Hola Tal vez tendrias que ponerme como destinatario por defecto aqui.
No estoy seguro si me estan llegando todos los posts :D
-Por el buen vino! La plata y hacerse rico!- dije acompañando el brindis de Crista.
No me pasaba desapercibido como todos aqui bebian. Pero teniendo en cuenta a la mayoria de mis clientes previos en los negocios, el estar borracho no es algo que me pudiese permitir. Asi que seguí con mis pequeños sorbos y ofreciendo una sincera sonrisa. Hacia tiempo que no tenia la oportunidad de charlar distraidamente sin vigilar mi espalda.
Aqui, aunque seguia vigilando y no bajaba la guardia, sabía a ciencia cierta que no habia nadie de mi familia.
Se notaban los modales descuidados en los presentes, modales de quien no ha tenido que compartir la mesa con un noble y sus excentricidades. Pero bueno cada uno hacia negocios a su manera.
-Una tormenta desvió algo nuestros tiempos, lo que tenia que haber sido un comodo desembarco en el puerto acabo siendo uno mas accidentado pero Adara es una marinera habil y capaz asi que solo fue una aventura más para contar en la taberna por una moneda de plata. Tuvimos que desembarcar a unas millas y continuar mi viaje a pie, cosa que agradezco pues me manejo mejor en tierra firme.- contesté a Crista con una calida sonrisa.
Revisé con mi mirada su anatomia bien formada y en especial ese corsé que parecia realzar todo tan evidentemente bien. No estaba seguro si llevaba algun arma escondida, pero por apostar diría que si. Aun aíi a esta distancia daba exactamente lo mismo y no parecia albergar hacia mi nada mas que una genuina curiosidad así que segui disfrutando de la conversación.
-Bueno cuando se cansen de demostrarnos su poder...estoy seguro que mandaran llamarnos al castillo. Esto es simplemente una pequeña demostración para tomar algo de ventaja en cualquier tipo de negociacion posterior. Un pequeño juego desde una posizione di forza más para su diversión y autocomplaciencia que para intmidarnos- dije mostrando especial interes en las reacciones de mis compañeros de mesa.
Berinian escuchó lo que el resto comentaba sin intervenir. Por lo general no decían nada nuevo o especialmente interesante, a pesar que el alcohol desataba la elocuencia y ciertas miradas lascivas entre las mujeres.
Brindó la proposición de Crysta aunque no se mostró especialmente elocuente. Había ciertos detalles de los comentarios de los presentes que, a pesar de parecer inocentes encerraban ciertos datos que el marino desconocía. No sabía si por ignorancia o por falsedad de los mismos. Mas no dijo nada y permitió que continuaran hablando, bebiendo a sorbos.
- ¿Y qué puerto es ese? - preguntó repentinamente. Él también había recorrido numerosas millas en barco para llegar hasta allí, pero si constató algo fue de la carencia de un puerto, propiamente dicho, y menos enclavado al pie de una cordillera de montaña, tierra muy muy adentro.
- ¿Creéis que nos hace esperar para incomodarnos y luego tomar ventaja de ello? - preguntó con sonrisa sardónica -. Tal vez sí. Tal vez no. Tal vez espera el momento propicio para hacerlo, mediante negociación previa - comentó mirando de soslayo a Adara -. Y eso a veces resulta agotador, tengo entendido, y el duque necesita tiempo para recobrarse entre negocio y negocio - afirmó mirando a Alessio y a Crysta con una creciente sonrisa -. Aunque no negaré que divertirse a costa nuestra y la autocomplacencia estarán íntimamente ligados a las negociaciones - admitió dando otro sorbo -. Tengo entendido que el duque es una persona que busca el propio placer en todo. Hasta en los negocios.
La conversación transcurria con calma, como una pequeña partida de cartas en la que nadie queria enseñar su jugada desde el principio. Era algo divertido pues hacia mucho que no hablaba con comerciantes. El hecho de estar acompañado de dos bellas damas lo hacia aun mas interesante.
-Yo no he dicho ningun puerto...era mas bien una cala, ya le dije que nos sorprendio el mal tiempo y decidí llegar aqui por tierra.- dije contestando a Berinian, tomandome otro sorbo de mi bebida y mirando el estado de Adara.
Como es posible que beba tanto? dioses podria tumbar a un buey.
La comerciante de vinos parece parece mas recuperada que cuando se sentó y mucho mas guapa ahora que la miro de arriba a abajo.
En toda negociacion siempre hay que partir de una posicion de ventaja, hacer esperar era una tactica licita, como lo era el soborno, la extorsión, la seducción o simplemente el uso de la ventaja que otorga la nobleza de sangre.
-Oh, asi que el duque es un hombre de apetitos voraces? No es entonces muy diferente de mis clientes normales- dije con una sonrisa recordando a la nobleza local de mi ciudad y sus metodos de negociacion.
-Ha comerciado ya con el duque previamente? Parece usted todo un experto- pregunté con interés
Ante la respuesta del hombre sobre su llegada al lugar a bordo del barco de Adara, el marino asintió con la cabeza, como dando por buena esa explicación, aunque pareció meditar las palabras de su interlocutor.
Posteriormente Berinian sonrió ante la pregunta de Alessio y negó con la cabeza.
- No. Solo me han informado de sus métodos de negociación. La experta es ella - dijo sonriendo sardónicamente a Adara -. Si le soy sincero, por mi no estaría en este lugar tratando de obtener beneficios de este duque. Pero si lo estoy es que la situación es tan difícil que no me ha quedado remedio - admitió dejando caer la duda al hombre y a la pelirroja sobre su cándida seguridad a la hora de venir al castillo de Brisa -. De todos modos me tranquiliza saber que usted está acostumbrado a tratar con patrones de su clase - comentó con una sonrisa aviesa.
Observó a las dos mujeres, hermosas ambas, etílicamente tocadas ambas, lanzándose miradas significativas ambas, haciendo comentarios insinuantes ambas...
Suspiró y asintió con la cabeza.
Vale, vaaale. Hora de negociaciones entre las damas, pensó mordazmente.
Berinian se levantó, haciendo un leve saludo con su sombrero.
- Damas, caballero. Ruego me disculpen. Ha sido una velada encantadora y productiva. De veras - afirmó mirando uno a uno a los convidados, especialmente a la mujer de piel de ébano -. Desearía revisar mis mercancías antes de saber si el anfitrión, nos recibe, formaliza una cena o nos envía a todos a la cama - sonrió con sarcasmo -. Agradezco su compañía. Estoy hospedado en la segunda planta de invitados, en la última habitación orientada al Oeste. Si estoy, les recibiré gustosamente - dijo con otra de sus habituales sonrisas -. Que pasen una feliz velada - se despidió dejando a los tres comerciantes.
Estaba levantándose Berinian, cuando observaron un soldado ingresar en la taberna del palacio. Era extraño, porque a diferencia de los que habían visto, este se encontraba ataviado con la librea completamente limpia, y estaba afeitado perfectamente. Golpeo con una especie de cetro corto una de las mesas y anuncio, como si la sala estuviera llena al completo.
¡Comerciantes!. Les hace saber el ilustre Yves Yannur, Señor del Castillo de la Brisa, y Duque del Valle de las Planicies del Reino de Meridian, que están formalmente invitados a la cena temprana que se realizara de inmediato. Preparaos y se os espera allí, sin falta, cuando las campanadas de las siete hayan sonado .
O sea, tenían alrededor de quince minutos para acicalarse y llegar a la sala.
Estén atentos, voy a abrir un post general.