Partida Rol por web

Base científica Teseo.
Luna de Minos, en órbita alrededor del planeta Tauron.
II Guerra Cylon. Día 1.

La Teseo es una base científica dedicada al análisis y estudio geológico. Unas máquinas programadas excavan en la mina, y las rocas son llevadas por una cinta transportadora hasta los sótanos del complejo, donde se desmenuzan con explosiones controladas para luego analizarlas en los laboratorios. Además, tiene un carácter divulgativo, y dispone de un gran museo geológico. Muchos colegios ricos de Cáprica organizan viajes escolares a Teseo, mientras que las escuelas pobres de Tauron no tienen capacidad para pagar el combustible del viaje espacial hasta su propia luna.

Durante el día 1 de la II Guerra Cylon, una estrella de combate Colonial plantó cara a las naves cylon que se acercaban a Tauron. A unos cuantos miles de kilómetros del suelo de Minos, bajo la mirada de los miembros de Teseo, la estrella de combate se autodetonó, haciendo saltar por los aires a una nave base cylon mientras las personas escuchaba las noticias confusas en la radio. Lo último que supieron era que bombas nucleares estaban estallando en las principales ciudades de las Doce Colonias. No había dónde huír. No había esperanza.

Tras la explosión, una nave pesada cylon se estrelló contra el hangar, quizás deliberadamente, quizás planeando para buscar un lugar en el que hacer un alunizaje de emergencia. Docenas de cylon salieron de la nave y tomaron Teseo. Los últimos miembros de la expedición, al no poder acceder a las naves del hangar tomadas por los cylon, se escondieron para salvar su vida. En el caos del asalto, el minero Ragger Nayal y la enfermera Karen Jones salieron al exterior, de baja gravedad y aire irrespirable, pertrechados con trajes espaciales con sus propias bombonas de oxígeno.

Ragger y Karen llegaron a las minas. Existía un módulo de seguridad, para los casos en el que algún astronauta que estuviese operando en la mina se cortase el traje o tuviese una fuga de oxígeno en la válvula de su bombona. El módulo consistía en una serie de compartimentos estanco, con trajes de repuesto y un motor diésel que hacía funcionar una recicladora de aire y humedad, y unas provisiones de emergencia por si la entrada de la mina era obstruída en algún temblor. Contrariamente a lo que decían las reglas de prevención de riesgos laborales, el módulo de seguridad también había sido usado como almacén para diversos repuestos de las máquinas troqueladoras, lo que no lo convertía en un lugar demasiado acogedor.

Estamos destinados a morir aquí. Nadie vendrá a buscarnos a esta mina en medio de esta guerra, y el combustible que alimenta el motor que renueva el aire se acabará en unos días. Podemos coger los trajes, y salir al erial lunar que hay fuera, pero lo único que puede salvarnos es una nave, y las naves están en el hangar tomado por los cylons, si es que no las han hecho saltar por los aires.

Cuando Ragger pronunció esa frase, no sabían qué poca capacidad tenía el minero para hacer predicciones. Al día siguiente...

Afueras de la base científica Teseo. Interior de la mina.
Luna de Minos, en órbita alrededor del planeta Tauron.
II Guerra Cylon. Día 3.

Tras haber cambiado la polaridad de la cinta transportadora, tres personas con trajes espaciales militares se deslizaron con comodidad hasta la entrada de la mina. Una de ellas caminaba con dificultad: tenía el traje agujereado con una herida de bala, y un montón de bandas de lo que podría ser una manguera enrollada en torno al torso.

Encended las linternas de vuestro casco...-dijo una de las figuras, conocida como Jake.

¡Click!

Aquello parecía una película de terror. Dejaron atrás la cinta transportadora, mientras caminaban sobre tierra lunar y las luces daban formas extrañas a las rocas angulosas que formaban las paredes y el techo sobre sus cabezas. Encontraron una pared de metacrilato a su izquierda, como el que Jisoo y Dido habían visto en la sala de detonaciones, pero ennegrecida por el polvo de la mina.

