Partida Rol por web

Observo que el grupo de personas viene un poco a la defensiva. Evidentemente como dice  Yorash son guerreros y si son de aquellos que luchan en contra de los malditos hijos del Dragon seran bendecidos, si no … espero que Yebba nos proteja. Tengo el presentimiento que nuestros destinos se tocaran.

Me paro al frente al moreno y la peliroja que esta en la puerta, de manera suave y poco agresiva,  tratando de ocultar mi temor, digo en voz firme.

Los saludo como mujer libre- hago una venia-  si son parte del grupo de hombres y mujeres que luchan contra los innombrables hijos del dragón, no se preocupen aquí están seguros… Mi nombre es Rachet, y vengo de los sagrados bosques de Evhessae, mis amigos aquí presentes somos también viajeros que compartimos su causa.

Miro al posadero quien evidentemente esta nervioso y añado

No tema. No creo que le hagan daño

Miro francamente sorprendido la escena protagonizada por Rachet. Se encuentra plantada frente a las torres pelirrojas, con su poco más de metro y medio de altura frente a los dos y algo de los guerreros... prácticamente mide lo mismo que el Hacha del varón. Sin lugar a dudas, es una mujer increible.

Me levanto y les digo a los recién llegados: Yo soy Olonheint, hijo de las estepas de Vannyria, y sigo el mismo camino de Rachet. Si desean, pueden sentarse con nosotros.

Una vez que hablo, me doy cuenta de lo ridículo que parezco yo también a su lado... si Rachet mide casi más que yo.

Yorash por su parte se limitó a levantar las cejas y saludar con su mano con dos dedos extendidos. Echó su cuerpo hacia atrás y observó en silencio los taburetes y sillas donde estaban sentados. Luego alternó la mirada hacia los hombres recién llegados, y una vez más a los asientos. Imaginó en su cabeza la posibilidad de que aquel grupo se sentase en sillas no amoldadas para su tamaño, y temió durante un instante que terminasen sentándose en la mesa como lo más cómodo. Una estúpida sonrisa se dibujó en su rostro al pensar cómo sería la caída de uno de ellos, seguramente igual a la tala de un gran árbol.

- Yorash -se limitó a decir mientras indicaba los asientos con la palma abierta.

El hombre que los hablaba tenía el pelo largo, con algunos mechones que caían por su frente. Una cicatriz mal curada adornaba su mejilla derecha. Ojos negros y pelo oscuro, iba en consonancia con la ropa, también bastante oscura. Un chaleco de piel con hebillas y cinchas gastadas se atisbaba bajo un grueso manto prácticamente empapado. En sus brazos dos pequeñas cintas de cuero quedaban apretadas y de éstas colgaban algunos cordeles de pequeño tamaño. Junto a él descansaba un arco y un carcaj con un manojo de flechas.

Breielssa da un par de pasos hacia Rachet, hasta quedar a un par de metros de esta. La verdad es que es una mujer impresionante y no esenta de belleza. Te mira desde lo alto de sus casi dos metros, su presencia es amenazadora, pero pronto ves como su rostro se relaja y asoma algo parecido a una sonrisa.

   - Mi nombre es Breielssa, el de piel azabache es Marcao y fuera estan Garland y Sahsnot - Presenta a sus compañeros. Habla con un acento raro y no pronuncia bien todas las palabras. Por su aspecto estas casi segura de que se tratan de Humanos O´shar, los Salvajes que vivian en el Norte, entre Orcos y demas criaturas, ahora sus tierras tambien han sido conquistadas y muchos han tenido que huir, pero hasta el momento no habiais visto ninguno.

   - Si, luchamos contra los Hijos del Dragon - Responde a tu pregunta - Pero a nuestra manera...

El titán azabache se gira hacia la chica que se acerca y trás el discurso y las presentaciones sonríe con gesto burlón Rachet verdad?? Eres una mujer valiente además de libre, pero estas en lo cierto no somos hijos de lagartos, pero ten cuidado con a quien diriges esas palabras, estas tierras son cada vez más peligrosas y en los oidos incorrectos te podrían costar la vida... vuelve a mirar fijamente los ojos de la mujercita y sonríe ampliamente Mi nombre es Marçao, y estoy seguro que un poco de compañía nos vendrá bien, ha sido una jornada dura, pero si no os molesta primero intentaremos arreglar algo para nuestras monturas...

Posadero nisiquiera tienes un cobertizo?? o algún techado.. no quisiera que nuestros caballos enfermaran...

 - Ya se lo he dicho... - Te responde el Posadero con tono cansado - No hay nada para los caballos, este es un pueblo pobre, mas aun ahora con la guerra.

Sonrio. Mi intuicion esta vez no me fallo. Me alegra que sean parte de nuestra lucha. A su manera o como sea pero algo hacen por la causa.

Bienvenidos sean entonces Marçao y Breielssa,  se que ahora estan ocupados con sus cosas. Asì que me retiro.

Me dirijo hacia Olonheint quien me mira sorprendido y le sonrio. Se que menudo riesgo  que he tomado

Parece que hoy tendrán que dormir a la intemperie - dice mientras acaricia la cabeza de Ventisca - Lo siento compañero, mañana será otro día...

Vamos grandullón - dice mirando a Garland - a ver si conseguimos entrar en calor ahí dentro y podemos tomar algo de sopa .coge sus cosas y le espera para entrar en la posada.

