Partida Rol por web

Era curioso ver a Glenn Rainer conducir su pequeño Volkswagen Beetle amarillo. Aunque Glenn media mas de dos metros, se negaba a ir en coches mas grandes. Afirmaba que los coches mas grandes contaminaban mucho más. Y cuando Rainer tenia una idea, era muy difícil hacerle cambiar de opinión.

Todo empezó hace un par de días cuando Glenn recibió un mensaje a través de un chochín, uno de los pájaros más pequeños del mundo. Al parecer el sire de Glenn, un tal Dary Lutz, le había pedido reunirse urgentemente con él. Dary era un importante gangrel de Berlin que siempre se había mantenido neutras en la guerra que se había desatado entre los dos príncipes.

Desde la construcción del muro de Berlín la ciudad se había dividido, ninguna criatura sobrenatural podía atravesar el muro. Algunos decían que era debido a los hechizos tremeres, pero nadie lo sabe a ciencia cierta y los brujos lo desmentían. Mientras el muro estuvo en pie, Berlín había existido como dos ciudades separadas. El lado este gobernado por Gustav y su mano de hierro; y el oeste por Wilhelm y su política de puertas abiertas. Ahora sin el muro, la ciudad se cernía en al caos. Dos príncipes, con sus dos primogenituras, y ninguna quiere ceder su puesto.

Glenn, conocido por la mayoría como “Gates” aceleraba el pequeño Volkswagen. Gates no era un vampiro cualquiera, era uno de los arcontes del justicar Karl Schrekt. ¿Qué querrá ahora Dary? El nunca se mete en política. Su único sueño es que el parque de Grünewald siga libre de chupasangres.

Jacob se subió en el enlatado con ruedas de su Sire.
Sentía gran aprecio por Glenn y haría lo que este le pidiera y siempre había sentido que el afecto era mutuo. Cualquier cosa que le pidiera su Sire siempre estaba ahí para ayudarle y nunca le había fallado.
Pero eso sí Jacob no era el mejor copiloto, no era muy dado a la conversación y siempre se pasaba el viaje mirando el paisaje.
-Dary, lo conozco?

No, no lo conoces, pero paciencia, en unos minutos lo conocerás. Es mi sire. Dijo de forma tajante Glenn. Ese viejo loco vive en el parque mas grande de Berlín, una zona vetada a los vampiros.

Glenn acero el coche hasta la máxima velocidad. El interior del pequeño escarabajo comenzó a temblar de forma preocupante, parecía que en cualquier momento el coche se fuera a deshacer en pedazos. Finalmente, llegasteis a las carreteras de cirucubalación de Berlín, y Glenn redujo la velocidad mientras os perdíais por un laberinto de carreteras.

Finalmente salisteis a un amplio parque donde resaltaba una curiosa estructura de metal con forma de arco. Glenn aparco el coche, y al bajar del coche comenzó a silbar de forma estridente.

Deja de hacer ese horroroso ruido. Estas molestando a los pájaros de toda la ciudad. Dijo con voz ronca un hombre robusto y alto que había salido de detrás de uno árboles. Veo que has traído a tu cachorro como te dije. ¡Bien! Necesito a alguien de confianza y que no sea conocido dentro de la ciudad.

Buenas no… iba a decir Glenn antes de que su sire le empezara ha hablar. ¿Qué esta pasando, viejo? ¿Hay algo gordo? ¿Algo que afecte a tu parque?

Todo sigue igual de mal. Los humanos no paran de cubrir el mundo de asfalto y hormigón. ¡Joder! Además, la ciudad comienza a sumirse en el caos de la política.  La caída del muro solo ha agrandado este caos, ahora los dos lados de la ciudad luchan entre sí. Y necesito a alguien que sea mis ojos y mis odiados en la ciudad; pero al cual no relacionen conmigo.

Jacob saludó levantando la mano a Dary. Sin apartarse de detrás de su Sire. No por miedo si no por respeto a Glenn.

Escuchó la conversación en silencio. 

-Será todo un honor ser yo tus oídos y tus ojos. Que necesitas de mi? dijo esperando el consentimiento de su Sire.

Solo necesito que entres en ese edificio y reúnas la máxima información posible, cachorro. 

Seguro que hay chupasangres novatos, puede que te venga bien hacerte amigo de alguno de ellos. Después te dio una fuerte palmada. Ahora tengo que hablar con tu sire.