Partida Rol por web

El golpe de Rubí me empujó hacia atrás. Un tanto aturdida saqué el hacha de mi gema y la utilicé para apoyarme. Notaba un poco el cansancio que suponía el sobreesfuerzo.

Nos estaba costando demasiado. ¿Tal vez habría recuperado fuerzas al regenerarse?

-¿Alguna idea? -dije mirando a mis compañeras, suspirando. Alcé el arma para preparar un ataque a distancia.

Moví el hacha como un bate de beisbol y la hoja de esta salió volando hacia la gema corrupta.

El haz de energía que ha creado Esmeralda se desvanece en cuanto impacta contra Rubí casi como si hubiera sido una brisa de aire frío. En su estado de locura y frenesí, Rubí avanza sin detenerse ni un segundo y con el objetivo de acabar con la mayor de las amenazas. Por esto, levanta uno de sus gigantescos brazos e intenta aplastar a Esmeralda.

Por suerte, la gema guerrera se aparta lo justo para no acabar hecha pedazos bajo la mano de la gema corrupta. De todos modos, parece que Rubí esté perdiendo fuerzas a cada momento que pasa. Sus amplios y agresivos movimientos solo hacen que pierda energía y su inestabilidad le está pasando factura.

Tenía que perfeccionar esa técnica, la había usado tan poco que todavía no la dominaba. 

Parecía que Rubí ya se estaba cansada. Solo necesitábamos aguantar un poco más, hasta conseguir desestabilizarla.

-Vamos, chicas. Ataque conjunto a la de tres. -dije mirando primero a una y luego a otra. Agarré con fuerza el hacha.- Uno... Dos... ¡y Tres!

Y me lancé contra la corrupta, esperando que mis compañeras me siguieran.

Esmeralda se abalanza sobre Rubí esperando que sus dos compañeras hagan lo mismo, pero lo cierto es que ella es más deprisa y con su golpe acaba todo: al rechinar el acero con la piel rocosa de la gema rocosa, la sala entera vibra. Rubí gruñe y grita, pero sus guturales ruidos quedan atrapados en su garganta como si se se hubiera atragantado. Tras esos instantes de incertidumbre, una explosión de humo os envuelve.

Rubí cae al suelo en su forma más básica. La gema hace un sonido cristalino cuando impacta con el suelo. De nuevo, parece muy vulnerable en esa forma. Por fin habéis desestabilizado su forma física.

Y entonces, os embarga el silencio. Al menos, durante unos segundos. Petalita y Rubí no son más que pequeñas gemas que caben en vuestras manos.

Cuando la gema roja cae al suelo me lanzo hacia el frente, corriendo hasta llegar a ella. Con una mueca de compasión en el rostro me agacho para tomar el Rubí entre mis manos. Haciendo gala de una inesperada ternura, acerco la gema a mi pecho antes de encerrarla de nuevo en una burbuja ambarina.

Miro a mis compañeras en silencio. Hemos ganado, ¿no? ¿Por qué me siento tan... vacía?

- De-deberíamos revisar los datos de Petalita - digo débilmente mientras señalo con la cabeza hacia las pantallas holográficas que hay junto al trono.

Me acerco, cojeando un poco, al trono de Petalita. Antes sólo había tenido un instante para mirar las pantallas antes de que apareciese la gema morada. Y ahora que la susodicha está en una burbuja... es como si tuviese todo el tiempo del mundo.

Dejo la burbuja sobre el trono, con delicadeza, y me dispongo a interaccionar con las pantallas.

Ahora sí que sabremos la verdad. Espero.

La pobre Rubí había sufrido mucho pero yo aun sentía que existía una esperanza para ella. Citrino se encargó de encapsularla y sugirió revisar algo.

No entendía mucho de lo que decía y estaba agotada, triste y lastimada. Desvanecí mi arma, puse a la burbuja de Petalita contra mi pecho y me desplomé sobre el piso. Asentí a las palabras de la gema amarilla con una triste sonrisa dándole indicios de que coincidía con su plan.

