...si obtuviese algo hecho de plata, lo podría fundir con la senda de la llama y bañarlo en una estaca de roble con astilla del sosiego retardado. Desde mi punto de vista, si no fuese suficiente... sería un comienzo.
I'll try to do my best ;)
Maxwell se elevó en toda su altura y chasqueó los dedos desapareciendo al otro aprendiz.
- No ha sido perfecto, pero ha estado bien para ser un momento de estrés. Seguro se te ocurre algo más efectivo si se te da el tiempo de fabricarlo- chasqueó nuevamente los dedos y el desesperante sonido de la puerta desapareció también- Bien dije que permitiría preguntas así que esta es tu oportunidad. No la desperdicies. Ya que desde ahora, considérate mi aprendiz y joven muchacho, creéme que no va a hacer un paseo por el jardín para niños. Te espera un arduo y difícil trabajo.
¿Necesito alguna cosa en especial antes de empezar?
Su faz gentil pero te dedicó una mirada de indulgencia. - ¿Cosa especial? Posiblemente esa cosa que los mortales llaman suerte- lo pensó mejor y volvió a hablarte- Mucha dedicación también sirve.
- Te he llamado para algo específico, pero antes debes firmar aquí-extrajo un pergamino y lo puso sobre la mesa- Necesito lealtad absoluta. Este documento habla sobre la confidencialidad sobre todo cuanto trate contigo y que te pasará si rompes tu palabra... naturalmente te vas a evaporar. - te dio una pluma antigua y un tintero. No sabías si estaba bromeando o no. Pero en el contrato leíste que si no cumplías, la otra parte tenía el derecho de quitarte el poder del habla. ¿Cómo haría eso? No lo decía.
- La tarea que cumplirás, será crucial.
¿Estas posteando del celular?
He visto muchas cosas raras durante mi existencia, y la verdad sigo sin creer en el destino. Pero tengo claro que para poder seguir por mi camino he de firmar éste documento, aunque me ate mas que nunca a nada. La suerte está echada.
Sin decir nada mas, firmo en el papel.
Estoy preparado.
Si, hay veces que lo hago desde el movil, pero otras que no veo lugar para dar mucha explicación. Si mis personajes están nada mas que contestando a una pregunta, simplemente la digo. Pero ya veras que soy un charlas, cuando toque xD
Maxwell tomó un punzón y lo acercó a tu dedo índice, te tomó de la mano y lo hundió dejando caer una senda gota sobre el papel, posó tu huella dactilar ahí. Al retirarlo, viste que la sangre desapareció como si se lo hubiera tragado "algo", dejando tan solo una marca seca.
- Bien, felicitaciones. Considérate oficialmente mi aprendiz y mi secreta mano derecha- sonrió mientras metía las manos a los bolsillos de sus desgastados vaqueros oscuros- Ahora ya que no eres muy curioso, si me permites, vamos al grano. Sígueme.
En la habitación contigua, te invitó a tomar asiento con un ademán cortés, en una pared colgaba la ciudad. Dividida en los dos principados, tenía anotaciones sobre cada regente de cada distrito. Tanto en oriente como en occidente.
- Bien ¿Por donde comenzamos?-se cruzó de brazos y te observó- Voy a ser franco contigo, la situación de la ciudad es apenas controlable y no sólo hablo de un principado. Sino de ambos. Ya no tengo tiempo de seguir encubriendo todas las reyertas que se bombardean a menudo. No es, secreto de que si no se pone orden, la Camarilla intervendrá y resolverá la disputa a su modo.-te dedicó una mirada a ver si lo seguías- Entonces, ya que tienes el panorama claro. Aquí viene el motivo por el cual te he convocado.
Caminaba de un lado a otro mientras te observaba.
- Soy el primogen de Occidente, por ese lado tengo el control y puedo apagar cualquier incidente que este ocurriendo. El problema, es que he tenido que encargarme también en muchas ocasiones de la zona oriental. -hizo una mueca de disgusto. A lo mejor era por eso que tenía profundas ojeras en el rostro.
- Tu objetivo será recabar para mi información crucial de cada acontecimiento caótico que azote berlín. Mi chiquillo, asegura estar tomando las medidas necesarias para finiquitar este asunto.
A todas voces se sabía que Heinrich Himmler, ex-nazi, era chiquillo de Maxwell y este a su vez del Justicar Karl Schrekt.
- Tu participación será crucial para la paz o hasta para la unificación de berlín. Es por ello que desde ahora, serás el brazo derecho de Himmler y nuevo látigo del clan en oriente. - se acercó a ti mirandote fijamente- Pero no te equivoques, la lealtad me la debes a mi. No a Heinrich. Me traerás reportes minuciosos y de cualquier cosa que te parezca sospechosa en general de todo lo que competa en oriente. No debes hablar de esto ni siquiera con Heinrich ¿entendido? Si tienes un mero conocimiento de historia, sabrás que el es astuto como un zorro, asi que te recomiendo ser lo suficientemente sagaz para no levantar sus sospechas. No quiero que crea que no confío en él, es mas bien que no deseo dejarle la tarea a el solo por más tiempo.-se quedó callado y se detuvo frente a ti- ¿Alguna pregunta? Necesito saber que tienes todo en claro. No volveremos a platicar con tanta frecuencia y calma luego. Asi que por más estúpida que te parezca la pregunta, dímela ahora.
