-Habló de una familia de vampiros que habían desaparecido del mapa. Decidió aclarar, antes de asentir y suspirar sin decir nada más sobre lo siguiente. Un encogerse de hombros cuando Angelo le habló sobre la sangre, pues no entendía de aquellas cosas le indicó al vampiro que Aoi prefería no opinar sobre lo que no entendía.
Los ojos de Aoi se abrieron de par en par mientras los colores aparecían en sus mejillas pues la declaración de Angelo y su movimiento le tomó completamente desprevenido. Se apartaría rápidamente mientras escuchaba al chico decir que era broma y rió nerviosamente unos segundos antes de ponerse serio de nuevo. -Más te vale... No le digas a nadie que pertenezco a ese lugar, no quiero perder el cuello. Se levantó del sofá y se dirigió a la puerta. -Volveré mañana por la mañana a la base, creo. Espero que mi estancia en la mansión no sea muy larga. Por mi bien.
- Oh... Sí, tal vez se refería a mi... - aseguraría Angelo, siendo que seria mucha coincidencia que hubiese otra familia de vampiros repentinamente asesinada.
En todo caso, el vampiro disfrutaría de bromear una última vez con el chico antes de hacer un gesto con cerrar sus labios.
- Tranquilo: yo también me tomaré un tiempo en regresar. Si en algún momento necesitas ayuda con algo... Tienes mi número.
De ese modo, ambos abandonarían el karaoke antes de separarse y tomar sus propios caminos.
Dado que no había recibido un mensaje directamente, Aoi podía deducir que Hanzo no tenía prisas por reunirse con él, por lo que podría tomarse algo de tiempo libre antes de volver a la mansión, pero tarde o temprano terminaría regresando al lugar de sus pesadillas donde por suerte no se toparía con ninguna figura destacable de camino a la habitación del hermano mayor.
Al abrir la puerta, encontraría al hombre que le había llamado sentado frente a su escritorio, donde con una mano tomaba notas en un papel con lápiz mientras con la otra manejaba un portátil donde tenía colocada la vista. A diferencia de Luck, la habitación de Hanzo se asemejaba a la de alguien especialmente estudioso, con grandes estanterías repletas de libros variados, herramientas de investigación, entre otras cosas al que solo un genio les sacaría provecho realmente. No podía faltar una buena cama en ninguna habitación de la mansión, excepto por supuesto en la suya: en lugar de tener algo que ocupase espacio como eso, Hanzo tenía rincón apartado para colocar su saco de dormir, siendo alguien que aprovechaba el espacio al máximo provocando también que hubiese el espacio exacto entre muebles para andar sin tropezar con nada, pero a la vez muy limitado.
- Hola, Aoi. ¿Necesitas algo? - pese a haber sido el que lo había llamado, Hanzo no parecía recordarlo, siendo conocido por Aoi que el chico sufría de problemas de memoria muy específicos debido a su quirk. Por suerte, no necesitaba nada más que explicárselo para que el chico fuese conectando todo. -. Ah, cierto, el informe que le diste a padre sobre el grupo del enmascarado... Me pusieron a planificar anticipadamente como podríamos actuar en el futuro, y quería terminar de aclarar unos detalles contigo. ¿Tienes tiempo?
-Gracias, nos hablamos.
Al final terminaría volviendo a la mansión, evitando pasar por su habitación y aclarándoles a las sirvientas que primero debía atender al hijo mayor, pues estas ya estaban listas para someterlo de nuevo a la torturañ. Agradecía mucho poder mantener comida en su estómago y sistema digestivo de manera normal por ahora, ciertamente.
Tocó la puerta y pasó, sonriendo a ese chico que estudiaba con ahínco. Era el único de los hermanos que realmente podía decir que le caía bien. Su pequeño remanso de paz.