Es aquí. El módulo de seguridad de la mina.

Jake giró el picaporte de la puerta y cruzó al otro lado del metacrilato. Dido "Traje Rasgado" y Jisoo fueron tras él. Se trataba de un compartimento estanco, antesala de una segunda pared de metacrilato, esta vez no sucia, esta vez transparente.

¡Hostia puta!

La luz de las linternas que les mostraba el interior de la siguiente sala les reveló dos rostros...

Las dos personas movieron los labios, pero el sonido necesita un medio para propagarse, y los recién llegados no podían escucharles.

Cerrad la puerta, voy a encender la bomba de aire.

El hombre pulsó un panel, y la inducción bombeó oxígeno de la sala en la que estaban Ragger y Karen al compartimento estanco. Al abrir la siguiente puerta, las cinco personas se reunieron al fin, y ya podían escucharse hablar.

¿Qué diablos? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen aquí dentro?

Afueras de la base científica Teseo. Interior de la mina.
Luna de Minos, en órbita alrededor del planeta Tauron.
II Guerra Cylon. Día 3.

Aunque sabía que estaba de broma Jisoo se estremeció un poco al imaginarse a Dido chupándole la sangre cual vampiro, desde luego la dejaría seca y ni se enteraría, en eso llevaba razón.

-Yo soy A positivo, no podría donarte sangre. -Respondió algo más tranquila, Dido no podría beberse su sangre.- Eres una donante universal entonces, aunque supongo que ya lo sabes.

Esa era la parte positiva, la negativa era que solo podía recibir sangre de otro que tuviera 0 y había perdido bastante, a pesar de sus bromas no la veía bien.
El aspecto de la mina no le gustaba nada y caminó despacio siguiendo las instrucciones de Jake dejando que el hombre y su amiga tomaran la delantera, a pesar de su estado Dido no se acobardaba. Jisoo sin embargo esperaba salir de allí lo antes posible, aquel lugar le parecía tétrico.

-¡¿Qué pasa?! -Preguntó asustada ante la exclamación de Jake. Agarró a Dido de la mano y se preparó para salir corriendo, seguro que allí también había cylons. Pero lo que encontraron fue a dos personas, probablemente se habían escondido allí al empezar los ataques. Cuando el hombre bombeó el oxígeno a la sala y se reunieron Jisso saludó tímida levantando una mano, la que tenía libre.- Hola soy Jisoo. ¿Estábais aquí escondidos de los cylons? -Le parecía una pregunta tonta, pero era una forma de romper el hielo. Luego pensó que en su lugar ella estaría asustada e intentó tranquilizarlos.- Atacaron nuestra nave y nos estrellamos cerca, pero necesitamos explosivos para acceder a la cabina y Boomer nos acercó. -Claro aquel era un resumen muy chapucero y que dejaba muchas lagunas y seguramente no tranquilizaría a la pareja.- Boomer está con el ejército, la mandaron en una nave de rescate pero es muy pequeña para alojar a todos los que estábamos en el vuelo, por eso necesitamos los explosivos, para hacer funcionar la nuestra y reunirnos con la flota, allí estaremos a salvo. -Eso ya podía parecerse más a algo tranquilizador.- Mientras cogíamos los explosivos de la base un cylon hirió a mi amiga Dido. -Jisoo señaló a una chica mucho más alta y corpulenta que ella cuyo traje había sido agujereado y llevaba una manguera atada a modo de cinturón para que no se escapara el aire de la parte superior.- Decidimos venir aquí a por un traje para ella, somos amigos, no vamos a haceros daño. -Miró a Jake y Dido, no sabía si tenía permiso o potestad para decir lo que seguía, pero estaban en guerra y no podían dejar morir a la gente si podían evitarlo.- Podéis acompañarnos, es vuestra única oportunidad de escapar de aquí.

