- Edmund Cottonwell, hoy será mejor que te bebas un buen vaso de whisky y te des un baño frío. Y más vale que salgas rápido de mi cama o no respondo. dijo en un tono normal, ni alto ni susurro, pero sí muy seria y enfadada, aunque con su serenidad normal.
Tranquilo, es normal, a veces pasa ^^
No te preocupes, me quejé de broma ;) Aunque así mejor :P
Edmund retira las manos sorprendido y te mira en la penumbra, aunque no puedes ver su expresión te la imaginas facilmente
-¿que?, pero... ¿a que viene eso querida? tu.. ¿no estarás en uno de esos días?- la última pregunta vuelve a hacerla susurrando, pero mantiene las distancias, parece bastante confuso sobre tus razones
- Pues no. Estoy molesta contigo, Edmund. Y ya que no lo entiendes te lo explicaré. dijo removiéndose en la cama y poniéndose algo erguida.
- ¿Cómo puedes tratar a mi primo como si fuera un delicuente cualquiera? Ya sé que es francés, pero por cielo santo, es mi primo, de mi sangre. dijo más nerviosa. ¿Acaso yo falto al respeto a alguien de tu familia?
Por un momento se queda con la boca abierta sorprendido, luego la cierra y pone el gesto severo que ya conoces
-te recuerdo que ese frances lo primero que hizo al subir a este barco fue insultarme*, y me parece que no sabes la fama de libidinosos que tienen los franceses en toda Europa-
Mantiene un momento mas la expresión severa pero luego se ablanda y habla con el tono de un niño grande al que le han quitado su juguete favorito
-venga, supondré que fue un lapsus y que en realidad es un buen hombre, es un doctor lo que siempre ayuda, pero vuelve aquí conmigo cariño- da unas palmaditas en el trozo de cama donde antes estabas, que aún sigue caliente-
* se refiere a lo de llamarle Edmund, que es mas bien fallo del jugador, pero me gusta sacarle punta
-¿Insultarte? No estaba presente, pero dudo mucho que mi educado primo dijera algo insultante y menos para contigo sabiendo quién eres. se negó con la cabeza a volver a la cama, paseaba nerviosa por el camarote. ¿Sabes lo importante que es para mí estar con él? ¿Cómo puedo disfrutar un poco de su compañía si cada vez que os encuentro, estás matándolo con la mirada o tus palabras hirientes? ¿Libidinosos? ¡Cielo Santo! Si es un hombre casado y con hijos, ¿Cómo puedes pensar que es así? de repente te miró con los ojos abiertos de par en par y escapó un gritito muy femenino. ¡OH! ¡Cielo Santo! ¿no pensarás que yo... con mi primo? ¡OHHHH! dijo casi subiéndose por las paredes nerviosa y ofendida.
Ahora Edmund se levanta alarmado -¿que?¿tu? no, no, no, ni se me ocurriría, yo me preocupaba por Molly, pero... lo habré juzgado mal, no grites cielo que estos camarotes no son tan discretos-
Camina hasta donde estas tu y levanta las manos apaciguador sin llegar a tocarte
-te prometo que intentare comportarme mejor, tranquilízate por favor-
Dorothy parece que se tranquiliza, y calma sus paseos, así como sus palabras: Edmund, querido, Molly es tan decente o más que yo, así que por favor, no dudes de ella. Y en cuanto a mi primo, trata al menos de no hacerle sentir fuera de lugar, no digo que te asocies con él o le tomes como un amigo. se acercó, necesitaba un abrazo, así que simplemente se acercó a su esposo para que la consolara y calmara su desánimo.
-no dudo de que Molly es decente, oh dejémoslo- te da un abrazo que también parece irle bien a el -haré lo que pueda, no se, dice que sabe cazar, tal vez podamos hablar de eso-
Después del abrazo se separa de ti, parece que sus ardores se han apagado solos
-será mejor que me marche, tenemos que descansar- te da un breve beso y se marcha
- Gracias querido. Dijo mientras se abrazaban. Después asintió con la cabeza y se fue para la cama. Agradeció que aquella noche no hubiera más que un abrazo y unas palabras sinceras.