Partida Rol por web

Vuelvo a coger mi bolsa y haciendo caso al conserje camino decidida hacia la antesala. Me detengo un instante, recorriendo con mi vista los pasatiempos con los que se entretiene el conserje en sus largas noches en vigilia. Lo imagino en una noche tranquila esperando que pasen las horas con ese crucigrama, esa misma monotonía que hemos roto con nuestra presencia y por eso parece contento de tenernos aquí.

Atendiendo a las palabras del conserje me acerco para observar al teniente. Ni come, ni ve la tele y apenas se mueve. Como los míos.

—Con su permiso, iré a hablar con él— digo asumiendo la posibilidad de ser la única interlocutora en esa conversación.

Percibes que el celador se frota las manos nervioso, parece ocultar algo. Pero cuando además comentas de ir a hablar con el paciente palidece levemente y le tiemblan un poco las manos.

Si. Bueno. Es una celda de aislamiento señora. Puede comunicarse con el paciente por aquí, a través del micrófono él la escucha.  Contesta señalando un micrófono que hay en la pared al lado de la cristalera.

Bueno ahí tienen al teniente. No ha cenado nada hoy tampoco. Ni siquiera ve la televisión. Simplemente está ahí. 

Me aproximo al cristal fingiendo que intento ver lo que tiene en la bandeja de la comida, y vuelvo a disimular el disparador de la cámara con un estornudo. 

-Madre mía, cómo viene la gripe este año -comento, limpiándome la nariz con la manga.

Con su permiso, iré a hablar con él

-Erh... -intento apuntar que el paciente es peligroso, como he leído en los informes. Pero no quiero soltarlo aquí delante del enfermero sexy sin desvelar mis fuentes.

 Si. Bueno. Es una celda de aislamiento señora. Puede comunicarse con el paciente por aquí, a través del micrófono él la escucha.

Meto la mano en el bolsillo del abrigo, accionando el botón de la grabadora, mientras que dejo la otra mano contra el cristal.

Bueno, supongo que no pasa nada por probar.

-Eh -llamo al paciente dándole unos golpecitos con el dedo índice al cristal, como si fuera una pecera gigante- ¡eh, teniente! ¡Ha venido Santa!

Percibes que el celador se frota las manos nervioso, parece claramente ocultar algo, se nota que se siente incómodo en el puesto de trabajo ya que apenas ha mirado al enfermo. Pero cuando además Ivaine comenta de ir a hablar con el paciente, palidece levemente y le tiemblan un poco las manos.

Conrad: Si. Bueno. Es una celda de aislamiento señora. Puede comunicarse con el paciente por aquí, a través del micrófono él la escucha.

Lorna no esperaba que el teniente dijese algo, pero aún así puso oído por si por algún milagro respondía a las preguntas de Yvaine. 

Rosemary: Madre mía, cómo viene la gripe este año

"¿Otra vez? Joder, está haciendo mi trabajo". 

Justo en ese momento, le vino un estornudo real, fruto del resfriado que había cogido aquella mañana. Hizo el ademán de coger uno de sus pañuelos de su cartera, pero paró en cuanto tuvo una idea.

-Disculpe señor celador, ¿sería tan amable de traerme un paquete de pañuelos? Ha sido un viaje largo y se me han agotado todos -dijo con una voz nasal-. Con tanto frío todos hemos acabado un pelín resfriados.

Douglas miró al teniente Gallagher a través del espejo como lo había hecho a través de la pantalla de ordenador, igual de impactado.
La verdad había pocas cosas que Douglas pudiera imaginar, que acabar encerrado en una habitación minuscula observado como un mono de feria.

Cita:

Douglas se giró desconcertado al oir a Rosemary, ¿ha dicho santa pensó?.
No parecia la forma más ortodoxa para empezar, pero suponía que el docor Hambling ya habria probado con el clásico hola.

Observo de reojo las reacciones del celador, y frunzo levemente el ceño. 

Jo-der. Aquí hay algo que no me gusta nada. 

Ok, tenemos que librarnos de este cantamañanas, pero ¿cómo? 

