Partida Rol por web

Abrir el módulo era necesario pues debían pasar, pero fue un error, un error necesario, pero error al fin y al cabo. Lo malo es que todo aquello los pilló desprevenidos, como si toda aquella gente estuviera esperando la menor oportunidad para echárseles encima.

-¡Cuidado Dido!

Como era habitual, Jonas reaccionó demasiado tarde,la turba se le echó encima sin dejarlo hacer nada, aunque intentó proteger a su amiga de alguna forma.

 Tratando de evitar ser aplastado, trato de aguantar el embiste de la turba enloquecida:

 - ¡Cuidado!.

La gente aparece en manada y les empujo como de niña hacía con las ovejas cuando me inventé un deporte extremo que más o menos era adelantar rebaños corriendo a su través.

Veo como la multitud se ha tragado a Jonas. Voy hacia él. Me abro paso repartiendo algún que otro manotazo a diestro y siniestro, para desequilibrarlos y hacerles caer uno contra otro.

La frustración era palpable en el rostro del tauronio. ''Estar en cama en estos momentos, como un inválido!!! Debo hacer algo!!!'' - pensó. Intentó sentarse en la cama para levantarse, pero un tremendo dolor recorrió su cuerpo. ''Tal vez el médico tenga algún analgésico'', de esa manera su sufrimiento sería menor.

''Aunque eso no cambiará nada. Por Hécate! Necesito reposo'' No era lo que deseaba, pero también sabía que era algo que escapaba a su control y ser realista ante la situación era parte de su filosofía. Con un bufido de disgusto, volvió a recostarse.

-Ghaeris, ¡te ayudo!-

¡No podéis retenernos en un congelador, fascistas! ¡ATACAAAAD!

Hordu se unió a la turba mientras Gaheris noqueaba a un tipo y Dido barría los suelos con otros dos. Los que no estaban a la altura de lo que se esperaría de ellos eran Stan y Steve. Los dos guardias eran bastante torpes y de movimientos lentos, y no estaban usando sus porras con la misma efectividad que si estuvieran en manos de una granjera de Aérelon.

Las cosas se habían precipitado y aquello era una pequeña batalla campal. Como siempre Dido estaba haciendo bien su tarea, también Gaheris, pero el resto habían sido anulados por la turba. Jonas intentó reponerse, debía ayudar a sus amigos e intentar contener a aquella gente. Esta vez consiguió hacerse un hueco e intentó reducir a alguno de los atacantes.

-¡Eh! ¡Parad! ¡Tenéis que tranquilizaros!

Manoteó intentando apartar a alguna persona pero sus esfuerzos volvían a resultar inútiles.

Cuando me dispongo, mano abierta, a dar un fuerte guantazo a un tío que está venga dar patadas, alguien mete su codo en mis costillas y caigo en el suelo donde soy pasto de las pisadas.

Trato de rodar y levantarme trepando por los pantalones de un tipo pero me da reparo pegarle un cabezazo en sus partes y ese instante de mojigatería lo pago bien caro, porque me llevo un rodillazo en el pecho y vuelta al suelo.

 Cansado de tanta tontería, empecé a repartir hostias como panes. No sabía si servía de algo con tanta turba, pero desde luego no me iba a dejar pisotear sin pelear...

¡Lorens!-dijo la Sobrecargo por el canal de comunicación de los móviles-Los pasajeros están fuera de control. Un par de ellos corren hacia las escaleras mecánicas. ¡Cierra la compuerta de la bodega de carga! Repito. ¡Deja las putas maletas y cierra la bodega de carga!

Roddy, la azafata Lorens y las dos amigas lesbianas corrieron entre las maletas abiertas desperdigadas por el suelo, en dirección a la compuerta.

Mientras estaba siendo aplastada por la turba, Jisoo sacó una mano entre la muchedumbre para tratar de que sus amigos tirasen de ella.

Socorro... Gaheris, Jake... Me cuesta respirar...

Cuando Gaheris estaba a punto de alcanzar la mano de la muchacha, alguien le golpeó en la cabeza por detrás. Gaheris cayó al suelo, inconsciente. La falta de aire hizo que Jisoo tampoco se pudiera mantener despierta, y su brazo estirado bajó poco a poco hasta quedar inmóvil.

La situación se estaba poniendo fea y Jonas nunca había imaginado tener que morirse en algo tan ridículo en un principio pero que se tornaba tan peligroso cuando uno estaba en medio. Vio desaparecer a Jisoo y casi al mismo tiempo a Gaheris, quiso ir hacia ellos y ayudarles pero tropezó con algo o con alguien y perdió el equilibrio, aquello no pintaba nada bien.
 

Como en uno de esos conciertos locos donde mucha gente se apelotona logro saltar sobre la multitud tratando de derribar a varios a la vez sin conseguirlo. El lugar de ello caigo entre la muchedumbre, prácticamente donde estaba.

Veo desaparecer a Jisoo y Jonas tamibén tiene problemas... Busco a Gaheris y tampoco lo veo.

-Ahhhh ¡Cabrones!
 