La cosa se prometía complicada, pero eso era algo de esperar.
¿Dispondré de algun recurso extra a parte de los mios propios y de mi acceso a los recursos del clan?
Te miró con seriedad- Porsupuesto, nada que no te signifique ser el látigo del clan. Te proporcionaré un contacto, se comunicará contigo. Tus recursos en esta capilla se han incrementado. Sin embargo, no debes usar mi nombre para granjearte favores. -su mirada se tornó dura- Lo negaré y te castigaré por ello.
Se levantó, mientras un cuervo se posaba junto a él.
- Bien, es momento de volar.-pasó el cuervo a tus hombros- Altair, te ayudará, asegúrate de llevarlo contigo-te tomó de los hombros- Marcha ya hacia el ayuntamiento rojo, allá estará Himmler. Para cuando llegues el sabrá quién eres.
Bien. Si me disculpa... Digo mientras me doy la vuelta y me voy por la puerta con el cuervo en el hombro. Me supongo que será algun tipo de animal con capacidad sináptica con Maxwell para que le vaya diciendo qué o no estoy haciendo.
Pues bien, de camino al ayuntamiento rojo.
Pero, un momento... ahora que lo pienso... ¿cómo salgo de aqui si me taparon los ojos al entrar?...
El tremere te observó, ladeó la cabeza como quien observara un hecho incomprensible. Levantó la mano y señaló una puerta, la misma que antes estaba siendo golpeada por aquello que parecía una bestia furiosa- por ahí... -señaló.
Cuando saliste, andaste por un largo pasillo frío, hasta llegar a otra puerta que al abrir te reveló el hall principal de la capilla. Afuera caminaban varios magi, de aquí a allá, como incesantes hormigas trabajadoras.
Sine Pyramide nihil sumus
Vino a tu cabeza, pues bien, era momento de demostrar tus bases...
*Vamos pues a la otra escena.
El cuerpo del sujeto empezaba a deshacerse frente a tus ojos. La ropa permaneció en su lugar, cuando lo revisaste pudiste notar un pedazo de rama con musgo y tierra. En el otro bolsillo había dinero en efectivo y una medalla de oro, con la figura de un árbol.
Caminé lentamente, murmurando por lo bajo. Maldiciendo, hablando rápidamente. La maldita había logrado escaparse... pero al menos uno había servido para enviar el mensaje. Un mensaje macabro, pero eficiente. Las palabras resonaron en mi cabeza, ¿Qué les habría llevado a pisar estos caminos que todos saben esta prohibido? ¿Quiénes le habían tendido una trampa? Recién ahora escuché.
Cada paso que daba me acercaba a mi víctima. Retraje mis garras, una habilidad que quien sabe por qué yo tenía que otros de mi Clan no. Tome la ropa del cadáver, descomponiéndose lentamente y para mi sorpresa un medallón llamó mi atención. Lo tomé, quizás Daryl supiera de que se tratara. Quizás le reconocería de algo en alguna de sus visitas a la ciudad. La sujete con fuerza, cerrando mi puño. Me levante y comencé a marchar.
Al haber dado dos pasos, me frené en seco. Miré hacia atrás y tome la rama con musgo que yacía en su pantalón. La olfateé tratando de encontrar algún olor característico. La gire sobre mi mano, para poder ver la totalidad de la misma, intentando reconocer donde crecía dicho musgo. Esto me diría de donde venían.
Con ambas cosas en mano, junto a la ropa que había decidido cargar para que no quedara tirada en medio del bosque, emprendí mi viaje de regreso al Túmulo. Daryl estaría esperando buenas noticias y yo llevándole misterios.
Sus ojos permanecían plantados en el fuego de la hoguera en donde estaba asando un pescado para sus hermanos. Un sabor que al le habia sido arrebatado de compartir.
- ¿Y bien? -murmuró sin mirarte.
En tus manos portabas el medallón y el musgo que habías extraido. Para ti no era más que tierra, una que posiblemente creciera cerca de ambientes húmedos y nada más. De eso había por todas partes.
Me acerque a la hogera con una mirada hosca en mi rostro. Meti mi mano en el bolsillo para sacar el medallon y se lo extendi para que lo agarrara el mismo.
- Encontre a dos individuos. Uno traia esto consigo, junto con esta rama y musgo. No entiendo por que... La otra, una mujer extraña que ocultaba su rostro con un tul de seda al parecer, de habilidades mucho mayores, logro escapar... utilizando una suerte de "alas". - Enfatice en desconcierto.
- Tu o Fritz tienen idea de que pueda tratarse? - Me sente frente a él. - Ah, menciono que fueron condujidos a una trampa... que les habian obligado a entrar aqui. No me importo y simplemente les recorde por que nadie entra aqui. -