De no estar distraída, tal vez hubiera visto la maniobra de Rignardo. Debió esperarse algo así, pero no algo de esta magnitud. La estocada de él, en una maniobra rápida y falaz, hizo que su arma saliera disparada de su mano, diera un giro y quedara clavada entre los adoquines del puente, afortunadamente para ella, el arma salió volando hacia atrás y no hacia él, de lo contrario, el combate se habría terminado.
- ¡Ríndete!¡Eres mía!- dijo con voz triunfal.
Mas Dalla no era de las que se rendía, mientras hacia una voltereta hacia atrás, en un salto acrobático en un puente. Ella estaba dispuesta a ganar a toda costa. Y así como ella no estaba dispuesta a rendirse, el no estaba dispuesto a dejarse arrebatar la victoria entre los dedos, aunque eso le costara todo dejo de caballerosidad.
El ataco con un movimiento lateral, de forma independiente a si Dalla completaba bien la maniobra, sintió la hoja de el golpear en su espalda, cortar el mismo bretel del otro lado, y hacerse con algunos de los cordones que sujetaban el corsé apretado a sus carnes.
Para retomar la espada y continuar bien el combate, tienes que hacer una maniobra de acrobacia DIF 12. ( no tienes) o sea, con tu bono de destreza nada mas.
Si no lo consigues, recuperas la hoja, pero tienes un -4 a todo porque estaras peleando en desventaja.
El estoque de su contrincante golpeó su espalda y corto tela y cuero. Sin embargo eso no fue suficiente para evitar que Dalla rodara y se levantara con el estoque en la mano.
-Jamas!-
Sin embargo el ataque de Rignardo había inutilizado ambos breteles del corsé e incluso aflojado sus nudos.
Sin su aguante el corsé no pudo hacer mucho para aguantar el generoso busto de Dalla que se desparramó encima de la ropa mostrando sus rojizos pezones encima de su blanca piel como dos faros. La mujer frunció el ceño furiosa mientras se abalanzaba contra Rignardo esperando darle una certera estocada.
Motivo: Acrobacias
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 16(+3)=19 (Exito)
Motivo: Ataque, por si conviene.
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+4)=8
Aja!
Joer, que birria de ataque, la chica se deja llevar por su furia y sus pechos colgantes XD
La estocada distrajo casi como ella había sido distraída, Rignardo no pudo evitar ser atraído por los pechos de Dalla, y aunque su estocada fue pobre, logro traspasar sus defensa, raspando los aceros y nuevamente sacando chispas, pero ahora era la estocada de Conde de Vega a quien tocaba contraatacar. Su mano libre en la cercanía, aguantando el dolor, fue a apretar con el guante el voluminoso seno de la muchacha, y se relamió gustoso, aunque fue tan intimo, que los testigos del combate no pudieron verlo.
Los Nobles testigos habían atestiguado el toque de Dalla, aunque el no había hecho sangre sobre ella, si podía decirse que la había marcado dos veces claras, al destruir sus ropajes, así que en cierta forma, estaban dos a uno, aunque era discutible y ella podía apelar, lo cierto es que si podía cortar un bretel, podía hacer sangre.
El aprovecho, aunque dolorido, lanzo su réplica, a la vez que lo hacía también verbalmente.
- ¿Por que tan mala estocada, Esposa? ¿Es que acaso quieres perder para que no pierda tiempo contigo? No te preocupes, te clavare muchas, muchas veces.
Y un susurro le llego de el también.
- Aunque tal vez prefieras ser mi esclava por una noche. Esa opción también alimenta el fuego de mi deseo.
Motivo: Bloqueo
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+5)=7
Motivo: ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+10)=18
Dif 18 el Bloqueo.
Si no llegas a hacerlo, Rignardo gana, por lo que si realmente no quieres perder, puedes usar un punto especial limitado.
Me avisas.
Jodo, tengo muchos números de perder XDD
¿Que es ese punto especial?
