Partida Rol por web

Para continuar la historia necesito que me proporciones un nuevo código.

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Este fue sencillisimo... "nueve uno cuatro seis" de hecho se podía resolver sin la plantilla XD

Con solo ver cuantas "letras" hay y qué símbolos se repiten llega...

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La puerta de la enfermería está cerrada. Colocas la palma de la mano contra el metal de la hoja, sientes el frío en tu piel. Tecleas el código de acceso en el pad y la puerta se desliza lentamente a un lado con un susurro. Una nube de vapor frío escapa del interior de la enfermería. Te adentras en ella con las manos por delante, procurando no tropezar. Cuando la puerta se cierra a tu espalda tus ojos todavía no se han acostumbrado a esa niebla helada. Hace frío aquí dentro, mucho frío. Tropiezas y a punto estás de caer al suelo. Te agachas para ver con qué has tropezado y descubres una mano engarfiada. Retrocedes un paso y tu espalda golpea contra algo que tiembla, que se desmorona. De pronto te rodean varios cuerpos, que caen al suelo con estrépito. ¡Cadáveres! Entonces ves sus rostros y el frío que te rodea se te mete en los huesos.

Todos ellos tienen tu rostro.

Todos ellos.

Media docena de cuerpos muertos. Tú media docena de veces.

Ahora sabes por qué habían manipulado el ADN. Alguien ha estado jugando a los dioses, creando clones de ti mismo. ¿De ti?

Oh, no. No de ti.

Tú no eres más que otra copia.

Oyes golpes en la puerta, a tu espalda. Los golpes se repiten varias veces, y llega hasta ti la voz apagada de una mujer. No puedes abrir. No puedes dejar que nadie vea esto. Todavía no.

El horror se adueña de Mariola...

-Pe...Pero esto... ¿¿qué es?? 

Los estaban clonando, quizás. ¿O era solo a ella? Las dudas la ofuscaron, no supo qué hacer. No podía abrir la puerta.

El asombro pasa cerca de Comut Von Biems, y tal y como era natural en este hombre, este hizo un comentario demasiado superficial pese a lo que una persona normal hubiera podido reaccionar.

-Ejército de Comuts. -Comentó pensando en la posibilidad- Comut estaría satisfecho y Comut también estaría satisfecho y Comut también estaría satisfecho y Comut también estaría satisfecho y Comut también estaría satisfecho y Comut también estaría satisfecho y Comut también estaría satisfecho y Comut también estaría satisfecho...

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La puerta de la enfermería está cerrada. Colocas la palma de la mano contra el metal de la hoja, sientes el frío en tu piel. Tecleas el código de acceso en el pad y la puerta se desliza lentamente a un lado con un susurro. Una nube de vapor frío escapa del interior de la enfermería. Te adentras en ella con las manos por delante, procurando no tropezar. Cuando la puerta se cierra a tu espalda tus ojos todavía no se han acostumbrado a esa niebla helada. Hace frío aquí dentro, mucho frío. Tropiezas y a punto estás de caer al suelo. Te agachas para ver con qué has tropezado y descubres una mano engarfiada. Retrocedes un paso y tu espalda golpea contra algo que tiembla, que se desmorona. De pronto te rodean varios cuerpos, que caen al suelo con estrépito. ¡Cadáveres! Entonces ves sus rostros y el frío que te rodea se te mete en los huesos.

Todos ellos tienen tu rostro.

Todos ellos.

Media docena de cuerpos muertos. Tú media docena de veces.

Ahora sabes por qué habían manipulado el ADN. Alguien ha estado jugando a los dioses, creando clones de ti mismo. ¿De ti?

Oh, no. No de ti.

Tú no eres más que otra copia.

Oyes golpes en la puerta, a tu espalda. Los golpes se repiten varias veces, y llega hasta ti la voz apagada de una mujer. No puedes abrir. No puedes dejar que nadie vea esto. Todavía no.

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La puerta de la enfermería está cerrada. Colocas la palma de la mano contra el metal de la hoja, sientes el frío en tu piel. Tecleas el código de acceso en el pad y la puerta se desliza lentamente a un lado con un susurro. Una nube de vapor frío escapa del interior de la enfermería. Te adentras en ella con las manos por delante, procurando no tropezar. Cuando la puerta se cierra a tu espalda tus ojos todavía no se han acostumbrado a esa niebla helada. Hace frío aquí dentro, mucho frío. Tropiezas y a punto estás de caer al suelo. Te agachas para ver con qué has tropezado y descubres una mano engarfiada. Retrocedes un paso y tu espalda golpea contra algo que tiembla, que se desmorona. De pronto te rodean varios cuerpos, que caen al suelo con estrépito. ¡Cadáveres! Entonces ves sus rostros y el frío que te rodea se te mete en los huesos.

Todos ellos tienen tu rostro.

Todos ellos.

Media docena de cuerpos muertos. Tú media docena de veces.