Suponía que allí abría trajes suficientes para todos y no creía que nadie fuera a rescatarlos de momento, solo podían esperar que lo de los explosivos funcionara y que Boomer y los otros salieran vivos de la base para regresar a la Olimpic. Hasta que no se viera arropada por la flota terrestre no estaría tranquila. No quería ser ella la que diera las malas noticias, pero le parecía justo que aquellas personas supieran de la gravedad del asunto.

-Sabéis lo que está pasando ¿Verdad?

Me yergo y pongo los brazos en jarras sonriendo todo lo que puedo por lo que tengo que estar enseñando todos mis dientes.

Noto sudor frío y trato de no marearme. Pensar en comida con un disparo en el estómago ha sido un error. Otro error fue darle un mordisco al bocadillo de Jisoo -creo que me pica la herida- pero ¡Dioses! ¡Creía que iba a ser mi último bocado y tenía una pinta...! ¡Y con lo que está pasando quién sabe cuántos bocadillos de salami quedarán en el Universo! ¡Mierda! Otra vez estoy pensando en comida. Menuda pinta tengo que tener con una manguera atada sobre la barriga.

Estoy a punto de salir al paso diciendo la primera tontería que se me ocurre  “¿Alguno de vosotros es cero negativo?” pero por suerte Jisoo no me deja hablar.

Frunzo el ceño y voy apagando mi sonrisa. Espero que ya sepan que el mundo se ha ido al garete. Si no, menuda noticia para presentarnos. No tengo ni idea de cómo se lo van a tomar. Ni siquiera estoy segura de cómo me lo estoy tomando yo.

Afueras de la base científica Teseo. Interior de la mina.
Luna de Minos, en órbita alrededor del planeta Tauron.
II Guerra Cylon. Día 3.

Dos días, dos eternos días gastando oxígeno sin atreverse a salir de allí por temor a lo que podían encontrarse en la base. Ragger y ella habían revisado sus posibilidades una y otra vez, pero sus opciones se resumían en poder llegar a la base sin ser vistos, atravesarla en mitad de una ocupación cylon , llegar al hangar, coger una nave y salir de aquella luna. En resumen, seguían esperando en aquel compartimento estanco a que un milagro llegara. El problema era que, después de dos días y viendo como se acababa el oxígeno, la posibilidad de un milagro se esfumaba por momentos.

Karen estaba sentada en el suelo, sin pensar en nada en concreto, demasiado cansada y desesperada como para nada más, cuando creyó ver un reflejo en la pared que tenía enfrente. Aguzó el oído, pero a través de las puertas estancas era complicado que ningún sonido les llegase. Se incorporó, mirando al compartimento adyacente que seguía igual que desde que llegaron. Pero, de repente, un haz de luz rompió la oscuridad.

-¡Ragger! ¡Hay luz ahí fuera!-exclamó a la vez que se agachaba rápidamente, cubriéndose por el metacrilato que dividía las dos salas-¡Maldición!-echó un vistazo a donde estaban los trajes, ya no tenían tiempo de ponérselos si entraban en la sala. Solo les quedaba pasar desapercibidos. O intentarlo al menos.

Varios haces de luz irrumpieron a través del cristal, danzando entre las sombras. Karen se asomó lentamente para ver lo que se acercaba a ellos y no, no era lo que esperaba. Eran tres personas, eran su milagro. Dio un salto y aporreó el cristal intentando llamar la atención de los recién llegados.

-¡Ey! ¡Ey! ¡Hola! ¡Aquí!-uno de ellos se volvió y, por el salto que dio al verla, supo que no tenían ni idea de que había gente allí dentro-¡Allí, en aquel panel debe de accionarse la entrada de oxigeno en esa sala! ¡Tenéis que crear la atmósfera para poder abrir esta puerta!

¿Qué diablos? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen aquí dentro? preguntó el recién llegado cuando la presión se había igualado en las dos salas y pudieron abrir la puerta y encontrarse.

-Nosotros podemos preguntar lo mismo, no los conozco de nada-contestó mirando a Ragger un instante por si él comentaba lo contrario. No es que ella conociera a todo el personal de la base, pero sí a la mayoría aunque fuera solamente de vista, la base no era demasiado extensa en personal-Espero que eso signifique que son el equipo de rescate y ...