-Me llamaste tú... Le recordaría con suavidad, sentándose en una silla auxiliar que tenía eficientemente doblada entre dos muebles y ocupando así el poco espacio de paso restante. -Sí, tengo tiempo. Dime, ¿Qué más necesitas saber? Tengo todo el tiempo del mundo, incluso la noche si quieres. No era insinuación, Hanzo sabía perfectamente que Aoi se refugiaba en esa habitación cuando las cosas se ponían demasiado turbias con cierto hombre desde que era pequeño, aunque desde que cumplió los quince ya no se lo permitía... ¿Serían ordenes de Nobunaga directamente?
- Sabes que no puedo ocuparte todo el día, y aquí no tienes sitio para dormir - aclararía sabiendo que Aoi era consciente de que ello, aunque tampoco descartaba que el padre de Hanzo realmente fuese el responsable de que no pudiese usar aquel sitio como refugio por largos periodos. -. A ver...
El hombre alcanzaría otra libreta de su escritorio junto a un bolígrafo, girando la silla para orientar su vista directamente hacia el chico.
- Quería hablarte sobre la información que diste a padre sobre el grupo que estas investigando, y hacer algunas preguntas para completar mi rompecabezas... Para empezar, más allá del oficio que compartieron algunos en los laboratorios, ¿Cómo describirías la relación entre ellos? - Aoi sabía bien que Hanzo era por mucho la persona más gentil y agradable de aquella enfermiza familia, pero al final de cuentas era la mente maestra que hacía funcionar los planes de su padre, explotando cada detalle... -. Entiendo que Sora tiene novio, ¿opinas que uno se entregaría si lo amenazamos con el otro? Además de ellos, ¿Otros tienen una fuerte conexión? ¿Todos ven a los sujetos de los experimentos únicamente como armas? De entre aquellos que tienen alguna conexión, ¿Cuál dirías que seria el más fácil de dominar para usarlo de amenaza contra el otro? Si Jess es básicamente una niña, debe tener a alguien que considere una figura materna o paterna, ¿tienes idea de quién puede ser? ¿Qué pinta el amigo de Luck en todo esto? - inconscientemente, había empezado a usar su quirk para armar preguntas y empezar a deducir respuestas incluso antes de que Aoi respondiese, pero aún así esperaría que el chico le siguiese el ritmo y le fuese respondiendo para no freírse el cerebro tan pronto.- ¿Qué piensas y sientes tú de cada uno de ellos...?
Suspiró y sonrió negando. -Sabía que dirías eso, no hace falta que lo verbalices era una broma. Se recostó en la silla escuchando a Hanzo y cuando vio que empezaba a usar inconscientemente su Quirk, se levantó y le puso un dedo en la frente.
-Para. Hablaré yo y tú solo anota lo que diga. No pienses en lo que estoy diciendo ni en lo que escribes hasta que termines... O sabes bien que no acabaremos ni mañana. Suspiró y se sentó de nuevo en la silla, preocupado. Por mucho que Aoi fuera un esclavo de esa casa y tuviera criterio y pensamiento propio, su lealtad se la debía a Nobunaga aunque el orgullo le doliese años atrás. Seguía siendo marioneta de ese hombre y como tal, no le importaba realmente dar información sobre los "compañeros" que tenía. -Zeus solo quiere un fin y para ello tiene "medios" que somos nosotros. Gabriel, da la sensación de buscar una familia, o al menos camaradería. Cercanía con alguien. Lo ha conseguido con Sayomi o eso parece. Jess ve a Sayomi como su madre, aunque Sayomi no le permite llamarle así, intenta que la niña no cree un vínculo muy grande... Aunque eso parece un imposible. ¿Quizá es Sayomi la que no quiere crear ese vínculo y no lo está consiguiendo? De cualquier modo esos tres parecen familia.
