Partida Rol por web

Ya casi finalizaba su jornada, y eso significaba un descanso en la Sala del Placer, el lugar secreto reservado a concubinas, esclavas y prostitutas que pasaban vivían en el castillo. La entrada estaba guardada por guardias eunucos y allí se congregaban quizás las más selectas mujeres de todo Meridian. Ella estaba entre ellas, y sabia, que entre las cinco más bellas.
Alli, tenia de todo. Comida, dulces, baños, una cama mullida donde descansar, joyería, vestidos de todas las clases y tallas. También estaba siempre caldeado, de forma que hacia un leve calor.
Las ropas del dia estaban tan arruinadas, que casi no podían ser usadas y apenas sujetaban sus carnes, que pesadas, se bamboleaban mientras caminaba meneando la cadera de aquí a allá.
Se encaminaba hacia el nivel subterráneo para disfrutar de un merecido descanso, cuando un criado le acerco.
- Tiene un encargo, cúmplelo antes de ir a descansar.-
Era extraño, los encargos normalmente los hacia un sirviente personal del duque, no una criada. El papel, decía:

“Encuéntrame en la torre Oeste, Apenas recibas este mensaje. Si sabes lo que te conviene, Comadreja”

Comadreja. Nadie la llamaba así, nadie conocía ese nombre, excepto… los hijos de los siervos de su antiguo ducado. ¿Acaso alguien conocía la verdadera identidad de ella? El duque odiaría sentirse engañado, y ya no tendría la libertad de ser una esclava. Y no solo eso. Los rumores viajaban rápido, sabían que algo habia ocurrido allí. Y no hacia falta ser un genio para saber como ella habia obtenido su belleza… podían colgarla por muchísimo menos…

El miedo me detuvo un instante al leer aquello, sin embargo, no dudé en lo que debía hacer. Si me llevaban a reunirme era que querían algo de mi. Esperaba, por mi bien que fuera solo usarme. Opté por cambiarme la ropa, no me quedaba otra opción. Me saqué el vestido y me puse uno de seda, de color negro. Era corto y apenas contenía en él tanto mis pechos, como mi trasero. Me gustaba porque me daba mucha facilidad para que mis pechos escaparan por el amplio escote que dejaban o bien porque con facilidad mis pezones podían asomar por él. Tenía la desventaja de ser opaco y no transparentar ni marcar mi cuerpo. Con miedo y excitación acudí a la Torre Oeste para encontrarme con quién allí me esperaba. Intuía que sería en la recamara de la torre, pero quizás me detuvieran antes.

Sintió como en su espinazo, una gota de sudor fría se formaba entre sus omoplatos, y corría, lenta por su columna vertebral. La opción de ser descubierta, y quemada por bruja era una de las peores formas de morir, probablemente por desmembramiento y luego, si seguía viva, quemada viva, con unos días en el potro de tortura, con herramientas al rojo vivo, y uñas arrancadas. Tenía que asegurarse que quien la hubiera llamado, desistiera de sus intenciones de denunciarla, a como diera lugar.
Alrededor suyo, en la sala del placer, sintió como la invadían los aromas de diferentes fragancias, de perfumes exóticos y observo la enorme piscina de agua termal en el centro de la estancia, que brindaba ese agradable calor a toda la estancia. Alejadas de ellas, las camas de los esclavos mas selectos y hermosos, entre los que se encontraba ella y Anyshka. Mas lejos aun, estaban los cofres, donde la ropa de diversas formas y texturas se amontonaban y le permitían vestirse a gusto, desde la lencería más exótica y arriesgada a la ropa mas sosa que podría encontrarse en un mercado. Eligio jugar con el emisor de su misiva. Quitándose toda ropa de encima, eligió un vestido negro y opaco, pero que le quedara bien ajustado en las curvas, haciendo que sus senos quedaran apretados y pegados en el escote. Se puso zapatillas cómodas, que no hicieran demasiado ruido, y luego cayo en la cuenta. No sería en la torre Este, que miraba al reino, si no a la prohibida y deshabitada torre. Estaba dentro de los lugares prohibidos.
¿Seria una prueba del Duque? Era muy difícil que el supiera que la llamaban comadreja, pero no del todo imposible. ¿Tomaria un resguardo adicional para ir hacia allí?