La dificultad se desprende de mi tirada, por otro lado, lograste encajar tu golpe con un 4.xD
Por otro lado, "tienes unos puntos de Destino", alrededor de 3, que te permiten encajar un +10 a tu tirada.
Dalla se sacudió a un lado mientras sus senos botaban libremente de forma un tanto obscena ante todo el publico, su corce al molestaba y se esforzó para terminar de romper los maltrechos cordeles y lanzanrlo al suelo mientras sacudía su espada ropera con la suficiente destreza para apartar la espada de Rignardo en un nuevo estallido de chispas.
Sin el corse roto molestándola y mostrando su blanquecina piel de cintura para arriba Dalla se puso de nuevo en guardia, si bien pasó de responder mas palabras que no servían mas que hinchar el orgullo del noble.
Saltó de nuevo hacia adelante, sacudiendo de nuevo sus ubres, buscando herir la mano del espadachín con su hoja ... conseguir herirlo o marcarlo para que perdiera esa ventaja. Rignardo había aprendido demasiado y Dalla estaba perdiendo la confianza consigo misma.
Sin embargo, se encontró que ... sin el corse, los pantalones no tenían cinto que los sostuvieran y cuando empezó a correr para acercarse a su oponente estos se le cayeron hasta las rodillas dejándola ya al completo desnuda, sin ropa interior o pelo que tapara sus partes pudientes. Dalla se sonrojó soltó un insulto y luchó torpemente para conseguir subir sus pantalones sin llegar si quiera a atacar ni a conseguir taparse sus partes mientras los pantalones se atascaban en sus muslos.
Motivo: Bloqueo +1 pto destino
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 14(+13)=27 (Exito)
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 1(+4)=5
Volvamos al ataque :D
Y con una bonita pifia, pues ... no se, hago que se le caigan los pantalones, y como iba con prisas para luchar no lleva ni ropa interior. Ale, festín visual para todos!
Que manera mas triunfal de volver! XD
El cruce de espadas genero un chispazo que destello en ambas espadas de mucha calidad, frenando el ataque y permitiéndole medir a Dalla la fuerza de su rival, estaba en la cúspide de la misma, completamente entrenado y listo para luchar, sus músculos y reflejos eran similares a los de un gato. Tras frenarlo, se confió, y se quito aquello que le molestaba, lanzándose al ataque sin dudarlo, deseosa de terminar el combate.
Trastabillo, el cansancio, el desbalance de su propio físico, el hambre y las emociones habían hecho pedazos sus nervios y había cometido un error de novata, y había fallado la defensa contra Rignardo. Su gesto de desprecio por luchar sin corsé le había quedado heroico, pero no había previsto el normal desempeño. Y no le costó evidenciarse frente a todos. Le costó el combate.
La hoja salto de su mano, haciendo el hombre de negro una maniobra rápida para desarmarla, dejándola anonadada. Podría haber sido caballeresco y ofrecerle que la recupere, al tiempo que se vestía lo suficiente para volver, pero parecía decidido a triunfar a toda costa, no darle cuartel, y no darle piedad.
El asombro por verla ya lidiando totalmente desnuda sobre el puente, fue reemplazado por muecas de desagrado de ambos grupos de testigos, pero aun así, Vega no había hecho nada ilegal ni no permitido.
Antes de que pudiera recuperarse, sintió en su rubia cabellera la mano de su rival, a su espalda, obligándola arrodillarse en el puente, con el detrás suyo, y apoyaba su filosísima hoja en su cuello.
- Estas Derrotada, Dalla del Lago Serpiente.-De espaldas y arrodillada, no podía verlo, pero podía intuir por el gozo de su voz que sus delgados labios sonreían casi como si fuera una V, rompiendo su delgado rostro en esa mueca. – Ustedes son testigos de las condiciones. Si yo perdía, debía colaborar en la misión suicida de recuperar sus territorios. Si ella perdía, se convertía en mi esposa por siempre… o en mi esclava por una noche. Ya han visto como es más adecuada como esclava que como esposa-[/b] Tiro de la cabellera hacia atrás, obligándola a mirar hacia el cielo, que atardecía.Asi pues, elijo que sea mi esclava, ser su amo, y que tenga que obedecer todas mis ordenes hasta que el cielo se levante.
