Partida Rol por web

¿Y si esa voz . . . él . . . yo, tengo razón? ¿El otro yo? ¿Puedo estar muerto? ¿Debería resisitirme? Pero ¿cómo? Nunca he peleado, siempre aborrecí la violencia física.

No, esa no puede ser la solución. Y menos si fuera cierto que estoy muerto, no puede ser que la muerte sea otra vida igual donde los fuertes explotan a los débiles. Bueno, será así, seguro, puesto que son humanos. Pero no creo que la fuerza física sea importante aquí . . . ahora . . . donde sea que estemos. Tiene que haber otro modo.

¿Y Claudia? ¿Por qué no la veo? ¿Dónde está?

Esto solo puede ser un sueño.

O la muerte.

¿Cómo encontrar la verdad? ¿Cómo despertar?

Preguntas. Todo son preguntas. Qué tontería, si es un sueño despertaré cuando tenga que despertar y si estoy muerto esto no es como hubiera supuesto nunca. Acción caramba, acción. Si es un sueño disfruta de tu inmunidad, si es la muerte aprende a traer la anarquía aquí también. Contra el sistema. Mantente atento, están diciendo cosas interesantes, todo puede ser útil en el futuro.

¿Qué será esa ciudadela?

Guardó silencio unos instantes... de nuevo esa voz, de nuevo la voz de él. Nadie más parecía estar consciente y por supuesto, no provenía de nadie más. Después de lo ocurrido, después de que él hubiese sellado su destino. Aquello lo había afectado, empezaba a oír cosas, empezaba a imaginarlo en su cabeza...

Y aún así, se hacía odiar el muy cabrón.

"Cállate... no es así, no soy como tu, no es así como voy a terminar... no cuando he decidido cambiar y no ser como tú..." espeta mentalmente mientras mira la respuesta con reclamo del que parecía el líder. Ignora los otros comentarios, están todos locos, aún seguían con aquella charada como si se la fueran a creer. Lo único que no atinaba a entender, era el sitios, cómo los trajeron a aquel sitio tan siniestro...

Y cuando le mandan a callar, no puede sino mirar con odio a la cabeza de aquella banda de negreros. Es un maldito acomodado con su traje elegante y si disposición a dar órdenes. Siente odio, siente un desprecio visceral que se remueve y que vibra con una violencia interna por todo su cuerpo, como si ahora los sentimientos se vieran amplificados y resonaran con todo él, amenazando con escapar de forma tangible...

- ¿Por qué no vienes aquí y me callas?, pijo tonto del culo...- le responde entre dientes con agresividad a hombre de traje, mirándolo fijamente, retándole, encarándole. Una parte de él se debate entre el terror que le provoca ser víctima de nuevos maltratos, después de todo, él era el rehén, el encadenado... pero la otra parte, la otra parte no se iba a dejar llevar, no se iba a rendir, no tan fácilmente.

El rabioso hombre de traje se dispuso a cumplir sus deseos, pero el anciano sin ojos le detuvo.

-Antonio. Nos pagan por el Corpus.

La mención al dinero, o quizás la rotundidad de su tono, hicieron que el tal Antonio se parase antes de golpear a Arturo. Le miró con desprecio y dio un fuerte tirón a la cadena de Clara, casi lanzándola de bruces contra la carretera.

-Vamos o se nos comerán los Espectros.

Y así fue como abandonaron el lugar donde murieron.