Un gesto.
Un simple gesto me obliga a no olvidar mi situación.
Cada vez que mi mano asciende para empujar las gafas por el puente de la nariz y no las halla en su sitio tomo conciencia de mi situación. Sin embargo hoy la he visto. Y quiero seguir viéndola. La quiero. Y quiero seguir queriéndola. Ni la muerte me separará de ella, si no puedo estar a su lado velaré por ella. Pero . . . ¿y si pudiera estar?
. . . si pudiera . . .