Y que nos van a sacar de aquí, estuvo pensando en decir para terminar su frase. Pero la muchacha no paraba de hablar. Karen solo podía hacerse una composición parcial de lo que quería decirle, así que optó por dejarla hablar tranquilamente mientras observaba a los recién llegados.

-Mi nombre es Karen, este es Ragger, llevamos dos días aquí, desde que esa nave cayó en el hangar y...-solo de pensar en lo que salió de aquella nave le quitaba la respiración-...y tuvimos que escapar y escondernos aquí. A ver si lo he entendido bien, no sois un equipo de rescate de Tauron. Tenéis una nave que ha sido derribada cerca de aquí y que no está operativa ahora mismo y habéis venido a buscar ¿explosivos?–preguntó incrédula-para poder hacerla despegar. De acuerdo, no preguntaré cómo pensáis hacer eso, porque suena un poco a locura. Y una vez fuera de Minos reunirnos con ¿la flota?–miró a Ragger, ¿qué se habían perdido durante estos dos días allí encerrados contando los segundos que le quedaban de oxígeno? Sacó una goma del pelo que tenía en el bolsillo de su traje y se hizo una coleta con un movimiento rápido-¿Esas cosas siguen ahí fuera verdad? Solamente llegamos a escuchar por radio que bombas nucleares estaban estallando en las principales ciudades de las Doce Colonias. ¿No ha quedado ahí verdad? Están de nuevo aquí.

Miró progresivamente a los tres recién llegados temiendo que le respondieran y ansiandolo a la vez.

Afirmo con la cabeza, no sé qué hacer con mis manos. Las pongo a la espalda.

—Sí, han vuelto, y han arrasado con todo.

De normal tengo la voz grave pero ahora me sale ronca. Casi no me reconozco a mi misma, hablando tan serio. Guardo silencio un instante para que los mineros puedan encajar lo que digo. También lo hago para mí misma. Necesito esos segundos entre una frase y otra.

—Lo siento.

Tiro aire. Quería suspirar pero tengo que reprimir un bufido de dolor. Pienso en los míos. Han pasado unos pocos días y parecen siglos. Tengo que ser más fuerte.

—Pero hay esperanza. Una flota a la que queremos unir nuestra nave está agrupando a los supervivientes. Está comandada por la Colonial One. Estuve allí, un rato, antes de volver con Boomer. Ahora hay una presidenta. Me temo que Adar ha muerto en la primera oleada.

Afueras de la base científica Teseo. Interior de la mina.
Luna de Minos, en órbita alrededor del planeta Tauron.
II Guerra Cylon. Día 3.

-Hola Karen, hola Ragger. -Ahora ya sabían los nombres del hombre y la mujer.- Dos días... vaya... pues supongo que tendréis ganas de iros de aquí, creo que deberíais venir con nosotros.

Se hizo un silencio. Dido y Jake habían estado muy callados, seguramente por las palabras de Karen sobre lo que había escuchado por la radio, sabía algo, pero quedaba lo más duro, no es que ellos tuvieran demasiada información, pero sabían que la destrucción había sido casi total en las doce colonias. Dido habló por fin con una voz que a Jisoo le dio un poco de miedo, pero supuso que no era fácil decir aquello, a ella se le hacía un nudo en la garganta solo de oírlo. La cogió de la mano, parecía que Dido estaba afectada y era normal, pero ella también necesitaba el contacto de alguien familiar, amigo.