Luego miré a Esmeralda, había sido la más golpeada de todas y quizás podría ayudarla. Le hice un gesto para que se acerque y al voltearse fue sencillo notar que efectivamente estaba al borde del colapso.

-¿Están bien?- preguntó cansadamente a sus compañeras.

Las pantallas holográficas se encienden y brillan con más intensidad cuando te acercas. Puedes tocar algunas directamente y para el resto localizas un pequeño teclado en uno de los brazos del trono. Cuando empiezas a buscar, te das cuenta de que la información está cifrada: probablemente la mayor parte de lo que ves ahora mismo sean sólo datos falsos e incoherentes para ocultar el contenido verdadero.

No es la primera vez que te encuentras algo así: es normal (o al menos lo era hace un par de siglos, cuando aún trabajabas en la corte de tu Diamante) que se usen técnicas como ésa para impedir que miradas indeseadas descubran algo que no debería salir de los archivos y los laboratorios de las altas esferas. Ingenieras y científicas suelen compartir los mismos códigos y cifrados para procesar la información importante. Supones que las espías y gemas pertenecientes a otros cuerpos donde la seguridad es clave, también tendrán claves secretas.

Eres una supervisora y eso significa que no eres ignorante. Tus dedos se deslizan rápidamente pulsando los botones mientras intentas deducir el camino oculto que hay entre todos esos datos inútiles. Tras unos minutos, mientras Heliotropo y Esmeralda se levantan y se recuperan, tú encuentras lo que buscas.

Todo está agrupado bajo un mismo estudio, como ya habías descubierto con el rápido vistazo antes de que Petalita os interrumpiera. Este estudio tiene un nombre: "Proyecto: Guardería alternativa". Parece ser que hay algunas entradas importantes:

- Creación

- Progreso

- Protocolo de prueba: Examen de capacidades

Y, también como habías visto antes, hay tres sujetos:

- Gema P. Intrusión.

- Gema H. Vínculo.

- Gema T. Alcance.

Al fin lo había hecho. Había ganado a Rubí, había sido útil.

Al notar como la gema corrupta cedía ante mi hacha, sentí un gran desahogo. Estábamos heridas y necesitábamos un descanso.

Citrino fue corriendo a meterla en una burbuja y luego manifesto su plan de ir a ver los datos de Petalita. ¿No necesitaba descansar esta gema?

-Bu... Buen trabajo. -dije mirando hacia donde momentos antes estaba el monstruo.

Miré a Heliotropo, que nos preguntó si estábamos bien. Fui hacia donde estaba ella y me tumbé a su lado.

-Sí, ¿Y tú? -le pregunté a la neofita.

Cerré los ojos e intenté concentrar energía en mi gema, para curar mis heridas.

Esmeralda se acercó a mi y se tumbó a mi lado. Preguntó si estaba bien antes de concentrarse, yo no sabía por qué lo hacía.

-Estoy mejor- dije recostándome en el suelo frío -mejor que Petalita- añadí mirando la burbuja -y mejor que la Rubí- concluí orientando mi mirada hacia Citrino que trabajaba en las computadoras.

Pasé un tiempo en silencio, descansando, hasta que finalmente pregunté -¿Cómo la curamos? ¿Como hacemos que Rubí esté bien?-.

Seguía aflijida por el dolor que le causamos.

Chasqueo la lengua mientras indago sobre las investigaciones de Petalita, algo disgustada.

- No he encontrado nada sobre cómo sanar a las gemas corruptas - informo a mis compañeras, molesta -. Pero... 

Acaricio mi coleta, tratando de concentrarme en lo que quiero decir. Toda aquella información se escapa de mi campo de conocimiento. ¿Acaso entiendo completamente lo que acabo de ver?

Miro a Heliotropo, algo compungida.

- D-dejad que investigue un poco más, puede que encuentre algo acerca de la sanación, si es que Petalita sanaba gemas realmente...

