Partida Rol por web

- Paseo por la Ciudad. Y hago preguntas a extranjeros que causan problemas. ¿A quién sois leal, Ser William? ¿Qué casa respalda ese título? Nunca he oído hablar de vos...

Es una extraña afición la vuestra... aunque si he de responder, he de decir que no fue nuestra intención Comienzo señalando a Agustus en este punto. causar problemas en una ciudad que me es desconocida. De hecho nos dirigíamos en este momento camino a nuestro alojamiento.

Hago una pausa, respiro hondo, y respondo a las preguntas iniciales.

Soy leal a mi propio camino, Ser Loras, aunque trato de no procurarme enemigos a la ligera. Respondo con cierta tensión. Es normal que no me conozcais, pues aun no he llegado a inscribirme en ningun torneo por esta zona. Añado con evasivas, haciendo caso de las advertencias de mi escudero y evitando responder sobre la casa Ladybridge dada la extraña naturaleza del interrogatorio.

- Vaya, vaya, vaya... ¿Sois un Caballero Errante? ¡Como en los cuentos de las viejas amas!. Bueno, creo que podremos solventar ese asunto de no conocernos: Mañana, en el campo de torneos junto al río, William. Así no tendréis que esperar a ningún torneo.

Hace un gesto a sus hombres y se retira con paso tranquilo, desapareciendo entre las callejuelas.

Primero me asalta a preguntas y luego me deja con la palabra en la boca con un desafío... ¿Qué diablos se ha creido? Murmuro con bastante enfado para mi mismo conforme Ser Loras y su grupo se alejan con altanería.

En fin, mañana pensaré en esto con más calma. Creo que he tenido suficientes cosas en qué pensar por hoy. Comienzo a caminar una vez más, con pesadez, y con la mirada indico a Augustus que me acompañe por fin a la posada.

Augustus había permanecido en silencio, en segundo plano. Hubiera preferido de hecho no haber estado siquiera allí.

Sin embargo, mientras caminaban hacia la posada, repasaba sin cesar las pertenencias de su morral: Hojas de pergamino y plumas y otros adminículos de escritura. Y una sonrisa bailaba en su rostro, salpicada ocasionalmente por una sombra que cruzaba su entrecejo.

Al final, ya avanzada la noche y arreglados los asuntos más mundanos de alojamiento y comida, mientras ayudaba a Ser William a descalzarse, habló:

- Señor... Ser Loras es toda una leyenda ya en vida. Sus duelos y justas se cantarán durante generaciones, seguramente. Será para mi un honor serviros de escudero mañana y dejar constancia de vuestro lance con él.

Algo le reconcomía aún y no terminaba de sacarlo a flote. Guardó las ropas de Ser William, doblándolas con esmero, y contemplándolas con ojo crítico. Sacó su escuálida bolsa de monedas y miró la escasa calderilla que le quedaba.

- Señor, ¿tenéis algo de dinero? No podéis batiros con estas ajadas ropas de viaje. No sería elegante...

Loras, Loras... ahora que lo decís es posible que ya hubiera escuchado ese nombre antes. Reflexiono con la información de Black, unque realmente apenas me sonaba vagamente ese nombre.

Me tumbo bocarriba en la cama, con las manos tras la cabeza apoyada en la almohada. La pregunta de black era algo en lo que no me había parado todavía a pensar...

Las ropas están realmente en mal estado, pero ¿Qué opinas de la armadura? Al fin y al cabo esta vieja y abollada armadura me ha concedido ya alguna gran victoria.

Según la valoración de Augustus, mañana pensaré si puedo permitirme comprar algo. O tal vez pensaré en la manera de conseguir algo de dinero, ahora estoy cansado para seguir con ello.

Augustus desempacó la pesada armadura y con cierta maña la fue colocando en el suelo. Raspó algunas partes algo oxidadas y comprobó las abolladuras por dentro y por fuera.

- El acero es recio y la cota está bien trenzada. Otros hay que les gusta justar con armaduras cubiertas de apliques de peltre y oro. Ser Loras, dicen, luce una armadura tallada y cubierta de barnices de color en las Justas. Creo que, como los hombres, las armaduras no importa lo bellas que sean: Importa lo bien que aguantan los golpes de la vida.

El hombre se desvistió y, arrodillándose sólo con la camisola, comenzó a limpiar y pulir partes de la armadura con un trapo y un ungüento de un pequeño frasco que sacó de su petate.

- Aún así, hay ocasiones en que brillar un poco ayuda.

En cierto modo siento cierta lástima por Black. Probablemente sea por la falta de costumbre a tener un escudero pero se le ve tan servicial que me es dificil sentirme cómodo.

Está bien Augustus, Comienzo a decir cuando apenas ha comenzado a pulir mi armadura. pero no te esmeres en demasía, vos tambien debeis descansar de una jornada tan larga como la de hoy.

Me escabullo entre las sábanas y me acomodo dispuesto a dormir por fin.

Maldita sea, si había alguna pista útil sobre mi hermana mañana tendré que perder el tiempo con ese dichoso desafío. ¿Podría dejar a Ser Loras plantado? No... eso me traería problemas, y sería todo un deshonor... Maldita sea.

