El Cuarto del placer, donde dormían los esclavos de lujo, era un lugar confortable, lleno de camas de plumas, cálido, al estar en la parte de roca excavada del castillo, lleno de vestidos en los arcones, de lencería fina, y de baños de aguas termales, por lo que podían estar listas cuando lo desearan para un baño. Mesas llenas de maquillaje y perfume, con sendos espejos asociados a las mismas, permitían acicalarse y ponerse a punto para satisfacer invitados. Era una jaula, pero una jaula de oro y pedrerías.
Anyshka ya casi no tenia moretones causados por el barco, y ya iba siendo la hora en la que había sido solicitada por el Noble de la Rosa blanca, que se le había informado, era Alessandro, y le gustaban que dijeran su nombre mientras él jugaba con ella.
Tambien vio a Sheena, preparándose lo mismo que ella, perfumándose para ir a satisfacer a alguno.
Iba a hablar con alguna de las otras mujeres que estaban ahí, con Sheena, o iba a salir de allí sin hablar con nadie?
Gideon le había pedido que tuviera un ojo sobre Shenna pero lo cierto es que a la noble se la veía tan a gusto y satisfecha con aquella vida, que llegado el caso dudaba mucho que quisiera escapar. Por el momento no le diría absolutamente nada, pero era posible que mas adelante tuviera que comentarle algunas cosas para sondear exactamente cual era su idea de futuro.
Tras terminar de acicalarse, sin demasiada parafernalia, únicamente perfumando su cuerpo con algún aroma sutil y vistiendo con una túnica sencilla, de color blanco ceñida con un cordón de seda al talle, que permitía a sus piernas asomar a cada paso que daba, y a sus pechos mecerse al ritmo de su caminar bajo la delicada prenda.
Antes de salir, se aproximo a algunas de las otras que pudieran llevar mas tiempo que ella en el castillo. Lo hizo con cautela y gesto amable procurando agradar con una suave sonrisa.
- Disculpad que os interrumpa. Me dirijo ahora a servir a un Noble llamado Alessandro, y me preguntaba si alguna de vosotras lo conoce ya. Os agradecería mucho cualquier detalle que pudierais darme sobre él, como gustos o caprichos.
La mujer sonrió y observo el físico de la platinada ladrona,
- No creo que tengas demasiadas dificultades, es un hombre vanidoso, sobre todo, pero si estás perdiendo el control sobre el, hay ciertas cosas que puedes probar. Para empezar, decir que es mejor que el Duque, someterte voluntariamente, y decir que es el único hombre que te interesa en su vida y sus atributos los mas grandes que has visto.- agrego pensando – Le gusta que lleves joyas, y ser quien mande, y tal vez quiera que te pongas una correa, y domarte mientras te folla. Ah, y lo ultimo, si esta dormido y le chupas la polla empieza a hablar en sueños. ¿Esa información te sirve?-
Anyshka sonrió agradecida y realizó una leve inclinación de cabeza.
- En efecto, es exactamente el tipo de cosas que necesitaba saber. Te lo agradezco, has sido muy amable. Mi nombre es Anyshka por cierto, soy nueva aquí aunque supongo que ya debes haberlo adivinado.
Mientras se presentaba aprovechó el momento para ponerse algunas joyas mas adornando su cuello y el cabello sabiendo que era lo que agradaba al noble. A continuación salio de allí y dirigió sus pasos hasta la habitación donde debería satisfacer a un tipo engreído tan solo por el bien de la misión. Mas le valía a Gideon recompensarla adecuadamente...
[Quizás sea conveniente si antes de ir a ver a Alessandro, intentes ver un poco el camino al que deberás ir luego, a modo de tantear el terreno, pero como prefieras. Tienes unos quince minutos aproximadamente, de tiempo muerto ]
- Creeme que recordaria a alguien como tu.- dijo sonriendole desde atras del espejo.- Eres tan bonita que si tuvieras orejas largas creeria que eres alguna elfa.-
La mujer a la que le hiciste las preguntas, llamada Katia, ayudo a Anyshka a ponerse joyas, peinarse y maquillarse, al tiempo que ajustaba algún prendedor o soga de encaje aquí o allá, ayudando a que se viera no solo más atractiva, si no también, más bonita.
Entre la ropa que había encontrado, y seleccionado pues había muchísima, había encontrado una capa oscura por un lado, y en su reverso, completamente gris seda, una capa no demasiado abrigada, pero que cualquier noble luciría como algo corriente, y del lado oscuro, para ocultarse, y algunas ropas desgastadas, pero de buen material, que, con un poquito de trabajo de convertirla en tiras, podía trenzarla para convertirla en soga de buena calidad y resistente.
Habia que decidir adonde ir, si a la recamara del Noble y adelantarse, o a las mazmorras.
Anyshka sonrió con amabilidad ante los ahlagos que le prodigaba la otra mujer.
- Eres muy amable, tu también eres muy hermosa, apuesto a que debes de conocer mil historias de las cosas que suceden aquí. Tal vez en otra ocasión podamos charlar con mas tranquilidad.
Tras ayudarla a que se arreglase adecuadamente, beso su mejilla con gesto cariñoso y se despidió de ella para dirigirse a su destino. Aun era pronto y tenia unos minutos de margen, por lo que decidió que podría aprovechar y explorar aquella fortaleza que aun no conocía demasiado. Tampoco tenia demasiado, por lo que se limitó a recorrer el camino hasta la entrada a las mazmorras y observar los obstáculos que tendría si se decidía a entrar allí. Tras unos minutos se dirigiría hasta las habitaciones del noble a cumplir con su "obligación".
Llegada a las habitaciones del noble, para el cual debido de subir tres pisos, controlando la respiración, noto como los guardias, que en esta ocasión eran dos de ellos eran bastante dispares. Uno era un guardia meridiano, con los colores en la librea de la Casa Yannur, Rojo y amarillo. El otro era un sucio y desalineado mercenario, con mas dagas y una armadura remendada, sin afeitar siquiera. Le lanzo un silbido y mientras pasaba dejo de hacer guardia para mirarle el trasero desde abajo mientras ella subía la escalera.
- ¿Cuánto por una mamada? Esos labios merecen estar rodeados de carne mi putita.-
Ella siguió subiendo, al tiempo que escuchaba al mercenario, ya olvidada ella, comentarle al guardia.
- ¿Mi esposa le dijo a su hermana, como es que con dos cabezas no pueden pensar con claridad? Y yo le respondí, por el mismo motivo que a pesar de que tienen dos pares de labios, no pueden cerrar ninguno de los dos. ¡Y me las folle bien folladas! Jajajaja –
- Jajaja. ¿A la hermana también?
- Claro. Si vive bajo mi techo, paga como todas. Además, todo queda bien en familia.-
- Ustedes los mercenarios, tienen la buena vida.
- Puedes creerlo, amigo.-
El pasillo hasta las habitaciones del Noble Alessandro eran fáciles de identificar. Estaban al final del pasillo de la Torre Este, uno de los dos lugares de mayor privilegio. Vio a una noble rubia bajar las escaleras, guiada por uno de los principales mayordomos del Duque. Algo atildado, se llamaba David o algo asi. No parecía estar muy contenta con estar allí.
Llego hasta las puertas dobles de la habitación. Habia ruido suficiente y ningún guardia la veía. ¿Espiaria? ¿O se anunciaría?