Me dirigí sin muchos miramientos por los pasillos en dirección a la torre por las zonas permitidas del castillo, algunas miradas lascivas se clavaban en mi, yo les sonreía dulcemente. Sentía sinceramente que tenia poder sobre el sexo masculino y eso elevaba mi orgullo y me hacía caminar con la cabeza alta .

Una vez cerca de la zona prohibida trate de ir con mas cuidado, vigilando por los pasillos y asomandome lentamente antes de cruzar puertas o cruzar por cualquier lado por si me cruzaba con algún guardia. En mi mente iba inventando excusas en caso de ser descubierta

Una vez llegase a la base de la Torre Oeste se decidiría todo. ¿ seria una trampa del duque ? ¿ alguien me había reconocido? ¿tendría que matar a alguien? ¿ habría algo de poder en esa torre? En mi mente empezaron a pasar imagenes de bibliotecas prohibidas y hacerme mas poderosa, lo que acentuó mi ambición de poder y me hizo sonreír durante el camino de una forma bastante retorcida

No tomo ninguna precaución mágica. No necesitaba convocar a nadie, porque no sabía si el precio a pagar sería demasiado por algo que probablemente pudiera dominar por sí misma.
Sentía como su cuerpo voluptuoso era el premio que cualquiera pudiera haber querido, tal vez, la mujer más bella de la tierra en estos momentos, sus largos cabellos, platinados y dorados, caían por su espalda, mientras ella movía el trasero con confianza dentro del vestido.
Lo que pocos sabían, era que dentro de esa cosita deseable, escondía una mente fuerte, probada en la llama de los demonios y que había sobrevivido más fuerte para contarlo. Someterse, humillarse, eran solo herramientas para domar la voluntad de los hombres, y porque no, de las mujeres. El miedo que había sentido era irracional y ahora que había tenido la posibilidad de meditarlo, estaba lejos del mismo.
Vio algunos de los guardias como la vieron pasar, sabiendo quizás que ella no podía estar allí, pero el escote los distrajo, haciendo que la observaran como si fuera más cercano a un objeto a codiciar, un premio que reclamar, que a una mujer. Disminuyo la sonrisa a una de recato.
Al Cruzar el patio, vio algo que la molesto, uno de los Sargentos de Guardia, Erick el Rojo, era uno de los más difíciles de corromper del Duque, uno de sus hombres de confianza, venia cruzando el pasillo.
El la observo y con un gesto de su mano, indicando que debía parar, le pregunto, de forma ruda y directa.
- Esclava. ¿Hacia donde te diriges?-

- Solo estaba dando una vuelta, esta zona aun no la había visitado y no pensé en encontrar a nadie aquí, solo estoy observando la belleza del patio - Dice mientras extiende los brazos y señala a su alrededor sonriendo de forma educada y amable- no te importaría dejarme pasear por aquí? - Dijo volviendo la mirada hacia el y sonriéndole con aspecto totalmente inocente mientras le pasa un dedo por la pechera de la armadura . Sus cabellos planito enmarcaban el rostro y la intensidad del color de sus ojos, junto con sus labios gruesos y rojos le daban un aspecto angelical en ese momento

