que su teléfono siguiera funcionando, así podría usar el flash de su cámara como linterna para ver lo que sucedía alrededor.*

 Con agilidad y reflejos, fruto de años de entrenamiento como piloto de combate, logro evitar la mayor parte de daños en la caída. Busco en la oscuridad a la azafata, preocupado por si se a hecho daño, a juzgar por el grito que a dado, aunque confío en que solo haya sido fruto de la impresión por la situación más que nada:

 - ¿Todos bien?. ¿Hay alguien herido?.

Andaba pensando que no sabía si el uniforme de las azafatas era elegante o ridículo. No me decidía. Un instante me parecía una cosa, al siguiente, otra cuando llegó el gran golpe.

¿Cuándo hace de eso? Ni siquiera medio segundo. Este ha sido fuerte, me ha lanzado como si fuera una muñeca de trapo soltándome del brazo del señor tatuado. Espero no haberle hecho daño...

Se apaga la luz y siento ese cosquilleo emocionante de antes de las caídas. Sólo que ahora no puedo ver el suelo. Eso tiene sus ventajas. La vista es demasiado lenta para una caída.

Me dejo llevar por mi cuerpo. Él sabe más que yo de estas cosas. Incluso me da tiempo a cerrar los ojos.

Siento el choque y ruedo con la inercia quedándome sentada en el suelo. Me he hecho daño en el culo y un poco en un costado. No parece de importancia. No me incorporo todavía, quiero hacerme una idea de la situación antes de moverme. Al menos hay aire que respirar. Oigo las voces y alzo la mía tratando de parecer serena, pero sin estar segura de estarlo.

-¡Yo estoy bien…! -No oigo al señor de Tauron, ni a la azafata. -¡Jisoo, estás bien?

Danaón bajaba junto a Dido cuando de repente la energía cesó y la joven se suelta abruptamente de su brazo. Instintivamente, Dan trata de sostenerla, pero es imposible y pierde el equilibrio de manera peligrosa, cayendo en la oscuridad sin saber dónde.

El golpe es más fuerte de lo previsible y el dolor lo invade, sintiendo por un momento que está a punto de desvanecerse.

Aaaaah... Estoy bien. Ay. Puede que no.

El grupo formaba a los pies de las escaleras mecánicas un maremágnum de piernas y brazos, afortunadamente todos todavía unidas a sus respectivos cuerpos. Cuando Jonas empezó a usar la luz de la cámara, pudieron comprobar que los dos peor parados fueron Dan y la azafata, pero en ninguno de los dos casos suponía nada más grave que un cuerpo dolorido lleno de moratones. Seguramente, si Roddy Stern hubiese ido con ellos cerrando la fila, ahora estarían todos muertos por aplastamiento.

¿Os habéis fijado? La nave ya no retumba. Parece que ha pasado el peligro...-conjeturó.

¡Lorens! ¡LOOOREEENS! ¿Puedes oírme?

Una voz le respondió desde la lejanía.

¡Clarks! Espera... me abroché el cinturón cuando empezó a temblar todo. Dame un segundo.

Una segunda azafata se aproximó y ayudó a Laffie a ponerse en pie. La compañera de Oyuyua lloraba silenciosamente... uno de esos lloros inaudibles con la boca formando una mueca extraña.

No tengo ni la menor idea de lo que significaban esas turbulencias, pero supongo que un fallo eléctrico ha dejado la nave sin electricidad.

No ha sido un fallo eléctrico-aseguró el escritor-. Si el problema fuese un corte general de luz, la gravedad de la nave no estaría activada. Además, se habrían encendido las luces de emergencia. Esto es selectivo. Deliberado. Alguien en la sala de máquinas ha tenido que pulsar varios botones. Uno para apagar las escaleras eléctricas... Otro para apagar las luces de esta zona...

Martin Zemus, al igual que Jonas, también sacó su móvil. Marcó un número de su agenda.

Los repetidores de la nave también funcionan: da tono. Podemos comunicarnos por móvil. Un momento... ¿Julia? Julia, hola cariño... Espera... Habla más despacio...