La empujo hacia delante, obligándola a quedar a cuatro patas, y luego empujo con su bota en el trasero de Dalla, haciéndola caer sobre el puente, semidesnuda.
- Espero que te bañes y prepares alguien de tu condición, Dalla la Esclava. Enviare instrucciones a tu gente, y confio en que en dos horas estes en mis aposentos. ¿Has entendido Esclava?
Bienvenida xD
Dalla se encontró tumbada en el suelo y derrotada, con el culo al aire y Rignardo profiriendo su sentencia. Se quedó allí inmóvil buscando fuerzas para no sollozar y finalmente hizo el esfuerzo de levantarse.
-Si.- fue su única respuesta débil mientras buscaba un mínimo de dignidad y se subía por fin los pantalones.
Recogió el corse y lo usó para taparse de nuevo, poniéndose la ropera en el cinto y usando sus manos para aguantar lo que las tiras cortadas no podían. Apenas dirigió mirada a su oponente o a lo testigos. Simplemente se fue derrotada antes de que pudieran ver como una lagrima caía por su mejilla.
Se dirigió a sus aposentos para bañarse, informar a sus hombres de que había perdido su apuesta y no volver a decir otra palabra hasta recibir sus indicaciones con su cabeza casi sumida en su bañera mientras se atormentaba con lo que le podría pasar durante esa noche.
Algún día me molaría tener un PJ competente que no se humilla el solo XD (no digo que no me guste la situación, ojo XD pero los dados en Umbria no son lo mio).
Dalla se quedo a cuatro patas, humillada, sintiendo el cuerpo sudoroso por el combate enfriarse, al tiempo que la humillación volvía rojo su rostro.
- Te la devolveré cuando recuperes tu honor, Dalla la Esclava. dijo el Noble de la Vega levantando su hoja del suelo y llevándosela consigo. Como eres una esclava, daré órdenes a los hombres en tu habitación de que sean ellos quienes te preparen. Asegúrate de que obedezcan.
Levanto la mirada, para ver a los nobles mirarla con una mezcla de disgusto y deseo, arriesgar tanto y perder, era indigno, ella era indigna, que estuviera derrotada la disminuía como noble ante cualquier reclamo, y que estuviera expuesta, los pesados senos húmedos con el frio de la agitación, en posición de ser penetrada como un animal, los encendía y aumentaba su asco y su deseo. Ser esclava era lo que le correspondía. Se retiraron mientras ella buscaba sus ropas y cabizbaja,
El trayecto demoro más de lo previsto, ahora que la energía la había abandonado, y se sumaba la derrota, los pies se negaban a avanzar más rápido que arrastrándolos. Subir los tres pisos de escalones, mientras los sirvientes la observaban pasando con bandejas o mensajes, el corsé apretado contra su pecho pero nada que le recubriera la espalda excepto su cabello, hacían que la miraran divertidos. Ella no los reconoció, solo sus voces y risitas.
Termino la escalera, y fue hasta sus habitaciones. Afortunadamente, no se cruzo con ningún noble en ese trayecto e ingreso. Sus hombres la observaron cabizbajos, la humillación de ella se habia trasladado a ellos y a todos los suyos.
Se fue, sin decir nada a bañar y se quito la ropa con dificultad, con el cuerpo frio, el sudor habia hecho que la ropa se le pegara al cuerpo y debió tirar con fuerza para quitársela. Pronto se encontró desnuda en su tina, de agua tibia, fría, donde se cepillo y recupero algo de sus fuerzas y mucho de su dignidad, hundiéndose en la misma, dejando que el frescor del agua la reconfortara. Luego de algunos minutos abajo del agua emergió de la misma, ya mas recuperada.