Ató a los caballos haciendo un buen nudo cerca de una estaca en las afueras de la posada. Simplemente para intentar que estos no se escapen si oyen algún ruido nocturno. Cuando acabo con mi tarea me dirijo a Sahsnôt.

- De acuerdo, entremos dentro, al menos espero que tengan algo bueno y caliente para comer. Mi estómago empieza a protestar... -Recoje alguna de las cosas que quedaban en el caballo y se encamina hacia el umbral de la puerta donde se encuentra Sahsnôt. Se coloca detrás de ella y se introducen en la posada

Cuando os acabais de presentar el Titan pelirrojo vuelve a entrar en la sala, acompañado esta vez por una hermosa mujer de larga melena dorada y profundos ojos grises, su impresionante metro ochenta y cinco queda empequeñecido al lado del Titan, al cual apenas si llega a la altura del hombro. Su porte es mas regio y civilizado que el de sus compañeros. Bajo una empapada capa se deja entrever una fina coraza plateada y una gran espada bastarda al cinto.

Entras en la ruinosa Posada y todas las miradas se centran en ti... no son muchas apenas un par de cansados y nerviosos campesinos, asi como el Posadero, un hombre extremadamente delgado, con apenas una veintena de largos cabellos oscuros sobre su blanca calva y mirada inquisitiva.

Lo normal que podiais esperar viendo el pueblo, sentados a una mesa y con unas cervezad delante, hay dos humanos que desentonan claramente con el resto.

A uno de los individuo no lo veis tambien pues cubre su rostro con una capa, pero dirias que se trata de un humano, mas bien bajito, un Arco Corto descansa junto a la mesa.

El segundor humano tiene un aspecto lamentable debido a la lluvia. Aún tiene la cabeza cubierta por una capucha tan empapada que apenas protegía del agua. La tela está pegada en su frente y algunos mechones de pelo caen por su cara pegándose a la piel. Sus ojos son negros y en su mejilla derecha parece tener algunas marcas o cicatrices, pero la tela impide verlo con claridad. Cubre su cuerpo con un manto grueso, y en su espalda descansan un carcaj y un arco similar al del otro hombre. Tiene las manos enguantadas, pero la punta de sus dedos están enrojecidas. A su lado descansa una silla de montar con alforjas ocupadas por algunos objetos.

Una tercera figura se encuentra de pie, hablando con Breielssa y Marcao, se trata claramente por su aspecto y corta estatura de una humana Osth, de cabellera negra, piel blanca cetrilla, ojos verdes aceituna y  facciones delicadas. Tiene un aspecto descuidado, con el pelo lleno de hojas y enredad y con claros sintomas de estar aun medio empapada. Esta  vestida con una túnica recta de color verde con capucha;  tiene  una cota de cuero, una mochila entrecruzada y una llamativa vara de madera. Además en su cuello luce un collar de plata

Se acerca tranquilamente a sus compañeros y sonríe a la, para ella, desconocida - Saludos - dice simplemente mientras se coloca junto a Marçao, dejando a Garland junto a Brielssa y soltando sus cosas junto a sus pies.

En silencio observa a los hombres de la mesa con curiosidad mientras se quita la mojada capa.

Marçao se gira hacia la valkyria No tienen caballerizas, ni cobertizos, con lo que los animales estarán al raso que os parece si intentamos preparales algún techado temporal... por cierto ella es Rachet y los dos de allí son Yorash el que esta sentado y Olonheint... tras esto vuelve a salir del edificio para volver con la silla y los pertrechos pasado un rato...

Dime que tienes comida caliente tabernero, estoy hambriento y este frío me va a matar... suelta la silla de montar en una esquina con estruendo mientras desviste gran parte de sus empapadas ropas...

 El taberna, sin dejar de mirar a vuestra rubia compañera te responde:

  - Puedo prepararos algo de comer caliente... sopa y un estofado, tambien tengo algo de carne aunque no mucha. - El Posadero espera vuestra respuesta.

Sonríe a los desconocidos y tiende la mano a Rachet - Mi nombre es Sahsnôt, un placer conoceros.

Se gira hacia el tabernero - A mi me gustaría algo de sopa caliente, por favor. ¿Vosotros qué quereis? - pregunta mirando a sus compañeros

- ¿También sois viajeros, Rachet? Veo que vais armados...- comenta sin darle la menor importancia

Al entrar la hermosa Rubia no pude evitar ver la mirada masculina de Yorash…Hombres!

Saludos Sahsnôt tambien es un placer conoceros. Somos viajeros, sí, nuestras armas son necesarias en estos tiempos difíciles.

- ¿Venis desde muy lejos? - Sahsnôt apenas se da cuenta, y si lo hace, no le da importancia,  a que la gente le mire fijamente.

Ciertamente yo estoy lejos de mi tierra, vengo de Evhessae –bajo la mirada y la vuelvo a subir- Aunque el reino de Erladam no es muy lejano a mis bosques poco sali de los mismos, lo mucho que alcance a conocer fue los territorios de Ymalt; sin embargo por los ataques e invasiones me toco salir de mi tierra. Trato de ocultar mi dolor al hablar del tema, sin embargo se que eso, para nadie es un secreto. De donde vienen ustedes?...