La seducción probablemente no funcionaria, no con el incorruptible Erick, aunque se sabía hermosa. Se decidió por usar la opción definitiva, una que no había usado, desde que había pisado el castillo por vez primera.
- ¿Acaso no tienes obligaciones esclava?- pregunto con voz autoritaria el jefe de la guardia. Al tiempo que enarcaba una ceja al notar su dedo tocándolo en la pechera de su armadura de cuero. Luego se enfoco en sus ojos, sus grandes ojos claros, y por un segundo, dudo.
- Hare la vista gorda, esta vez, porque eres nueva. Que no te vea de nuevo en este pasillo, esclava.- dijo y se dirigió al resto.- Continuemos.
La dejaron sola. Le pareció escuchar una risotada lejana, del más allá, y sintió como parte del poder que contenía ese dia se alejaba un poco, por lo que debería rellenarlo pronto.
Sheena continúo por el largo pasillo, dejando que el lugar le llenara el olfato con aroma a flores de diversa clase. Recordó que le primer piso del Patio tenía un importante jardín, lleno de hermosas plantas y flores, inclusive exóticas y lejanas. ¿Cómo las mantenía con este frio?, era algo que desconocía, y era un misterio.
Continúo por el pasillo, ya no estaba iluminado con antorchas encendidas, pero cada tanto ingresaba un poco de luz por ventiluces, haciendo que fuera posible caminar, pero mucho del mismo debiera ser en la oscuridad hasta la próxima fuente de luz. Se termino el mismo y una recia puerta de madera reforzada con clavos de hierro. Se interponía en su camino. La intento abrir y no la pudo mover, si bien se dio cuenta de que no estaba cerrada.
Debio apoyar su hombro y empujar con fuerza, para arrastrarla y hacerla ceder. Ingreso en lo que parecía una húmeda bodega, oscura y que dejaba algo de polvo con sus zapatillas. Ingresaba un mínimo de luz, pero estaba lleno de telarañas.
Barriles dispuestos en el suelo, y estanterías llenas de ánforas de barro que seguramente contenían vino o aceites, eran difíciles de ver por el polvo o las telarañas del lugar.
- Comadreja…- de nuevo su apodo lejano sonó en la oscuridad.
No pudo ver de dónde venía la voz, pero no era intangible, si no de algún lugar, donde habia alguien oculto. Y la voz le era lejanamente familiar, alguien de su pasado, alguien que no lograba recordar. – Estas mas bella de lo que te recordaba, comadreja. ¿Por qué no avanzas hasta el final de la habitación y apoyas ambas manos sobre el barril?-[/b]

Sheena sonrió amablemente y le dedico un cabeceo muy cordial y agradable - Gracias, es usted muy amable- Dijo con un tono de voz dulce y suave

Al escuchar la risotada en su cabeza, negó lenta y repetidamente con una sonrisa en su rostro ( acaso pensabas que me sacaria las teta ante el? me has dado mas cosas utiles no solo el aspecto, y las pienso usar)

Al notar como se sentia algo mas agotada pensó en quien seria su victima esta noche, quizas algun guardia o incluso alguna compañera del harem, le daba igual

Se embriagó del perfume de las plantas y disfruto de lo que le quedaba de camino, sus contoneos eran notables aunque realmente se movia asi sin darse cuenta.

Al llegar ante la robusta puerta se quedo un poco impactada ante la dureza de la misma ( vaya.. parece ser que no la han abierto en mucho tiempo) Empujo con el hombro haciendo fuerte y algo de polvo se levanto del suelo por la parte interior debido a la entrada de aire

Se acerco a algunas de esas anforas y barriles, y aparto las telarañas con la mano cuando oyo una voz que le llamaba desde lo profundo del cuarto

-Comadreja..- Escucho desde las profundidades de la sala- Estas mas bella de lo que te recordaba, comadreja. ¿Por qué no avanzas hasta el final de la habitación y apoyas ambas manos sobre el barril?-

