Estigia soltó una risita baja y suave al escuchar el comentario sobre Venganza. Se apartó la mano del rostro y miró ligeramente arriba, como si hablase con el claro en general, hasta su propio aura parecía rezumar amistad por el mero hecho de pertenecer a la tribu a la que pertenecía.
—¿Vestuario?—respondió sin borrar del todo la tenue sonrisa que se le había dibujado en la cara con el chascarrillo—Oh, vamos... Soy un lobo, no me pidáis milagros.
Sus ojos cambiaban de dirección y giraba despacio la cabeza hacia el lugar de donde creía escuchar la voz cada vez que ésta cambiaba de posición. El espíritu, o los espíritus o... la entidad que fuera que estaba jugueteando por el claro preguntó a cerca del plazo de dos lunas, era como si ya hubiera estado escuchando de antes, cosa que no la sorprendía mucho, a fin de cuentas, el bosque estaba lleno de ellos y eran perfectamente capaces de campar a sus anchas por él.
—Como bien has dicho, estamos al borde de una catástrofe y puede que el plazo para evitarla sean esas dos lunas—dijo ya poniéndose algo más seria ya que el tema lo requería—Mi hermano y yo hemos venido aquí en busca de consejo.
Ladeó la cabeza mirando a Kerim como si le cediera la palabra, prefería que fuese él el primero en pronunciarse puesto que se trataba de quien había optado por pedir consejo a los epíritus antes de partir. Ella misma tenía sus propios puntos que resaltar, pero antes escucharía lo que tenía que decir el Colmillo Plateado.
Pues nada, nada, uso ese don de Hija de Gaia, que quiero caer bien tanto receptiva como comunicativamente xD
- Jajaajaja....jajajajaja.... Me diviertes.
Dijo aquella voz mistica como si no pudiese contener más las carcajadas, sonaba en todas partes a la vez, a veces en el flanco derecho otras en el izquierdo, sea como fuere era rápido o simplemente omnipresente.
- Consejo...hum...si, creo que puedo ayudar con eso...
dijo, meditabunda, la voz.
- Puedo dar buenos consejos. Soy un buen Orador además...y tengo buen gusto para la ropa.
Una luz cegadora, como la luz de la luna eclipsó la vista de Estigia y Kerim...
- De modo que...si hay que evitar una catástrofe yo me apunto.
El hombre guepardo se mostró en su forma crinos, era inquietante ver como todo su cuerpo era similar al de un guepardo humano a excepción de las rayas de su cabeza que se aproximaban más a las de un majestuoso tigre. La figura de los de su raza no era tan magnánima como la de los Simba, los hombres león, pero su misticismo y su inteligencia, su velocidad, dejaban en ridículo a la de cualquier otro. Además...en este caso, la pedantería y la arrogancia superaban con creces a las de cualquier caudillo León.
- Los Niños de las Sombras caminan por los días del crepúsculo sin miedo, Ya que nadie puede rivalizar con ellos en su majestuosidad. Nadie puede igualar nuestra ferocidad: La jungla tiembla como el humo a nuestros furiosos rugidos, El Sol nos otorga fuerza para matar a la lluvia, Con un golpe de nuestras zarpas sacudimos la tierra. Nadie puede igualar nuestro Honor: La sabiduría de lo eterno cabalga tras nuestros ojos amarillos, El rastro se dobla tras nosotros entre las sombras de las Alas del Trueno, Recorremos el Viento del Sur entre las estrellas. Nadie puede igualar nuestra Inteligencia: La Muerte nos susurra secretos en oscuros rincones, Escondemos los nombres de las cosas en palabras de niebla y el habla de la nieve, Bailamos locamente en los más ocultos de los lugares. Solo nos inclinamos ante Selene y Gaia; quizás nuestras acciones sustenten a nuestros bienamados allegados...
Dante se reverencio...puede que ya tomase a Estigia como una "amiga" o...almenos una "compañera de viaje"
- Aunque ante ti...por hacerme sonreir...me reverencio.
Sonrió a punto de reir...obviamente se reía un poco de ella aunque no carecían, sus últimas palabras y actos, de sinceridad.