Partida Rol por web

Kaoru se había quedado un poco pálido. Las otras criaturas eran una cosa, pero eso... ¡Eso estaba recubierto de metal, de pies a cabeza! ¡Y era enorme! ¿Qué iba a hacer? ¿Pegarle patadas hasta que se le rompieran los huesos de las piernas? Erika le había preguntado si se le ocurría algo, pero lo único que pasaba por su cabeza era lo aterrado que estaba. ¡Q-qué dices! ¡Kaoru no le teme a nada!

Pero cada vez era más difícil convencerse de eso. Primero, porque empezó a ver cómo las púas alcanzaban a los adultos, y peor todavía... a él. Se había pensado que iba a librarse de esa, pero nada más lejos de la realidad. Y lo que es peor, no fue capaz siquiera de anticiparlo para bloquearlas de ningún modo: Le impactaron de forma directa, clavándose dolorosamente en su carne. Empezó a notar la desagradable sensación de la sangre fresca en la cara interior de su ropa.

—Aah... —alcanzó a pronunciar, con la voz temblando—. ¿S-sabeis qué pienso? ¡C-creo que deberíamos atacar... en la dirección contraria a esa cosa! ¡E-e-esto no merece nuestro ti-tiempo!

Señaló hacia el este, con ganas de correr como no había corrido nunca. Y menos mal que Kaoru era orgulloso y no se permitiría salir corriendo si el resto quedaban atrás, porque de no ser así, ni se lo habría pensado. Lo único que se le ocurrió hacer mientras el resto se decidían a correr —y si se decidían a correr, correría como no había corrido nunca— era al menos prepararse por si volvía a salir un ataque así.

Hiroki, que se había mantenido inusualmente callado y quieto durante todo el combate y posterior exploración, dejó salir un sonoro grito de dolor cuando las oscuras púas atravesaron su piel, no tardando en empezar a sangrar copiosamente. El peliblanco dió un paso hacia atrás, lejos del extraño ser, mirando con cada vez más añoranza la salida.

— ¡T-Tenemos que salir de aquí! —bramó, reprimiendo otro quejido de dolor.

Seguramente sus rayos harían mayor daño al ser, después de todo el metal era vulnerable a la electricidad, o al menos eso había aprendido jugando a los videojuegos, pero tenía la certeza de que otro ataque como ese acabaría con él... y no estaba seguro de a dónde iría a parar si ese era el caso. Claro, tampoco quería averiguarlo, así que tan pronto los demás lo hicieran, él correría hacia la salida.

 El ataque de la criatura ciertamente fue devastador, dejando claro a más de uno sus dudas sobre el verdadero poder de aquella criatura, y es que todos sufrieron a causa de sus raíces crecientes [1].

 Seria ante tal peso sobre sus hombros que Erika empezaría a sentir su mente luchar por no hacerse pedazos, siendo invadida por las sensaciones de dolor y el horror de tener a una criatura como esa delante...

 Y de manera casi milagrosa, su mente se mantuvo en una pieza, tomándose con serenidad aquella situación donde cualquier otro habría entrado en preocupaciones: ¡Erika aún no se dejaba abrumar! [2]

 -¡Vamos, por allá! -señalaría el hombre pelirrojo hacia la otra puerta, indicando lo que posiblemente fuese la salida.

 El grupo no tuvo que pensárselo dos veces: tan pronto como tuvieron la oportunidades todos empezaron a correr hacia la salida como mejor podían con las heridas, y para su suerte la criatura no hizo el esfuerzo de seguirles por lo que rápidamente pudieron dejarle atrás, siendo perseguidos nada más por el eco de sus rugidos... [3]

Miró la zona con desconfianza varios segundos antes de convencerse de que realmente nada iba a salir de las paredes. Dio un suspiro y se dejo caer sentada al suelo, para luego acostarse en este boca arriba. -Eso estuvo cerca - Mascullo cerrando los ojos y tapandose la cara un momento, corriendo una mano para ver a la niña pequeña que iba con ellos. -¿Estás bien? - Preguntó directamente, la chiquilla le recordaba a su hermana.

-¿Por que no nos persiguió? - Esa cosa podía tranquilamente haberlos matado, era tipo un videojuego que los monstruos pertenecían a una sala y se quedaban en esta? Tenía el ligero deseo de saciar su curiosidad, parandose en la puerta de una habitación y viendo si los monstruos iban hacia ella de cualquier modo. Se estiró antes de sentarse en el suelo, observando de reojo la plataforma que tenía a sus espaldas -Entonces.... ¿Quienes son todos ustedes? - Preguntó a los adultos que parecían seguir siendo de poca utilidad en todo eso. Bueno dos de ellos al menos. En la segunda reojeada a las piedras pudo notar los símbolos de los escalones. -Y por que esa roca quiere que la toquemos? - Preguntó señalandola con el ceño fruncido.