En una sucia oficina de la zona industrial de Jersey, a las afueras de la capital York, están reunidos dos tipos duros y expertos. Hablan entre sí en voz baja, analizando a las únicas tres personas que han pasado las pruebas y entrevistas previas para poder entrar en este grupo mercenario.
Éstas tres personas entran en la habitación y se colocan frente a los dos hombres, esperando ser seleccionados por fin.
La compañía seguía expandiéndose. Teníamos a Cherry recién incorporada y llevando a cabo trabajillos, pero aún éramos una compañía pequeña y las bajas de Lian, Mikail y Derek haciéndose cargo de ellos eran una carga que no podíamos soportar en aquel momento. Necesitábamos sangre nueva para cubrirles mientras se recuperaban de sus heridas: no podíamos parar ahora que empezábamos a crecer. Por eso reunimos allí a los que nos parecieron los mejores candidatos a Smith y a mí, porque, ahora que teníamos algo de pasta después del trabajo para el kurdo, era el momento.
-Stan Darrell -saludé-. Estoy al mando por aquí, mientras Derek está fuera, y este es el segundo de a bordo, Smith, el mejor tirador que habéis visto en vuestra vida aunque aún no lo sepáis. Puede volarle la polla a un mosquito a diez kilómetros y dejarle los cojones intactos.
Estáis aquí porque vais a formar parte de nuestra organización de mercenarios. Olvidaos de papeleo, sueldo y jubilación. Aquí el dinero se gana con el esfuerzo, con vuestro sudor y vuestra sangre. Cada misión puede ser la última, y buena cuenta de ello están dando los tres a los que sustituis, que casi la palman en nuestro último trabajo.
Pero supongo que, si habéis llegado hasta aquí, ya sabéis toda esta mierda, así que bienvenidos a bordo.
El viaje ha sido largo e incierto. Nadie me aseguraba que las entrevistas previas hubiesen salido bien, pero finalmente parece ser que he quedado entre los tres últimos candidatos. Supongo que no les interesa mi experiencia tanto como lo que puedo aportar a esta pequeña comitiva de mercenarios.
El local huele a nido de rata. Un lugar apropiado para cerrar negocios, eso seguro. Estamos esperando en un pasillo sin nada de nada: una lámpara en el techo que ni funciona, las paredes de ladrillo están desnudas aunque cubiertas de mugre y el suelo de cemento pulido y polvoriento poco dice del lugar más que lo que se ve a primera vista, y es que hace tiempo que dejó de ser un lugar próspero para alguien.
-Hola –saludo brevemente a los otros dos aspirantes que también esperan. No he descansado nada y eso se nota.
Me mantengo apoyada en la pared, de brazos cruzados, en actitud expectante. No es que mi tiempo fuese valioso o tuviera algo mejor que hacer, pero me preguntaba por qué tardaban tanto en llamarnos. ¿Nervios? ¿Curiosidad? Antes me sacaba las muelas que reconocerlo, pero así era. El último trabajo no salió como esperaba y tengo las esperanzas puestas en ésta oportunidad.
Al cabo de un buen rato de escuchar cuchicheos en la habitación contigua, dos tipos nos invitan a pasar. Ambos tienen pinta de tener experiencia militar, o quizás sean los años de experiencia en el negocio que los ha formado de esta manera. Smith es el tirador y Stan es el que está al cargo. Fácil de momento. Tras una breve charla, nos da la bienvenida. ¿Ya está? Interiormente, respiro aliviada. Veremos qué tal se nos dan los negocios.
-Gracias por esta oportunidad, no os vais a arrepentir –respondo mirando alternativamente a Stan y a Smith. Dicho esto, me dirijo a los otros dos compañeros que permanecen en la sala- Yo soy Carla.
Hechas las escuetas presentaciones, me quedo expectante del resto para ver qué tienen que decir si es que hay algo más que añadir.