Cuando salió, ya era una guerrera nuevamente, el pelo húmedo cayendo plateado detrás de la espalda, el cuerpo exuberante libre de todo sudor sangre o lágrimas.
Sagart, sin importarle que estuviera desnuda, se apareció ante ella, y le pregunto, sin demasiados miramientos, y le dijo.
- Hemos recibido instrucciones sobre como debemos prepararos, y dejaros lista para un evento. Debo hacer caso de ellas?
Dalla es un personaje considerablemente competente. Rignardo merecía ganar, y es muy bueno xD.
Dalla tardó su tiempo en responder. Pero finalmente asintió a Sagart.
-Hice una apuesta y perdí, debo acatar con mis consecuencias ... otro día llegará mi venganza y demostraré al mundo a no meterse conmigo, hoy me toca hundirme en el barro.-
Salió de la tina mientras buscaba una toalla para secarse.
-Haz lo que tengas que hacer con todo el empeño que te pidan.-
Sagart, su sargento y protector asintió. Ella sabía lo que iba a ocurrir, iba a obedecer sus órdenes, aunque no le gustara hacerlo, no le gustara a ella, e iba a hacerlo bien.
Una catarata de recuerdos salió a acosarla, cuando ante un gesto de su segundo, los otros dos hombres la tomaron simultáneamente de muñeca y brazo, y la transportaron del baño a la habitación principal. En la hoguera pudo ver de refilón que se calentaban algunas cosas.
Sin que sus pies pudieran siquiera tocar el suelo, llevada literalmente entre dos, por férreas y ásperas manos, la sentaron en una silla rustica, y la obligaron a alzar sus brazos encima de su cabeza.
Luego, sentada, le abrieron las piernas de forma que quedara expuesto su coño a todos, y dejando que pudieran hacerse a ella. Las manos que sujetaban sus muñecas arriba, la sujetaban con la misma fuerza que si fuera una tenaza de hierro. Luego, Sagart le metió algo en la boca, obligándola a morder. Se dio cuenta de que era su propio cinturón.
Tal vez estaba dispuesta a soportar torturas, pero lo que vino a continuación la tomo por sorpresa. Su propio segundo, le dio un sonoro bofetón en el seno izquierdo, haciéndolo rebotar hasta que quedo de nuevo en la posición original. Luego, con ganas, retorció su pezón, dejándolo duro casi de inmediato. No satisfecho con la operación aun, señalo con dos dedos, y observándola a los ojos, los introdujo en el interior de la joven, masturbándola por cuestión de un largo minuto. Sentir esa áspera mano en su interior, en lo profundo de su intimidad, por alguien que estaba dispuesto a morir por ella fue una sensación extraña, entre placentera y cercana a lo incomodo, pero que obligo a su cuerpo a responder. Apretó de nuevo su pezón como probándolo, y asintió. Le pasaron una tenaza, o algo similar, pero que tenia huecos en el medio, y su hombre libre trajo una aguja de coser. Sagart la observo, indicándole que debía apretar bien los dientes y morder el cinturón de cuerpo con ganas. La aguja atravesó la tenaza, atravesando con una aguja caliente la punta de su seno, perforándolo y luego de atravesarlo por completo, dejando otra pieza de acero, esta vez fría. El dolor fue rápido y ceso rápido, pero también fue intenso, y Dalla se encontró abriendo grandes los ojos claros, cuando Sagart envió a calentar la aguja de nuevo. Sentir los dos dedos de nuevo en su interior, masturbándola con fuerza la obligo a cerrar los ojos, y solo cuando sintió de nuevo la mano en su frente, supo que debía morder con fuerza, cuando esta vez perforo el pezón derecho, de igual forma, dejando de nuevo, una pieza metálica. ¿Esta era la forma en cómo Rignardo la marcaba como esclava? Sabía que el señor de la Vega quería venganza y causándole esto a su cuerpo hacia que por más que solo fuera esclava un día, la experiencia la marcaria de por vida.