Luego están Void y Kurai. Void es un Slime algo extraño pero parece tener apego por Kurai y viceversa también funciona igual. Ambos se llevan bien con los demás pero entre ellos creo que hay algo más. Sobre Sora y su novio, bueno, no hay mucho que contar que no te plantees ya tú solo. Creo que su chico se entregaría sin dudar por Sora mientras que Sora... si bien lloraría mucho después, no dudaría en vender a su pareja si no tuviera ninguna otra opción viable para su fin. Porque quiere ser villana. Si no hiciera eso, no tendría sentido ir por ese camino.
Angelo no pintaba nada en todo esto, digamos que robamos el mismo banco y se unió a la fiesta por no tener donde caer muerto.
Terminó de explicar todo y en cuanto Hanzo escribió la última letra, le cerró el cuaderno rápidamente y le puso el dedo en la frente de nuevo. -Es todo lo que pienso, ahora, aunque sea, tómate cinco minutos y cuéntame qué ha hecho hoy Nobunaga y si está por un casual agotado. Lo miró seriamente.
El gesto de presionarle la frente con el dedo y darle aquellas indicaciones harían que Hanzo se quedase viendo a Aoi momentáneamente con esa habitual expresión cansada, con la cual no tardaría en asentir empezando a anotar lo que el chico le iba contando, limitándose a copiar con detalle para ya luego tener tiempo de analizarlo.
- Hmph... - entonces, el chico pediría información de vuelta tras cerrarle la libreta, ante lo cual Hanzo guardaría silencio nuevamente antes de, inevitablemente, sacar alguna deducción. - Hiciste un trato con Luck, ¿no? - entre haber llamado anteriormente al pelirrojo y que este le hubiese contado quien sabe que cosas, y el interés de Aoi por el estado de su padre, le hicieron fácil ver por donde iba. - Hoy se reunió con un grupo de mercenarios para contratar sus servicios y tener quirks útiles cuando vayamos a atacar al grupo... Hasta ahora no ha actuado fuera de lo "normal": supongo que Luck hará lo que sea que acordaron cuando vaya a cenar, lo que debería estar haciendo justo ahora... No se que te hizo hacer ni que le hiciste para enfadarlo tanto, pero Luck no faltaría a su palabra apropósito, por lo que si seguramente hoy tengas una noche tranquila.
Repentinamente, alguien empezó a golpear la puerta, pudiéndose escuchar la voz de una de las sirvientas.
- Sakurada-san, Nobunaga-sama desea verlo en la piscina luego de cenar - cómo siempre, no podría pasar mucho tiempo dentro de la habitación de Hanzo sin que él o alguien más le impulsase a salir. - Por favor, salga en los próximos 5 minutos.
Por su parte, Hanzo recostaria la espalda en su asiento y dejaría la libreta en su escritorio.
- Bueno, tal vez tengas que soportar un poco hasta que lo de Luck surta efecto...
Suspiró y asintió justo antes de escuchar la petición de una de las sirvientas y poner cara de derrota total. - Buenas noches, Hanzo. No te sobre esfuerces demasiado. Eres el único Nobunaga que vale la pena de esta mansión. Tras decir eso, sonrió y se levantó dejando la silla plegable en su sitio para que Hanzo volviera a tener todo en su lugar. -Nos vemos.
Abrió la puerta y salió junto a la Sirvienta, en dirección a su habitación para someterse a la tortura de vaciarse por completo y ser limpiado hasta la saciedad. Momento en el cual se pondría la bata estando aún totalmente desnudo y caminaría por el pulcro pasillo descalzo. Había pasado una hora desde que le habían llamado, el proceso había sido mucho más agresivo en ese momento por falta de tiempo y sentía que su estomago le iba a matar pero no podía hacer nada. Intentó mantener la compostura aunque lo cierto era que las piernas le temblaban un poco por la enorme tortura que acababa de sufrir.
Sin decir nada a nadie y atendiendo a la rutina de siempre, subió a la parte alta del tanque, se retiró la bata y de manera muy suave entró en el agua dejando aparecer su cola. Pronto sus ojos se fijaron en el hombre que había sentado en el sillón... Llegaba tarde a la sesión, tragó saliva y comenzó la función. Esperaba que Hanzo tuviera razón y Luck lo hubiera drogado porque si no, habría castigo para el por tardar y más tarde sería su infierno personal.
