Partida Rol por web

18 de mayo de 1934, 07:56h - Sala de profesores del City College, Nueva York

Ocupando del número 130 al 147 de Convent Avenue en Manhattan, el City College es el una de las instituciones públicas pioneras del país y de donde han salido grandes premios Nobel, Pulitzer o Turing.

Megan Walker, profesora de criminología, empieza la mañana en la sala de profesores, corrigiendo una pila de exámenes de la asignatura de Fundamentos de la Recogida de Pruebas. Mayo es época de exámenes y, desde luego, ninguno de los docentes puede presumir en estos momentos de tener tiempo libre en estas semanas venideras.

El compañero que se sienta a su lado, el profesor Miller, se ajusta las gafas y llama la atención de Megan. Él mismo tiene su propia pila de exámenes por corregir y una taza de café bien negro junto a ella. Sin embargo, no parece muy animado con la tarea que tiene por delante.

- Pst, Meg -saluda con un tono de voz muy bajo, para no molestar a los otros tres profesores que parecen claramente más dedicados a su tarea que él-. ¿Qué haces esta anoche? ¿Edgard sigue fuera, verdad? Verás... conozco un restaurante, podríamos ir esta noche  -hace una pequeña pausa-, si te parece bien, claro.

Miro a Miller sin entender bien lo que me acaba de decir, mi cabeza da para poco a estas alturas, hace ya casi un mes que Edgard se fué y estoy bastante preocupada por su nuevo caso, si a eso le unimos que las montañas de exámenes me persiguen allá por donde voy, se da la conjunción perfecta para que no me entere de nada, pero me quedo mirándole y al fin entiendo la frase, he necesitado unos segundos.

-Em, si claro Steven, me gustaría comentar un par de cosas del trabajo contigo, si no tienes inconveniente claro. Y sí Edgard aún no ha vuelto de su viaje, empiezo a notar su ausencia, me había acostumbrado a tenerlo cerca y ahora me es muy extraño hablar tan solo una vez a la semana. ¿Parece que se te resisten, no?.

Le sonrío y sigo mirando mis exámenes.

-¿A las 20 en la puerta de la universidad?, no llegues tarde Stev, ya sabes que me da mucha rabia esperar.

Digo levantandome para ir a clase.

Steven Miller, visiblemente triunfante, da un largo sorbo a su café. Para él, la señorita Walker es una especie de trofeo personal. Se habían conocido en la universidad y a Steven siempre le había fascinado. Parecía que podían tener algo, pero entonces llegó el secuestro de la hermana de Megan y toda la magia desapareció. Y, por supuesto, llegó Edgard. Nunca le había caído bien, con esa superioridad de la que se pavonean los agentes del BOI. Lástima que no estuviera en la costa este para impedir que esta noche se la llevase a cenar. 

- Cla-claro, allí estaré -tartamudea, sorprendido-. A las 19:50, ya sabes lo que siempre digo. "Mejor diez minutos pronto que diez segundos tarde", jeje.

Por alguna razón, esa frase siempre le había parecido ingeniosa, aunque nadie, nunca, jamás, se había reído con él. Y estaba quedando como un inútil.

Entro en clase a las 8:05 y mis alumnos ya están sentados y preparados para el exámen de hoy, los reparto, les explico en qué consiste y les digo como siempre que puedo resolver pequeñas dudas, pero no daré grandes respuestas, y después de eso, me siento en la silla de mi escritorio, encima de la tarima, cuando quiero darme cuenta ya han pasado los 90 minutos del examen y toca el timbre.

El día transcurre tranquilo, normal, incluso anodino, asi que cuando llegan las 19:40 sonrío al pensar en la velada con Steven, no es Edgard pero al menos no me sentiré tan sola esta noche.

LLego a las 19:45 a la puerta y espero paciente, leyendo un libro que tenía pendiente.

Cuando lleva una media hora de examen, la profesora Walker ya no sabe qué hacer. Tal es su sobresalto cuando alguien llama enérgicamente a la puerta del aula que Megan no puede hacer otra cosa que asomarse para ver qué ocurre.

En la puerta aparece Maddy Welsch, una de las nerviosas secretarias de la universidad. Lo cierto es que Maddy nunca paraba quieta, pero esta vez está mucho más agitada que de costumbre.

- Señorita Walker, ha llamado alguien de la Oficina de Investigación -anuncia-. Un tal agente Bennet, dice que tiene que debe acudir a su sede, en el 370 de Lexington Avenue. Ha hecho hincapié en que es urgente. ¿Ha hecho usted algo malo, señorita? - pregunta, visiblemente preocupada.