- Ya era hora... - Musitó por lo bajo la irascible elfa. - No hemos hecho más que perder el tiempo desde que salimos de la sala Azul...
Con aquella desgana, Liadrel fue la primera en abandonar el establecimiento. Una vez todos fuera y aparentemente libre de miradas furtivas, era Niren de nuevo, quien debía guiarles hasta el lugar por donde deseaba empezar a buscar a su conocido, el tal Tavriss.
- ¿Sabes algo más que no nos hayas contado, Tiefling? - Preguntó malhumorada como siempre.
—Sé muchas cosas que no os he contado, elfa—respondió Niren utilizando la misma estructura que había usado Liadrel pero sin el humor de perros; ella caminaba agarrándose las manos tras la nuca con aire ocioso—. Como la receta de la Fatta, por ejemplo. Pero supongo que no te refieres a eso.
«O a cómo orientarse en esta ciudad. Bueno, a eso quizá sí. Pero mejor voy al grano»
Carraspeó y esperó a que estuviera todo el grupo junto sin oidos indiscretos cerca.
—El documento que encontré venía del Bazar de Dol-an Humdul—dijo bajando los brazos—. Está en el Bulevar de las Palmeras, en pleno Ensanche Mercantil. Una zona con bastante comercio y en la que actúan algunas mafias. Sé cómo ir, pero se aceptan ideas sobre una vez lleguemos allí.