No sabía que responderle a Heliotropo. No tenía ni idea de que podíamos hacer para curarlas. Me quedé unos segundos pensando la respuesta.

-No lo sé. -dije finalmente.- Tal vez Citrino encuentre algo en los archivos. Pero a saber que tramaba esa Petalita...

Miré al techo, tratando de no pensar en ella. Pero era imposible.

-Yo... Conocía a una Aguamarina. Ellas eran gemas científicas, pero esta en especial... Ella sabría que hacer. Encontraría una cura y... -me callé.- Perdona, estoy empezando a divagar. 

Citrino dijo que no encontró nada, a lo que no respondí. Tenía la esperanza de que hubiese información útil. Me quedé tumbada, pensativa.

Accedes al archivo que lleva por título "Gema H. Vínculo."

En la pantalla aparece un largo redactado acompañado de gráficos que reflejan los datos proporcionados. Tus ojos se clavan en las primeras líneas.

Gema: Heliotropo

Fecha de creación: 247-28-3-9

Materiales de creación: Un rubí, dos topacios, dos feldespatos

Entrada: 248-130-1-0

Heliotropo ha sido la segunda creación del proyecto. Intuyo que la primera no cumplirá con lo que espero de ella, de modo que he puesto un esfuerzo adicional en perfeccionarla a ella. Lleva más de una traslación terrestre incubando en el subsuelo. Ya ha asimilado por completo los restos del rubí de uno de los topacios. Calculo que aún tardará otras dos traslaciones en formarse del todo.

He buscado el equilibrio en ella. Una gema guerrera, dos científicas y dos exploradoras. Me estoy arriesgando considerablemente: es muy posible que esta combinación la convierta en una gema demasiado independiente. Aun así, pretendo llevar el proyecto hasta el final.

Entrada: 248-291-1-8

El progreso es excelente. Está superando todas mis expectativas y el ritmo de formación y asimilación aumenta cada vez más. Me sorprende lo mucho que he podido lograr en tan poco tiempo y con unos recursos tan escasos. La primera creación saldrá de la tierra en breve: es posible que falten solamente unas rotaciones. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en Heliotropo. ¿Será mi obra maestra?

Si no voy mal encaminada, el poder de Heliotropo no tendrá parangón. Mis estudios indican que, incluso estando en una etapa de crecimiento, esta gema ya ha demostrado ser consciente de su alrededor. A veces le hablo y no tengo la sensación de estar hablando sola, como me pasaba con la primera gema. Esa Piedra no tendrá nada que ver con mi Heliotropo. Ya he puesto en marcha el tercer experimento, pero sólo porque tenía que hacerlo. Ya estoy orgullosa de lo que he hecho.

Entrada: 249-199-4-5

Estoy verdaderamente impresionada. He puesto a prueba a Heliotropo y ha mostrado signos de una conciencia mucho mayor que cualquier otra gema. Lo más interesante es que aún no está del todo formada. ¿Qué podrá lograr cuando salga del suelo y tenga una forma física? El Vínculo es todo un éxito: mi investigación indica que Heliotropo podrá tener una conexión especial con el mundo entero. Es una versión mejorada de la Intrusión, aunque diferente.

Las lecturas muestran que está captando constantemente estímulos externos. No son sonidos ni imágenes, ni siquiera el tacto con la tierra que la rodea. Es algo mucho más, algo que escapa a los sentidos de cualquier otra gema. Está desarrollando un nuevo sentido, una conciencia espacial, emocional y potencial... La verdad es que ni siquiera sé explicarlo. Lo mejor será preguntárselo a ella misma cuando salga.

No debe de faltar más de media traslación para que ocurra. Estoy impaciente.

- D-dejad que investigue un poco más, puede que encuentre algo acerca de la sanación, si es que Petalita sanaba gemas realmente...