Al asomarse por la pasarela Aoi podría ver al hombre en su asiento frente al enorme tanque de agua, visiblemente algo impaciente mientras meneaba una copa de vino. Su expresión de molestia se borraría de inmediato al ver al tritón tomar su forma al entrar al agua, deleitandose con su figura descendiendo entre la fauna controlada de aquel espacio para hacer su llamativa danza.
Justo ahora no parecía que fuese a darle importancia al retraso, incluso era factible decir que haberle hecho esperar solo hizo que disfrutase más del show, al punto de que no tardó en levantarse tras dejar su copa en la mesa y empezar a subir las escaleras como de costumbre.
Ahora era cuando llegaba a la pasarela y Aoi iba a recibirle, dejandole ver su rostro de cerca y perderse en sus brillantes ojos, pero esta vez fue un poco distinto...
Cuando el tritón subió a la superficie, se encontró a Nobugana quitándose el traje, calzado, camisa y pantalón. Quedando en nada más que una prenda de ropa interior, bajaría por las escaleras que daban al interior del tanque hasta sumergirse hasta el pecho, momento en el que apoyaria los codos sobre la pasarela detrás de él para mantenerse a flote sin mucho esfuerzo.
- Oh, si... Esto es lo que necesitaba... Desde hace rato siento como si mi cuerpo flotase: entrar en el agua lo hace perfecto, y más perfecto al tenerte a ti junto a mi, Aoi-chan - diría el hombre en cuyo rostro se podían ver pequeños gestos somnolientos. - Ven aqui: necesito mirarte de cerca...
Nobunaga se levantó más rápido de lo usual, pero si iba a subir como de costumbre, nada cambiaba el hecho de que debía ir a atender a su amo por lo que ascendió hasta la zona designada y allí se encontró a Nobunaga... ¿Quitándose la ropa? Eso era nuevo, tan nuevo que se apartó y se hundió bajo el agua hasta que el hombre se metió y se dirigió a uno de los bordes, comenzando a hablar.
Podía escuchar perfectamente lo que decía el hombre, desde abajo, lo veía flotar en el agua, sujetándose del borde. Esperó unos segundos, dubitativo pues se sentía casi amenazado en su propio hábitat. En una piscina que había sido suya por años... ¿Por qué estaba ahora él ahí dentro? Ese lugar era su santuario, su protección... Como animal asustado, Aoi se había refugiado entre algunas rocas y algas falsas que reposaban en el fondo. Al menos hasta escuchar la orden de su amo. A una orden no podía decirle que no, tenía grabadas en su memoria las consecuencias de un no.
Emergió con suavidad, al lado de Nobunaga. Su mirada era completamente esquiva y por los gestos que hacía, su dueño podría ver claramente la confusión y la ansiedad en su juguete. A Aoi no le gustaban las cosas nuevas sin aviso previo en esa mansión. Nunca traían nada nuevo.
El tiempo que me tomo a Aoi atender a la orden no fue molestia para su dueño, quien permanecía en uno de los bordes con una sonrisa de satisfacción y tranquilidad propia de alguien que no tenía preocupaciones en su vida, algo que no estaba alejado de la realidad.
- Ah... Nunca tengo suficiente de ti... - comentaría mientras pasaba a dejar todo su peso en un brazo para poder extender la otra mano hacia el rostro de Aoi, acariciandolo suavemente antes de irle impulsando a acercarse más, todo con el fin de juntar sus rostros y poder robarle un beso como ya estaba acostumbrado.
De su boca se desprendía olor a vino caro, natural teniendo en cuenta que habrá tomado para la cena y para ver el espectáculo, pero de lo que también pudo percatarse Aoi es de que sus movimientos eran más relajados y pesados. Parecía que la droga de Luck estaba haciendo efecto, pero... algo andaba mal.