- Vaya, así que me conoces de hace tiempo, claro... - agarro un par de jarras que encontrase por la habitación, que contuviesen un litro mas o menos de productos, o pesaran no mas de un quilo- Ahora mismo voy, una voz desconocida me llama y dice que ponga las manos sobre el barril, que quieres? usarme? asustarme? - se dirigió sin dejar de hablar hacia donde le parecía que venía la voz y con un ligero golpe, como si posara las manos, dejo ambas jarras sobre el barril quedándose de brazos cruzados y escuchando cualquier sonido que pudiera provenir de otra dirección. En realidad estaba preocupada, asustada, podían desde quemarla a denunciarla ante el Duque.. no sabia que era peor, pero no permitiría que su rostro expresase miedo ante un desconocido, era demasiado orgullosa para ello

Era Claudius, lo reconoció, aunque claro que era mucho más grande, pues hacia al menos diez años que no lo veía. Era un niño que se divertía en tirarle del pelo y pegotearle barro en la cara. Ahora estaba grande y musculoso, rudo con cicatrices, y olía a alcohol. Parecia todo un mercenario.
- Me pregunto qué pasaría si el Duque se entera que no tiene un dulce conejito, si no una comadreja. Qué pasaría si el duque se entera que en realidad, es una noble de Meridian, que esta aquí para espiarlo, o para realizar oscuros rituales con el. ¿Crees que tu vida seria tan placentera? –

No la estaba mirando, está observando su enormes senos, apretados en el vestido. Al parecer estaba más interesado en poseerla que en denunciarla, se limpio la nariz con el dorso de la mano y agrego.
- No me has hecho caso. Me pregunto si no entiendes la gravedad de tu situación.-

Giró la cabeza lentamente, dejando que unos mechones resbalaran por su hombro y se fijo en la figura...

- Vaya vaya vaya... y que pasaría si el Duque se entera de que un bandido rondaba por la zona prohibida del castillo, y su pobre conejita fue corriendo a avisarle- Mientras hablaba sonreía de forma afilada y segura de si misma,- Erik me vio venir, crees que no se lo habrá contado ya? y porque iba a creerte diciendo que soy una noble?. Has cambiado mucho ya no eres aquel niño pesado que me llenaba la cara de barro. Asumo por como me miras que quieres llenarme la cara de otra cosa jejejeje - empezó a reir con un sonido bajo pero gracioso - De todas formas mi vida en el harem no es tan divertida como piensas, Faltan hombres como tu ahi - Mientras hablaba daba vueltas alrededor del hombre, pasandole la mano por el hombro, por el vientre y por la espalda, como si fuera acariciandole mientras daba vueltas a su alrededor- Este no es un buen sitio, esta lleno de polvo y mugre y si mancho mi vestido pensaran que has tocado a una propiedad del Duque y eso no seria bueno para ti. ¿ Que te parece si bajamos a los jardines para.. conocernos.. algo mejor? hace mucho que no nos vemos - Esto ultimo lo dijo claramente con voz sensual, buscando provocar al chico mientras ella respiraba profunda y lentamente haciendo que sus pechos subieran y bajaran y que asi, el estuviera mas centrado en pensar en sus pechos que en lo que le estaba diciendo-

El hombre capturo la mano que iba acariciando su cuerpo, en un movimiento muy rápido. Se veía que estaba entrenado.
- No te equivocas.- dijo con algo de sorna. – Quiero ensuciarte con mi semilla, sin duda.
Con la mano tomada, la empujo un poco hacia atrás, recortándole los movimientos. Pero solo en eso no te equivocas. Erick y los suyos me importan poco. El noble nos necesita. Piensas que no necesita de mis hombres? Los mercenarios somos los que mantenemos el castillo libre de plaga, como esos hombres de negro. Somos más de ciento cincuenta, y tus guardias del castillo apenas unos sesenta. ¿Crees que le importas al Duque? O no, Shenna, no tienes las de ganar aquí.
Pero lo que quiero es tu obediencia, estar seguro de que cumplirás mis órdenes. O el Duque se enterara de lo que eres. Aunque no quiero mancillar la propiedad del duque mas valiosa, solo a ti. Quitatelo y no se arruinara.-