-Muchas gracias Citrino- respondí con una sonrisa cansada -¿Hay algo en que pueda ayudar?- subí un poco la voz a fin de que me escuchara pese a la distancia -Por cierto, bien hecho... En la pelea. Es obvio que no te gusta combatir pero lo hiciste bien-.

Literalmente me había costado decir todo eso ¿Tan agotada estaba? Esperaba a recuperarme en cuanto Esmeralda me habló. De alguna forma su relato me ayudó a recobrar cierta energía.

-Yo... Conocía a una Aguamarina. Ellas eran gemas científicas, pero esta en especial... Ella sabría que hacer. Encontraría una cura y... -me callé.- Perdona, estoy empezando a divagar. 

-Para nada- le respondo -apenas se algo del mundo en el que estoy y de las gemas. Lo suficiente como para medio-comprender el lenguaje-.
Miré de reojo a Esmeralda -parece que le tenías aprecio, ¿Quieres contarme?-.

- G-gracias - respondo, sonrojada, ante el comentario de Heliotropo acerca del combate. Me dispongo a seguir indagando en los ordenadores, dispuesta a encontrar... algo.

Mis ojos inspeccionan rápidamente los datos de Petalita. A medida que leo me voy sintiendo... peor. No puedo evitar llevarme las manos a la boca de la impresión. Aunque no quiero alarmar a mis compañeras, las miro durante un instante.

- Un rubí, dos topacios, dos feldespatos... - murmuro, horrorizada.

Me alejo del trono, no sin antes tomar la burbuja con el Rubí, en dirección a Esmeralda. Evito, quizá inconscientemente, mirar a Heliotropo.

- Creo que aquí no encontraremos ayuda para Rubí - digo apenada mientras sostengo la burbuja frente a mí - ni para nadie. Esas gemas de antes estaban en lo cierto respecto a Petalita... 

Miro hacia el trono.

- Esto no es un santuario - niego, severa - Es un centro de investigación. Petalita usaba... - todo mi cuerpo se tensa - u-usaba gemas para hacer... experimentos.

-Gracias, jovencita. Pero mejor en otro momento. -dije a Heliotropo sonriendo. Agradecía que se preocupase por mí, pero no era el momento. Lo de antes fue uno de tantos desvaríos.

Pero si había conseguido descansar algo en esos pocos minutos, el mundo se echó encima otra vez después de oír lo que dijo Citrino.

-¡Sucia piedra recubierta de musgo! ¡Maldita sea esa Petalita! -grité llena de enfado. Me levanté de un salto y miré la gema púrpura en su burbuja.- Porque soy una Gema de Cristal, que si no... ¡Haría esquirlas a ese pedrusco! ¿Donde están esas otras gemas? Supongo que también están corruptas.

Me puse las manos en los ojos, intentando que el gesto me ayudase a pensar.

-¿Y hay más datos? Sobre las gemas que hay aquí encerradas, o sobre las Gemas de Cristal.

Pero Citrino se alejaba del trono. ¿Por qué? ¡Teníamos que seguir indagando!

-Eh, eh. Citrino. Tenemos que seguir investigando. Eres la única que sabe usar esa cosa. -me era muy difícil no hablar en un tono que sonara muy mal, pero lo intenté. Incluso le puse una de mis grandes manos en su pequeño hombro.

- Creo que ahí sólo hay información sobre sus investigaciones. De-deberíamos ir a rescatar a las gemas atrapadas - sugiero, algo insegura ante el enfado de Esmeralda -. Yo he estado en ese lugar, donde las tiene en burbujas.

Cierro los ojos, tratando de recordar el camino que anduve cuando Petalita me liberó. El camino que lleva a la sala llena de burbujas.

Citrino se acerca a la puerta que queda a la izquierda del trono, una de las tres puertas que hay en la sala. Ésta tiene un panel numérico al lado para introducir un código y la gema amarilla intenta recordar qué cifras abrirán la compuerta.

Sin embargo, parece que no hace falta, porque la puerta se abre desde el otro lado...