Lorna: Disculpe señor celador, ¿sería tan amable de traerme un paquete de pañuelos? Ha sido un viaje largo y se me han agotado todos. Con tanto frío todos hemos acabado un pelín resfriados.

Alzo las cejas en dirección a la pelirroja. Y parecía tonta. Bueno, no lo parecía, no he hablado con ella. Pero vamos, que menuda agilidad mental. Asiento imperceptiblemente con la cabeza en su dirección, como diciendo "buen trabajo, novata".

Me quedo con la mirada fija en el conserje una vez me da su respuesta, estudiándolo momentáneamente, es un solo un breve impasse antes de que asienta asumiendo las normas que tienen establecidas.

—Claro, para empezar será suficiente— digo girándome hacia el micrófono que señala Conrad.

Voy a salvar la distancia entre el micrófono y yo; pero Rosemary se adelanta e inicia su presentación personal. La miro severamente por las formas que utiliza con el paciente. Titubeo un poco antes de acercame también al comunicador y me detengo a pensar lo que quiero preguntar, casi asumiendo ya el silencio con que me honrará el paciente.

Me giro a mirar a Lorna tras su intervención y asiento frotándome la nariz con los dedos en dirección al señor Walters.

Después de eso, vuelvo a centrarme en nuestra principal labor. Inhalo profundamente y pulso el botón para activar el comunicador.

—Buenas noches teniente Gallagher— saludo dejando un tiempo por si quiere contestar y observando su reacción a mis palabras. No espero mucho—. Soy la doctora Dingwall y me gustaría poder hablar con usted.

—¿Está de acuerdo?— pregunto al teniente.

Rosemary -Eh  ¡eh, teniente! ¡Ha venido Santa!

El celador se acerca rápidamente y aparta a Rosemary del cristal de manera algo brusca, no deja de mirar la estancia en la que se encuentra el teniente en ningún momento. 

¿ESTÁS LOCA? ¡NO VUELVAS A HACER ALGO ASí!

Lorna -Disculpe señor celador, ¿sería tan amable de traerme un paquete de pañuelos? Ha sido un viaje largo y se me han agotado todos . Con tanto frío todos hemos acabado un pelín resfriados.

Conrad dirige una desconcertada mirada a Lorna. El servicio está al final del pasillo señorita, puede ir usted misma. 

Yvaine se acerca a la interfono y se escucha su voz con eco como resuena en el interior, sin embargo Gallagher no se mueve. Mantiene la cabeza gacha y apenas podéis ver si parpadea pero parece tener los ojos abiertos. 

Desde que yo estoy apenas balbucea, pero no ha respondido a ninguna pregunta. 

Tu puedes percibir que el celador, que no deja de ser un hombre corpulento está temblando, una gota de sudor recorre su sien, pero no pierde detalle del paciente esperando algún tipo de respuesta por su parte o más bien parece que la tema. 

Douglas se acercó al celador cuando este aparto a Rosemary poniendose entre los dos, levantando las manos para disculparse.
Mientras se podia ver como giraban los engranajes detras de los ojos, pensando una forma de escusar a su compañera.

- Perdone a mi compañera, ha sido un dia largo no tenia mala intención, solo quería relajar el ambiente con una broma, ha dicho que balbuceaba, ¿alguna cosa con sentido?-

Celador: ¿ESTÁS LOCA? ¡NO VUELVAS A HACER ALGO ASí

Vaya, vaya...
Retrocedo un par de pasos, alzando las manos.

Douglas: Perdone a mi compañera, ha sido un dia largo no tenia mala intención, solo quería relajar el ambiente con una broma, ha dicho que balbuceaba, ¿alguna cosa con sentido?-

 Niego con la cabeza, esbozando una sonrisa. Bueno, el plan de la pelirroja ha fallado, así que es hora de utilizar el plan de los verdes. Me saco la cartera del bolsillo trasero del pantalón, y saco un billete de 100 libras, que extiendo frente a mí. Menos mal que Pavel Klodzinsky nos dio un poco de efectivo antes de salir. Luego tendré que descontarlo de la minuta de los demás, claro.

