Entras en la sala de control. La mujer está allí, junto a uno de los terminales de acceso. Se vuelve hacia ti. Te mira con odio. Con rabia. Retrocedes hacia la pared mientras te internas en la sala. La mujer te señala, grita. Está desquiciada. Quieres explicarle lo que ha ocurrido. Tú no eres el hombre que la despertó, que acabó con sus esperanzas de empezar una vida en un nuevo mundo.
O sí lo eres.
A sus ojos, lo eres. Das un paso hacia ella.
—Espera, puedo explicarlo… —dices.
Ella ríe a carcajadas mientras se lleva las manos a la cabeza.
—Oh, sí, claro que puedes explicarlo —dice—. Claro que sí. Pero cuéntaselo a las estrellas.
Y dice en voz alta un código de apertura. Antes de que puedas reaccionar, la escotilla a tu espalda se abre. ¡Os ha condenado a morir en el espacio! Te vuelves, dispuesto a afrontar tu final… ¡y medio centenar de manos te atrapan y te arrastran al exterior! Gritas y forcejeas, pero no puedes evitar que te lleven. Lo último que ves antes de perder la consciencia es cómo se cierra la puerta de la escotilla.
Estás despierto. De pie, en medio de la Sala de durmientes.
Pero esta vez no te van a engañar.
Esta vez sabes perfectamente quién eres.
O, al menos, de quién eres una copia.
N
Fin de Patrick
Así que este es el final de Patrick Hearts, bueno... es algo bastante común que los clones mueran, son los hamsters de la naturaleza, cada uno buscando la forma de morir más escabrosa que el anterior, que si dentro del tubo de escape, que si colgado boca abajo de su jaula, que si desnucado con la rueda... ¡Y eso sin salir de la tienda de animales!.
-Adiós Patrick. -Se despidió Comut- Hola Patrick- Saludó Comut.
- Ahora lo ves ahora no lo ves.