-Yo... también lo siento. -Era raro, en realidad solo podían sentirlo y ayudarse unos a otros dándose consuelo. Al menos Dido había regresado con una pequeña esperanza y debían agarrarse a ella. Con todo el jaleo se dio cuenta que nunca le había preguntado cómo era la flota, que naves había y en qué número. ¿Cuantos se habían salvado? ¿Había su familia conseguido embarcar en alguna de esas naves? No quería ni imaginarse la angustia que habría supuesto estar en cualquiera de las colonias durante los bombardeos y evacuaciones, en realidad casi podían sentirse afortunados, aunque no se sentía así.- No podemos acceder a la cabina de los pilotos donde están casi todos los controles de la nave, nadie responde allí, creemos que... -No hacía falta decir más, suponía que todos pensaban lo peor. Lo que no sabían era que había pasado con Jonas al que habían perdido allí dentro, quizás se había quedado sin señal en su traje. Jisoo miró nerviosa a su alrededor, la mina le daba mal rollo.- Creo que deberíais poneros los trajes y largarnos cuanto antes, la base está llena de cylons y seguro que nos están buscando, tenemos que llegar a la nave y alejarnos. -Esperaba que mientras tanto sus otros compañeros hubieran conseguido rescatar a Boomer y se reunieran con ellos.- Dido, yo te ayudo a ponerte el traje, no te muevas mucho o sangrarás más de la cuenta, cuando lleguemos a la Olimpic te curarán, no te preocupes.

Respiró profundamente. ¿Estaba preparada para ver de cerca la herida de Dido? NO. Pero tampoco podía dejar a su amiga sola.

Antes de que Danaón pudiese reaccionar, Gaheris se descolgó y resbaló por la grúa como si fuese un tobogán. En el tramo más bajo, tuvo que pelarse las perneras del pantalón para frenar la bajada. Había llegado hasta las bombas. Al tirar de una de ellas, se despegó con facilidad. Todo aquel conglomerado de explosivos estaba allí, en la palma de su mano, y podía volarle el brazo (y matarle) en cualquier momento. Un segundo artefacto explosivo estaba aún pegado al metal, en la base de la grúa.

A unos cuantos pies de él, la trampilla estaba abierta como una gran canasta de pirámide en la que "encestar". Desde su posición, Gaheris no veía el interior. Era atacar a ciegas. Podría soltar el explosivo, o podía ir hasta la trampilla y asomarse. Optara por lo que optara, no quedaba demasiado tiempo...

¡Que le den al presidente Adar! ¡Yo no le voté! Perdón... Ha sido un comentario un poco insensible. Karen es enfermera, tal vez pueda echarle un vistazo a la herida de Dido. Yo soy técnico minero. Puedo encargarme de poner las cargas adecuadas para volar la puerta de la cabina causando los daños mínimos a la nave. ¿Cómo podemos llegar a vuestro vehículo? ¿Está lo suficientemente cerca como para ir andando?

Las bombonas tienen una autonomía de ocho horas de oxígeno. La Olympic Carrier está demasiado lejos

Finalmente, Danaón optó por imitar la acción de Gaheris y bajó lo más rápido que pudo, para colaborar con el sargento.

Al llegar, tomó un par de explosivos, pero era consciente que desconocía qué hacer con ellos.

- Sargento ¿Cómo se utilizan? ¿cómo se preparan para arrojarlos y que exploten? - preguntó, al tiempo que se asomaba a la trampilla para darse una idea de dónde estaban los cylones.

Una explicación somera del militar fue suficiente y el tauronio arrojó con todas sus fuerzas las cargas al lugar donde se encontraban las tostadoras.

Han arrasado con todo

Karen miró por un instante a aquella muchacha, después a los otros dos. Estaban hablando en serio. Se quedó en silencio mientras digería aquella noticia y la encajaba con lo que había escuchado por radio y con lo que había visto en el hangar. Lo hizo de una forma aséptica, distante. Como cuando estaba delante de uno de sus pacientes: síntomas, estado general del paciente, posible diagnóstico, solución paliativa de urgencia, tratamiento posterior. Los síntomas estaban claros. Había que pasar a la siguiente fase, y rápido. Ya habría tiempo de pensar en lo que había sucedido en las Doce Colonias, a sus conocidos, a sus amigos, a sus familiares. Pero para poder pensar y llorarlos debia estar viva. Había que mover el culo.

