Partida Rol por web

El machete de Boring se hunde donde debe estar el corazón de Chango, ahora ya no se defiende y sale un fetido último aliento de su monstruosa boca

Lady Cottonwell se acerca a Molly: Tranquila querida, te sacaré de ahí. Revisó la red y se acercó a la zona donde se incrustraban en la pared, una especie de clavos, trató de sacarlos con el machete haciendo palanca. Trataba de sacarla rápido, así que me concentré en sacar al menos varios de los clavos, si no todos.

Tras trabajar con el machete la red se corta con bastante facilidad, aunque parecía metal no es tal cosa sino otra especie de material, muy resistente a la presión pero no tanto al corte, y muy ligera

Pese a que Chango esta muerto su brazalete sigue emitiendo unos pitidos agudos, cada vez con mas insistencia

Molly se apoyó en su señora, se sentía muy débil.

- Gracias Milady, creo que deberíamos salir cuanto antes de aquí. Esos sonidos agudos me dan muy mala espina, creo que puede ser peligroso continuar en este lugar.

Boring se levantó sudoroso y lleno de aquel apestoso líquido verduzco. Estaba extasiado Miró el brazalete y no se lo pensó dos veces. Se agachó y trató de arrancárselo. Su vena investigadora había salido, necesitaba una prueba que mostrar a la gente cuando volviera a la civilización. - Saque a Molly de aquí, Lady Cottonwell. Yo voy a coger esto. -Y señaló el brazalete.

Pese a los intentos de Boring no consigue sacar el brazalete, está unido a una especie de armadura de malla que viste Chango, como la red de un material muy ligero pero muy resistente, aunque podría cortarlo con el cuchillo con algo de trabajo

Molly se movió hacia la salida lo más rápidamente que le permitían sus heridas, ayudada por Lady Cottonwell. Miró con repulsión a la criatura que tanto los había atormentado al pasar inevitablemente a su lado para atravesar la puerta. El pitido cada vez la ponía más nerviosa, quería salir de allí ya, y respirar de nuevo aire puro.

-Señor Boring, déjelo y salgamos de una vez. Si quiere algo de la criatura, coja el disco, pero no pasemos más tiempo aquí. Algo no va bien, lo presiento.

- ¡Vamos! ¡Deje eso ahora y salgamos de aquí! Estoy de acuerdo con Molly, ese pitido me está poniendo muy nerviosa. Además ya está muerto, cuando volvamos a lugar seguro vuelva si quiere, tiene este enorme trasto entero para usted. dijo mientras ayudaba a Molly a salir y respiraba un poco más aliviada de ver muerto a aquel horrible ser. Al final no era un dios... pensó tristemente al ver cómo una especie de sangre emanaba del cuerpo.

- Maldita sea -masculló Boring entre dientes. Aquello no salía pero tenía el machete a mano. Pero, como a Molly, aquello no le daba buena espina tampoco. - De acuerdo, vayámonos de aquí. - Pensó que siempre podía volver otro día con la cámara para tener un testimonio visual de todo eso. Se levantó, cogió el disco y el rifle que el monstruo le había quitado, y salío el primero.

Salís del vehículo de la criatura a la intensa lluvia tropical, un deslizamiento de tierra ha dejado un camino practicable para subir la pared del cañón con relativa facilidad

Y no demasiado pronto, porque cuando apenas os habéis alejado unos pasos del cañón de este surge una explosión con una potencia superior a la de cualquier artillería conocida, lanzandoos varios metros por el aire mientras chamusca vuestro pelo y espaldas

Tirados en el suelo embarrado, con Molly inconsciente, os encuentra Rumbidzai y sus nietos. La anciana cura vuestras heridas lo suficiente para poder seguir vuestro camino hasta Makurdi tras descansar dos días.