Tanta espera para seleccionar unos tipos para sumar, son profesionales o tienen demasiado tiempo de sobra. Estudio el lugar detenidamente aun sabiendo que nada debería suceder y de poco sirve pero la sola idea de no tener nada en que ocupar la cabeza me hacía fijarme en ese tipo de detalles.
La construcción, si esta tiene problemas de cimientos por un caño que pierde y socaba la estructura, malos materiales. Sigo una grieta y veo que va paralela a la columna que está en el rincón más apartado dejando ver al final una viga apoyada con óxido y eso solo significa goteras. Si un tirador quisiera situarse en ese lugar tendría que tener en cuenta que si llueve tendría una gotera sobre la cabeza molestando su concentración.
El tiempo pasa y ya me imagino arreglando el lugar para ponerlo en valor con distintos fines hasta que una puerta se abre y aparecen dos sujetos. El primero una completa pelota de músculos y el otro más retraído por ahora y por lo que dice el primero que habla hasta por los codos hace referencia de que el otro es un francotirador, otra coincidencia supongo. Escucho lo que hay que escuchar y asiento ante las felicitaciones y el saludo de la niña.
Permanecí junto a Stan, dejando que él y su peculiar carácter se encargara de la presentación. Me atusé la barba descuidada de varios días que conjuntaba con las ojeras por no dormir debido a la preocupación por mis camaradas mientras analizaba a los “becarios”.
-Un hombre corriente, un tipo con gafas y una mujer. Joder Stan, accedí a lo de la muchacha por ti, pero no creo que tengas mejores resultados que con Lian. Resultan un poco… diferentes a lo que imaginaba- Cuchicheé con mi compañero.
Tampoco habíamos tenido muchos candidatos, pero estos habían resaltado sobre el resto. Algo que no era muy complicado ya que tal y como estaban las cosas cualquier imbécil se llamaba mercenario. Tras las curiosas expresiones de Stan, a las que ya estaba acostumbrado, me tocó hablar, por muy pocas ganas que tuviese. Derek ya no estaba aquí y ahora debía hacer el papel de segundo al mando quisiera o no.
-Espero que seáis bien conscientes de dónde os estáis metiendo. Que hayáis sido escogidos no significa que confiemos en vosotros. De hecho yo no me fío de ninguno. Estáis aquí porque tres de nuestros camaradas han salido mal parados después del último trabajo, pero para mí eran como mis hermanos. Y ese derecho os lo tendréis que ganar a pulso, porque no me pienso jugar el culo por alguien de quien no esté seguro que lo hará por mi.- Por el tono de voz quedaba más que claro que no era mi intención hacerme su amigo. Al menos por el momento. –Lo primero que quiero saber es vuestros nombres y qué tenéis de especial para estar aquí. Una muestra estaría bien. Tras eso, empezaremos con el trabajo de verdad algo sencillo.-
Tanto en mis gestos como en mis instrucciones resaltaba un halo de eficiencia y disciplina militar que nunca sería capaz de dejar atrás.
A continuación, el tipo que hasta entonces había estado callado, Smith, se dirige a nosotros para asegurarse que estamos en el lugar adecuado. Por lo visto, una vez demos un paso al frente no habrá marcha atrás. En mi caso tampoco hay opción a dar marcha atrás porque no hay nada atrás, así que en vez de espantarme sus palabras me hacen ver que de verdad es lo que quiero hacer. Lo que me extraña es que nos pregunten ahora en qué destacamos, cuál es nuestra especialidad. Eso debía de haberse preguntado en las anteriores entrevistas, pero supongo que por A o por B nos fuimos todos por las ramas. Imagino que están muy preocupados por sus compañeros, así que es normal que estos detalles sin importancia se les pasen por alto. Todo fuera igual de grave…
-Me llamo Carla –vuelvo a repetir, aunque luego añado-Carla Emmerson. Disparo a lo que me digáis, bebo cerveza, pongo cara de dura… ¡Ah! También sé sacar balas cuando bajáis la guardia y os aciertan, cortar partes del cuerpo que se gangrenan, curar y coser heridas feas, hacer desaparecer cuerpos para siempre… Nada sutil. Algo más parecido a practicar carnicería con las personas. Lo que me recuerda que también sé hacer buenas barbacoas. Eso tiene que contar como un plus…
Al decir esto último, pienso en si realmente van a hacer que pongamos eso en práctica aquí y ahora. ¿Quién se dejará cortar un brazo? Y en el caso de que alguien se deje, ¿tendré que hacer una barbacoa luego con ello?