Laffie también tomó su móvil para llamar a Oyuyua.

La luz del teléfono fue ayudando a que Jonas fuera saliendo de la maraña de piernas y brazos en la que se habían convertido al caer. Nadie parecía gravemente herido aunque la Azafata y Danaón se habían llevado aparentemente los peores golpes.

-Me alegra que todos estéis enteros y que todo haya pasado.

Al menos eso parecía por la conversación de las azafatas. Desde luego tenía mala suerte para que su primer viaje fuera tan movido, claro que por otro lado formaba parte de su gran viaje para hacerse un jugador profesional de los Bucaneros y la anécdota quedaría genial en el futuro. Las palabras de Martin le hicieron tragar saliva, quizás el futuro todavía no estaba tan claro.

-¿Un sabotaje? ¿Pero... quién? ¿Piratas?

No sabía si existían los piratas tal y como los había visto en las películas, gente que se dedicaba a atacar naves de pasajeros o de mercancías y se quedaba con las cosas de valor. En cualquier caso había un loco abordo, eso estaba claro.

-Entonces... Seguro que el hombre que encontramos fue asesinado por los piratas. -Jonas miró a sus compañeros mientras los iba iluminando con el led de su teléfono. Él no tenía nadie a quien llamar allí, había ido solo y las únicas personas que conocía un poco estaban allí encerradas.- Y... ¿Qué hacemos ahora?

No tenía ni idea que se hacía en esos casos. Si hubieran sido asteroides hubiera bastado con sentarse, abrocharse el cinturón y esperar, pero si había un saboteador... Eso se escapaba de sus manos.

La luz de los móviles me sirve para orientarme. Me incorporo sacudiéndome el polvo, dando golpes flojitos a mis pantalones porque me duele un poco. Cuando oigo a Jonas nombrar a los piratas me quedo pasmada.

-¿Piratas? ¿Lo dices en serio? -Cavilo para buscar una objeción con intención de desterrar esa idea negando esa posibilidad, como en un exorcismo- Sin aire ni gravedad no podríamos vivir, es lógico que la electricidad que abastece a esos sistemas venga por líneaaaas... redundantes y un impacto haya dejado sólo los sistemas básicos.

Claro que esa explicación no cuadra con el asesinato. Mi imaginación echa a volar y ya no la puedo parar. Maldita sea.

-Aunque si tenemos en cuenta el asesinato… ¡Quizá el hincha de los bucaneros sea uno de los piratas -Conforme voy acabando la frase bajo el volumen- y los golpes hayan sido la señal para empezar a actuar…  ! -y miro hacia los que están hablando por teléfono. Si hay un secuestro en marcha quizá pronto lo sepamos. Estoy segura de que es una de mis fantasías. Espero estar totalmente equivocada pero siento como una emoción por dentro, como si una parte de mí deseara de que así fuera. Imbécil -me digo a mí misma- que esto no es una película.

-Veamos que cuentan por teléfono. Si hay un secuestro en marcha, nos podemos esconder.

El golpe fue bastante fuerte, por fortuna Jisoo cayó en algo más blando de lo que esperaba, no sabía muy bien que era hasta que empezó a moverse, se trataba de una de las azafatas, afortunadamente esta había detenido gran parte de la caída de la chica y no se había hecho mucho daño. Rápidamente se levanta apurada mientras dice:

Perdón, perdón… si estoy bien, y como estáis los demás…

Estaba preocupada al mismo tiempo que asustada, puesto que aquello estaba claro que no era normal. Escucha lo que dicen sus compañeros allí y añade:

Unos piratas… como en las películas… espero que no sea eso, la verdad, además atacar una nave así en medio del espacio… no sé, espero que no haya sido nada especialmente peligroso, aunque

En ese momento se percata de las expresiones de los que están hablando por teléfono y preocupada dice:

¿Qué pasa?

Danaón trata a duras penas de incorporarse, si bien cada movimiento le produce dolores en alguna parte de su cuerpo. sin embargo, parece estar entero.