-Si nos quedamos aquí moriremos lentamente en breve, si volvemos a la base y está llena de cylons ocurrirá lo mismo, pero será más rápido y doloroso. Creo que no tenemos otra opción que irnos con vosotros, ¿no te parece, Ragger? -preguntó a su compañero sabiendo que la decisión estaba clara para ambos.

Miró al tercero del grupo, a aquel hombre de uniforme que guardaba silencio sin perderles a Ragger y a ella de vista. ¿Estaba evaluando si realmente tenía que ayudarles y llevarles con ellos? Echó un vistazo rápido en busca de una posible arma pero, desde donde estaba, no vislumbraba ninguna. Lo importante era que no les dejaran allí, así que tenían que ser útiles de alguna forma. Y a Karen no se le había pasado por alto un detalle.

-Buscábais explosivos, entiendo que por aquí debe de haber, aunque es en los sótanos del complejo donde se desmenuzan las piedras que se sacan de esta mina con explosiones controladas. Ragger tu conoces bien esta mina, ¿hay explosivos en esta parte? Si es así, ayúdalos a localizarlos mientras le hecho un vistazo a ... ¿Dido?-le dijo, señalando a la muchacha y mirando a Jisoo intentando buscar la confirmación al nombre de la otra chica-Está sangrando, así que hay que asegurarse de que sea capaz de llegar a vuestra consciente y de que no pierda más sangre, habrá que vendarle la herida. Siéntate, vamos a ver lo que hay debajo de ese traje-le indicó a la chica corpulenta-y mientras que te miro la herida me cuentas como tenéis pensado volver al amparo de la Flota con una nave sin pilotos. A no ser que... ¿él es piloto?-hizo una señal con la cabeza indicando al hombre vestido de militar.

 - Así es... - Respondí, antes de lanzar la mía a mi objetivo, confiando en que la explosión resultante no nos haga saltar por lo aires. La verdad es que lamento que Boomer haya resultado ser una traidora, ya que confiaba en ella y incluso casi había empezado a sentir algo por ella, pero la supervivencia de la humanidad y del grupo era lo primero.

Soy piloto civil-el traje espacial militar que llevaba no era suyo-. Estaba en mis vacaciones, cuando todo se fue a la mierda. Unas naves cylon nos interceptaron en el espacio. Hicieron un par de pasadas disparando ráfagas contra nuestro casco antes de que pudiéramos hacer un salto... un salto que nos llevó demasiado cerca del suelo.

Tras el salto, aparecimos demasiado cerca de la superficie de Minos, y la gravedad repentina obligó a hacer un aterrizaje de emergencia. Mi teoría es que los pilotos se hirieron al alunizar. El Olympic Carrier es un crucero de lujo. Para evitar que terroristas puedan hacerse con el control de la nave, la cabina está aislada del resto del pasaje por una compuerta que solo se puede abrir desde su lado. Pero nada que no se pueda remediar con un gran badaboom.

No se preocupen por los explosivos... Ya cogimos prestados unos cuantos en el sótano de su base-Jake palmeó la correa de su mochila-. Centrémonos en cómo volver a la Olympic Carrier. Hay dos opciones: el raptor en el que vinimos, que aterrizó en lo alto de la montaña; y los shuttles que tengáis en el hangar. Incluso podría conducir el vehículo lunar que tenéis en el museo. Pero toda la base está plagada de cylons.

Ese trasto del museo es biplaza, si me puedo sentar de copiloto, puedo poneros los explosivos con la carga adecuada-dijo, dándose importancia por si a alguno de ellos se le ocurría dejar al gordo atrás-. Déjame revisar tu mochila. Un error muy común sería que no hubieseis cogido detonadores, con lo cual de nada sirve el explosivo...-echó un vistazo y asintió-Sí, está todo.

Hay... hay un tercer modo de largarse de aquí. Hay dos vehículos que pueden llevarnos hasta la Olympic Carrier: la vagoneta y la troqueladora. La troqueladora es más lenta, puede excavar bajo tierra y tiene su propia cabina de soporte vital. La vagoneta nos podría transportar como si fuésemos carga, y es lo suficientemente rápida como para que el óxigeno de nuestros trajes nos mantenga con vida mientras cubrimos grandes distancias.