-Sé manejar armas automáticas, rápidas y ligeras, tipo TMP, micro Uzi, Tec 9…También algo de más tamaño como una M4 o una escopeta. Personalmente me siento más en mi salsa con las primeras, pero depende del trabajo que toque soy consciente que van mejor unas u otras. Tampoco tengo una increíble habilidad disparando, así que no pierdo al cambiar de un tipo a otro de armas.
Aprendiz de mucho, maestro de nada. Se me aplicaría bastante bien en mi caso con las armas, pero teniendo en cuenta que llevo en esto relativamente poco no me puedo quejar. Hace diez años nunca habría imaginado que sabría usarlas y aquí estoy, fichando para entrar en un grupo de mercenarios de un nivel más profesional al acostumbrado. Espero que todo acabe bien. Tengo ganas de empezar.
Más hablar hasta por los codos, pensé que ya tendrían una idea que hace un experto en tecnología pero se ve que tendré que aclararles el concepto un poco más. La chica hace su presentación viendo en ella demasiado entusiasmo quizás para algo como esto. Hace gala de todo lo que dice saber hacer pero hasta no demostrarlo lo que digamos todos quedará en eso, en meras palabras. - Soy un especialista en tecnología, no todo se resuelve con una bala aunque eso ayuda bastante. Se disparar algunas armas pero no es lo mío, me se defender mano a mano pero no me interesa hacer gala de ello. Mi nombre ya lo saben, lo dije varias veces. - Y tras mi breve descripción de lo que puede hacer o no dependiendo de como se lo miren me reclino contra un perfil donde ya previamente había visto que no tenía óxido y así evitar esa mancha rojiza que arruina las prendas.
No posteé antes esperando que Mark lo haga pero ya pasó largo rato y quiero divertirme con la partida.
Mark miró en silencio y respetuosamente todo lo que sucedía en aquella habitación sucia donde los habían confinado. Sin embargo después de las presentaciones de sus compañeros supo que le había llegado la hora de presentarse a el. Se llevó la mano a la montura de las gafas y empezó a hablar de forma lenta y pausada, como si pensara cada palabra que dijera.
-Encantado de conocerles caballeros. Se giró hacia Carla.-Y dama. Se volvió a subir la montura de las gafas que parecía que nunca se acababan de acomodar bien a su puente nasal. -Mi nombre no importa, sencillamente llamenme "Doc" por favor. Como la señorita Carla, aquí presente, tengo nociones de medicina aunque de forma más "sutil" a la mencionada anteriormente. Se volvió a girar hacia Carla. -Será un placer ayudar si nunca lo necesita. Una sutil sonrisa se dibujó en su rostro.
Se sentó buscando una posición más cómoda y se puso un cigarrillo en la boca sin llegar a encenderlo. No sabia si se tomarían a mal que fumara en medio de la presentación, pero nunca está de más la precaución.
- Las armas que se manejar son un poco "diferentes" a las que la gente me atribuiría. Se llevar lanzamisiles, lanzagrandas y en general todo aquello que produzca explosiones. Volvió a subirse las gafas. - Aunque también manejo el lanzallamas, si la situación así lo permite. Y en general, eso es todo. Gracias por la oportunidad y por la atención.
Justo acabar de hablar se encendió en cigarrillo y empezó a fumar esperando los siguientes pasos.
-Pues venga, a mover el culo. Siempre hay trabajo que hacer.
Era hora de ponerlos a prueba en su primera misión.