Como en un sueño, escucha a varios pasajeros hablar casi al mismo tiempo. Pero su mente analìtica se centra en los comentarios del escritor ''Demasiadas casualidades juntas.'' Una palabra va tomando cuerpo, pero Jonás se le adelanta

- Sí... un sabotage explicaría la falla en sistemas que ... Dido, creo tenés razón ... deberían ser redundantes. - Dan hace un doble esfuerzo, por ponerse más cómodo y por enfocarse en el problema.

De pronto, una idea cruza por su cabeza.

- Señorita - dirigiendose a la azafata que estaba más cerca - ¿hay alguna terminal de computadora disponible?

¿Oyuyua...?-preguntó a su móvil-Oyuyua... snif, snif... tengo miedo. Se pararon las escaleras eléctricas, y se apagó la luz. Snif, snif... Me raspé una rodilla. ¿Sí...? Ahá... Espera...

En la recepción tenemos varias terminales, pero están apagadas...

A Dan se le iluminaron los ojos por su astucia. El taurano señaló a la oscuridad, en dirección a la compuerta que separaba la zona de bienvenida del compartimento de carga.

¿Qué? No entiendo...

Se aproximaron a la gran compuerta. Tuvieron que abrirla manualmente y empujar entre todos. Finalmente, dieron con la computadora que Dan estaba buscando...

¡Claro! ¡El ordenador del raptor! ¿Pero para qué lo necesitas?

Oyuyua dice que el ascensor se paró. Subió por el hueco y ahora está con el tipo de las gafas de sol y un camarero. El camarero dice que unas naves atacaron al Olympic Carrier... ¿Son piratas? ¿Son piratas Oyuyua? Dice que no lo sabe, dice que la Olympic Carrier saltó a FTL y que por eso las naves atacantes no pudieron seguirnos...

Julia...-dijo a su móvil-Quiero que me hagas un favor. Busca una rejilla de ventilación en el módulo. Disimuladamente. Solo date un paseo, como si necesitases caminar un poco... Cuando la encuentres, coloca la mano delante de la rejilla y dime si sientes salir aire...

El escritor tapó el micro del teléfono con la mano. Así, su esposa no podía escucharle.

Oh, por favor, que ese hijo de puta no haya cortado el aire a los módulos...

En cuanto al raptor... en su interior encontraron unos cables para conectarlo a una terminal de la pared. Eso podría hacer que un informático de los buenos pudiese piratear el sistema electrónico, volver a encender las luces, hacer funcionar el ascensor y las escaleras mecánicas...

Además de aquello, la sala tenía una carretilla elevadora que cabría en cualquiera de los dos ascensores que conectaban la zona de carga con los pisos superiores, aunque el ascensor de la izquierda no tenía corriente.

También había numerosos contenedores en los que se encontraban sus objetos personales no facturados como equipaje de mano. En cada uno de aquellos contenedores de veinte pies por diez de ancho y diez de alto cabrían unas cincuenta maletas.

En el suelo había una compuerta cerrada para la salida del raptor, por si alguien quería marcharse de allí volando.

Por último, en la pared más alejada había una gran estructura de sesenta pies de ancho que llegaba al techo. Un cartel indicaba:

Precaución: Motor FTL.
No acercarse mientras
se realiza un salto.

 Me acerqué al caza antiguo, para tratar de manejar los sensores del raptor o su radio, esperando poder entenderme con esta reliquia...

- ¿Servirá? - preguntó Danaón, a la azafata, mientras señalaba la compuerta de carga. El golpe todavía le dolía y le costó darle a entender que se refería al raptor que habían visto.

- Si tengo suerte, podré usar sus sistemas para acceder a los de la nave. Lamentablemente - Dan decidió tener cuidado de no generar falsas expectativas - sin mis herramientas de software puede que tenga chances limitadas.

El tauronio acompaña al militar al interior del vehículo y echa un vistazo a sus instrumentos informáticos. Entre ambos, consiguen encenderlo y los dedos de Dan parecen volar sobre el teclado.