- Aoi-chan~
De repente el hombre se dedico a encariñarse con el triton, soltando su agarre del borde para poder seguir sujetando a Aoi mientras la otra mano empezaba a explorar su pecho. Pronto los besos fueron descendiendo hacia su cuello, y de forma invasiva esa mano en su pecho pasó hacia su espalda antes de descender.
Mientras tanto, un enfadado pelirrojo que apenas iba pasando la molestia de la "cita" volvía a su habitación, yendo a su maletin de sustancias para guardar sus cosas.
- Maldita sea con esos dos: me la decontare tarde o temprano... - se quejaria antes de sacar el frasco de pastillas de su bolsillo y acercarlo a su sitio, solo para ver que ya había otro bote con tranquilizantes. - Espera, ¿que...? - fue entonces que Luck se detuvo a ver bien lo que tenia en la mano. - Oh, mieda... Aoi no me hará favores luego de esto - concluyo de inmediato tras leer "Vigorizantes".
En cuanto acercó su mano y comenzó a acariciarle, sabía lo que venía a continuación. Para su desgracia, huir no era una opción. Podía intentar ahogarlo pero ese tipo lo tenía ya agarrado, en segundos podría ser Aoi el afectado y no le valía la pena la ira de esa persona. Ya la había sufrido antes. -Estás... borracho... Era lo único que se le ocurrió decir antes de unir sus labios, quedándose completamente frío al sentir como las manos de ese hombre comenzaban a recorrerle el torso en consonancia con los besos, que cada vez descendían más. - Necesitas ir a dormir... Y yo tengo que ir a una misión mañana... Agradecía en ese momento estar transformado pues por mucho que Nobunaga buscase, en su trasero no encontraría nada pues la anatomía de una sirena no era la misma que la de un humano.
Aoi tenía sus manos sobre los brazos de Nobunaga, en un vano intento de que lo dejase estar sin llegar a la violencia.
-V-vamos... Prácticamente le suplicaba.
-Estoy más lucido que nunca... - aseguraría, siendo que ciertamente no era alguien de abusar del vino, pero no era consciente de que esta vez estaba bajo los efectos de la droga que accidentalmente Luck puso en su comida. -. Iré a dormir pronto, pero primero quiero pasar el rato contigo, Aoi-chan...
Ninguna de las palabras del tritón servían para persuadir a Nobunaga. Aún cuando su mano no encontraba la misma forma que el de un cuerpo humano, la sonrisa en el rostro del hombre no se borraba, saboreando su piel alrededor del cuello y los hombros mientras exploraba lentamente las escamas que conformaban la cola de Aoi. En esos momentos no era un problema a ausencia de piernas o trasero para acariciar, pues el rubio parecía encontrar placer en recorrer la cola con su mano sin ningún punto en específico al cual aferrarse. Fue entonces que el hombre no tardaría en buscar los labios de Aoi para otro beso profundo, a la vez que la mano que antes le acariciaba el rostro descendió a una de las de él para sujetarle y guiarle hacia abajo, donde le obligaría a posarse entre sus piernas -Mira como estoy por ti, Aoi-chan... Es como aquella vez que pude escuchar tu hermoso canto - compararía con una sonrisa de estasis, pasando a relamer los labios del tritón antes de descender un poco y poder empezar a lamer su pecho.
Cegado por el deseo, Nobunaga recorría el pecho del chico con su lengua, danzando mientras se confiaba en que Aoi lo sujetaría y mantendría a flote por encima del agua.
No era normal, era imposible... ¿Luck lo había vendido, cierto? se suponía que para aquel momento ya debería estar dormido, como poco mareado... Pero era todo lo contrario. Nobunaga seguiría tocando a Aoi de manera lasciva, las escamas del tritón eran cuanto menos resbaladizas y suaves. Nobunaga no tardó en acariciar por la parte delantera hasta encontrar entre unas escamas su apertura... El chico se estremeció, rápidamente apartó la cola todo lo que pudo mientras las aletas que le salían de la espalda como si fueran las alas de un hada marina acariciaban los brazos de aquel hombre que se sostenía en Aoi de manera involuntaria a causa del movimiento acuático.