Master, Smith, ¿ahora qué? ¿Vamos a ver qué tal va Cherry? Supongo que el Gordo no estará muy contento de vernos por las cercanías, pero no sé si el kurdo tiene más trabajo para nosotros... ¿O buscamos por los alrededores?
El bar apesta a alcohol y humo, y la oscuridad reinante no hace la estancia más acogedora. No obstante está lleno, completo pero afortunadamente y con mucha dificultad habéis podido conseguir una mesa en una esquina. Las bebidas no son nada del otro mundo, por lo que su éxito se debe al Punto de Control que ofrecen a sus clientes.
Buen momento para revisar el mail y buscar nuevos trabajos.
-Joder -dije a Smith, señalándole la pantalla del PC-. Es Derek. Mikail no lo ha conseguido -me aseguré de que los novatos lo escucharan, para que se les fuera haciendo el cuerpo: no descartaba que alguno de ellos cayese en la primera misión-. Entiendo que se largue... Sé lo unido que estaba al puto ruso, pero, ¿justo ahora? Maldita sea, Derek, sabes tu jodido papel es imprescindible... Mucho más ahora que Mikail nos ha dejado -Esto último era más un pensamiento en voz alta que un mensaje para nadie- Al menos Lian estará con Cherry. ¡Menudo par! Pero nuestra chinita particular se encargará de que al menos el negocio vaya bien por allí.
Tras un momento en silencio, continué.
-Será mejor que nosotros también busquemos otro curro. No podemos venirnos abajo, esta mierda sigue.
Y sin tiempo para guardar el mínimo luto por Mikail, empecé a navegar por la Red en busca de nuevos trabajos. No soy un tío sentimental, y no pensaba compartir lo que realmente sentía por la muerte de nuestro compañero de los cuchillos.
-Vale, tenemos dos opciones. Misión de sabotaje o recuperación de información en un barco. Personalmente me inclino por la recuperación de información: más pasta, que la necesitamos. ¿Smith? -miré al tirador, y luego a los novatos- ¿Los demás? ¿Qué opináis?
Edito después de leer el nuevo mail al que (creo) todos tienen acceso.
Nos movemos y llegamos a un bar ruinoso donde los haya, aunque he visto de peores. Tras un rato, encontramos una mesa donde sentarnos. Uno de los veteranos aprovecha para actualizar el correo en busca de más trabajo. Por desgracia, parece que también ha recibido malas noticias sobre uno de sus compañeros. O más bien dos. Uno ha fallecido y el otro se ha marchado. Es difícil cuando alguien cercano a ti deja de estar ahí. Cuesta hacerse a la idea. Pero por la expresión de Stan parece decidido a dejar su pena para más tarde. Comprensible, estando rodeado de personas que en su mayoría no conocíamos a su compañero.
Pasamos al tema del trabajo y parece haber dos opciones. Nos pregunta a todos qué trabajo deberíamos de aceptar.
"Mil quinientos son mil quinientos…", resuena en mi cabeza una y otra vez.
El otro trabajo también daba bastante dinero pero… ¿mil quinientos por buscar un barco y sacar a relucir “cierta información”? Parece algo relativamente factible.
- Recuperación de información -digo, mirándoles alternativamente y esperando a que el resto se pronunciase.
Tenía mi cerveza sobre la mesa junto al ordenador que estaba ojeando con Stan. Leer el correo de Derek me hizo perder el control. Me alegraba de que Liam hubiese tomado esa decisión y me dolía la pérdida de Mikail. Le había visto tan jodido... pero seguía teniendo la esperanza de que se recuperase. Sin duda, lo que más me dolió fue la deserción de Derek, tanto que me levanté con un golpe en la mesa y una maniobra tan brusca que por poco derramo las bebidas. Todos me oyeron soltar maldiciones, pero me separé unos segundos de ellos para asimilar la información.
Le daba vueltas y solo conseguía aumentar mi ira. Me sentía traicionado por Derek, aquél que se había convertido en un auténtico líder al que seguir sin reparos y que ahora nos abandonaba. Hace tiempo aprendí a no perdonar a los traidores y Derek se acababa de convertir en uno, de modo que si alguna vez lo volvía a ver le rompería esa boquita de oro que tenía de un puñetazo antes si quiera de saludarle.