Un aceite arrojado en la punta de los senos calmo el dolor, aunque la pieza los dejaba sensibles.
Golpearon la puerta educadamente. Su Segundo observo extrañado. No era lo esperado. Todos sacaron cuchillos por las dudas, y el se acerco a la puerta a preguntar que pasaba.
- Señor, solicitan la presencia de la Señora Dalla en la Cena.-
Dalla no protestó o se quejó mientras la llevaban cerca de la hoguera, por un momento sintió un horrible temor al imaginar que Rignardo pretendía marcarla como a una vaca con un hierro vivo, Dalla nunca dejaría que le hicieran eso y menos por una noche ... con lo que cuando Sagart le propinó ese bofetón a su pecho la pilló totalmente desprevenida.
Solo con ese bofetón sus pezones ya se habían endurecido y todos podían ver que retorcer su pezón solo ayudaba a que su entrepierna empezara a excitarse sola. Si bien su rostro era un poema de indignación e inocencia fingida.
Mordió el pañuelo de su boca mientras perforaban su pezón y respiró hondo cuando por fin el dolor se calmaba ... aunque se encontró a si misma mas bien ansiosa de recibir el segundo anillo mas que preocupada. Apenas escuchó la llamada a la puerta, solo podía luchar con su propia mente pensando en por que ... en un momento que debería sentirse fatal, podía notar una ansiedad y deseo en su interior volviendo a salir.
Un deseo que ya tuvo hace años atrás.
Sagart se fue, enorme, dejándola con sus otros dos soldados, quienes continuaron tratándola de forma ruda, según, recordó ella, sus propias ordenes. Uno hizo un tirabuzón con su cabello, obligándola a ponerse de pie, y luego a girarse en la propia silla, apoyando las manos en el asiento, arqueándola.
De esta forma, podía ver con mejor ángulo lo que pasaba en la puerta. Su segundo la había dejado entreabierta y aunque hablaban bajo, podía escuchar algunas cosas.
- ¿La Señora Dalla? –
- Se encuentra descansando y no debe ser interrumpida. -
- Traigo un recado para ella.-
- …-
Sintió una patada en el tobillo y eso la hizo desequilibrar y aferrarse a la silla, haciendo eso, sus piernas quedaron mas abierta y ella mas arqueada. El de sus hombres que estaba delante, le quito el cinto de cuero y pudo aflojar la mandíbula, dejando salir un sonido a mitad gemido, a mitad suspiro. El enrollo el cabello de ella en un nudo, usando su mano y limitando el movimiento de su cabeza.
- Tengo instrucciones de darle el mensaje a la Dama.
- Cualquier recado que sea para ella, puede dármelo a mí. Soy su segundo.
- …
La mano áspera recorrió la espalda desnuda de la noble, acariciando desde la nuca, hasta la espalda, luego acaricio su redondeado trasero, sin despegar nunca los dedos de ella, y como si fuera lo más natural del mundo, hundió al menos tres dedos entre sus labios. Para ahogar el suspiro, el compañero que estaba delante la tapo la boca con la mano, sin soltarle el pelo, haciendo que se mantuviera en esa postura.
- De acuerdo. Se solicita su presencia en el salón comedor. El duque quiere agasajar a sus invitados. Decidle que tiene que estar allí a mas tardar en dos velas. (Media hora)
- Sera informada.
- Ah, y el duque dice que esta vez, se vista como una Dama.
- …
- ¿Le informara?
- Sera informada
- Muchas gracias. Con su permiso..
Tapando un gemido con la mano, pues la masturbación se había puesto más intensa y veloz, y tenía más sutileza con ella que Sagart, el hombre que no veía, saco los dedos y coloco un objeto metálico en su interior, que estaba frio y la hizo respingar. Pero ellos parecieron adelantar eso, y la sujetaron como un corcel fogoso que corcovea.