- Por...fa Otro beso, profundo y agresivo como nunca lo calló mientras se veía forzado a tocarle la entrepierna. -Mmgh... Su mano se cerró levemente alrededor del bulto como el quería, mientras algunas lágrimas comenzaban a aparecer en sus ojos... Sentía que esta vez no le sería posible salvarse, se sentía atrapado. ¿Igual que cuando cantó? No... Aquello era mucho peor de lo que había imaginado. ¿Qué droga le había dado Luck? Si esa era su venganza, sin duda había cruzado una línea terrible e irreparable... En cuanto aquel hombre se decidió a lamerle el pecho, -¡NO! la ansiedad que desde hacía un rato gestaba detectó el peligro inminente y se disparó en forma de empujón, apartando al hombre de si mismo para sumergirse lo más rápido que pudo y nadar hasta la esquina más alejada y profunda de la enorme pecera que era aquel lugar.
Su pecho no dejaba de agitarse con mucho miedo, era un animal acorralado que sabía que tarde o temprano terminaría siendo comido... El instinto de supervivencia era algo inherente y posiblemente para el depredador aquello solo hiciese la cena mucho más entretenida.
Sentir el tacto de sus aletas acariciando sus brazos mientras disfrutaba del sabor de su pecho, todo dibujaba una expresión de satisfacción en Nobunaga quién nunca tendría suficiente de esas sensaciones. Fue entonces que el temor y pánico pudo con el tritón, quién consciente de que no podía acabar con el hombre recurrió a refugiarse en las profundidades de la pecera. Verlo alejarse haría cambiar el rostro de Kazama, decepcionado al ver al tritón arrinconarse en un sitio donde humanamente no era buena idea sumergirse con la respiración acelerada que tenía.
-No seas así, Aoi-chan... - se quejaría antes de dirigir su mirada hacia uno de los sirvientes que, desde una de las esquinas del salón, espectaba todo en silencio por si su amo necesitaba de algo. Un gesto de mano del rubio bastaría para que el hombre asintiese y enviase una orden por radio, siendo que tras pocos segundos unas pequeñas compuertas empezarían a abrirse en el fondo de la pecera. El agua rápidamente empezó a drenarse como parte del mecanismo de limpieza, siendo que la distinta fauna de su interior había sido entrenada por la fuerza para escapar a tiempo mediante otras compuertas que les llevarían a pequeños espacios donde esperar hasta que se volviese a llenar el tanque, con el detalle de que no había ninguna suficientemente grande para Aoi, pues el diseño no estaba pensado para usarse con él dentro.
De ese modo el agua fue descendiendo más y más hasta que Nobunaga pudo posar los pies sobre el suelo de la pescera, caminando hacia el tritón quién ahora apenas y tenía agua para mantener su forma.
-Así esta mejor, ¿verdad? Solo tú y yo... - viendo el haber vaciado la pecera como una forma de privacidad, Kazama no tardaría en sujetar a Aoi del cabello tras pararse delante de él, y obligarle a presionar el rostro contra él al nivel de su cintura -. Vamos, Aoi-chan... Se que disfrutarás de esto~
Con un simple gesto de Nobunaga, el sirviente que sería testigo abrió las compuertas para la limpieza de la pecera. Aoi sabía que aquello pronto acabaría con su escondite, aunque el miedo le impedía moverse. Podía ver como Nobunaga descendía junto con el nivel del agua, hasta que este pudo ponerse en pie sobre la arena. Con otro gesto, el agua dejó de drenarse dejando como resultado el nivel a la altura de las rodillas de aquel hombre que se acercaba poco a poco hasta que le agarró del cabello para tirar de el y encararlo con su cintura. -Lo... Lo siento... Se sentía impotente, retrocedía en el tiempo con ese hombre. La frialdad o la seguridad que lo caracterizaban se suprimía ante un ser que tenía toda la fuerza y la potestad de hacer con el lo que le gustase. Nobunaga estaba molesto por su huida. Los quejidos de Aoi serían desoídos mientras volvía a sujetarlo del pelo. Ya no había escapatoria. Cuando se dio cuenta de ello y lo aceptó, aún con lágrimas en los ojos se aferró al hombre para que no le doliera tanto el tirón del cabello. -Por favor... Ni siquiera sus poderes lo sacarían de esta pero... ¿Podría ganar tiempo? prefería un duro castigo a lo que pretendía en ese momento. Ese hombre no estaba en sus cabales.