- Claudius.. no sabes con lo que estas jugando, pero esta bien. Dime, en que quieres que te obedezca? - dijo mientras se desataba el vestido suavemente, tratando de alargar el tiempo ddurante del desnuddo y sacar mas información ( de paso recuperare algo de energias, tomalo como una ofrenda a ti.. vocecilla de mi cabeza) Empezo a sonreir ella sola ante sus palabras
- Sois muchos es cierto, y os necesitan es cierto - Dejó caer uno de los tirantes del vestido con la mano, acariciandose el hombro mientras hablaba - ¿Como acabaste aquí? ¿ cuando te hiciste mercenario?- Seguía desnudandose escuchándole y haciéndole hablar, esperaba que por casualidad alguien pasara por allí y les escuchase hablar. Era mas probable que acabaran usandola entre varios que salvandola de Claudius, pero no perdía nada por intentarlo

- Que tienes en mente para decirme que obedezca tus ordenes - Dejo caer el otro tirante y el vestido se deslizó como seda a través de su cuerpo, mostrando unos pechos tersos y unas caderas bien torneadas. Se mostraba sin vergüenza ni corte alguno. Su pubis correctamente recortado realzaba la belleza de sus caderas. Tomó el vestido y lo doblo, dejándolo a buen resguardo sobre unas cajas

empezó a arrodillarse lentamente, mirándole a los ojos en todo momento y bajo tan despacio que parecía estar realizando un ritual en lugar de arrodillarse. Una vez abajo, con las rodillas ligeramente abiertas se puso con el culo sobre la planta de los pies y posó las manos sobre los muslos con las palmas hacia arriba - Y bien, señor Claudius.. que desea de la comadreja?- Dijo con un ligero toque irónico

El obscuro vestido cayo por los hombros de la mujer, encontrando resistencia en sus enormes pechos y debió de contonearse para lograr que se deslizara hacia abajo, luego de esa resistencia inicial, cayo fácilmente por debajo de las caderas, al tiempo que se ponía en una situación de sometimiento, arrodillada frente al guerrero, quedando
- Haces muchas preguntas, para ser una esclava, pero claro… no lo eres Tal vez porque podría matarte ahora. – dijo dando un paso hacia ella, quedo mirando la cintura del mercenario. Pero la respuesta que sirve, es: Tu propia conveniencia. Si nos ayudas, no solo cuidaremos tu secreto, Señora Salazar de la Colina.
Ella había juntado los brazos, dejando las palmas abiertas sobre los muslos, y en ese gesto, su prominente busto se había juntado, apretándose entre sí, el Mercenario vio eso y le gusto, pues se relamió los labios, al tiempo que la entrepierna de el hacia esfuerzos por salir de su envoltura de tela.
- Necesito que nos hagas favores, Comadreja. – dijo sencillamente. Necesito que espíes para nosotros, y que investigues para nosotros. Y luego agrego – Necesito que nos ayudes a salvarnos a todos.

¿ salvaros? - Dijo levantando gracilmente su rostro y dejando que los mechones platino cayeran por sus hombros. - Sera salvarnos, o acaso crees que ser la zorra en un harem es mi ambición?, cierto es que en la cama se averiguan los mejores secretos pero .. soy mas que eso y quiero mas que eso, ademas.. que beneficio o placer te reportaría matarme? no te sirvo de nada muerta, nos ayudaremos mutuamente.. yo te dare infformacion y tu me sacaras de aqui -

Poco a poco se fue levantando del suelo quedando de pie y expuesta frente a el, con la vista levantada y la barbilla alta se acerco paso a paso hasta que estuvo a distancia de agarrar su miembro con la mano a través del pantalón - nos ayudaremos y te recompensare por ello, te parece? - dijo dando un calido apreton entre las piernas del hombre