Cuando conseguí calmarme y apartar los pensamientos personales de mi cabeza, algo que me llevó más tiempo de lo que yo esperaba me senté otra vez con el resto y me bebí la jarra de un solo trago para olvidar. Esos cabrones se habían ganado un hueco en mi corazoncito más grande del que yo mismo creía y por eso me dolía tanto.
-Estamos en esto por el dinero y porque no tenemos miedo. Vallamos al barco. Pagan mucho para recuperar esa información, lo cual significa que es algo bien gordo. Si algo he aprendido en este tiempo de Derek, es que siempre hay gente dispuesta a pagar más por estas cosas. Así que recuperémosla y luego ya pensaremos que hacer con ella.- La voz de Smith era calmada como él, con una ligera ronquera y sobre todo se expresaba de una forma muy analítica. -Eso si, no pienso volver a cometer el mismo error. Si subimos a ese barco quiero saberlo todo. Dimensiones, tipo de navío, sistemas de seguridad y hasta el número de cucarachas que viajan en él. Ésta vez no dejaré nada al azar.-
Les dedicó a los aspirantes la misma mirada que Stan: -¿Algo que añadir, novatos? Es vuestro momento de luciros.-
El llamado Smith sale disparado diciendo cuanta cosa se le cruce por la cabeza en contra de un tal Derek al mismo tiempo que sacude la mesa, viendo que mi vaso se estaba por volcar lo afirmo para evitar quedar empapado y espero a ver que las aguas se aquieten y poder seguir con los negocios. Después de todo de que nos sirven los sentimientos, no nos pagan por sentirlos.
Al poco tiempo vuelve y afirma el punto que me interesa, pago por ejecución de un trabajo. - ¿Qué tipo de información? ¿Un archivo, un chip, papeles, un informante? - Deslizo esa pregunta dado que en ningún momento se aclaró que era lo que estábamos por ir a buscar y lo más seguro que la aclaración vendrá cuando aceptemos. Lo que si el jugar con mesa abierta no es mi estilo pero siempre se puede aprender algo nuevo.
Mark estaba sentando en una de las sucias sillas del local escuchando como sus "compañeros" hablaban mientras el se deleitaba con uno de sus últimos cigarrillos, pronto tendría que ir a buscar más. Le dio una vuelta a su jarra y le dio un pequeño trago, no era muy amigo del alcohol pero tampoco pensaba hacerle un asco en ese momento.
Parecía que habían perdido. Tampoco era su problema, además a todo el mundo le llega el fin. Tarde o temprano. Esperaba que en su caso fuera tarde.
-Sinceramente caballeros, el barco me da mala espina, pero no me opondré a vuestra elección. Una sonrisa cruzó su rostro.-Parece ser el tipo de trabajo del que podemos sacar más dinero del que piden. Se encogió de hombros mostrandose de acuerdo con Smith. La información en ese mundo era cara y no faltaban compradores. Sin duda podrían sacar más tajada.
Volvió a dar una calada a su cigarrillo ya casi acabado, y se subió las gafas con la mano derecha.
-¿De que vias disponemos para encontrar información sobre el barco?
Smith nos pregunta a los nuevos si tenemos algo que añadir. Paoloski pregunta sobre el tipo de información a recuperar. Dollaher pregunta sobre las vías de obtención de la información. Miro a todos alternativamente. Dudas, dudas y más dudas. Si nos lo dieran todo mascado, ¿para qué nos pagarían? Está claro que necesitamos saber algunos detalles básicos, pero dudo que lo vayamos a saber todo realmente. Las sorpresas sembrarán nuestro camino y espero que no modifiquen nuestro resultado.
- ¿Cómo se reparte el dinero? –es mi duda sobre la misión. Estoy segura que conseguiremos finalizarla con éxito.