El agua comenzó a arremolinarse alrededor de Nobunaga, con la esperanza de poder encerrarlo en la esfera acuática, no sin antes gritar. -Alguien... ¡AYUDA POR FAVOR!
Motivo: Tirada de Inteligencia para mantener la prisión
Dificultad: 0
Habilidad: 0+12
Tirada: 7 9 10
Total: 9 +12 = 21 Éxito
(No he colocado aún las habilidades subidas de nivel, pero lo aplicaré aquí)
Estoy en forma de sirena Nivel 3 así que actualmente tengo:
+3 a tiradas de Físico.
+2 a Inteligencia.
+1 de Absorción.
+2 en Seducir, Música y Nadar.
Prisión acuática Nivel 3:
Aoi da forma a una esfera de agua rotativa sobre un objetivo, provocando 3d6+1 de daño al atraparlo y 2d6 cada turno que permanezca dentro.
Un objetivo atrapado debe superar en una tirada de Fuerza (o Inteligencia, si aplica) una de Inteligencia de Aoi para poder liberarse: de no lograrlo, continuará ese turno encerrado en la esfera, lo que le impedirá moverse pero no de hacer uso de sus poderes.
Forma de Sirena
Si Aoi tiene a su alcance una cantidad de agua mayor a un tanque, puede ampliar el radio de la esfera a 6 metros y atrapar a varios objetivos, obteniendo un +5 en su tirada enfrentada para retenerlos pero también costándole el doble de energía.
___________________________________
Tiene que superar un 21 con fuerza. (Que seguro lo hará, pero le ha dado la oportunidad de gritar de esta manera XD..)
Las suplicas usualmente no servían con aquel hombre, y aquella ocasión no seria la excepción, siendo que incluso se podría afirmar que ver a Aoi tan desesperado solo alimentaba las ganas del hombre de continuar. No obstante, el tritón se adelantaría con una jugada arriesgada para ganar tiempo, usando el agua del estanque para formar una gran esfera alrededor del cuerpo de Nobunaga. Los ojos del hombre se abrieron como platos mientras intentaba abrirse paso desde el interior de la burbuja, pero la fuerza de esta lo empujaba nuevamente hacia adentro, siendo que no era el tipo de persona con el físico para poder enfrentar una corriente de agua como esa.
Los gritos de auxilio de Aoi no se hicieron esperar, mientras el sirviente a las afueras del tanque iba tomando nuevamente su radio, esta vez para reportar el ataque por parte del peli-azul hacia el amo de la mansión. Por fortuna para Nobunaga, alguien ya se había adelantado a aquella situación, siendo que los pasos de alguien descendiendo por las escaleras del tanque resonarían en su interior.
Aquel chico de cabello castaño y vendajes en los brazos y torso descendía con los pies descalzos hasta llegar al fondo del tanque, sintiendo la arena antes de avanzar hacia donde estaban los otros dos.
- Hanzo me envió, Aoi. Déjalo salir: yo me haré cargo ahora - Raiden, fácilmente la persona que más odio le tenía al hombre rubio luego de Aoi, al final era uno de los pocos que podía ponerle una mano encima al amo sin ser brutalmente reprendido por ello, sobre todo si venía bajo consejo de Hanzo, el más confiable de aquel sitio.