El hombre avanzo un poco mas mientras ella hablaba, se notaba la impaciencia por poseerla. Había sido uno de los pocos que no lo había hecho, enviado con las levas de su padre el primero de los días que había completado la transformación.
Quizás era para ambos una cuenta pendiente, pero la demostración física que emanaba de el, junto con algunos olores desagradables, era patente. El apretón que le dio a su miembro, desato la lujuria en el, pero… no como ella había esperado, empezando por comerle la polla un buen rato, para manejarlo. No, el mercenario la tomo de los cabellos y la obligo a alzarse, para llevarla dos pasos mas alla, y empujarla sobre unos barriles. Se puso detrás de ella, aplastándola, de forma que levanto polvo en ellos y sintió la fría madera y la mas frías bandas de hierro sobre sus muslos, y noto al casi lograr levantarse, como sus pechos habían dejado unas marcas redondas en la superficie del barril.
Escucho el ruido al hombre bajarse los pantalones, y sintió como la mano de el agarraba sus cabellos obligándola a arquearse.
Ahí fue cuando sintió que su polla estaba lista para la batalla, pero que la atacaba a traición. Una escupida dio de lleno en su trasero cayendo tibia al tiempo que ponía el miembro que podía ser de granito por las ganas de poseerla, por el orificio equivocado. Habia empezado por aquello que ella reservaba para ocasiones especiales y para el final.

Sintió como su miembro palpitaba en su mano, pero para su sorpresa el hombre la empotro contra unos barriles agarrandola del pelo con total salvajismo y brutalidad, ignorando que ella se llevara las manos a las cabeza protegiéndose y tratando de zafarse. Para inmobilizarla es dejo caer todo su peso sobre ella y cuando se saco el miembro le pego una escupida en el culo demostrando las intenciones que tenía ( no se le ocurrira.. asi de golpe..) - Cielo eso es el postre.. no quieres que empecemos por algo más placentero y húmedo?- Intentó darse la vuelta de forma disimulada para llevar ella el control de la situación, pero parecía imposible. Comenzó a concentrarse para absorber toda la energía posible y mientras ella misma elevaba su trasero mostrándose dispuesta , su rostro reflejaba una sonrisa maligna ( en realidad seré yo quien te este usando...) penso para si misma mientras llevaba sus manos a sus nalgas y las separaba , poniéndose de puntillas con el pecho apoyado sobre el barril y el rostro tapado por su pelo para disimular su rostro de satisfacción
( seras mio.. seré yo quien te use sin tu saberlo)

Relajó sus músculos esperando la embestida mientras todo su cuerpo temblaba y palpitaba mostrandose deseosa como sabia que gustaba a los hombres, comenzó a jadear y a respirar profundo, parecía realmente excitada a pesar del hedor y de lo feo que era

Algo de la sumisión que tenia Sheena para con el Mercenario, al someterse y exponer su trasero, gusto a Claudius, que cambio un poco la actitud, bajándose los pantalones, pero en vez de clavarse en ella, dejo el miembro sopesándose entre ambos cachetes, dejando que ella sintiera el peso y tamaño, que no era de cerca lo más grande que había sentido, pero no por eso era pequeño.
Esto es un entendimiento no verbal, lo entiendes, ¿verdad? se escucharon unos golpes detrás y el pateo dos veces el barril donde la muchacha estaba apoyada. Se abrió la puerta y parecieron entrar dos hombres mas donde ella habia venido. Tal vez no los recuerdas, pero ellos si te recuerdan a ti.
Uno de los mercenarios no vino con mucho aspavientos, solo ver la situación, se abrió el cinturón y dejo su masculinidad cerca de la boca de Sheena, para que empezara a actuar. El otro se cruzo de brazos, esperando su turno…

Sheena abrió los ojos como platos, eso si qeu no se lo esperaba, los observó tratando de reconocerles pero dada la situación no tenia otra que comportarse como lo eu se esperaba de ella. Asintió levemente y suspiro profundo preparándose para lo que le venia encima.. lo disfrutaría pero eso escapaba de las expectativas y planes que tenia

