De nuevo, el poder de Esfena es tal que su rival no tiene oportunidad alguna. Y es que Esfena está hecha para ganar: su poder supera con creces al de cualquier enemiga que se haya cruzado hasta el momento. Y ahora que tiene literalmente a sus pies a Morganita, esa gema que ha traído tantos problemas, tanto sufrimiento a sus amigas... sería tan fácil acabar con ella para siempre.
Derrotar a Morganita es fácil. Pero terminar con ella sería incluso más fácil, si cabe. Tan solo un leve movimiento, un poderoso pisotón. Con su gema quebrada, todo habría acabado para ella, nos habríamos vengado por lo que nos había pasado. El ataque a Santuario, el secuestro de nuestras amigas...
Toda esa ira está canalizada ahora hacia Morganita. Difusa en el mar de pensamientos que es la fusión. Ya no sé qué pensamientos vienen de mí y cuales de Esmeralda. Pero una cosa logra captar mi atención, y la de mi compañera. Los Diamantes. Los Diamantes están viniendo. Una mezcla de ira y temor nos invade. Temor por mi parte, Ira por la de Esmeralda.
Yo quiero acabar con aquello. Me olvido de Morganita. Quiero huir. ¿Dónde está Alabastro? ¡Tenemos que salvarnos! ¡Necesitamos información!
Aquí creo que llegaríamos al punto donde Esmeralda y Citrino tendrían intenciones y sentimientos distintos y puede que la fusión se desestabilizase.
Sensación: Temor, urgencia.
Directiva: Hay que interceptar el mensaje, encontrar a Alabastro, salir de aquí.
Concepto/Complemento: No quiero enfrentarme a los Diamantes.