Ahora sabes por qué habían manipulado el ADN. Alguien ha estado jugando a los dioses, creando clones de ti mismo. ¿De ti?

Oh, no. No de ti.

Tú no eres más que otra copia.

Oyes golpes en la puerta, a tu espalda. Los golpes se repiten varias veces, y llega hasta ti la voz apagada de una mujer. No puedes abrir. No puedes dejar que nadie vea esto. Todavía no.

- Esto se está tornando muy turbio.- Dijo Kas y acto seguido bebió un sorbo de su taza de café mientras cruzaba miradas con los que ya habían llegado hasta allí.

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La puerta de la enfermería está cerrada. Colocas la palma de la mano contra el metal de la hoja, sientes el frío en tu piel. Tecleas el código de acceso en el pad y la puerta se desliza lentamente a un lado con un susurro. Una nube de vapor frío escapa del interior de la enfermería. Te adentras en ella con las manos por delante, procurando no tropezar. Cuando la puerta se cierra a tu espalda tus ojos todavía no se han acostumbrado a esa niebla helada. Hace frío aquí dentro, mucho frío. Tropiezas y a punto estás de caer al suelo. Te agachas para ver con qué has tropezado y descubres una mano engarfiada. Retrocedes un paso y tu espalda golpea contra algo que tiembla, que se desmorona. De pronto te rodean varios cuerpos, que caen al suelo con estrépito. ¡Cadáveres! Entonces ves sus rostros y el frío que te rodea se te mete en los huesos.

Todos ellos tienen tu rostro.

Todos ellos.

Media docena de cuerpos muertos. Tú media docena de veces.

Ahora sabes por qué habían manipulado el ADN. Alguien ha estado jugando a los dioses, creando clones de ti mismo. ¿De ti?

Oh, no. No de ti.

Tú no eres más que otra copia.

Oyes golpes en la puerta, a tu espalda. Los golpes se repiten varias veces, y llega hasta ti la voz apagada de una mujer. No puedes abrir. No puedes dejar que nadie vea esto. Todavía no.

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La puerta de la enfermería está cerrada. Colocas la palma de la mano contra el metal de la hoja, sientes el frío en tu piel. Tecleas el código de acceso en el pad y la puerta se desliza lentamente a un lado con un susurro. Una nube de vapor frío escapa del interior de la enfermería. Te adentras en ella con las manos por delante, procurando no tropezar. Cuando la puerta se cierra a tu espalda tus ojos todavía no se han acostumbrado a esa niebla helada. Hace frío aquí dentro, mucho frío. Tropiezas y a punto estás de caer al suelo. Te agachas para ver con qué has tropezado y descubres una mano engarfiada. Retrocedes un paso y tu espalda golpea contra algo que tiembla, que se desmorona. De pronto te rodean varios cuerpos, que caen al suelo con estrépito. ¡Cadáveres! Entonces ves sus rostros y el frío que te rodea se te mete en los huesos.

Todos ellos tienen tu rostro.

Todos ellos.

Media docena de cuerpos muertos. Tú media docena de veces.

Ahora sabes por qué habían manipulado el ADN. Alguien ha estado jugando a los dioses, creando clones de ti mismo. ¿De ti?

Oh, no. No de ti.

Tú no eres más que otra copia.

Oyes golpes en la puerta, a tu espalda. Los golpes se repiten varias veces, y llega hasta ti la voz apagada de una mujer. No puedes abrir. No puedes dejar que nadie vea esto. Todavía no.

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La puerta de la enfermería está cerrada. Colocas la palma de la mano contra el metal de la hoja, sientes el frío en tu piel. Tecleas el código de acceso en el pad y la puerta se desliza lentamente a un lado con un susurro. Una nube de vapor frío escapa del interior de la enfermería. Te adentras en ella con las manos por delante, procurando no tropezar. Cuando la puerta se cierra a tu espalda tus ojos todavía no se han acostumbrado a esa niebla helada. Hace frío aquí dentro, mucho frío. Tropiezas y a punto estás de caer al suelo. Te agachas para ver con qué has tropezado y descubres una mano engarfiada. Retrocedes un paso y tu espalda golpea contra algo que tiembla, que se desmorona. De pronto te rodean varios cuerpos, que caen al suelo con estrépito. ¡Cadáveres! Entonces ves sus rostros y el frío que te rodea se te mete en los huesos.

Todos ellos tienen tu rostro.

Todos ellos.

Media docena de cuerpos muertos. Tú media docena de veces.

Ahora sabes por qué habían manipulado el ADN. Alguien ha estado jugando a los dioses, creando clones de ti mismo. ¿De ti?

Oh, no. No de ti.

Tú no eres más que otra copia.

Oyes golpes en la puerta, a tu espalda. Los golpes se repiten varias veces, y llega hasta ti la voz apagada de una mujer. No puedes abrir. No puedes dejar que nadie vea esto. Todavía no.

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