¡A tomar por culo, hippies cometierra!

Stan logró dar su primer porrazo, matando a un hombre con un golpe seco en la cabeza. Hubo gritos. Hubo pánico. Pero también hubo indignación. Algunos huyeron, la mayoría se quedó. Con las bajas de Jisoo y Gaheris, la turba se arremolinó alrededor de los que quedaban en pie.

La gente me rodea. Noto golpes por todo mi cuerpo. Me aprietan. Es algo asfixiante, intimidante. Les empujo pero es como empujar a las olas del mar. No me arrullo, les grito, pero no por ello me dejan de llover golpes, la mayoría son débiles o sólo me rozan, pero algunos aciertan a hacerme daño. En mala hora trato de pegar un patadón pero eso me deja con una sola pierna y no sé como caigo de bruces ¡Dioses qué dolor! Me mareo y las piernas me flojean. Empiezo a no oír sus gritos, y todo se está nublando. Creo que me voy a desmayar. Qué curioso. Es como si me escurriera por un agujero que se hubiera abierto debajo de mí.
 

Jonas comenzó a recibir golpes sin saber si alguien lo estaba apaleando conscientemente o simplemente la gente pasaba por encima sin contemplaciones. Se intentó incorporar, tenía que luchar junto a sus amigos, él no era un cobarde aunque todo lo que había pasado no dejara muy buena imagen el chico, pero al menos trataba de hacer lo correcto. Sin embargo los golpes no cesaban y el dolor era demasiado, se encogió en posición letal tratando de protegerse como podía de los golpes, era triste acabar así pero las cosas se habían torcido. Era irónico que en el viaje que había empezado para ser una estrella y darse un baño de multitudes estuviera acabando ahogado en una de ellas. No gritó ni dijo nada, simplemente apretó los dientes intentando aguantar hasta el último momento.

 - ¡No!. - Grité alarmado, al ver como Nerd mataba a uno de los pasajeros. Como esperaba, se desató el caos. Definitivamente, si salimos de esta, voy a saldar luego cuentas con ese tío.

 Alarmado, traté de ayudar a Jisoo, abriéndome paso como pudiera.

- Maldición, señora Willmourd ... cof, cof ... debemos hacer algo!!! - el tauronio se sentía impotente y desesperado ante el cariz que estaba tomando la situación entre los pasajeros. - Hay que .. cof ... sacarlos de allí!!!.

Trataba de aclarar las ideas, elaborar un plan. Intentó analizar la situación en términos de algoritmos, de sistemas, de acciones que afectasen el estado de los agentes.

- ¿Pueden situarse en las ..cof ...  puertas? ¿Podemos crear una situación, aunque sea unos segundos, que les permita salir de allí y ... cof...  y luego volver a cerrarlas? Tal vez salgan algunos pasajeros, pero no todos ellos ... y, quien sabe, a lo mejor alguno ... cof, cof ... alguno de los que salgan pueda colaborar.

Haciendo caso a Danaón, Gloria agarró el micro y gritó con fuerza.

¡ENTRAD EN EL MÓDULO! ¡MINDY, LUCES DE EMERGENCIA! ¡SINDY, BAJA LA PUERTA! ¡CINCO! ¡OCHO! ¡SEIS!

Las bombillas del pasillo se apagaron, dejando unas luces rojas de emergencia que resonaron creando el desconcierto. La puerta empezó a bajar. Jonas y Dido se escurrieron como si estuviesen jugando a la pirámide. Malheridos, rodaron bajo el filo justo antes de que el módulo se volviese a cerrar. El móvil de Jonas se quedó atrás, en el suelo de la moqueta del pasillo.

Con Dido y Jonas encerrados en el mismo módulo del que había salido la turba, los exaltados se centraron más en Jake, Stan y Steve, que terminaron cayendo inconscientes por los golpes, como antes había pasado con Gaheris y Jisoo.

Olympic Carrier.
9 horas después.

¡Despertad!-dijo el líder de la turba chasqueando los dedos-. Ahora el control lo tenemos nosotros.

Los cuerpos de los cinco (Jake, Jisoo, Gaheris, Stan y Steve) ya no estaban en el pasillo. Habían sido arrastrados hasta el área de descanso de la zona turista. Despertaron sentados en las sillas de jardín con las manos tras el respaldo. Los rebeldes les habían atado las muñecas con cables, seguramente conseguidos de aquella máquina dispensadora de más allá, que había sido volcada y abierta por detrás. Otras máquinas dispensadoras de la sala tenían los cristales rotos, y habían sido saqueadas. Dos de los amigos de Hordu Priest portaban ahora las porras de Stan y Steve, y les miraban con mala cara, como si estuviesen esperando solo una señal de Hordu para partirles la cabeza.

Hordu se alejó de los cinco prisioneros para seguir hablando con el móvil. Paseaba nerviosamente de un lado a otro, hablando con el módulo de Jerry Fallter.

¡¿Hola?! Lo vuelvo a repetir... Queremos nuestras cosas. Queremos nuestras maletas. ¡Abridnos la bodega de carga de una puta vez!