Según os acercabais a la escalinata del congreso de Berlín otra pareja hacia lo mismo desde el lado contrario.
Desde el lado occidental un hombre impecablemente vestido con un traje de tres piezas, pelo cano y barba recortada; subía junto a un adolescente huesudo y delgaducho de piel blanca.
Desde el lado oriental, un hombre cenca de la cuarentena totalmente vestido de negro, con un abrigo largo de paño; subía acompañado de otro adolescente. Este de porte altivo y andares de modelo.
Buenas noches tenga usted, señor De Lutrius. No esperaba verle en un sitio como este. Veo que vienes acompañado. ¿Gustava ha permitido más abrazos?
Mi querido Hans, al final ha decidido salir de su guarida. Su ama le ha dejado dar un paseo.
Jo!... que yo he estado unos 5 meses en Berlín y pensaba que los dos besos era lo normal en gente con tanta confianza. xD Hasta lo googleé antes de escribírtelo!!!
Los buenos modales en Alemania.
En situaciones informales, el saludo con la mano puede ir acompañado de un beso en ambas mejillas, pero solo entre personas que se conocen relativamente bien. Así y todo, la variante del beso en ambas mejillas y estrechando las manos al mismo tiempo es más formal que simplemente dar dos besos en las mejillas.
xD no tiene ninguna importancia real, pero quería decirlo
Asentía a todo lo que me decía, pues tenía toda la razón del mundo, y nos reíamos de sus ocurrencias a medida que nos acercábamos al edificio en forma de concha.
-Interesante. Supongo que le conoceremos hoy a ese increíble nuevo Toreador de la ciudad. - le dije con total escepticismo cuando me habló del Toreador que había organizado aquella reunión. Aunque quien mejor que un Toreador para organizar semejante evento? Que hubiese llegado recientemente y ya tuviese tantos contactos me causaba cierta envidia.
Seguimos con nuestras pullas y nuestras bromas, especialmente sobre las diferentes ropas que me podría haber puesto si hubiera sabido a dónde veníamos de antemano. Y entonces nos encontramos con la primera pareja que se acercaba a la escalinata. Y mi expresión se volvió más seria y fría.
El hombre "Hans" iba muy bien vestido. Pero el adolescente que le acompañaba parecía de mal humor. Mi postura y mi porte eran impecables para cuando llegamos frente a ellos, no iba a quedar mal frente a un amigo o conocido de mi querido Thomas de Lutrius. Aunque tras su último comentario no sabía si se estaba metiendo con él...
Aquella forma de ver a los americanos le resultó chocante. Unas veces su sire era demasiado moderno hasta para su edad aparente, otras tenía aquellos ramalazos de ser centenario. Para Emil lo importante de los americanos era su tecnología a precio asequible y los éxitos musicales de sus producciones. En su opinión, estaban muy cerca de los británicos en calidad.
Lo acompañó hacia el acceso del edificio, no tardando en tropezarse con otros inmortales y empezar el intercambio de puyas. Al hombre mayor le concedía un buen estilo, Elegante pero más casusal. El más joven parecía salido de un anunció de alguna revista. A más de uno le iba a dar un trance toreador aquella noche por mirarlo. Por los comentarios dedujo que eran habitantes del otro berlín. O al menos súbditos del otro príncipe. Les dedico una sonrisa a modo de saludo. Aunque no parecía que fuesen grandes amigos, la cortesía no costaba nada.
Imagino que " Gustava" es un error de mecanografía. Si no, me declaro fan numero uno de mi sire.
No subestimes a los depravados, la mayoría de ellos solo piensan en cuadros y música, per hay alguno que ha llegado a ver la manipulación como un “arte”. Vamos, entremos mon chéri. Las flores se marchitan con el frio.
Comenzasteis a subir las escaleras y veías como más gente se acerva. Concretamente resaltaban un grupo de cuatro hombres que parecían estar hablando tranquilamente, pero era obvio que la tensión era palpable. Inútiles… ya están discutiendo antes de entrar.
A pesar del nuisance de esta reunión. Tengo curiosidad por conocer a anfitrión. Ese tal Jorge Antonio Luis Alberto, o algo así… ese nuevo toreador con nombre de telenovela latina. Solo llevaba un mes en la ciudad y ya ha hecho contactos en todas partes.
No he descrito cómo va vestida ni nada para hacerlo si eso cuando se junte con el resto, pero aviso por si influye en algo que narres después que lleva un bolso de mano y en él tiene una pistola pequeña guardada por si acaso.
Me parece bien.
Momo, no digas esas cosas. Nosotros no somos monstruos que vayamos desgarrando a la gente por ahí. Somos condenados, y nuestra maldición es nuestro aspecto. Pero eso no hace que perdamos nuestra nobleza. Dijo Amelia tratando de ponerse lo mas erguida posible, para dar empaque a sus palabras y parecer mucho mas refinada. Pero solo pudo aguantar unos minutos en esta postura. Ve con cuidado. Aunque seamos respetados en esta ciudad, hay mucha gente que sigue odiándonos.
Ok. Entiendo que feo similar a un punto de Apariencia. Algo así como Ron Perlman
Momo estaba triste. Se sentía culpable por decepcionar a Amelia. Pero también le daba vergüenza admitir eso, eso es de niños pequeños. ¿Se arrepentiría Amelia de haberle tratado con solidaridad y amabilidad? Todo esto, obvio, no pasaba por ninguna parte consciente de Momo, sino que Momo luchaba tan fuerte como podía contra ese tipo de sensiblería. Pero a la vez, el cuerpo no quería rebelársele contra Amelia, y sentía gratitud porque, al fin y al cabo, le estaba dando un chivatazo genial y le estaba ayudando a conseguir esa información en vez de quedársela para ella.
Todos estos impulsos recorrieron la sangre palpitante por el horrendo cadáver andante con pinta de no tan horrendo cadáver andante, y al final las fuerzas colisionaron en estas palabras: yo sí soy un monstruo... No es una fase. Iré con cuidado. Gracias por todo. Daré noticias tan pronto como pueda.
Imitó la espalda recta de Amelia, pero con más rabia, como refregándole por la cara que sí la escuchaba.
sip, en en plan... llega al segundo punto, pero justito. (he tenido que buscar quien era Ron Perlman, y sí, en plan así)
- Cierto, pero creo que ahí les ganamos con creces. No obstante me andaré con ojo. Coincido en que no se puede confiar a ciegas en la estupidez ajena para evitar sorpresas futuras.
Según subía las escaleras miró de reojo a todo aquel con quien se topaba, poniendo algo más de aparente interés en el grupito que si bien simulaban tranquilidad, no estaban en un ambiente tan pacífico como querían aparentar.
- ¿Sabes algo más de él? -Preguntó, cuando ya se habían alejado del grupo.
Son toreadores, no les des importancia. Los dos de la izquierda del lado occidental, el de barba blanca es uno de los toreadores m.as importantes del lado occidental. En los de la izquierda son basura, son comunista del lado oriental. ¡Cusma sin importancia.