Agarro el miembro con sumo cuidado y empezó a masajear mientras con la lengua daba suaves lamidas desde la base hasta la punta, para luego meterse el miembro entero en la boca y presionar con la lengua en el paladar mientras tragaba todo el liquido preseminal que expulsaba. Con las manos jugaba en sus testículos y los apretaba

Trató de complacer a ambos hombres a la vez mientras el tercero les miraba, su actitud sumisa y entregada era muy clara pero de alguna forma tenia que conseguir lo que ella deseaba, así que se esforzó al máximo en complacerles a ambos y darles el mayor placer posible usando sus manos, lengua y cuerpo, rozandose y apretando con las nalgas sobre el miembro de Claudios al mismo tiempo que saboreaba el miembro del recién llegado, al cual no recordaba

Sheena noto que sus ¿Captores? Eran simples mercenarios, genéricos, sin demasiados rasgos distintivos, no porque no los tuvieran, si no porque no eran importantes a su modo de ver las cosas. El líder era claudius, quien guiaba sus actos era el, y era el en quien debía concentrarse. Los otros eran títeres bajo sus órdenes.
Empezó a concentrar su atención en lo que tenía delante, acariciándolo y complaciendo la hombría del soldado que tenía enfrente, al tiempo que este la obligaba a forzar el cuello mirando hacia arriba, y viendo su sonrisa de satisfacción y arrogancia, y a mirarlo, cuando de forma carente de sutileza, la empotro dentro de su boca, obligándola tragar su carne y alojarla en el interior de sus labios. No fue lo único que sintió. Al ver esa maniobra, claudius habia decidido hacer lo mismo, empalándola como a una brocheta. Aunque quizás se habia apiadado de ella, ya que ingreso por el canal habitual, aunque metió un dedo bien grueso en su trasero, quizás para prepararlo para después.

Al tiempo que estaban dos hombres en su interior, Sheena empezó a sentir calor en su cuerpo y como ese calor era transmitido a ellos, al tiempo que se movían, ingresando y saliendo de ella. Sintio como el receptor de energía de ella se abria, como una flor, al tiempo que sus labios generaban saliva, y como su trasero recibia rebotando los embites del líder mercenario, y hacían comentarios lascivos entre ambos. Vio de refilon como enlazaban su brazo para tener una base mas firme de tracción y ponerle mas fuerza y ritmo a las penetraciones que le realizaban…

Ella se dejo llevar por la situación, que mas podía hacer? no tenia armas ni pretendia montar un esppectculo a altas horas de la noche así que lo único que hizo fue dedicarse a disfrutar cerrando los ojos y sintiendo como su energía iba siendo recargada, como su cuerpo se estremecía ante las caricias y los toques, como era penetrada una y otra vez y sentía esos miembros atravesar y llegarle hasta el vientre con la fuerza de unos guerreros.

Sus piernas se empapaban, los flujos fácilmente podían llegarle hasta las rodillas, las enormes vergas entraban en su cuerpo sin piedad, su boca babeaba y su coño era taladrado sin miramientos, Claudius podía sentir como el ano de sheena palpitaba una y otra vez con las embestidas y como trabajaba con sus músculos internos para masajear y apretar su miembro una vez dentro.
Al otro lo satisfacía con la boca, jugando con la lengua y apretandola contra el paladar, succionando y tragando para que llegase lo mas profundo posible

Entonces sintio como su ccuerpo generaba ccalor y la energía salia de ella.. ¿ que le estaba ocurriendo? no dejaba de pensar en eso mientras era empujada y empalada como un objeto, como un animal, y a pesar de sus esfuerzos para ueq eyacularan rapido parecia ser que tenían mucho aguante, paso varios minutos así preguntandose que ocurria