Motivo: [Nobunaga] Liberarse
Dificultad: 21
Habilidad: 6
Tirada: 7 8 9
Total: 8 +6 = 14 Fracaso
El corazón le iba a mil, sentía que no podía respirar, la ansiedad le estaba ganando pero por suerte, Nobunaga no era alguien que tuviera fuerza suficiente como para librarse de su esfera en esos momentos. Si no fuera porque sabía que ese hombre tenía otras armas bajo su manga, lo habría hecho hacía tiempo. ¿Era esta su oportunidad? Tenía miedo sin duda pero... Si esto era su pase hacia la libertad no podía perd...
Raiden apareció y le dio algo de sensatez, por muy Drogado que estuviera, Nobunaga no era quien era por tonterías, si seguía manteniéndolo así, el castigo le costaría caro. La esfera se deshizo mientras el pánico se apoderaba de Aoi, que se encontró temblando. Por mucho que Nobunaga hiciese caso a Raiden y este lo mantuviera a raya... Había hecho algo imperdonable.
No podía ni hablar y tampoco moverse pues había el agua justa como para mantener su forma de sirena.
El hombre caería al suelo luego de que la burbuja desapareciese, tosiendo un poco de agua antes de levantarse mientras intentaba recuperar la compostura, totalmente empapado. Contrario a lo que cualquiera esperaría de esa situación, la mirada del hombre no reflejaría molestia ni odio, todo lo contrario: una amplia sonrisa se dibujaría en sus labios, y una mirada afilada se clavarían sobre el tritón. Aoi sabía reconocer bien esa expresión, la peor que podía ver en el hombre luego de su ira sin control: se sentía desafiado.
- Eso no estuvo bien, Aoi-chan... - y entonces, apretaría los dientes con rabia, revelando ahora sí una evidente molestia por aquel acto. -. ¡Te enseñaré cual es tu lugar, y que debes obedecer...!
¡Tap...!
Un golpe seco y preciso resonaría entonces en la espalda del rubio, producto de un veloz ataque con el dorso de la mano por parte de Raiden, provocando que inmediatamente Nobunaga perdiese la compostura y, a los pocos segundos, cayese inconsciente al suelo. Es entonces cuando el sirviente de afuera termina de hacer el llamado a otros sirvientes y a la seguridad de la mansión para que fuesen a asistir al amo, mientras el hijo se limitaba a sujetar su cuerpo para sentarlo contra una pared y que de ese modo no se ahogase.
Definitivamente Raiden se acababa de ganar tantos problemas como tendría Aoi cuando Nobunaga despertase, pero si venía por Hanzo entonces el hijo mayor seguramente tendría algo preparado para que ambos saliesen medianamente ilesos... Pero los problemas del peli-azul estaban lejos de terminar.
- ... - luego de dejar al rubio en su sitio, Raiden se acercaría al tritón. Sin mediar palabra, le miraría durante algunos segundos desde arriba, y poco luego de que el chico abriese la boca el luchador no dudaría en propinarle una patada de costado, tirándole a un lado. -. ¿Quién te crees para desobedecer a padre? Seas su herramienta, su mascota o su puta: si te ordena algo, obedeces - declararía con frialdad antes de disponerse a lanzar otra patada al chico mientras seguía en el suelo.
Motivo: [Raiden] Patear a Aoi
Dificultad: 0
Habilidad: 15
Tirada: 1 1 6
Total: 1 +15 = 16 Éxito
Motivo: [Raiden] Patear a Aoi [Combo]
Dificultad: 0
Habilidad: 15
Tirada: 1 4 8
Total: 4 +15 = 19 Éxito
Objetivo: [Raiden] Daño
Tirada: 2d6
Tirada: 1 4
Total: 5 = 5
Objetivo: [Raiden] Daño [Combo]
Tirada: 2d6
Modificador: 1
Tirada: 3 5
Total: 8 +1 = 9