Cerrando la puerta, Sagart volvió con sus hombres. Dio una mirada de aprobación al trabajo realizado, y dijo con voz clara.
- [b]Introdúcelo un par de veces más, que este bien húmedo y luego mételo. No tengas piedad, son sus órdenes.-
Nadie respondió, pero sus ordenes fueron obedecidas, en contacto con su interior, el objeto se habia vuelvo tibio ya y bastante húmedo. Lo sacaron luego de jugar con ella un poco, y sin preámbulo, lo introdujeron en su cavidad anal. Eso la tomo desprevenida, y tal vez, por lo cerrada que estaba, no hubieran podido introducirlo, pero estaba bien húmedo por sus propios fluidos, de modo que termino de ingresar y cuando ella se resistió naturalmente, lo único que hizo fue hacer que se introdujera hasta el pequeño tope.
Las ordenes son que no se lo saque hasta estar en su augusta presencia. También hemos dejado en su cama algunas joyas y cosas que debe ponerse, Señora.
La llevaron a su cuarto. En el, dispuesto sobre la cama, había varias cosas que no era suyas. Primero, noto las joyas, a juego con su gema color aguamarina. Pero algunas eran extrañas, no como las que solian usar las mujeres, eran joyas para putas. Una cadena de oro para la cintura, con pequeñas gemas cada seis dijes. Otra para el tobillo. Pequeños aretes con gemas a los costados, que no supo que eran hasta que reconoció que eran para reemplazar aquellos que tenía en los pezones. Y un pequeño collar de piel negra, que, ocultaba bien que era una correa.
Y ropa de seda, como Dalla no habia visto, pues no era tan afín a las cosas femeninas. Largas medias, con lo que parecía ser un portaligas, de encaje, y un corsé de tela haciendo juego con refuerzos que no hacían sino realzar su busto. Y era de su medida, casi, aunque le quedaba un poco apretado. Era ropa para ponerse debajo de ropa de Dama, y no tardo Dalla en darse cuenta de que eran los colores de la Casa Vega.
El resto de la ropa debía elegirlo ella misma. Aunque al mirarse en el espejo, noto que aquello que tenia en su trasero, terminaba también en una joya, pues brillo un segundo a la luz de las velas en el.
Dalla se dejó hacer sin decir una palabra. Si le preguntaran diría que había ignorado ese tacto y tratos como si no hubieran existido, pero en realidad había disfrutado de esos dedos recorriendo su cuerpo o como la masturbaban a la espera de terminar rellenando su trasero.
Caminaba algo incomoda cuando fue hasta la habitación y contempló el despliegue de joyas.
Lo bueno de las ropas de "dama" es que con los anchas falda y largos vestidos era imposible que nadie pudiera ver nada. A excepción del cuello y ese collar. Se lo quedó mirando dubitativa si ponérselo o no mientras aún sentía esa sensación extraña entre sus nalgas.
Finalmente buscó en el armario un vestido que fuera de cuello alto. Igual para alguien del norte. Menos pomposo de lo que le gustaría, pero taparía casi todo su cuerpo de miradas indiscretas.
Se puso las joyas, la ropa interior y el collar, así como ese corse ajustada que le dificultaba la respiración y aplastaba el busto. Se miró en el espejo y soltó un soplido de molestia y luego procedió a enfundarse en ese vestido de dama que le llegaba hasta tocar su mandíbula.
-Bien, estoy lista ... tendré que ir a ver que quiere el duque.-
Se despidió de sus hombres y bajó hacia el comedor.
Siento la demora, he tenido dias cruzados. De esos que no te salen lo que quieres y te frustras. Ahi esta el post.
Aunque los nobles tardaran mas en ingresar, puedes hacerlo antes si lo deseas, ( y quedar algo mal xD)