-Señor celador, siento mucho todos los problemas que le hemos causado. Sé que es Nochebuena y que usted tiene ganas de estar descansando, ver a la familia y todo eso. Aquí tiene un pequeño aguinaldo. Se lo ha ganado -sonrío-. ¿Podría explicarnos qué es exactamente lo que le acojona tanto del vegetal de la habitación de al lado?

Amplío la sonrisa, aún con la cartera en la mano, y la señalo con un gesto de la cabeza.

-Este billete tiene un hermanito esperándole en mi billetera, ya sabe. Por su amabilidad y sinceridad.

Tras hablarle al paciente, observo su comportamiento y la ausencia total de reacciones por su parte. Tomo nota mental de ese detalle. Sigo observándolo unos segundos más mientras me debato en como intentar conseguir que aquel hombre muestre algún signo de entendimiento, y es en ese momento cuando me distraen las palabras de Rosemary.

«¿Se está disculpando?», me pregunto volviéndome hacia ella. No da tiempo a que mi rostro llegue a mostrar la incredulidad que siento en ese instante. Abro levemente la boca. «Joder, no. Lo está sobornando», y esos últimos pensamientos tienen más coherencia con la imagen que me había mostrado la joven. Quizás el dinero sirva para que nos dé esa información que parece ocultar; pero aun así, no me parece la forma correcta de actuar.

Después de escuchar al celador decir que apenas balbucea, asiento y vuelvo a girarme hacia el interfono. Tendré que insistir un poco más. Intento dejar de pensar en mi alrededor y concentrarme en lo verdaderamente importante.

—Tomaré ese silencio como un sí— me dirijo a través del interfono al paciente.—¿Recuerda algo de sus últimos casos, teniente?

—Uno de un sacerdote que murió y luego desapareció su cuerpo— le digo despacio, vocalizando cada palabra para ver si así logro conseguir algo más. Al terminar, me quedo a la espera y con la mirada fija en el teniente Gallagher.

Conrad: El servicio está al final del pasillo señorita, puede ir usted misma. 

Lorna trató de reprimir una mueca de disgusto, arrugando la nariz como si el resfriado la molestase para disimular.

-Oah, eh, vale -dijo secamente.

Su plan había fracasado, y ahora no tenía más remedio que ir hacia el baño si no quería quedar como una completa cretina, así que dio unos pocos pasos hacia atrás y comenzó a ir hacia el final de pasillo. Llegó hasta el baño y aprovechó que no estaba siendo vigilada por nadie del centro para sacar la cámara y configurarla por si tenía alguna oportunidad más tarde.

Regresó en un minuto aproximadamente, esperando a que hubiese alguna oportunidad. 

Lorna sale al servicio, el celador la sigue con la mirada nerviosa. 

Douglas : -  Perdone a mi compañera, ha sido un dia largo no tenia mala intención, solo quería relajar el ambiente con una broma, ha dicho que balbuceaba, ¿alguna cosa con sentido?-

Conrad mira a Douglas y medita unos instantes la respuesta relajando la tensión sobre la presa de Rosemary. 

- No... cosas incoherentes... -se muerde un labio. - Ya les digo, incluso le dejamos papel y ... nada no le hemos visto escribir nada.- Libera a la chica y se dirige a su mesa a coger la taza de café. 

Rosemary: -Señor celador, siento mucho todos los problemas que le hemos causado. Sé que es Nochebuena y que usted tiene ganas de estar descansando, ver a la familia y todo eso. Aquí tiene un pequeño aguinaldo. Se lo ha ganado -sonrío-. ¿Podría explicarnos qué es exactamente lo que le acojona tanto del vegetal de la habitación de al lado?

Niega con la cabeza cuando le habla la señorita Stonewall incrédulo ante la situación. Levanta las manos negándose a coger el dinero, y se enrojece de la indignación, inmediatamente después la joven Dingwall prosigue intentando comunicarse con el paciente sin éxito antes de dirigirse a él. 

Yvaine- —Uno de un sacerdote que murió y luego desapareció su cuerpo— 

El hombre palidece y se tambalea, por un segundo parece que se vaya a desplomar. 

- ¿D-d-disculpe...? tartamudea ¿ha dicho sacerdote? ¿Cómo sabe usted lo del sacerdote? ¡Quién se lo ha contado!