Los carros pasando bajo la ventana os despiertan a primera hora de la mañana. La ciudad ya lleva tiempo en marcha, y hombres y mujeres se dedican a sus quehaceres. El cercano mercado comenzaba a animarse mientras las dueñas y criadas llegaban a comprar. Augustus se desperezó en el suelo, envuelto en su capote.

- Buen día, Señor. Saldré a ordenar un baño y buscar el desayuno.

Se puso en pie de un salto y comenzó a vestirse.

Oí la voz de Augustus, mi escudero, me desperté pesadamente y me fui levantando poco a poco.

_Augustus, antes de que os marchéis necesito pediros consejo, he estado dándole vueltas a una duda que necesitaría consejo, ¿creéis que sería buena idea ir al torneo a conseguir monedas? nos descubrirían, pero seguramente ese dinero lo necesitemos para nuestra misión, y tu eres alguien de confianza, necesito un sabio consejo, ¿vosotros que haríais en mi lugar?- dije un poco preocupado dado que se nos agotaba el tiempo poco a poco.

Dejo que se caiga la capa que estaba doblando mirandole entre asombrado y estupefacto.

Mi señor sois un gran guerrero y podeis ganar el torneo. Dinero que os servira para muchas cosas.
Obviamente deberiais competir, pero tambien debeis sopesar si que os puedan descubrir, la sangre que teneis puede que los Tyrell la quieran

Pero si yo fuera vos, iria a ese torneo

Mire por la ventana, pensando en el futuro duelo que tenía con Ser Loras dentro de pocas horas y se me ocurrió una idea.

_Ayer me dijisteis que Ser Loras era alguien importante aquí en la ciudad ¿no?, quizás este duelo pueda ayudarme en cierta manera a los propósitos de unirme al torneo y ganarlo para lograr el dinero y seguir con la búsqueda, según me dijisteis, era un hombre y una mujer que siguieron a una dama con unos rasgos parecidos a los míos, si teníais razón necesitaremos el dinero más que seguir la búsqueda y poner en riesgo la misión por no presentarme al duelo con Ser Loras, si no hay nada más que hablar comeremos, me duchare, me colocareis mi armadura y mi espada y nos dispondremos a ir a por Ser Loras, no hay tiempo que perder mi querido Augustus -dije con una sonrisa y me empecé a reír mientras me empecé a vestirme con la ropa rudimentaria de siempre.

Mi señor, Ser Loras es el tercer hijo del Señor de los Tyrell. Es mas que un caballero importante.
Debeis saber que suele vestir con armaduras muy ornamentales simbolizando planta  y que sus capa suelen ser de flores de ahi su apelativo de Caballero de las Flores.

Me quedo pensativo unos segundos antes de ayudarle a comenzar a vestirse.  Os bruñire la armadura antes de que vayais al combate que vean lo que podeis dar.  Averiguare que usara Ser Loras para el combate.  Dicho esto salgo corriendo para pedir un desayuno y un baño caliente hoy comienzan a escribirse nuevas historias.

Mire como Augustus se iba y yo me quede ahí, de pie, esperando que Augustus volviera con la armadura, el desayuno y el baño.

_Espero que Ser Loras sea muy orgulloso, lo necesitare para mi duelo.

Pensé mientras miraba la puerta por la que había salido Augustus esperando que volviera.

Augustus tarda un poco, pero vuelve con una bandeja llena con comida, un para de trapos para poder lustrar la armadura y un pequeño paquete que deja entre sus cosas

Mi señor, por lo que he oido. Ser Loras va a participar con una yegua de color blanco y que su hermana estara entre los que observen el torneo. Seguro que desea coronarla la reina del mismo.

Escuche todo lo que dijo Augustus, sería interesante ver si la hermana de Ser Loras era bella dama o si por el contrario era una aberración, sin duda Ser Loras tendría la motivación de tener a su hermana cerca, así que me dispondría a tener la mentalidad puesta para el combate.

Esperemos que su yegua este en celo o algo por el estilo, sin embargo, aun tengo posibilidades de ganar, seguro que todo saldrá bien Augustus.

Mi señor, por lo que he oido, es muy probable que este en celo y eso le ayude con los caballeros que lleven machos como monturas. Le miro y me quedo pensativo.
Se que le podeis ganar y tal vez, solo tal vez...Una sonrisa recorre mi rostro, Estoy seguro que ganareis, desayunad os hara falta.

Asenti con la cabeza y me dispuse a comer, sin duda estaba habriento, ademas, necesitaria fuerzas para lo que me esperaba, no debia confiarme, ademas, estan la hermana de Ser Loras, si es una belleza, podria cortejarla.

Augustus vuelve tras un rato y viene con un paño que usa para darle un bruñido a la armadura.

He conseguido que os dejen otra yegua para vuestro combate, no pregunteis como. Es un secreto de poeta, podreis usarla en el combate de Ser Loras, lo unico que debeis hacer luego es hacer que una dama sea la reina del Torneo si ganais. 

Que estoy seguro que lo hareis.

Me quede pensativo con un poco de duda, entendí lo que dijo Augustus pero era algo extraño.

¿Os estáis refiriendo a que debo tomar a una doncella?

Mire un poco extrañado a Augustus, pero a la vez seguía contento por el tema del torneo.