Puede que la base lunar Teseo haya... mmh... cometido algunas "irregularidades". Desde la primera guerra cylon está prohibido tener máquinas autónomas. Si hubiésemos cumplido las normas, la maquinaria de la mina estaría manejada por control remoto desde la base. Lo que quiero decir es... Había un límite de presupuesto, y se compró material minero anterior a la primera guerra cylon. El caso es que si las máquinas estuviesen siguiendo su programación, desde este compartimento estanco escucharíamos a la vagoneta pasar por delante llevando rocas a la cinta transportadora. Puede que no sean unas máquinas muy amigables en este momento...

Jisoo recordó el problemilla que tuvieron con la carretilla eléctrica en la bodega de carga de la Olympic Carrier, cuando sin previo aviso embistió el raptor y lo dejó atrapado entre sus palas y la pared. Por suerte tenía la PDA de Danaón para reprogramar a esas máquinas subversivas modelo Maximum Overdrive.

El explosivo lanzado por Danaón se coló por la trampilla, botó en el suelo y cruzó el umbral de la puerta hacia el pasillo. El cylon que estaba en la sala de control subió la escalera de mano para comprobar qué estaba pasando. En el pasillo, un escuadrón de cafeteras y la traidora Boomer se giraron en dirección al sonido de una bomba bajando unas escaleras...

El explosivo lanzado por Gaheris también se iba a colar por la trampilla, pero justo entonces asomó el cylon. En los brazos de la cafetera aterrizó la carga. El cylon miró hacia la bomba, sin saber cómo se había metido en semejante marrón, como un padre que coge por primera vez en brazos a su hijo recién nacido. Un hijo llamado Fósforo Blanco...

Y ambas cargas detonaron a la vez...

La explosión del pasillo avanzó hacia Boomer mientras de dos en dos la ola expansiva se iba tragando a los cylon en formación. El cylon de la trampilla saltó por los aires, pero la explosión también cogió a Danaón y a Gaheris, empujándolos contra el brazo de la grúa hasta que sus espaldas retumbaron en el metal.

Un gas blanquecino llenó todo el ambiente, sumiendo el lugar en la confusión. Cuando el aire sucio se dispersó, los cuerpos de los dos hombres estaban sobre el techo de la sala de control...

Dido podía ser muy dura pero necesitaba ayuda y cuando Karen se ofreció a curarla a Jisoo se le iluminaron los ojos y su rostro lució una gran sonrisa. Fue ella misma la que tiró de la mano de Dido y la llevó hasta donde estaba la mujer.

-Gracias. ¿Eres médico? -Parecía que sabía lo que hacía por la jerga que había utilizado.- Puedo ayudarte si quieres, hice un cursillo de primeros auxilios el año pasado.

Al menos podía distinguir las vendas, las gasas, algunas medicinas y sabía hacer algunas curas básicas. Aunque pensar en la herida de Dido la mareaba un poco, sin embargo no iba a dejar sola a su amiga, aunque fuera podría seguir sujetándole la mano.

Espero que Karen no le haga mucho daño, si me aprieta la mano me la hará papilla...

Mientras tanto Jake explicó cual era la situación y el hombre llamado Ragger no solo comprobó que tenían todo lo necesario para volar la puerta de la cabina si no que además les propuso otras dos formas de escapar, aunque como ya sospechaban no podían fiarse del comportamiento de ninguna máquita autónoma.

-Debemos volver por donde salimos de la base y comprobar que Boomer, Danaón y Ghaeris han salido. -Más que una afirmación era una sugerencia, no quería dejarlos atrás.- Creo que el raptor es lo mejor, o los shuttles, al vehículo será difícil llegar. ¡Pero yo podría asegurarme que ni la vagoneta ni la troqueladora se vuelvan contra nosotros! ¡Danaón tiene un programa en su PDA que puede borrar las órdenes que tengan! ¡Incluso podríamos usarlas de distracción, haciendo creer a los cylons que vamos en ellas!